dimarts, 30 d’octubre del 2012

DE PASCAL A ORIOL JUNQUERAS, PASANDO POR FICHTE



Lo decía Josep Borrell hoy -en un artículo que no puedo reproducir porque la edición digital es de pago- a propósito del debate sobre el independentismo y aludiendo a Cataluña y a Escocia: "Ya vale de decir las cosas como no son y de considerar amenazas explícitas como son". O lo que es lo mismo, basta ya de mentiras capciosas.

Para muestra un botón. En el mismo rotativo donde aparece el artículo -edición papel- pueden verse dos noticias contradictorias que hablan sobre lo mismo. En la primera, el máximo dirigente de ERC, Oriol Junqueras, asegura que sin el déficit fiscal, la Generalitat tendría el superávit más alto de Occidente. Por cierto, luego añade que sus postulados económicos son parecidos a los de Angela Merkel. ¿Y se dice de izquierdas? ¿Sabe este tío lo que está diciendo?. En fin, mejor dejar este tema para otra entrega. En la segunda noticia, el último fichaje del PSC afirma que la independencia de Cataluña traería 15 años de bache ecónomico. Quince, eso es ni catorce ni dieciséis, sino quince. Muy bien, entendido. Parece obvio que uno de los dos está mintiendo conscientemente, porque tanta discrepancia es imposible.

O quizás no. Quiero decir que acaso el que mienta no sea consciente del carácter mendaz de sus afirmaciones. En cualquier caso, si luego las previsiones no se cumplieren, siempre hubiere algo o alguien a quien cargarle el mochuelo. Eso no es problema. Como en aquella película del inspector Clousseau, que no quiere que la chica sea la asesina, y siempre encuentra algún argumento cogido con pinzas para exculparla ante sus superiores cada vez que aparece ella junto a un cadáver recién asesinado.

La voluntad (¿O los sentimientos?) frente a la razón. Decía Pascal que el corazón conoce razones que la razón ignora, y son las que mandan, hemos de suponer. Fichte, por su parte, considera la voluntad como génesis –la libertad de la voluntad- y el conocimiento –la razón- no es sino un momento necesario del despliege de esta voluntad, en la cual reside la decisión. ¿Para qué el conocimiento entonces? ¿Para qué la razón? Simplemente, para que podamos decidir libremente. O pensarnos que es así, que añadiría un psicoanalista.

No seguiré con Fichte, simplemente diré que la versión posmoderma -ergo, ramplona- de este planteamiento es que lo que yo quiero es lo que he de conseguir porque puedo construir la realidad a mi antojo, porque tan "verdad" es mi construcción como la del "otro", y la realidad que está allí estorbando en el supuesto de que lo que yo quiera no se le ajuste –no le esté adecuado, diría el viejo Aristóteles-, pues la tergiverso y punto ¿Acaso permitiré que unos asquerosos datos empíricos den al traste con mis voliciones? Ni hablar. Además, tanto unos como otros, están convencidos de que lo que dicen es, en cada caso, lo que sus respectivas parroquias quieren oir. Es como decidir qué es verdad por referendum.

¿Y lo que dice Borrel de “las cosas como son”? ¿Qué significa desde estos planteamientos? Nada, residuos de racionalismo insolente y antisentimental, presuntuoso y demodé; propio de trasnochados que no saben que la razón crea monstruos. Por lo visto, la sinrazón no los crea.
Y así nos va. Que Dios nos pille confesados.

EL PEDAGOG I EL CAPELLÀ

                    


Parlar no de pedagogia, sinó de "la pedagogia" és sempre problemàtic. Perquè estàs obligat a dir veritats que molesten. I amb els pedagogs no és com amb els capellans, avui en dia si fa no fa tots més o menys secularitzats. Un pot ser ateu i tenir amics capellans; fins i tot capellans creients. A més a més, acostumen a ser persones de cultura no solament teológica, sinó molt més àmplia. Amb un pedagog és més difícil. Ni tenen la cultura dels capellans -tot el contrari, hi ha autèntics ignorants  que van passar el batxillerat només gràcies a la benevolència dels professors que ara tan critiquen- ni el refinament que dóna pertànyer a una organització amb dos mil anys d'història. De fet, en el cas dels capellans ens trobem amb "l'esperit d'església"; amb els pedagogs, amb "l'esperit de secta". I encara que totes les esglésies hagin començat sent sectes, ni totes les sectes acaben com esglésies ni una cosa és exactament el mateix que l'altra.  

Perquè, al capdavall, què és, en essència,  un pedagog? Algú que desconeix les matèries sobre les quals, nogensmenys,  pontifica com s'han d'ensenyar. En això, certament, pot semblar que hi ha certs aspectes compartits amb el capellà. I ho és en cert sentit, però també hi ha molt d'aparença enganyosa. Per exemple, podríem dir que el capellà regula i pontifica sobre aspectes que desconeix -almenys en teoria- com ara la vida sexual, igual que el pedagog pontifica sobre  l'ensenyament de les matemàtiques, sense que en aquest cas hi hagi cap mena de dubte sobre la seva ingorància en aquest tema.
Nogensmenys, i precisament per això, mentre que el capellà no nega el sexe, sinó que pretén vehicular-lo, sotmetre'l i dominar-lo com a eina de control social -sap doncs, en definitiva, amb què se les està tenint-, el pedagog simplement anorrea el coneixement com el cavall d'Atila ho feia amb l'herba. Socialment i històricament, això és un problema, perquè al sexe hi tendeix l'espècie humana amb una tenacitat a prova de segles i segles de repressió i persecució. Sempre reapareix. El coneixement, en canvi, és el resultat de la acumulació i evolució per transmissió a través de generacions, però sense que l'ésser humà hi tendeixi de manera natural, sinó només, en tot cas, en contextos de necessitat. I quan es perd, pot ser irrecuperable durant molt de temps.
El pedagog és, doncs, molt més perillós que el capellà per al progrés de la humanitat. Molt més. Indiscutiblement.

diumenge, 28 d’octubre del 2012

¡SCIASCIA, TE ECHAMOS DE MENOS!



Confieso haber leído antes su "Cándido" (o un sueño siciliano) que el de Voltaire.  ¡Qué tiempos aquellos en que la izquierda tenía autores de enjundia y la derecha parecía disponer sólo de meapilas! Hoy he pillado en uno de esos canales de cine que, a veces, vale la pena tener a mano, la versión cinematográfica de "Il contesto", con el título de Cadaveri eccelenti (1975). 

