Entiéndase
en el sentido kantiano de la «figura bella», del juicio estético y su finalidad
sin fin, donde lo bello, sin ser concepto, tiende a serlo. Sí, volvemos a las
cuentas suizas de Mas, a quien no sólo «El Mundo» ha echado una mano, sino
ahora también Don Mariano y sus «mariachis».
Diríase que sólo descansarán cuando los independentistas sean mayoría. ¿Se han
vuelto locos o es que son así de imbéciles o de cínicos?
Y entiéndase
tambien eso de «lo cutre es bello» en el
sentido estético, ya digo. Pueden ser bellos los monstruos de Goya, el
caballero y la muerte de Durero, el Mr. Grénouille de Süskind o hasta el Gollum de Tolkien, aunque de existir
serían moralmente repugnantes. Lo malo de estos mariachis que hoy nos ocupan es que existen... y que son de una
cutrez proyectada en hecho estético -como bello- y en acto moral -como repugnante-.
Es sin duda una cutrez que no se puede adquirir por más que uno se entrenara.
Así se ha de nacer, no puede uno hacerse. Véase si no al amigo Montoro.
Resulta
que "El Mundo" sigue sin aportar más pruebas que la evasiva documental y la hediondez
ambiental a que nos tiene acostumbrados. Pero lo de Montoro y Rajoy es
traspasar una línea roja que nunca, nunca, debería traspasar un representante
del estado de derecho. Ni siquiera el más farsante. Porque al hacerlo se
deslegitima.
Uno
puede hasta entender que los sicofantes halitósicos mundanos sigan difamando sin
aportar prueba alguna. ¿A qué esperan para mostrarla si es que la tienen? Pero
lo que en un villano es hasta cierto punto comprensible, deviene vergonzante en
un dignatario. Sin más, aunque sea por culpa de Mas.
Resulta
que el ministro del interior, la judicatura y la policía niegan la existencia
del informe, o de la parte más substanciosa de éste, en que se aportan
afirmaciones -que no datos- sobre
cuentas bancarias y cajas fuertes a nombre de Mas y Pujol en Suiza y
Lienchestein. Pues bien, resulta que el ministro del interior es del PP, el
mismo partido y el mismo gobierno -aunque no lo parezca- que preside Don
Mariano. Así que mientras el ministro del ramo, algo confundido y atolondrado,
niega la existencia de informe y un fiscal general anuncia la interposicón de
querella por calumnias contra «El Mundo», va el mariachi Montoro y dándolas por buenas, muge que es Mas el que ha
de demostrar que no tiene cuentas en Suiza. Me lo repita, por favor.
Que
esto mismo lo hayan dicho otros «machacas» del PP es grave, pero que lo diga un
primera espada que, además, resulta que es ministro de hacienda, es
espeluznante. Y que encima el «presi» rechace la comparecencia de sus dos mariachis en el putiferio del Congreso
para aclarar sus desaguisados, eso ya es para echarse a temblar. Dicho en otras
palabras: si el presidente no tiene cojones para hacer que sus ministros se
callen la boca mientras no se aclare el tema, como mínimo que acepte su
comparecencia en el Congreso y veremos cómo se explican. Que le den allí rienda suelta a su incontinencia verbal.
Porque una cosa es un
rotativo y otra el gobierno de una nación. Y si según Montoro, ante una acusación sin pruebas de
tener una cuenta en Suiza, eres tú quien las ha de aportar demostrando que no
la tienes, entonces resulta que ni lo uno es un gobierno, ni lo otro un estado
de derecho, sino una cuadrilla de gañanes en una taberna pútrida.
Porque
lo que sugiere el mariachi Montoro se
conoce como probatio diabolica y tiene,
en un Estado de derecho, el mismo valor probatorio que pueda tener la ordalía
del fuego o la lectura mántica del hígado de una oca. ¿Y este individuo está al
frente de la Hacienda española? Dios nos pille confesados...
Y
ya que hablamos de la ordalía del fuego, que quede bien claro que no pondría la
mano en el mismo ni por Mas, ni por Pujol. Y que ni el uno ni el otro son
tampoco precisamente santos de mi devoción, ni en lo personal ni en lo
ideológico, como podrá observar cualquiera que se dé una vuelta por este blog.
Pero hacer lo que ha hecho Montoro y actuar tan rastrera e indignamente como lo
ha hecho Rajoy, eso es execrable. Yo pensaba que, en el fondo, representaban al
Estado. Ahora ya veo que no.
Lo
dicho, si hay pruebas, que se aporten por parte de quien las tenga. Y que
casque quien se haya pasado de listo. Y si no las hay, a callarse la boca y que
actúen los jueces. El problema ahora mismo no es si Mas y Pujol tiene cuentas
en Suiza, sino que quien lo afirme, que lo pruebe. Hoy por hoy, las cosas funcionan
todavía así. Las acusaciones hay que demostrarlas con pruebas, no con rebuznos.
Desde luego, con este
ganado hubiera hecho auténticas maravillas Valle-Inclán. El Ruedo ibérico cabalga de nuevo. Ahora en
forma de cutrez. Lo dicho, lo cutre es bello... en un cuadro o en una novela. Lástima
que además sea de verdad.