tag:blogger.com,1999:blog-28816371112181223482024-02-19T04:30:15.997+01:00Vora la platjaSemblances i versemblancesXavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.comBlogger810125tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-61436244276566032192023-08-27T21:55:00.002+02:002023-08-27T21:55:27.319+02:00El ósculo del año<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMjI_LZSo5kqj2vrjaaHn1pU7zjxoz0lfGkQZy14ojMqk6ZH4sii6mPYcZqLgZv55Vi0LKz4hSW_nH-mB-gkiZ5J42kXCadw8XIZNUJKPmUyZ2TBLkfGRFmku0jUGQB7PJAzlqPeWTT7bmAs2NisDo2b6t7YdLCFDkYwW_vhuWsqprv3XDx8uUHhD2j6df/s300/besosanto.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="158" data-original-width="300" height="158" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMjI_LZSo5kqj2vrjaaHn1pU7zjxoz0lfGkQZy14ojMqk6ZH4sii6mPYcZqLgZv55Vi0LKz4hSW_nH-mB-gkiZ5J42kXCadw8XIZNUJKPmUyZ2TBLkfGRFmku0jUGQB7PJAzlqPeWTT7bmAs2NisDo2b6t7YdLCFDkYwW_vhuWsqprv3XDx8uUHhD2j6df/s1600/besosanto.png" width="300" /></a></div><br /><p></p><div class="xdj266r x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">El ósculo del año</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;"><br /></div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">No sé si será más verdad que la cara es el espejo del alma o que las apariencias engañan. Como mínimo en lo que atañe a las personas y a sus actos, en la medida que éstos confirmen o refuten nuestra opinión sobre aquéllas. Si ha defraudado nuestras expectativas, diremos que las apariencias engañan; si, por el contrario, nos reafirma en ellas, entonces será que la cara es el espejo del alma.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">No sigo el fútbol, ni masculino, ni femenino, ni cualquier otra <span style="font-family: inherit;"><a style="color: #385898; cursor: pointer; font-family: inherit;" tabindex="-1"></a></span>variante genérica –de género, quiero decir-. No me interesa, me parece muy respetable personalmente quien le guste y lo sienta, nihil obstat, pero me parece un negocio, no un deporte, inescrupolosamente organizado y magnificado con finalidades tan inconfesables como manifiestas. Y, dicho sea de paso, los intelectuales futboleros que van de tales, me producen una cierta grima. La misma que Lerroux cuando, tras haberse despachado en su vagón de primera con un banquetazo de caviar, ostras y champagne, el revisor le advertía: “Don Alejandro, llegamos en diez minutos”. Entonces envolvía un bocadillo de arenque en papel de periódico, se lo metía en el bolsillo y se preparaba para el caluroso recibimiento de las masas enfervorizadas que le esperaban en el andén. Todo un truhán, el viejo Lerroux…</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Viene todo esto a cuento del beso en la boca –que no de tornillo- del jerarca deportivo a una jugadora del equipo de la selección nacional, ocurrido públicamente en el fragor dionisíaco de una celebración inmediatamente posterior a la obtención de la copa del mundo. ¿Se olvidó de ponerse en el bolsillo el bocadillo de arenque –las populares "arengadas" de la clase obrera catalana de los tiempos de Lerroux- y siguió con la copa de champagne, el muy cenutrio? ¿Fue el piquito un acto calculado o el resultado de un raptus eufórico que le ofuscó? </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Se quejaba Campoamor, ya de viejo, cuando observaba que "las hijas de aquellas a las que amé tanto, ya me besan como a un santo"; una formulación poética, metafórica, de lo mismo que Ortega, más prosaicamente, le confesó a un amigo: “a partir de cierta edad, las jóvenes no es que no te miren, es que no te ven”. Y no sé, oigan, estaré sin duda equivocado, incluso completamente equivocado, pero, como mínimo a juzgar por las imágenes que se han emitido, pues tampoco me pareció el beso de Fermín de Pas a Ana Ozores al final de ‘La Regenta. ¿O sí?</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Si a esto le añadimos que el jerarca deportivo en cuestión, además de afectado por ciertas pulsiones megalómanas, es más feo que el vicio, ya parece que tengamos todos los ingredientes para cerrar el círculo virtuoso de los puritanos. ¿Es un viejo verde, un baboso, un libidinoso, un p… brava que se aprovecha de su posición? ¿Un nuevo Harvey Weinstein o un émulo hetero de Kevin Spacey en versión carpetovetónica? Por cierto, a propósito de Kevin Spacey: un gran actor recientemente absuelto por un juez británico de todos los cargos que se le imputaban… después de tantos juicios mediáticos, con sus correspondientes condenas, que han arruinado su carrera como actor y como persona...