Una muy buena versión para la gran pantalla. No podía ser menos si está allí el inolvidable Lino Ventura, interpretando al inspector Rogas, con su mural (en la novela) del grabado de Durero "El caballero, la muerte y el diablo" en su despacho, convencido de la naturaleza apolítica de los asesinatos en serie de jueces y magistrados que está investigando en una Italia imaginaria de principios de los setenta.

Hay una escena que recordaba con especial detalle y que me ha vuelto a impresionar por su condición rabiosamente actual. Rogas, un policía profesional y serio, está convencido de que los asesinatos de fiscales, jueces y magistrados que se están produciendo,  son el resultado de un error judicial perpetrado en la persona de un farmacéutico, engañado doblemente por su mujer, que tras unos cuantos años en la cárcel, se está vengando de aquellos que tan displicentemente le habían condenado siendo inocente. Y Rogas sabe que la próxima víctima será el último que queda vivo de los que participaron en el juicio, el actual presidente de la Corte Suprema. Trata de explicárselo, le desmonta la teoría de la conspiración terrorista de extrema izquierda y le sugiere que tome precauciones, porque él es el siguiente de la lista. Entonces, el magistrado -Max von Sydow- se envuelve de lleno en su papel y le replica, en tono autoritario y vehemente:

- ¿"Error judicial" dice usted? ¿Lo afirma o lo cree?-

Ante tan solemne reprobación, Rogas se achanta y balbucea algo así como que "lo cree", porque es la conclusión a la que ha llegado. Y entonces es cuando llega a su climax la autoafirmación del poder por el poder.

¿Es usted católico? ¿Va a Misa? El pobre inspector responde que sí, que es católico, pero que... bueno, como todo el mundo... que sólo va a misa para bodas, comuniones y entierros. Muy comprensivo con tales debilidades, el alto dignatario prosigue imperturbable su monólogo autoapologético, que transcribo a continuación con toda la fidelidad que soy capaz de recordar (no tengo el libro a mano):

"Incluso los católicos que, como usted, van poco a misa, saben que la consagración es algo que se repite una y otra vez, siempre que la lleve a cabo un sacerdote, un ministro de Dios, debidamente ordenado. Y que la transubstanciación se produce aunque el sacerdote pueda no ser una persona de conducta ejemplar o incluso abiertamente reprobable. Si se pusiera en duda el misterio de la consagración, la propia idea de la misa dejaría de tener sentido. Exactamente por la misma razón, la idea de "error judicial" no tiene cabida en nuestra sociedad. Cuando un juez emite sentencia, es como un sacerdote consagrando; no puede haber error porque entonces estaríamos cuestionando la propia idea de Justicia. Esto, introducir la duda, es lo que hizo Voltaire, y lo que hacen sus seguidores. Y los depositarios de la Justicia estamos para luchar contra esto. Y para que usted lo sepa, yo no soy ni creyente ni volteriano.

¿Sabe usted lo que era el diezmo? Cuando en la guerra había que castigar a un batallón por comportamiento cobarde, ¿qué más daba que se fusilara al culpable de cobardía o no? No señor, uno de cada diez de cada compañía, fusilados. Eso es la justicia. Se cuenta y al que le toca el número diez, le tocó. Y si a ese farmacéutico le tocó, eso fue justicia. No me venga con errores judiciales".
Más o menos como el "Gran Inquisidor" de Dostoievski. Ciertamente, si la secularización de lo sacro ha de acabar resolviéndose en una sacralización de lo secular, como parece que está ocurriendo -ya sean cortes judiciales supremas, constituciones o naciones con sus ilustres vástagos- quizás para este viaje no hacían falta alforjas. O es que no hemos entendido nada. Nada de nada.
Gracias Sciascia, te echamos de menos.

dilluns, 22 d’octubre del 2012

PSOE: EN EL PECADO ESTÁ LA PENITENCIA



La némesis del PSOE parece irremisible.  Las sucesivas derrotas electorales se suceden sin tregua y con el valor añadido de arrojar, en cada caso, los peores resultados nunca obtenidos. Y Galicia y Euskadi acaso sólo sean la antesala del próximo 25 de noviembre en Cataluña. Eso sí, el más leve asomo de análisis, siquiera mínimamente lúcido o autocrítico, sigue brillando por su ausencia.

En realidad, lo de Zapatero fue como un veranillo de San Martín. Una de aquellas trampas que nos pone el diablo para que pensemos que no se nos va a castigar por nuestros pecados y así sigamos perseverando contumazmente en ellos. O quizás, más racionalmente, un ardid de la historia. Materia de la astucia de la razón somos, al fin y al cabo, según dijo el viejo Hegel.

Nadie quiso reparar en su momento en algo obvio: la concatenación de hechos que obró la victoria del PSOE de Zapatero en el 2004 tenía, más o menos, las mismas probabilidades de producirse que las que tiene un burro de hacer sonar una flauta. Fue una victoria coyuntural, que habría que agradecer, entre otros, a Acebes y su inapreciable colaboración. El PSOE estaba en falso desde mucho antes. Luego, Acebes y su cuadrilla lo siguieron haciendo tan "bien" que ni la evidencia incontestable de estar habiéndonoslas con un gobierno de orates impidió que hasta mejorara resultados cuatro años después. Un espejismo. Hoy ya nadie habla de Zapatero, excepto para atribuirle la culpabilidad de la crisis. La socialista y la otra. Aquellos polvos trajeron esos lodos. Dicen.

Pero no fueron los polvos de Zapatero -entiéndase sensu stricto según el dicho popular- los que le trajeron al PSOE los lodos actuales, sino otros muy anteriores. Esos sí, acaso más interpretables sensu lato.

La desindustrialización iniciada en los ochenta por los gobiernos de Felipe González -denominada eufemísticamente "reconversión"- y la "cultura del pelotazo" que llevó aparejada, así como la "burbuja del tocho" que fue su secuela de la mano de Aserejé, tienen mucho más que ver en las singularidades de la crisis en España que la ciertamente pésima gestión de Zapatero y sus «miembros y miembras». Mucho más.

Cuando el PSOE perdió sus primeras elecciones generales frente al PP, era un partido desacreditado y minado por la corrupción. Más que un partido, parecía una inmobiliaria o una agencia de colocación. La situación estaba tan degradada que al ungido por dedazo no le quedó más remedio que convocar unas primarias, simulando darles la palabra a las bases. Pero las bases hablaron de verdad, y lo que dijeron no gustó. Se optó por mirar hacia otro lado. Ahí quedó el "caso Borrell" como evidencia para la historia.
 
