Dijo Clemenceau que la
guerra era una cosa demasiado seria como para dejarla en manos de los
militares, pero nadie se atreve a decir que la economía lo sea también como
para dejarla en manos de los banqueros... quizás hasta ahora, con las
elecciones griegas y la victoria de Siritza.
Porque el gran problema de
la UE va mucho más allá de la crisis, es la falta de una Razón política que
ejerza de referente regulativo. Cierto que puede haber, y la historia anda
sobrada de casos que lo demuestran, razones políticas que sean un auténtico desafuero,
pero sin razón política lo único que hay es mercado sin más leyes que las suyas
propias, y esto es también un desafuero... provechoso para algunos, qué duda
cabe, pero desafuero al fin y al cabo, por los efectos catastróficos que tiene
entre la población de las sociedades afectadas.
Al menos desde esta
perspectiva, la victoria de Siritza en Grecia se me antoja altamente
significativa. Ello en la medida que puede representar un punto de inflexión en
la tendencia, hasta ahora imparable, hacia la dictadura economicista que
estamos padeciendo y a la cual ha estado sometida cualquier razón política
convencional, y cuyas alternativas no habían ido hasta ahora más allá de la
marginalidad. Habrá que ver hacia donde deriva la cosa, pero me parece evidente
que el triunfo de Siritza marca un antes y un después en el marco político
europeo.
Desde la caída del muro de
Berlín en 1989, al capitalismo de rostro humano se le empezó a correr la
mascarilla del maquillaje y su auténtico rostro apareció en toda su crudeza. Las
políticas económicas neoliberales fueron yendo a más y marcaron, bajo la
pretensión del pensamiento único y de su supuesta pragmaticidad como única política
posible, una tendencia hacia la supresión del estado del bienestar, calificado
de insostenible casi desde el día
siguiente a la caída del muro. La crisis, por su parte, aceleró aún más este
proceso de recorte de servicios y llegó a tener efectos devastadores en los
países más pobres de la zona euro, como Grecia. Las torpes respuestas de los
gobiernos europeos, sometidos al dictado del pensamiento único, no hicieron
sino agravar aún más la situación. Hasta los Estados Unidos de mismísimo George
Bush Jr. fueron más intervencionistas cuando se empezaron a percatar del calado
de la crisis.
Es falso que el modelo
europeo no haya funcionado porque los estados se negaron a ceder poder. Lo
cedieron y precisamente en uno de sus aspectos más significativos y
determinantes: la emisión de moneda. Pero nadie recogió políticamente el
guante, porque así estaba previsto que fuera en el escenario que a este efecto
se había diseñado para Europa: un puro y simple dictado económico. Así, nos quedamos
en que los estados renuncian a una de sus prerrogativas ancestrales, la emisión
de moneda de curso legal y, con ella, a la posibilidad de tener política
monetaria, pero dicha facultad no se le cedió a ningún suprapoder político
europeo, sino a instituciones puramente económicas. Mientras tanto, el
parlamento europeo legislando sobre el consumo del tabaco y el lenguaje
políticamente correcto... el sueño neoliberal hecho realidad: un poder económico
sin cortapisas. Ni Tatcher había llegado tan lejos.
Ante todo esto, la actitud
de las izquierdas europeas tradicionales fue de acomodamiento adaptativo -caso
de las socialdemocracias-, o de enroque puramente testimonial y camino de la
marginalidad -la mayoría de partidos comunistas tradicionales-. Siritza no
proviene de unos ni de otros, al menos directamente, y este es precisamente su
gran activo. A los socialdemócratas se les podría aplicar aquello de "Roma
no paga a traidores", y a los comunistas... en fin, mejor dejarlo correr.
Es verdad que Grecia ha sido
un país con índices de corrupción altísimos y homologables a los españoles o
puede incluso que más, pero también lo es que éste fue el caldo de cultivo que
permitió los pingües negocios que los alemanes llevaron a cabo. Y que llegada
la crisis, la política europea -alemana, mejor- que se les aplicó a los griegos
fue inmisericorde y tuvo efectos devastadores para la población. Una
inflexibilidad muy unilateral, por cierto, si tenemos en cuenta que a Alemania
se le ha perdonado la deuda en dos ocasiones, y que la salvaje invasión de
Grecia por parte teutona en la II Guerra Mundial no ha sido objeto de ninguna indemnización de guerra por
parte alemana. A Alemania, cuya culpabilidad en el siglo pasado va mucho más
allá de la corrupción, se la trató con mucha más benevolencia de la que la
propia Alemania ha tratado a Grecia.
Excelente razonamiento, querido amigo Xavier., el cual suscribo punto por punto. La vieja y eterna Europa de los desalamados mercaderes lleva siglos de saqueo internacional (en África saben mucho de eso) y sus dueños llevan tiempo viviendo felices sobre las espaldas de muchos ciudadanos sometidos. Ahora andan inquietos al ver que los griegos se rebelan contra la injusticia y que detrás pueden ir los hispanos (víctimas de esa misma injusticia, mal que lo nieguen muchos ciegos a conveniencia). Veremos a qué futuros nos conduce esta nueva etapa histórica. Permíteme saludarte y felicitarte de nuevo.
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