¿Alguien se acuerda del
avión comercial indonesio que fue abatido en Ucrania el pasado mes de julio?
Sí, ya sé que hay otras muchas noticias en el mundo y que no se puede estar en
todo. Hoy vota Escocia, el ébola sigue haciendo estragos, el Estado Islámico sigue
sembrando el terror, la crisis económica se antoja más pertinaz que las sequías
franquistas y el Sr. Mas insiste en que aquí también votaremos el próximo 9-N.
Pero parece cuando menos sospechoso que después de toda la que se organizó
sobre el origen y los autores del derribo, los creadores de opinión, que lo son
también de indignación, se hayan olvidado del tema.
Desde Occidente se acusó del
atentado a las milicias prorrusas ucranianas, y a Rusia de estar detrás de
ellas. Un atentado que, no lo olvidemos, costó la vida a casi trescientas
personas. Con todo lujo de detalles se nos explicó que así lo habían detectado
los satélites de observación norteamericanos. Porque además, los nuestros,
léase el gobierno ucraniano impuesto por Occidente, no podían ser.
Luego vino lo de la caja
negra. Que si estaba en poder de las milicias prorrusas, que si ya la tenían
los rusos, que si se había hecho desaparecer para que no ratificara lo que ya
se sabía… Al final, se entregó la caja negra y se llevó a Holanda para su
estudio e interpretación. En un par de semanas lo sabríamos todo y ya sin
posible debate ni duda alguna. Han pasado más de dos meses, y lo único que
sabemos es que se ha corrido un tupido velo sobre el tema. ¿Ya no interesa que
se sepa quién fue? Y si es así ¿Por qué?
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada