Esta investidura como
presidente se le va a acabar atragantando el estadista Mas. Ya reza el viejo
refrán que quien con críos se acuesta, «meao»
se levanta. La CUP suspendió ayer súbitamente sus reuniones de trabajo con los
de «Junts per Mas» en protesta por la
detención de una célula anarquista, llevada a cabo por los Mossos d’Esquadra siguiendo instrucciones de la Audiencia Nacional.
Y es que hay que ser consecuentes con la desobediencia, de lo contrario se da
una imagen poco seria. No se puede ser antisistema y andar por la vida con
coche oficial y chófer particular.
A nadie debería extrañarle. La
CUP es en realidad un epifenómeno demorado del espíritu libertario del XIX y de
principios del XX. Son, en este sentido, lo más parecido que hay hoy en día a
la CNT-FAI de los años treinta del siglo XX. Pero son sus hijos bastardos,
porque su libertarismo ha pasado por los filtros –o las cribas- de los coros de
Anselm Clavé, Montserrat, el Barça, el pijoapartismo y, muy especialmente, la
LOGSE.
Con estos ingredientes, el
cóctel resultante –agítese antes de usar- no debería extrañarle a nadie. Ni
siquiera a CDC. A la peña del 3% se le ha metido una piedra en el zapato, o le
ha salido un grano en salva sea la parte. Ya veremos.
No sé quien dijo aquello de que si la Historia no se repite, como poco sí que rima. Estos pulcros burgueses que se han echado en brazos de la grey catalibán son los nietos de aquellos que hicieron lo propio en los años treinta y que en julio del 36 eran cazados como conejos por Paseo de Gracia y adyacentes.
ResponElimina... Los que no estaban ya por entonees en Burgos, en Irún o en Biarrtiz, los mismos que solo unos años antes habían aupado a Primo de Rivera porque ellos, con sus propios matones, no se bastaban para controlar a los obreros de sus fábrcas.
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