El PSOE se negó a renovarse a fondo, como requería la situación, haciendo borrón y cuenta nueva después del felipismo. Ignoró su propio estado de esclerótica decrepitud y abortó cualquier atisbo de catarsis. La torpeza de Acebes, perdiendo él solito las elecciones en 24 horas, les hizo creer que la alternancia sería periódica, inevitable, secuencial -algún sociólogo se lo contaría- y que se podían ganar unas elecciones sin rendir cuentas. Esas viejas cuentas que pasan ahora factura. Con intereses de prima de riesgo española.

I DE BARCELONA WORLD I D'EUROVEGAS, QUÈ? (II de II)


En altres paraules, si enganxen La estanquera de Vallecas venent tabac a un menor d'edat heroinòman i litronero, li tanquen l'estanc. I si  Terenci Moix retorna de l'Hades a Cosmocaixa per assistir encuriosit a la taula rodona d'uns quants saberuts sobre els orígens catalans o castellans del día que morí Marilyn -o el día que murió Marilyn- i l'olor a Ducados delata la seva  presència fantasmàtica, la Generalitat li retira les medalles i el Departament d'Ensenyament el proscriu com a autor de lectures de curs. Però si resulta que l'estanquera vallecana o el Terenci venen tabac o fumen a Eurovegas -entenem-nos, al Prat de Llobregat o a Alcorcón-, aleshores no passaria res. Res de res. Quins pebrots, oi?

Doncs bé. Resulta que després de més d'un any de polèmiques mediàtiques i polítiques, va Doña Esperanza i es despenja amb una rialleta que li va gelar el somriure al Sr. Artur. Poc després, un edecà artúric anuncià una macroinversió per a Catalunya, "Barcelona World". El Sr.Artur va tornar, més o menys, a somriure. Sí, més o menys, pèrquè des d'aleshores el somriure se li ha tornat  escultural... en el sentit d'inanimat, com una ganyota: un rictus, vaja. I Doña Esperanza mai més ha tornat ni tan sols a esbossar una insinuació de rialla. I això malgrat que el dia següent de l'anunci artúric, el magnat neoesclavista anunciava que havia estriat la parcel·la de Doña Esperanza per a instal·lar-hi la seva Nova Babilònia. Això sí, ara estaria en competència amb el nou Kalgan del Sr. Artur, sis-cents quilòmetres cap al nord-est. Ni amb la victòria d'haver aconseguit Eurovegas per a ella va  aconseguir recobrar aquell somriure, entre sorneguer i entremaliat, que l'havia caracteritzada. Ni tampoc va tornar a parlar d'Eurovegas. Mai més?

I com és possible que després de tants focs d'artifici amb pretensions de foc real, tantes declaracions, tanta vesània desplegada, tants tertulians  vora l'atac apoplèxic en ple climax hertzià, tants de sentiments ferits i tants pobles ultratjats per les declaracions d'uns i d'altres... I precisament ara que tots plegats podrien estar contents, perquè tots dos havien aconseguit allò que pretenien, amb unes inversions milionàries dignes del Tío Gilito i amb milers de llocs de treballs a Catalunya i a Madrid...PRECISAMENT ARA VAN I DEIXEN DE PARLAR-NE! Qui ho entén?

És cert que la situació ha canviat. Doña Esperanza s'ha retirat, almenys per ara, de la política. El Sr. Artur, que no s'ha retirat ni sembla tenir-ne cap intenció, talment convençut que uns i altres només el volen per convidar a tabac, però no pas per a fumar amb ell, ha optat per a la transcendència. I si pel camí s'hi estavella, el restabliment de la legitimitat dinàstica ja està preparat... ara que  la contaminació que hi  va haver fa uns anys al medi ambient ja està oblidada.

Però ara de veritat. No seria Barcelona-World un immillorable actiu de campanya electoral per al seu artífex? Com és que no se'n parla? I Eurovegas, no havia de crear no sé quants milers de llocs de treball a Madrid? Que potser ja no hi fan falta?

Algú ha sentit parlar recentment d'Eurovegas o de Barcelona-World? Jo tampoc.Que estrany, oi?

dissabte, 20 d’octubre del 2012

I DE BARCELONA-WORLD I D'EUROVEGAS, QUÈ? (I de II)



Durant gairebé un any, el tema estrella del contenciós entre Barcelona i Madrid -en el context del qual s'inscriu el Catalunya-Espanya-  havia estat Eurovegas. Tot sigui dit amb perdó, no faltava més, dels Barça-Madrid i de les veleitats pre-onze de setembre dels masovers de CIU.  Però sí, malgrat que ara ja ningú en parli enlloc, no fa ni dos dies que els mitjans de comunicació d'aquí i d'allà, tots ells escrupulosament independents i professionals, no faltava més,  però també degudament alletats per les dides del poder -d'aquí o d'allà segons el cas, és clar- no parlaven gairebé d'altra cosa. I de cop, l'oblit... o l'Omertà?

Repassem molt breuments els fets d'aquesta crònica grotesca. Doña Esperanza i el Sr. Artur es van estar arrossegant servilment davant d'un magnat neoesclavista, que es devia divertir d'allò més mentre, tot tirant-se entre ells els plats pel cap, li cantaven les bondats de llurs respectius feus per a ubicar-hi la nova Babilònia  a preu de ganga.

Però el magnat tenia serioses reserves amb les lleis europees, espanyoles i catalano/madrilenyes. S'ha de poder fumar i aquí les lleis ho prohibeixen; els menors havien de poder entrar-hi com a adults -jugant, fumant, bevent, i el que hi fes falta- i aquí tot això les lleis també ho prohibeixen;  el magnat no paga salari a alguns treballadors, que viuen exclusivament de les propines que els clients proveeixen quan tenen el seu  quart d'hora, aquí en canvi, potser degut a una lamentable perversió consuetudinària, el treball es paga i fins i tot les lleis hi obliguen...
Tot plegat, foteses que ells haurien resolt ràpidament en llurs respectius corralitos. Però ai las! la legislació espanyola no els donava marge!  Doña Esperanza no ho va dir així, tan explícitament, no ho podia dir per raons òbvies, tan espanyola ella! però ho pensava; el Sr. Artur, al seu torn, se la va apuntar: ai quina pena que no pugui fer jo totes les lleis! I va preparar el seu full de ruta.