</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Una cosa sí parece fuera de discusión: el piquito de marras del jerarca a la jugadora fue a iniciativa del primero. Y también que la polvareda político-mediática que ha provocado, con su posterior judicialización ahora en marcha, lo ha sido a instancias de terceros interpuestos, con las mejores intenciones sin duda alguna, pero terceros e interpuestos. Y no me refiero a los letrados que la representarán. Nada de eso.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Porque la presunta víctima había manifestado en un primer momento una actitud más bien elusiva y de quitarle hierro al incidente, ante las insistentes preguntas de los intrépidos reporteros de la prensa del morbo, también conocida como la del corazón. Vino a decir que no le había gustado, pero que… bueno… que tampoco era para tanto y que allá películas. Vaya, como si dijera que le olía el aliento, que hubiera eructado o que se hubiera tirado un cuesco. Desagradable y grosero, qué duda cabe; "disgusting", en inglés... Pero tampoco vas a denunciar a alguien por halitosis, por un eructo inoportuno o por un cuesco que nunca se sabrá si fue voluntario o aciagamente sobrevenido.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Pero esto no satisfizo a los que ya habían decretado previamente sobre la materia. Así que si la chica se lo tomaba displicentemente era por temor y porque, poco concienciada tal vez, había interiorizado la humillación, por miedo a denunciar al cacique ante una tan evidente agresión machista y abuso de poder. Porque ni siquiera se tomó en consideración que la jugadora podía haber vivido y sentido esto de otro modo. O que, aunque no le hubiera gustado para nada, tampoco le pareciera como para organizar un pifostio. Tenía que ser necesariamente por desvalida y por miedo. Inmediatamente, sólo con oler la carroña, se sumaron al auto de fe políticos y políticas de todos los colores. Una de ellas, de primera línea y rutilante figura mediática, en un alarde de finura analítica, equiparó el beso ni más ni menos que con una violación. Todo un apotegma para ir tomando nota...</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">No pretendo en modo alguno trivializar ni frivolizar. Es muy posible que tanto aquelarre mediático como se está llevando a cabo, pueda haber servido para que la presunta víctima perdiera el miedo y se decidiera a denunciar ante los tribunales de justicia, ella también, la humillación de que fue objeto en forma de ósculo por parte del cacique salido, que a partir de ahora hará bien en salir a la calle con mascarilla. No diré que no. </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Pero entonces, invirtiendo simétricamente los términos, también es posible pensar que, de no haberse decidido finalmente a interponer la denuncia por cualesquiera razones –imaginemos solo por un momento que no lo considerara una humillación ni una afrenta, sino simplemente un acto de mal gusto por parte de un patán-, a esta misma jugadora internacional y campeona del mundo le estarían ahora mismo cayendo chuzos de punta y la estarían poniendo a caer de un burro los mismos paladines y paladinas que han hecho suya su causa. Y esto, qué duda cabe, también da miedo. Hasta puede que más.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Debo decir también que, por lo poco que sé de su trayectoria, y acogiéndome a la idea de que el rostro es el espejo del alma, el futuro ex jerarca deportivo se me antoja un auténtico gañán. Es decir, un capullo prepotente, arrogante y rufianesco. Así que, si es por su careto, la cosa está muy clara.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Pero lo cierto es que, aunque puede que Cesare Pavese opinara lo contrario, una cosa es lo que a él o a mí, o a cualquier otro nos pueda parecer, y otra muy distinta que no se puede condenar a nadie por su cara; ni siquiera por sus pensamientos o deseos, por más perversos que sean, sino por sus hechos, si estos van contra la ley. Y quien lo ha de hacer, en todo caso, es un juez. Punto pelota.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Pero hay algo que me parece mucho más grave desde el punto de vista sociológico, un campo en el que este país da mucho de sí.