Déjenme adivinarlo. Al final pasó lo de siempre, va el amigo y se enamora de la meretriz hasta entonces compartida en sana camaradería, convirtiendo el putiferio en una sórdida crónica de lascivia, cuernos y celos. Cría cuervos… debe pensar el bueno de Monago ¿Quién le mandaba al muy imbécil enamorarse de un putón verbenero que yo mismo le presenté?
Porque de una historia muy
fuerte ha de tratarse a poco que observemos las impagable fotos que ayer mostró
la televisión, con Carlos Muñoz, flamante diputado y nuevo torito de Teruel,
posando para la posteridad con la señorita Olga y, por cierto, babeando tan
perceptiblemente que no deja resquicio alguno para la duda: ni en sueños había
podido antes aspirar a una chati cañón como
Olga María, él, un pobre diputado de provincias. Si hasta se la llevó a una
recepción con el rey. Claro que, bien mirado, desde que se desvelaron las
andanzas del pequeño Nicolás, tampoco es que sea para tanto lo del rey. El problema vino cuando va ella y no se le ocurre otra cosa que colgarlo en twiter.
Fue bonito mientras duró, debe
pensar Carlitos para sus adentros. Durante un tiempo saboreó y tuvo a su
alcance el sueño de Pretty Woman. Y
gratis, que tampoco es moco de pavo. Sí, cierto, Carlitos no es que sea
precisamente Richard Geere, aunque tal vez sea precisamente por esto que la
historia haya acabado para el exdiputado turolense con un desenlace distinto,
aunque también de una película del mismo actor: la de su amigo en Oficial y Caballero, que hasta que
abandonó el uniforme no comprendió que tal hábito era lo único que le interesaba
a la pelandrusca por la cual bebía los vientos.
Hay una variante, eso sí,
respecto a la película, y es que Carlitos no se despojó de su uniforme de
diputado, al que no hubiera renunciado por nada del mundo, sino que lo han
despojado de él. Y todo por envidias cochinas y celos posesivos… Porque bien
que Monago sigue ahí, sacando pecho y arropado por Mariano y Cospe –ayer, por cierto, con un
sospechoso cuello de cisne-. En cambio a él la Luisa Fernanda se lo ha cargado
inmisericordemente.
Sí, nuestro torito turolense
es el auténtico perdedor de esta historia. Siempre ha de haber una víctima, y
le ha tocado a él. Y todo por enamorarse de la explosiva Olga que compartía con
su amigo Monago. Esto es lo que no le han perdonado los muy frivolones y
frivolonas que hasta ayer tenía por amigos y amigas en el partido de su alma y
de su vida. Porque, al cabo ¿Tanta
importancia tiene que los viajes los pagara el erario público? Monago también y ahí
sigue y sin soltar ni un euro. Hasta es posible que él mismo le sugiriera lo de
cargarle los gastos al Congreso, como él lo cargaba al Senado. Y luego, la
puñalada trapera. Ojo que esa es más mía que tuya mía porque la vi primero, chaval, a ver qué te has creído… Y
claro, Monago es mucho Monago, ya se sabe…
Hay que ser verdaderamente muy
mezquino para mezclar una historia tan triste con un sórdido escándalo de corrupción. Porque
lo importante era que Carlitos estaba viviendo el sueño de su vida, un sueño
truncado por lo de siempre, los celos, la envidia cochina y el entorno de la
derecha clasista e hipócrita de siempre, que le toleraba los polvetes, pero no
que convierta en su novia a un putón verbenero. Hay que ver como es la
derechona.
Carlitos no volverá a sonreír relamiéndose
la baba como un dromedario. No. Ahora, en sus horas más bajas, las lágrimas
sustituirán a las babas cada vez que contemple las fotos y evoque las noches de
altos vuelos pagadas por el pueblo español. Aquellas noches que tal vez
empezaron con un monago à trois ¿O no
eran amigos? Ahora tendrá tiempo para pensar en lo efímero del éxito mundano y
las arteras celadas que a la condición humana le depara el destino. Y podrá
reflexionar también sobre la amistad cada vez que vea a su antiguo amigo y
conputero aparecer triunfante por televisión, aclamado por los mismos que a él
le han hundido en el cieno. Y acaso entonces se acuerde de los clásicos y su
fatal sentencia SIC TRANSIT GLORIA MUNDI.
O más hispánicamente, aquellos polvos trajeron esos lodos.
Y mientras tanto,
Monago, a seguir fabricando independentistas con sus rebuznos, es decir, a lo
suyo y pelillos a la mar.
Más que la actuación de Monago o Muñoz a mi lo que me parece indignante es que estas personas tengan derecho a viajar gratis sin dar explicaciones. Cuando voy a un congreso, para poder cargar mis gastos al proyecto de investigación financiado por el ministerio de economía y competitividad del que soy investigador principal y que he conseguido mediante concurrencia competitiva (y si la próxima convocatoria no lo consigo, si quiero ir a un congreso me lo pago de mi bolsillo), debo presentar certificado de asistencia, factura del hotel, factura de la inscripción al congreso, factura del viaje, tarjetas de embarque, si fue en avión, tickets de la autopista o gasolinera si fue en coche, si el coste de la noche de hotel pasa de un tope, la diferencia la pago de mi bolsillo, si contrato seguro de viaje lo pago de mi bolsillo, tengo expresamente prohibido viajar en business, etc; en cambio, estos señores van a donde se les pone en la punta del nabo, gastando lo que quieren, y por ley nadie les fiscaliza, ésa es la verdadera obscenidad. Y luego se sorprenden de que estos señores que supuestamente nos representan no quieran limitar los gastos de la casa real.
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