Que consti que les lleis sobre el tabac que tenim actualment em semblen pensades per retrassats mentals amb una perillosa proclivitat cap al fanatisme i la intolerància. Senzillament, qui no vulgui pols que no vagi a l'era. Si en un bar es fuma i a mi em molesta el fum -el del tabac, és clar, el dels cotxes i el de les fàbriques me l'he d'empassar sí o sí- aniré a fer el cafè a un altre que no  hi deixin fumar. I punt. Qualsevol cosa que vagi més enllà d'això és jugar a ser Torquemada.
Però això no treu que, com ja deien els llatins; dura lex sed lex. La seva naturalesa profundament intolerant  no li treu la condició de llei. I s'ha de complir. Però el que no es pot fer és donar l'espectacle dient públicament, en català un, en castellà l'altra, o segurament tots dos per boca d'un intèrpret en anglès: don't worry Mr. Adelson, I'll workt it out for you... just for you.

dijous, 18 d’octubre del 2012

PRIM: CAPÍTULO FINAL (A vueltas con la muerte de Prim- XXII)


La situación en la Europa de finales de 1870 dista mucho de la de 1868. Alemania se ha unificado en el II Reich y emerge como gran potencia. Francia ha pasado del II Imperio a la III República, con una humillante derrota militar contra los alemanes y la revolución de la Comuna entremedio. Italia acaba de ocupar los Estados de la Iglesia... La correlación de fuerzas se está recomponiendo y cada cual busca su acomodo en el nuevo escenario que está surgiendo, intentando asegurar su propia posición e intereses.

La Gran Bretaña victoriana es sin duda la mayor potencia europea y mundial. Pero la posibilidad de una Alemania hegemónica en el continente amenaza seriamente sus intereses. Las alianzas que darán lugar a los bloques que se enfrentarán cuarenta y cuatro años después en la Gran Guerra todavía no están definidas.

En este contexto, una España errática, inestable e imprevisible no es deseable para nadie. Menos aun para Inglaterra. Y un eventual bloque republicano en la Europa meridional hegemonizado por Francia no es tampoco del gusto británico. Ni aunque España e Italia se mantuvieran como monarquías saboyanas más o menos masónicas. Tampoco hemos de olvidar, por más que pueda parecer anecdótico, que Castelar, a la cabeza del partido republicano, le exigió a Prim que movilizara un ejército de cien mil soldados para acudir en ayuda de Francia contra Alemania. Obviamente, Prim no se molestó ni en contestarle (Una lástima: hubiera podido enviar a Serrano al frente del cuerpo expedicionario, para que redondeara sus glorias militares frente a Von Moltke).

Pero no eran sólo los desatinos de los republicanos españoles lo que inquietaba a Inglaterra, sino otras cuestiones mucho más prosaicas: evitar que España cayera bajo el liderazgo francés republicano, mantener la apertura de sus mercados contra el proteccionismo económico y, también por supuesto, asegurar la entrada al Mediterráneo por Gibraltar. Con Prim o sin él, lo cierto era que España se estaba radicalizando. Y un rey italiano en España no entusiasmaba a los británicos. Finalmente, last but not least, Prim optaba claramente por el proteccionismo -en la península- lo cual perjudicaría a Inglaterra. No la iba a arruinar, por supuesto que no, pero sí que le causaría algún quebranto.

A lo mejor resulta que Prim se había convertido dos años después en un problema para la política británica, siempre muy preocupada desde 1808 en tutelar a España como forma de tenerla controlada. Y no es impensable que la opción que hacia finales de 1870 podía verse como la más deseable para España desde los intereses británicos -la estabilidad y el mantenimiento del statu quo- fuera una restauración borbónica como la que se produjo tan pronto como fue posible, cuatro años después.

Que el modelo de la Restauración tuvo el beneplácito británico es evidente. Que se mantuvo la asimétrica apertura del mercado español a Inglaterra, en perjuicio del crecimiento de la industria y del comercio españoles, también. Que esto se diseñara ya en 1870 o algo más tarde ante el fracaso de Amadeo y la I República, eso es lo que no sabemos. Pero cuadrar, lo que es cuadrar, cuadra.

Y otra cosa es cierta. Si la muerte de Prim fue el resultado de un pacto entre la derecha monárquica y la Gran Bretaña, si el resultado de dicho acuerdo relegaba a España a una situación de subordinación sin contrapartida, como se demostró en 1898, y si además era la misma dinastía la que se estaba proyectando reintroducir en 1960 ¿No hubiera habido motivación suficiente como para escamotearle a la historia las eventuales complicidades entre el artífice de la restauración y el imperio británico para acabar con un presidente del gobierno español?

 
Desde luego que sí. Y si no fue esto ¿Qué otra razón podría haber para destruir unos legajos de hacía un siglo? Con franqueza, no veo otra.

dimarts, 16 d’octubre del 2012

INCISO SOBRE "LA BERLINA DE PRIM" DE I. GIBSON (A vueltas con la muerte de Prim XXI)



En realidad, esta fabulación sobre la participación de la Gran Bretaña en la conspiración contra Prim surgió de la lectura de la novela de Gibson y converge con algo sabido, aunque no por ello menos obviado: el régimen de la Restauración se diseñó desde Inglaterra y de acuerdo con los intereses de Inglaterra. Desde 1815 España era, en cierto modo, un protectorado británico. Eso sí, a diferencia de Portugal, cuyas colonias estaban bajo el paraguas británico, en el caso de España no había ni paraguas, ni compensación ni reciprocidad. Sólo apertura unilateral de los mercados españoles a los productos ingleses. Digamos pues, que nada importante se movía en España sin el placet, explícito o implícito, de la Gran Bretaña. Recordemos brevemente la trama de Gibson.

Un periodista irlandés que trabaja para un rotativo londinense de izquierdas, viaja a España a finales de 1873 para investigar la muerte de Prim. Se dirige primero a Sevilla y, de allí se traslada a Madrid. A lo largo del relato viaja también al País Vasco francés, donde se entrevista con Paúl y Angulo. En todo momento queda meridianamente claro que está siendo vigilado y seguido muy de cerca. Que se está enfrentando a algo que trasciende de largo las posibilidades de un gran periódico inglés que sí puede, sin embargo, a través de sus "contactos transnacionales", localizar a Paúl y Angulo y concertar una entrevista con él.

Dentro de la trama novelesca de la obra, Gibson nos deja muy claro que desde el mismo momento en que Boyd abandona Londres, en España están al corriente de ello y de las intenciones que le traen. Más exactamente, están al corriente aquellos que precisamente no desean el menor avance en las investigaciones sobre la muerte de Prim. Lo que al principio pueden parecer encuentros más o menos casuales, acaban no siéndolo y, al final, llevan al periodista a una muerte con apariencia de accidente en una batida de caza en Doñana.

Entrando ahora en la fabulación literaria de la trama argumentativa, nos podríamos preguntar quién sería, o quiénes serían, según Gibson, los que advierten a los "encontradizos" españoles de la llegada del periodista de izquierdas y de las intenciones que llevaba. Admito que esto no lo plantea Gibson como investigación histórica, sino como trama novelesca, pero ahí está en cualquier caso. Luego ¿En quién está pensando?

No creo que un hispanista de mérito como él esté pensando en algún tipo de servicios de inteligencia españoles. Ni que los serranistas o los montpensierianos tuvieran un servicio de información cuyos tentáculos llegaran hasta los periódicos ingleses de izquierdas. No, desde luego que no. Gibson nos está introduciendo por la puerta de la trama novelesca la posible complicidad inglesa en la muerte de Prim.
 
Con ello, vamos a parar a la primera tesis que defendía al principio de estas intervenciones: es imposible que una conspiración de una envergadura tal como la que acabó con Prim se les pasara por alto a los ingleses. Si simplemente dejaron hacer o tuvieron una participación más activa, también parece Gibson bastante explícito: en la novela queda claro que ha de haber en Londres alguien o algo nunca citado ni aludido que no desea que se sepa qué o quién está detrás de la muerte de Prim.
 
Prosigamos pues con nuestra fabulación ¿Qué hubiera podido llevar a Inglaterra a acordar con Cánovas la eliminación de Prim?

diumenge, 14 d’octubre del 2012

Y ALGO MÁS SOBRE PRIM (2ª parte): A vueltas con la muerte de Prim (XX)








¿Por qué Inglaterra y no otra potencia? Pues porque no parece que pueda ser otro que la Gran Bretaña. Y fuera de Europa, acaso los EEUU. Empecemos por los norteamericanos.

Es cierto que por aquel entonces los yankees ya le tenían echado el ojo a Cuba, pero también lo es que Prim parecía llevar el tema con mucho tacto. Por un lado, estaba decidido a abolir la esclavitud y a dotar de autonomía política a la isla, conservando el mercado español pero abriéndose también al americano. Con estas dos medidas sorteaba las presiones abolicionistas de la opinión pública americana y daba pie a las inversiones y negocios de sus empresarios. Parece que Prim había barajado en algún momento la venta de Cuba a los EEUU, idea que luego desestimó. Al final, todo indica que su proyecto pasaba por una Cuba convertida en algo así como el Canadá español. Y esto no era algo que los americanos hubieran rechazado en 1870. Además, desde sus tiempos en los EEUU al salir de México, Prim era precisamente el interlocutor con los norteamericanos. Nada, pues, por este lado
 
De los países europeos del momento con ciertos posibles, Alemania e Italia pueden descartarse de entrada. Alemania, recién reunificada por entonces, porque no tenía el menor interés en España. Prim le había ofrecido además la corona española a un príncipe Hohenzollern. Este ofrecimiento hizo montar en cólera a Napoleón III y poco después estallaba la guerra franco-prusiana. Italia, menos aún: el rey finalmente elegido, Amadeo I, era hijo del rey italiano. Nos quedan Francia e Inglaterra.

¿Qué decir de Francia? Parece ser que Émile de Kératry, en nombre de la III República, le había asegurado a Prim la posesión de Cuba y el reconocimiento de la República española si se decidía a proclamarla, y a él como presidente. Convencido de que la república no podía triunfar en España, Prim rechazó la oferta sin que se supiera muy bien, tampoco, cuáles eran las contrapartidas que pedía Francia.

No es escabellado pensar que la III República pensara en reforzar su posición en Europa -después de su derrota militar frente a Alemania- atrayendo a su órbita a España y, tal vez, a Italia. Pero tampoco parece que para Francia fuera ningún gran revés  que, en lugar de convertirse en una república, España fuera una monarquía parlamentara con un rey italiano que, indudablemente, estaba más próximo a la República francesa que a Napoleón III. Ni que Prim fuera ningún obstáculo para los franceses. Se dice que ante la negativa de Prim a las propuestas del Kératry, éste le sugirió que tal vez lo acabaría lamentando. Pero esto, más que como una amenaza, debería entenderse más bien como una aviso a Prim contra los enemigos que estaban conspirando contra él y que, de no saber elegir sus aliados, tal vez acabaría como precisamente acabó. Nada tampoco por el lado francés. Así que sólo nos queda la Gran Bretaña.


 

divendres, 12 d’octubre del 2012

Y ALGO MÁS SOBRE PRIM (1ª PARTE) (A vueltas con la muerte de Prim -XIX)


Las cuatro próximas -y últimas- intervenciones sobre el tema del asesinato de Prim acaso le pareceran a alguno un dislate o, en el mejor de los casos, un divertimento. Son ciertamente una fabulación y, en este sentido, pieza separada con respecto a las entregas anteriores. Pero igualmente verosímil.  Se trata de considerar la posibilidad de intervención, por activa o por pasiva, de una potencia extranjera en la muerte de Prim.

La historiografía española, tal vez por una cuestión ligada al pathos ibérico, siempre ha tendido a minimizar, incluso a obviar, la importancia que las intervenciones extranjeras han tenido en los derroteros de la historia de España. Sin embargo, ello no es óbice como para que los siglos XVI y XVII no se puedan entender sin la supeditación a la política centroeuropea que determinó el reinado de Carlos V. Que nombremos a este monarca por su numeración imperial ya es de por sí un hecho que debiera dar que pensar. Lo mismo se puede decir de la guerra de Sucesión y de la subordinación a la política francesa que acarreará durante todo el siglo XVIII en la España borbónica.

¿Qué decir del siglo XIX? Se inicia supeditado igualmente a Francia, ahora con nuevos mandatarios como resultado de la Revolución. La derrota de Napoleón y la intervención inglesa en territorio español para luchar contra los franceses, unido a la inmediatamente posterior pérdida de la mayoría de colonias americanas -ayudadas a su vez por la misma Inglaterra que era aliada formal y tuteladora de España- dejan al país sin lo poco de política propia que le quedaba. A partir de aquí todo será supeditación, ya sea en la órbita inglesa o, a veces según el caso, en la francesa. Los cien mil hijos de San Luis son sólo uno de los ejemplos más manifiestos, pero no el único. ¿Quién financiaba a los carlistas a la vez que les impedía tomar Bilbao o enviaba a la legión inglesa para evitar el colapso militar "cristino" a comienzos de la primera guerra ? ¿A quién pidió permiso O'Donell para declarar la guerra a Marruecos? ¿Quién ocupó la Conchinchina y entró en Saigón para regalársela a Francia, sin quedarse luego sin un acre de aquellos territorios?

La relación de subordinación española respecto a Francia y a Inglaterra no era oscilante, sino constante y en unos términos muy claros a lo largo de todo el siglo XIX. A Francia hay que procurar por todos los medios no enojarla; a Inglaterra, en cambio, simplemente hay que hacerle caso. Unas relaciones de naturaleza muy distinta que situaban a España como potencia de segundo orden directamente subordinada a la Gran Bretaña, que no protegida por ella; el detalle es importante.

La tesis que voy a defender a continuación es que en una conspiración tan amplia y compleja como la que se llevó a cabo contra Prim, es imposible que a los británicos se les pasara por alto. Otra cosa es que simplemente dejaran hacer o que participaran activamente. La primera parte de esta tesis nos la sugiere implícitamente el propio Ian Gibson en su obra "La Berlina de Prim". La segunda podría tal vez desvelarse si supiéramos cómo y quién levantó la hipoteca que Montpensier había contraído con la Banca Coutts.

La tesis que yo defenderé es que Prim se había convertido en un problema para Londres, y Cánovas les preparó la Restauración como recambio y garantía de seguridad (para sus negocios) y de estabilidad (para la política hegemónica británica en el Mediterráneo). La única contrapartida: el poder en un remedo de parlamentarismo que asegurara, a  su vez, el caciquismo y el secular retraso español, lo cual era un negocio para muchos, especialmente los ingleses. Dicho en otras palabras: apertura de mercado a los productos birtánicos y ni hablar de proteccionismo económico.

Podrá parecer un desatino, pero quien tenga curiosidad, que siga leyendo.











 

dimecres, 10 d’octubre del 2012

ELOGIO DE JUANCHO ARMAS


El "erudito" Juancho Armas Marcelo especula sobre los orígenes catalanes de los asesinos de Jesucristo en un artículo evacuado con carácter de apretón en un rotativo cuyo nombre produce náuseas vomitivas solo con evocarlo. Pero ya se sabe, igual que ha de haber carroña para que puedan comer las hienas, algunos lectores precisan de bazofia impresa para devorarla ávidamente con el mismo afán que un gourmet saborea unas ostras de Arcade. Y a eso es a lo que se dedica este Armas: a lanzar carroña para poder comerse luego él las ostras.

Llamarle sicofante sería insultar a tan noble oficio de la antigüedad clásica. Porque los sicofantes no se creían las calumnias que difundían. Eran unos profesionales. Todo indica, en cambio, que él si se las cree. Y eso no dice mucho en su favor. Entre otras cosas porque es difícil hacer gala de tanta indocumentación en tan breve espacio. Veamos.

Arguye el orate Armas que Poncio Pilatos y sus legiones eran catalanes porque estuvo de gobernador de Tarraco. Afirma, sin el menor pudor, que

el catalán desde los años de Pilatos sabe que los símbolos son capitales para el triunfo. Cito a Pilatos porque era el gobernador de Tarraco en tiempos de Cristo. El hombre, contra su voluntad, fue destinado por el Imperio a Judea (o Palestina, como ustedes quieran) y se llevó de Cataluña -también por orden del Imperio romano- su guardia pretoriana (de catalanes) y un par de legiones de leva obligatoria.

Al recalar en Jerusalén, se encontró con aquel ser superior, Jesús, hijo de José, que decía ser Hijo de Dios y con el Sanedrín judío. Saquen conclusiones de quién o quiénes mató o mataron a Cristo. Y quien dio la lanzada final al costado del Maestro. Al final se jugaron la túnica de Jesús a los dados, en aquella película protagonizada por Victor Mature titulada exactamente La túnica sagrada. Más conclusiones: «La pela es la pela», aunque sea del Hijo de Dios, y el euro no iba a ser menos.

Confieso haber pensado al principio que estábamos delante de una mala fe manifiesta. Corrijo mi impresión inicial. No creo que haya animus iniuriandi, sino simplemente ignorancia, estulticia y, eso sí, un exceso de vesania que sin duda debe tener una causa somática. Un tema de humores, como diría Galeno, unos cien años después de Poncio Pilatos. Esperemos que se cuide. Pero eso sí, que aprenda algo de historia y de geografía.

1.- Porque en el año 33 no había catalanes, sino, en todo caso, romanos tarraconenses, que no sólo podían ser de la capital Tarraco (Tarragona), sino también de lo que hoy Calatayud (Bilbilis), Alcalá de Henares (Compluto) o de tantos otros lugares de la antigua Hispania Citerior. Sería como decir, a la inversa, que Armas es guanche dado su origen canario. Una estupidez ¿Verdad?

2.- Tampoco es ningún extremo demostrado que Poncio Pilatos hubiera sido gobernador de Tarraco, ni consta que fuera de allí. Y en cualquier caso, estaríamos hablando no de Cataluña, sino de la provincia romana de la Hispania tarraconense, en aquellos tiempos prácticamente las dos terceras partes de la península ibérica. El nombre de catalanes, como el de castellanos, aragoneses o navarros, no aparecerá hasta, más o menos, unos mil años después. Casi nada, Armas.

3.- La guardia pretoriana, en el siglo I, era un cuerpo de escolta reservado al emperador. Poncio Pilatos no tenía guardia pretoriana; era gobernador, no emperador.

4.- Quien condenó a Jesucristo no fueron los romanos, ni tampoco Poncio Pilatos, sino el Sanedrín judío. Eso basta con haber leído el Nuevo Testamento para saberlo. Parece que la visión de Victor Mature en la película "La túnica sagrada" le ofuscó a Armas la contextualización histórica de la película. Debería haber dedicado también su atención a otros aspectos de la película. A Jean Simmons, por ejemplo.

Pero claro, para Armas, aquí lo único que importa es lo que no acaba de decir, quizás porque lo tenga pensado para la siguiente evacuación: que Longinos, el centurión de la lanza, era catalán. Y la lanza se la vendió a unos relojeros suizos que gracias a  esto se hicieron famosos. Ya se sabe, los catalanes nunca han respetado nada.

Anda, Armas, cómprate un euro de bosque y piérdete en él con Victor Mature.

dilluns, 8 d’octubre del 2012

EL ASESINATO DE PRIM: LA ÚLTIMA PISTA (4ª parte) (A vueltas con la muerte de Prim - XVIII)

 

 

Que fue él quien lo urdió me parece inevitable. Por eliminación y reducción al absurdo, lo admito ¿Pero quién más podría inquietar al franquismo monárquico como para que empezara a remover pruebas documentales? Su posición preeminente en la causa borbónica, en la Restauración y su aureola de hombre de estado entre el conservadurismo monárquico, hacía especialmente indeseable la eventualidad que aquí apunto. Si había legajos comprometedores, tenían que desaparecer. De no haber sido comprometedores, nadie se habría molestado en distraerlos. Y de decir lo que hasta entonces se había dicho, tampoco. 

Cánovas del Castillo estuvo trabajando para la restauración borbónica desde el mismo momento en que la Gloriosa echó a Isabel II. Y desde el primer momento descartó el regreso de la reina destronada. Actuó como jefe y estratega político de la causa, encarnada en la figura del heredero, el príncipe Alfonso. Con Isabel II ya nadie quería saber nada. Estuvo conspirando para desprestigiar y sabotear la monarquía de Amadeo y la I República. También él mismo redactó el Manifiesto de Sandhurst, que lanzó el joven príncipe Alfonso desde la academia militar inglesa -en la que estaba estudiando- ofreciéndose como rey de España. Y tampoco es ningún secreto que Cánovas pactó el régimen de la Restauración con Gran Gretaña, cuyo interés en la "estabilidad" española era manifiesto. Cuando fue el momento, activó el pronunciamiento de Martínez Campos para desalojar a Serrano, que le estaba cogiendo el gusto a eso de jugar a ser el Mac-Mahon español. 

Todo esto no es descubrir nada, está en cualquier manual.  Cánovas se pasó años tejiendo las complicidades necesarias para llegar a la restauración borbónica. Una restauración donde lo más importante no era la persona o la dinastía, sino el modelo político que se instituía: un intento de solución de continuidad al moderantismo de la época isabelina. Tampoco son novedad sus connivencias con Inglaterra. La novedad sería que habría empezado antes de lo que se pensaba y jugando muy fuerte.

En 1897, veintitrés años después de restaurar a los borbones y de ser durante todo este tiempo el hombre con más poder de España, Antonio Cánovas del Castillo murió asesinado por un anarquista italiano mientra estaba leyendo el periódico en un balneario vasco. Con ello se convertía en el segundo primer ministro español asesinado. ¿Némesis histórica? Después de todo, si la apoplejía de Montpensier cazando patos lo es, y lo de Serrano con el cenizo de morir el mismo día que Alfonso XII, también ¿Por qué no lo suyo con Angiolillo? Clío tiene estas cosas, a veces.

Actualmente se está analizando la momia de Prim para determinar si murió efectivamente el 30 de diciembre de 1870, tres días después del atentado en la calle del Turco, o si por el contrario, falleció -según parece que se especula actualmente- la misma noche  del 27 y se ocultó la noticia hasta el 30 por razones de Estado. Sea como fuere, en nada iba a cambiar lo que aquí se ha planteado y aquí queda. 


 

diumenge, 7 d’octubre del 2012

NACIONANISMO (III) EL BUCLE ARGUMENTATIVO


Porque Rajoy lo que está haciendo en realidad es mantener lo que le interesa y desmantelar lo que no. Hoy no se nacionalizan bancos, sino que se vacía el erario público para garantizar que sigan teniendo beneficios y liquidez. Con  este dinero prestado al 1% ellos le compran deuda al 7% al mismo que les acaba de prestar al 1%. La verdad es que dicho esto, cualquier ulterior comentario sobre la situación económica de España, está de más. Como diría cualquier marxista-grouchista: "si esto lo entiende un niño de teta, tráigame un niño de teta para que me lo explique".

Decía que al que le va mejor es al Sr. Rajoy, pero tampoco le va nada mal al Sr. Mas, cuyo bucle argumentativo es digno de pasar a la historia. Lo de Mas es un caso aparte; una proeza retórica sólo al alcance de un "grande entre grandes"; una demostración de cómo partiendo de verdades objetivas, puede uno abrirse camino hasta la más solipsista de las subjetividades y, desde allí, alcanzar el salvífico baño de autosatisfacción  reservado a los del fuste de Juan Palomo: yo me lo quiso, yo me lo como.

He de decir de entrada que puedo estar de acuerdo con el modelo de concierto económico, pacto fiscal o como se le quiera llamar a  la necesaria e ineludible mejora del sistema de financiación catalán. Ni las objeciones pretendidamente constitucionales tienen sentido cuando este modelo existe en otras dos comunidades. Y si la Constitución no sirve, pues que hagan otra que sí sirva. Pero lo que aquí nos ocupa no es ahora mismo esto, sino el bucle argumentativo del Sr. Mas. A ver.

En el corralito catalán, las corruptelas, la incompetencia y la nefasta herencia dejada por el infausto tripartito tienen tanto que ver en la quiebra fáctica de la Generalitat como, ciertamente también lo tiene, un sistema de financiación indiscutiblemente injusto y cicatero. En definitiva malo, para Cataluña y para España; excepto, quizás, para los que piensen que Cataluña no es España. Un sistema que, por cierto, negoció el propio Sr. Mas, desde la oposición, dejando con el culo al aire al gobierno tripartito de entonces. De esto hará unos seis o siete años. Ahora el Sr. Mas reclama un pacto fiscal cuyo referente inmediato es el concierto económico vasco. Digamos de pasada que en el País Vasco se han producido más o menos los mismos recortes que en el resto de España, es un dato importante para lo que sigue.

Argumenta el Sr. Mas que el déficit fiscal de Cataluña con respecto a España es de unos dieciocho mil millones de euros. Una cifra que no voy a discutir. Prosigue el Sr. Mas lamentándose que si esta cantidad se quedara en Cataluña o, lo que es lo mismo, si la gestionara él, no le hubiera sido necesario aplicar ningún recorte. Así lo ha dicho, sin más. Los recortes en Cataluña se deben a que, tal como reza el eslogan, ¡España nos roba!

Pues bien, siguiendo con esto, se infiere necesariamente que en Cataluña no habría crisis de no haber expolio español. Es decir, con un concierto económico como el vasco, Cataluña no se habría enterado de que Europa está sumida en la peor crisis de los últimos ochenta años; porque no le hubiera hecho falta aplicar recortes ¿Se ha pensado el Sr. Mas que somos idiotas? No por exagerar se tiene más razón.
 Tener la razón, o cierta parte de ella, no autoriza a mentir.

dijous, 4 d’octubre del 2012

HEIDEGGER VS (KANT & HILBERT)?


El Jorge apunta en el seu blog que Heidegger triomfa sobre Kant a les Facultats de Filosofia. Fa temps que no hi mantinc contacte –amb la Universitat-, però no em costa gaire considerar, si més no, versemblant el que ens descriu. La lectura del discurs de Heidegger sobre la universitat alemanya, del qual en transcriu una part, és certament revelador. L’havia llegit fa molt de temps i el tenia gairebé oblidat. El que m’ha semblat més colpidor és la idea que m’ha vingut immediatament tan bon punt llegia els paràgrafs on Heidegger diu:
“La voluntat de l’essència de la Universitat alemanya és la voluntat de ciència en el sentit d’acceptar la missió espiritual històrica del poble alemany, poble que es reconeix en el seu Estat. Ciència i destí alemany tenen que arribar, amb la voluntat ferma de la seva essència, al poder. I ho aconseguiran si, i només si, nosaltres, professors i alumnes, exposem, d’una banda, la ciència a la seva necessitat més pròpia i, de l’altra, ens mantenim ferms en el destí alemany en tot el seu constrenyiment.
En aquells mateixos temps, el ministre alemany d’educació va visitar la Universitat de Göttingen i li va preguntar a Hilbert com anaven les matemàtiques, ara que ja s’havia purgat la Facultat de professors jueus. Hilbert li va replicar:
Matemàtiques?Ja no hi queda res d’això aquí!
Potser el problema sigui que aquí, de filosofia, no solament no en quedi, sinó que, des de sempre, ja n'hi havia hagut més aviat poca. 

EL ASESINATO DE PRIM: LA ÚLTIMA PISTA (3ª parte) (A vueltas con la muerte de Prim - XVII)



Vamos a partir del supuesto que se mutila el sumario sobre el asesinato de Prim porque hay que hurtarle a la historia una verdad a cualquier precio: la restauración borbónica de 1875 se asentó sobre un magnicidio cuyo(s) instigador(es) fue a su vez el arquitecto de dicha restauración.

 
Esto sí que podía dañar la imagen de un régimen que estaba planeando en 1960 una restauración borbónica similar a la llevada a cabo en 1875, con cuya legitimidad pretendía entroncar y que redimiría al régimen franquista en la figura del borbón heredero convertido en sucesor de Franco. Obsérvese el paralelismo entre una y otra restauraciones: en ambos casos se reinstaura a un borbón en el trono; en ambos casos, igualmente, no se trata del rey dinásticamente legítimo, sino de su heredero. Alfonso XII reinó en vida de su madre; Juan Carlos I en la de su padre.

 
El nombre de quien urdió la trama que acabó con Prim estaría, de acuerdo con esto, tan claro que hasta sería insultante citarlo por su nombre. El futuro Alfonso XII era un niño por entonces, de modo que nada pudo tener que ver. Sólo puede ser el que pasará a la historia como artífice de "La Restauración". Y eso porque sólo el descubrimiento de su implicación directa en la muerte de Prim podía inquietar al régimen franquista en su proyecto de perpetuación bajo una nueva restauración borbónica: porque la legitimidad en que pretendía ampararse estaría fundamentada en un crimen de estado cuyo responsable último lo fuera también de la muerte del general Prim. Sólo así puede explicarse el interés en enajenar documentación del sumario. ¿Qué había en él o que se decía? Nunca lo sabremos. Pero sabiendo que alguien consideró necesario tomar cartas del asunto, es suficiente para saber a quién estaba encubriendo.


Se mire como se quiera, una implicación directa de Cánovas en la conjura que acabó con Prim es lo único que parece un móvil suficiente como para que algún sector del franquismo empiece a destruir documentación molesta. Entre las figuras políticas que protagonizaron aquellos convulsos tiempos, no hay otro. No llegamos a ello con pruebas documentales, sino por eliminación y reducción al absurdo: ningún otro requería cobertura; daba igual que hubieran matado a Prim o no. Con él no daba igual.

dimarts, 2 d’octubre del 2012

EL ASESINATO DE PRIM: LA ÚLTIMA PISTA (2ª parte) (A vueltas con la muerte de Prim - XVI)


Parece evidente que dicho interés sólo podía consistir en proteger a alguien que pudiera estar relacionado a la vez con el régimen y con el magnicidio. Pero es que entre 1870 y 1960 van noventa años; tres generaciones. No quedaba nadie vivo que hubiera podido estar implicado. Tampoco la (i)legitimidad del régimen franquista estaba en juego ni iba a quedar más o menos en entredicho de descubrirse que el asesino hubiera sido cualquiera de aquellos hacia los que apunta Pedrol Rius.  ¿A qué, entonces, tanto interés en ocultarlo?
Que Prim no era un icono del régimen franquista parece evidente, pero tampoco era uno de sus demonios familiares. Su estética africana incluso alimentó ciertos tópicos franquistas. ¿En qué medida podía  un  asesinato perpetrado hacía un siglo comprometer al régimen? Que fuera Montpensier, Serrano o ambos, no le afectaba para nada. ¿Para qué, entonces, hacer desaparecer documentación comprometedora? ¿Comprometedora para quien?
Quedan los borbónicos. No parece que el descubrimiento de una eventual autoría intelectual de Isabel II en el asesinato de Prim pudiera tampoco inquietar a nadie. La expresión es además un oxímoron paradigmático. La eventual culpabilidad de una reina defenestrada y de execrable memoria, también entre muchos sectores franquistas, no iba a inquietar al régimen, ni siquiera los monárquicos. Tampoco parece, además, que de haber tenido la capacidad de urdir la trama hubiera podido disponer los recursos para llevarla a cabo. No le quedaban seguidores. A ella no, cierto, pero a la causa borbónica sí. Si apuntamos hacia los borbones, el problema nunca podría ser Isabel II.
Pero la restauración monárquica que se llevó a cabo en la persona de su hijo, Alfonso XII, esta sí que podía comprometer al franquismo, precisamente porque en aquellos momentos el régimen estaba planeando  su perpetuación bajo la forma de una nueva restauración borbónica. Y ésta no podía quedar manchada porque se descubriera que la anterior restauración -en cuya legitimidad se fundamentaba- estaba asentada sobre un magnicidio tramado por sus propios arquitectos.

Sólo esto, y nada más, podía impeler a la destrucción de documentación del sumario de un asesinato llevado a cabo noventa años antes. Parece claro quién es el hombre.