</div><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Y es que ahora resulta que al interfecto se le ha suspendido como presidente de la cosa, con orden de alejamiento y prohibición expresa de contactar para nada con la presunta víctima. </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Pero no, esto no es ninguna cautelar que provenga de un juzgado, sino de la FILFA –es para despistar-. Sí, de ese dechado de virtudes morales y referente ético universal deportivo -que acaba de organizar el mundial masculino en un país donde todavía existe la esclavitud, también y especialmente la femenina- que por lo visto tiene en España capacidad de emitir autos con valor judicial… Y nadie ha dicho nada. Pero, a ver, ¿es que nos hemos vuelto definitivamente tontos de baba?</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space-collapse: preserve;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Y, bueno, aunque no sea futbolero, bien por la copa del mundo. Que no se diga.</div></div>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-38171293429267271042023-08-15T10:48:00.000+02:002023-08-15T10:48:33.665+02:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjQ5xQhCYnOHXx-7xN5UBMDQMf5P2TvoJmBy4fYNjkZeCen7DnFgYJK91e-SOfo-VEXN8X_OxCGhmfGAk8SmHrRbnjOf6xG6r3qnxVqAHrqsb4SR0a-T4buha3wrp_DkNOVcblMzZR9Uq-NCaWDOxChTYMDn9OGXQuf7pcG4gs9tVWjSTEGFP6rVcBGVGj/s2019/Santo%20Grial.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2019" data-original-width="1960" height="252" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjjQ5xQhCYnOHXx-7xN5UBMDQMf5P2TvoJmBy4fYNjkZeCen7DnFgYJK91e-SOfo-VEXN8X_OxCGhmfGAk8SmHrRbnjOf6xG6r3qnxVqAHrqsb4SR0a-T4buha3wrp_DkNOVcblMzZR9Uq-NCaWDOxChTYMDn9OGXQuf7pcG4gs9tVWjSTEGFP6rVcBGVGj/w245-h252/Santo%20Grial.jpg" width="245" /></a></div><p><br /></p><p style="text-align: center;"><span style="font-family: arial;">DEL PEDAGOGISMO Y EL SANTO GRIAL</span></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El que lo quiere todo, nunca
tendrá bastante. La pedagogía, tal como hoy la conocemos, es pedagogismo, o
sea, la consideración de aquélla como el sanctasanctórum y la génesis de toda
posible educación, su alfa y omega; su causa material, formal, eficiente y
final. Todo lo demás –transmisión del conocimiento, aprendizaje y adquisición
de aptitudes, valores, currículo, el binomio docente/discente, socialización…-,
todo, está supeditado y subordinado al despliegue de la idea que exige su
realización desde su propia génesis conceptual, son momentos de ésta cuya única
significación es que están allí para llevarnos hasta aquélla. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Es el modelo de Fichte, por
ejemplo, en su génesis del derecho (Fundamentos del derecho natural según los
principios de la teoría de la ciencia, Leipzig, 1796). De forma análoga a cómo
este autor no distingue entre derecho y moral -no puede hacerlo en aras a lo
coherencia lógica de su propio modelo de génesis conceptual-, tampoco el
pedagogismo distingue entre pedagogía y educación o enseñanza. No puede si
quiere mantener la coherencia formal de un modelo que sólo puede beber de sus
propias fuentes. Cualquier contrastación, comprobación, verificación, falsación
o como queramos llamarlo, ha de quedar descartada de antemano. Desde una verdad
empírica, particular o individual, no se puede cuestionar la verdad absoluta,
general o universal. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Esto es así por las mismas
razones que en Fichte la libertad individual, particular, queda absorbida,
diluida y negada por su subsunción en la idea del universal, del concepto de libertad (absoluta).
La única función de cualquier «hecho» es que sea metabolizable, que tenga un
encaje en ella. Y lo que no lo tiene, o lo que en un mundo más epagógico y
fenoménico diríamos que cuestiona, refuta o «falsa» la teoría, aquí simplemente
se niega porque no es integrable en los esquemas categoriales propios del
modelo. Y de lo que se trata, lo que se requiere fácticamente, es que se
carezca, que no se «disponga» de dichos esquemas categoriales, porque sin
ellos, tales «hechos» carecen de concepto, no «son». La proscripción y la
prescripción se retroalimentan en un círculo perfecto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">En sus concreciones prácticas,
hay variedad de fórmulas literarias que nos explicitan en qué se resuelve todo
esto y cómo. <i>Brave New World </i>(1932),
de Aldous Huxley, o Nineteen Eighty-Four (1949), de George Orwell, son sin duda
algunas de las más brillantes y conocidas. Pero también tenemos otra cuyo
modelo no ha sido tan cuestionado, muy probablemente porque es precisamente el
que está resultando triunfante, escrita por un psicólogo profesional que es, además, uno de
los fundadores del behaviorismo: <i>Walden
Two (B. F.Skinner, 1948</i>). En realidad, la única diferencia entre las dos
primeras y la tercera consiste en que, en <i>Brave
New World, </i>la determinación del individuo se lleva a cabo mediante la
