Lo del PSOE con la Educación
es, simplemente, regodeo en la más réproba de las contumacias. Que después de veinticinco
años de la promulgación de la LOGSE, a la vista de sus nefastas consecuencias y
sin el menor atisbo de reconocimiento autocrítico del despropósito que perpetró,
ahora se le ocurra proponer la escolarización obligatoria hasta los 18 años, no
es que sea de juzgado de guardia, es de Tribunal de Nüremberg. Eso sí, uno ya no
sabe si por un delito de lesa humanidad, de lesa estupidez –en la segunda
acepción del término: entendimiento pervertido, turbado, trastornado…-, o por
ambas cosas a la vez, que de todo habrá.
A uno, la verdad, el dúo Sánchez&Luena
se le antoja algo así como la pareja Pedro Picapiedra y Pablo Mármol,
protagonistas masculinos de los inefables Flintstones.
De Pedrito nadie dice que tenga talla política, pero sí que es guapete; de
Luena nadie dice nada… tal vez porque podría ser utilizado en su contra. Y esos
son los que mandan.
Lo de la excomandante Zaida de
número seis por Madrid, pues miren, ya tiene tela, porque si en lugar de hacer
justicia por el mobbing que parece ser que sufrió, se la rebaja del servicio y
se la pone a diputada, entonces, ¿qué habría que hacer con el resto de mujeres
y hombres víctimas de acoso en su trabajo? ¿Todos a diputados?
Luego, lo de Irene Lozano. Y
eso es o masoquismo o estulticia, o una vez más, ambas cosas. Porque hay que
ser un perfecto tarado político para no ver que lo de la señora Lozano es un
braguetazo con todas las de la ley. ¡Lo que hay que hacer para comer caliente! Como
el arruinado o el ambicioso que se buscaba una tonta hija de rico para vivir de
su fortuna, ella se ha buscado un «buen partido», el PSOE de sus iras no hace
ni dos semanas. Huele a cuerno quemado.
Pero lo de la escolarización
obligatoria hasta los 18 años ya es la línea roja más allá de la cual, como en
la entrada al infierno de Dante, hay que abandonar toda esperanza de que este
partido pueda regenerarse y ser tomado siquiera mínimamente en serio. Lo lleva en
el ADN desde el pacto del Betis, allá en Suresnes, cuando otro famoso dúo, González&Guerra, optó por convertir
los residuos de unas siglas en un negociado de regalías. Y eso dicen que es la
izquierda.
Lo peor de todo es que ahora
saldrán los de Izquierda (des)Unida y los de (no)Podemos, y pasándose de tan
listos y progres como son, propondrán la escolarización obligatoria hasta los
veinte para no ser menos.
¿Es que nadie va a imponer
un mínimo de tino?
Buenas. Te aseguro que muchos docentes y sindicatos acogerán la idea de la escolarización obligatoria hasta los 18 con interés y cierto agrado, para que sus conocidos en precario y/o hijos tengan más fácil el acceso a la carrera docente. Aunque en el fondo sepan que es un error... Saludos.
ResponEliminaY para las estadísticas, menos desempleo. Entre 16 y 18 años, el cero %. ¡Anda qué bien!
ResponEliminaSaludos.
Que los "gestores" lo aplaudan, vale. Que los neopsicopseudopedagogós lo aplaudan, vale. Que los sindicatos (los tradicionales) lo aplaudan, vale. Que los padres lo aplaudan, molesta. Pero si los profesores lo aplauden es para plantearse seriamente dejar la profesión.
ResponElimina¿La respuesta a su pregunta es no?
ResponEliminaEso me temo, amigo Martín, eso me temo.
ResponEliminaTal vez tampoco convenga sobrevalorar a los profesores
ResponEliminaClaro que no, el problema es la sobrevaloración de otros agentes educativos.
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