manipulación genética –dicho en términos hodiernos adaptados- previa a su
«nacimiento». Con ello, nos «sale» el individuo que queremos, desde un alpha
hasta un épsilon. En <i>Nineteen Eighty-Four
</i>es mediante la arbitrariamente planificada y organizada<i> </i>coerción<i> </i>y represión,
cuyo mensaje acaba interiorizado en el psiquismo del individuo. En <i>Walden Two</i> es por medio de la educación,
con sus técnicas de modificación de conducta mediante la administración
dirigida y mediada de la ecuación E → R.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Tenemos también las brillantes
reflexiones de Leonardo Sciascia en un pasaje de su magistral relato/novela <i>Il contesto </i>(1971), que entroncan
directamente con la generación de la idea de derecho en Fichte y su proyección
sobre el modelo pedagogista -con el añadido de la posverdad contemporánea que
lúcidamente anticipa-, que han sido objeto de especial tratamiento en mi último
libro, aún no publicado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Dejémoslo como empezamos. El que
aspira a todo, nunca tendrá bastante. El pedagogismo aspira a todo y, aunque
nunca tendrá bastante, seguirá persiguiéndolo como un Santo Grial en cuya
creencia consiste su única justificación (probablemente moral), sin la cual
carecería de enjundia y se manifestaría como lo que es: un discurso
pseudocientífico y trufado de majaderías milagreras que, ello no obstante, le
va muy bien al modelo que desde el poder –el de verdad- se ha decidido para
nuestra sociedad postindutrial, posmoderna, posdemocrática, posverdadera y
«post» no sé cuántas cosas más.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Y aunque a veces acierte, o nos
lo parezca, no lo olvidemos: un reloj parado también da bien la hora dos veces
al día, una con pantalla en formato UTC. Podemos incluso creérnoslo si sólo nos muestran
la hora en estos precisos instantes. Pero el reloj está parado. El otro, el que
funciona, ése está a buen recaudo.</span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></p><p>
</p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-83235221197019048532023-03-21T09:51:00.001+01:002023-03-21T09:51:28.158+01:00UNA CONTROVERSIA PEDAGÓGICA<p><b style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
texto que sigue es una traducción al español del artículo en inglés de Jonas
Linderoth, traducido a su vez del original sueco escrito por el mismo autor: <span class="MsoHyperlink"><a href="https://medium.com/@JonasLinderoth/a-translation-of-jonas-linderoths-article-from-2016-3e5e3c629d2b">https://medium.com/@JonasLinderoth/a-translation-of-jonas-linderoths-article-from-2016-3e5e3c629d2b</a></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">La traducción al español es de
mi exclusiva responsabilidad.<o:p></o:p></span></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> </span></b></p>
<p align="center" class="MsoNormal" style="text-align: center;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">TRADUCCIÓN
DE JONAS LINDEROTH, DE SU ARTÍCULO DE 2016<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Esta es una traducción (al
inglés. NT) del artículo que en 2016 escribí para el periódico de mayor tirada
en Suecia, <i>Dagens Nyheter</i>. Aunque fue
el artículo de opinión más leído del año, nunca esperé que llamara la atención
internacionalmente. En cualquier caso, un tiempo después de haberlo escrito,
Greg Ashman lo comentó en un <span class="MsoHyperlink"><a href="https://gregashman.wordpress.com/2016/08/28/swedish-lessons-a-warning/">blog.post</a></span>,
sobre una traducción por medio <i>Google
translate, </i>a partir de algunos contactos suecos. Y tuve que explicar los
puntos clave del artículo a periodistas internacionales que se pusieron en
contacto conmigo. Pensé entonces en una traducción más rigurosa, pero pronto
abandoné la idea: el debate parecía haber concluido. Más recientemente, el
profesor Paul Kirschner ha colgado el artículo en su <span class="MsoHyperlink"><a href="https://www.kirschnered.nl/2023/03/19/swedish-professor-apologizes-for-20-years-of-educational-ideology/">blog</a></span>.
Me siento humillado y sorprendido. En la
medida que el post del profesor Kirschner ha generado un cierto interés por el
artículo he decidido, casi siete años después de haberlo escrito, traducirlo al
inglés (con el concurso de GPT4).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Los lectores extranjeros han
de saber que el artículo suscitó un cierto debate en Suecia y que generó un
áspera controversia sobre las ideas educativas progresistas/constructivistas.
Una polémica que afectó a mi vida y a mi salud. En gran parte por los titulares
y los preámbulos tergiversados de que fue objeto el artículo en su práctica totalidad.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Más allá de la traducción
escribiré también unas líneas sobre las razones por que escribí el artículo,
qué recepción obtuvo y sobre su vigencia en la actualidad. Lo que es en sí
mismo una reflexión sobre las ideologías educativas, el poder de los <i>copy editors</i> y el panorama político del sistema educativo
en Suecia.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En cualquier caso, recomiendo
que en primer lugar se lea el artículo original en la traducción al inglés del
propio autor. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span class="MsoHyperlink"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><a href="https://www.dn.se/debatt/jag-ber-om-ursakt-for-90-talets-pedagogiska-ideer/">Publicado
en <i>Dygens Nyheter 2016-08-24</i></a></span></span><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">[Título
propuesto}</span></b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> Las ideas educativas de los años noventa son una razón que
explica el bajo estatus actual de la profesión docente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">[Título
que le dio el <i>copy editor] </i></span></b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Pido
perdón por las ideas educativas de los noventa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">[Preámbulo escrito por el <i>copy editor] </i><b>Lo que hay detrás del bajo estatus de la profesión docente. Las ideas
educativas de los años noventa no llevaron a una escuela mejor. A pesar de ello
hay un profundo silencio entre nosotros, los expertos educativos que hemos
coadyuvado a socavar la profesión docente. Quizás sería el momento de
enmendarnos. Podría ser una contribución importante a la recuperación del
estatus de la profesión docente en Suecia, escribe el profesor Jonas Linderoth.<o:p></o:p></b></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"> </span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">[Aquí
empieza mi artículo] </span></b><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El
inicio del curso ha venido este año acompañado de desazonadoras noticias sobre
la falta de docentes en las escuelas suecas. Los profesores más experimentados
están abandonando la profesión y muy pocos estudiantes se inclinan por la
docencia. Se está buscando por todas partes a alguien que esté dispuesto a
hacerse cargo de un aula. La situación es verdaderamente preocupante. En pocos
años habrá un déficit de miles de docentes cualificados en las escuelas suecas.
Desde la política la cuestión se aborda desde una perspectiva fundamentalmente
económica. Se considera que salarios más flexibles y desiguales serían la
solución para aumentar el prestigio de los docentes y hacer más atractiva la
profesión.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Lo que no parece contemplarse
es en qué medida las reformas educativas de los últimos veinte años -tales como
la municipalización, la educación por objetivos, la organización en grupos de
trabajo, las escuelas F-9, las escuelas a la carta (<i>charter</i>), la libre elección de centro, etc.- han alterado por
completo el relato sobre lo que es un buen profesor. No deja de ser curioso, y
es conveniente recordarlo, que las reformas escolares de los años noventa en
Suecia se publicitaron, fundamentalmente, con argumentos pedagógicos, mucho más
que económicos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Los críticos educativos, los
expertos educativos, las autoridades, los sindicatos, los formadores de
docentes y los políticos se centraron fundamentalmente en las virtudes de la
escuela del mañana. Argumentos, todos ellos, que obviaban y socavaban la
identidad y la naturaleza de la profesión docente realmente existente hasta
entonces. La intemporal idea educativa según la cual el que sabe algo se lo
enseña al que lo ignora, se asoció con el abuso de poder. En su lugar, el buen
profesor pasó a ser alguien que fomenta el autoaprendizaje del alumno. El
trabajo en el aula tenía que basarse en la motivación «natural» del estudiante.
Las barreras entre distintas asignaturas tenían que derribarse. Las aulas
tenían que estar físicamente diseñadas para facilitar un mayor apoyo al trabajo
independiente del alumno, desdeñando el aprendizaje por instrucción.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Los profesores que no adoptaron estas
innovaciones pedagógicas fueron tildados de epistemológicamente problemáticos, de
autoritarios partidarios de la disciplina ciega y de regodearse puntuando con
bajas calificaciones a sus alumnos. En los estudios de formación docente que yo
mismo cursé en los años noventa, a los profesores partidarios de la instrucción
se los asociaba al sádico personaje de ficción del <i>Alfs Sjöberg’s fil torment </i> apodado «Calígula». El contraejemplo con el
que se nos adoctrinó y al que nunca deberíamos parecernos. Íbamos a ser los
transformadores de las escuelas suecas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En 1993 la profesora Alison King definió en un
artículo hoy clásico el nuevo modelo emergente de profesor y sus funciones. El
profesor ya no debía ser el sabio subido a la tarima, sino el acompañante al
lado del alumno al cual orienta (del sabio subido a la tarima que enseña, al
acompañante al lado que orienta). King creía que este nuevo rol del profesor
llevaría a los estudiantes a la independencia de criterio y al pensamiento
crítico que les facultaría para resolver creativamente sus problemas. Más o
menos en esta misma época, el profesor de Matemáticas Seymour Papert, un
influyente pionero del aprendizaje digital, proclamó que las clases magistrales
eran un muro que impedía el desarrollo de la natural curiosidad del alumno. En
su lugar, el objetivo del profesor tenía que ser conseguir en el alumno el
mayor aprendizaje posible con la menor instrucción posible.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">En Suecia, estas ideas se habían formalizado ya
en 1992, con el informe sobre el nuevo currículo sueco, <i>Skola för bildning (SOU 1992:94)</i>. Lo fundamental sobre las
actividades del estudiante en este informe era el aprendizaje por
descubrimiento. La función del docente era estimular, apoyar y guiar. Ni una
mención al estudiante que escucha y comprende o al profesor que habla, explica
e instruye. Poco a poco, la identidad histórica y el estatus de la profesión
docente fueron desmantelándose. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Yo mismo colaboré inconscientemente en la tarea
de erosionar la función docente con estos relatos. Como estudiante de
doctorado, intervine en una conferencia en la <i>Kulturhuset </i>(Casa de Cultura) de Estocolmo. Bajo el tema «Experiencia
para el Conocimiento» recurrí a citas tòpicas como que “<i>Aprendí más inglés por mi interés por la música que en la escuela</i>”.
En mi presentación introduje imágenes de niños felices jugando, mientras sonaba
como música de fondo el clásico de Pink Floyd “<i>We don’t need no education</i>”. Hoy me estremezco avergonzado del
mensaje simplista y populista que estaba predicando. La verdad de todo esto es
que si yo no hubiera tenido profesores excelentes en el Bachillerato, con toda
probabilidad no hubiese podido afrontar la Universidad. Los profesores que
enseñaban, que explicaban y que demostraban fueron pues, paradójicamente, el
prerrequisito para que luego yo pudiera desplegar mi discurso antidocente. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hoy puedo constatar los resultados de la
«Ilustración» pedagógica de los años noventa. Informes como PISA o TIMSS nos
aportan evidencias irrefutables del deterioro de las escuelas suecas, sin
parangón en los estudios internacionales. Los investigadores Jan-Eric Gustafsson,
Sverker Sörlin y Jonas Vlachos han dejado muy claro en su informe <i>Policy Ideas for Swedish Schools </i>que hay
razones para pensar que “los modelos educativos que han dejado al estudiante a
su propia iniciativa, han arrojado peores resultados que aquellos en los que
los profesores tienen un papel más activo”. John Hattie, el profesor que está
detrás de uno de los metaestudios más notorios sobre los resultados escolares
en los últimos años, apunta que el método que deja al profesor como un mero
orientador, con una mínima intervención, está en relación inversa con respecto
a los métodos educativos de éxito. No hay ninguna duda de que los métodos
pedagógicos de los años noventa no han llevado a una escuela mejor. A pesar de
esto, o quizás debido a esto, apenas hay debate entre los expertos educativos
que han estado minando la profesión docente. Quizás deberíamos examinarnos a
nosotros mismo y al debate escolar que hemos estado llevando durante los
últimos veinte años. Una revisión crítica sobre las ideas de los años noventa
sobre lo que es un buen profesor podría contribuir a la recuperación del
estatus de los docentes en Suecia. Podría restañar las heridas entre los
profesores y los expertos educativos que forman a los docentes. Podría
contribuir a la rehabilitación de los docentes que se resistieron a las
tendencias pedagógicas que enfatizaban el papel de mero orientador del
profesor. Y podría comportar que los profesores volvieran a sentirse orgullosos
de su identidad profesional y de su sentido histórico. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Lamento profundamente la presentación que hice
en su momento en la <i>Kulturhuset</i> y
quiero disculparme ante los profesores suecos por ello. En consecuencia, espero
predicar con el ejemplo y quedo a la expectativa de que más colegas asuman su
responsabilidad por el clima pedagógico que contribuyeron a crear. Si empezaran
por hacerlo los autores de <i>Skola för
bildning SOU 1992:94</i>, serían bienvenidos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Hoy me siento avergonzado cada vez que pienso
en el mensaje simplista y populista que contribuí a propagar. La verdad es que
si no hubiera tenido excelentes profesores en mis tiempos del Bachillerato,
difícilmente hubiera podido proseguir en la Universidad. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"> </span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Jonas
Lideroth<o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Profesor
de Pedagogía en la Universidad de Gothenburg y professor retirat d’Arts i
Ciències Socials. <o:p></o:p></span></i></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Autor
de ‘<em><span style="background: white; color: #292929; letter-spacing: -0.05pt;">Lärarens återkomst — Från förvirring till upprättelse’
</span></em></span></i><em><span style="background: white; color: #292929; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; font-style: normal; letter-spacing: -.05pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;">(El retorn del professor.
De la confusió a la reconciliación<o:p></o:p></span></em></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><em><span style="background: white; color: #292929; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; font-style: normal; letter-spacing: -.05pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;"><o:p> </o:p></span></em></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><em><span style="background: white; color: #292929; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; font-style: normal; letter-spacing: -.05pt; line-height: 115%; mso-bidi-font-style: italic;"><o:p> </o:p></span></em></p>
<em><span style="background: white; color: #292929; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; font-style: normal; letter-spacing: -.05pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Traducció
al català de Xavier Massó, del text original en anglès: </span></em><span class="MsoHyperlink"><span style="background: white; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; letter-spacing: -.05pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"><a href="https://medium.com/@JonasLinderoth/a-translation-of-jonas-linderoths-article-from-2016-3e5e3c629d2b">https://medium.com/@JonasLinderoth/a-translation-of-jonas-linderoths-article-from-2016-3e5e3c629d2b</a></span></span><em><span style="background: white; color: #292929; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; font-style: normal; letter-spacing: -.05pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;"></span></em>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-20349263325387979712023-03-21T09:49:00.000+01:002023-03-21T09:49:03.744+01:00UNA CONTROVÈRSIA PEDAGÒGICA<p><b style="text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Aquest text és la traducció al català de l’article en
anglès de Jonas Linderoth, traduït al seu torn de l’original suec escrit pel
mateix autor: <span class="MsoHyperlink"><a href="https://medium.com/@JonasLinderoth/a-translation-of-jonas-linderoths-article-from-2016-3e5e3c629d2b">https://medium.com/@JonasLinderoth/a-translation-of-jonas-linderoths-article-from-2016-3e5e3c629d2b</a></span></span></b></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">La traducció al català és de la meva exclusiva
responsabilitat.<o:p></o:p></span></b></p>
<p align="center" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;"> </span></b></p>
<p align="center" style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: center;"><b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">TRADUCCIÓ DE L’ARTICLE DE JONAS LIDEROTH, DE 2016, A
CÀRREC DEL PROPI AUTOR<o:p></o:p></span></b></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;"> </span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Aquesta és
una traducció de l’article que vaig publicar el 2016 al diari de més tirada a
Suècia, el <i>Dagens Nyheter</i>. Malgrat
que va ser l’article d’opinió més llegit al llarg de l’any, mai no havia
esperat que cridés internacionalment l’atenció de ningú. Tanmateix, un temps
després d’haver-lo escrit, Greg Ashman el va comentar en un <span class="MsoHyperlink"><a href="https://gregashman.wordpress.com/2016/08/28/swedish-lessons-a-warning/">blog.post</a></span>,
a partir d’una traducció amb Google translate, arran d’alguns contactes suecs
per mitjà dels quals en tingué notícia. I vaig tenir que explicar els punts
clau de l’article als periodistes internacionals que es van posar en contacte
amb mi. Vaig pensar aleshores en fer-ne una traducció més rigorosa, però vaig
abandonar la idea molt aviat: el debat s’havia esvaït. Més recentment, el
professor Paul Kirschner ha penjat l’article en el seu <span class="MsoHyperlink"><a href="https://www.kirschnered.nl/2023/03/19/swedish-professor-apologizes-for-20-years-of-educational-ideology/">blog</a></span>.
Em sento humiliat i sorprès. Per tal com el post del professor Kirschner ha
generat un cert interès per l’article, he decidit, quasi set anys després
d’haver-lo escrit, traduir-lo a l’anglès (amb el concurs de GPT4).<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Els lectors
estrangers han de saber que aquest article va crear en el seu moment un cert
debat a Suècia i que va generar una aspre controvèrsia sobre les idees
educatives progressistes/constructivistes. Una polèmica que va afectar la meva
vida i la meva salut. En gran part pels titulars i els preàmbuls tergiversats
de què fou objecte l’article en gairebé la seva totalitat.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Més enllà
d’aquesta traducció escriuré també unes línies sobre les raons per les quals
vaig escriure aquest article, quina recepció va obtenir i sobre la seva
vigència actual. Tot plegat, una reflexió sobre les idees educatives, sobre el
poder dels <i>copy editors </i>i sobre el
panorama polític del sistema educatiu a Suècia.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">En
qualsevol cas, recomano que es llegeixi en primer lloc l’article original en la
seva traducció a l’anglès, feta pel mateix autor.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;"> </span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Publicat al
<span class="MsoHyperlink"><a href="https://www.dn.se/debatt/jag-ber-om-ursakt-for-90-talets-pedagogiska-ideer/">Dygens
Nyheter 2016-08-24</a></span>.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">. <o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">[Títol proposat] </span></b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Les idees
educatives dels anys noranta són una raó que explica el baix estatus social de
la professió docent.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">[Títol que li va donar el <i>copy editor</i>] </span></b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Demano perdó per les idees educatives dels anys noranta.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">[Preàmbul
escrit pel <i>copy editor</i>] <b>El que hi ha darrere del baix estatus de la
professió docent. Les idees educatives dels anys noranta no van portar a una
escola millor. Nogensmenys, es manté un silenci pregon entre nosaltres, els
experts educatius que hem coadjuvat a deteriorar la professió docent. Potser seria
el moment d’esmenar-nos a nosaltres mateixos. Podria ser una contribució
important per a la recuperació de l’estatus de la professió docent a Suècia,
escriu el professor Jonas Linderoth.</b><o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;"> </span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">[Aquí comença el meu article] </span></b><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">L’inici del curs ha
vingut aquest any acompanyat de notícies inquietants sobre la manca de docents
a les escoles sueques. Els professors més experimentats estan abandonant la
professió i molt pocs estudiants opten per la docència. S’està buscant
desesperadament algú que estigui disposat a fer-se càrrec d’una aula. La
situació és preocupant. En pocs anys hi haurà un dèficit de milers de docents
qualificats a les escoles sueques. La preocupació política és fonamentalment de
caire econòmic. Es considera que salaris més flexibles i desiguals serien la
solució per a recuperar el prestigi docent i fer més atractiva la professió. <o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">El que no
es contempla, en canvi, és en quina mesura les reformes educatives dels darrers
vint anys –com ara la municipalització, l’escola per objectius, l’organització
en grups de treball, les escoles F-9, les escoles <i>charter</i>, la lliure elecció de centre, etc.- han alterat
completament el relat sobre què és un bon professor. No deixa de ser curiós, i
per això cal recordar-ho, que les reformes escolars dels anys noranta a Suècia
es van publicitar, de manera sistemàtica, amb arguments pedagògics, molt més
que no pas econòmics.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Els crítics
educatius, els experts educatius, els alts càrrecs, els sindicats, els
formadors de docents i els polítics es van centrar fonamentalment en l’escola
del futur. Arguments, tots ells, que negligien i minaven la identitat i la
naturalesa de la professió docent realment existent fins aleshores. La idea
educativa intemporal segons la qual el que sap alguna cosa l’ensenya a qui no
la sap, es va associar amb l’abús de poder. I el bon professor va passar a ser
algú que fomenta l’autoaprenentatge de l’alumne. El treball a l’aula s’havia de
centrar en la motivació natural de l’estudiant. Les barreres entre les
diferents matèries s’havien d’enderrocar. Les aules havien d’estar físicament
dissenyades per a facilitar un major suport al treball individual de l’alumne,
tot menystenint l’aprenentatge per instrucció. <o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Els
professors que no van adoptar aquestes innovacions pedagògiques van ser
qualificats d’epistemològicament problemàtics, de carques autoritaris que
gaudien amb la disciplina cega i suspenent llurs alumnes. Durant els meus temps
de formació docent en els anys noranta, als professors partidaris de la instrucció
se’ls associava al sàdic personatge de ficció de l’</span><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">Alfs Sjöberg’s fil torment,
</span></i><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">per renom Calígula. </span><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">El
contraexemple en què havíem d’evitar convertir-nos i que se’ns va ensenyar a
defugir. Annàvem camí de convertir-nos en els transformadors de les escoles
sueques.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">L’any 1993,
la professora Alison King va definir, en una article que s’ha esdevingut un
clàssic, el nou model emergent del rol del professor i les seves funcions. El
professor ja no havia de ser el savi a dalt de la tarima, sinó l’acompanyant
que va al costat de l’alumne i l’orienta (Del saberut que ensenya l’alumne des
de dalt, al guia que des del costat l’orienta). King creia que amb aquest nou
rol del professor, els estudiants serien més independents i adquiririen el
pensament crític que els facultaria per a la resolució creativa dels seus
problemes. Més o menys en aquesta mateixa època, el professor de Matemàtiques
Seymour Papert, un influent pioner de l’aprenentatge digital, va proclamar que
les classes magistrals eren el mur que impedia el desenvolupament de la
curiositat natural de l’alumne. L’objectiu era ara aconseguir el major
aprenentatge possible de l’alumne, amb la menor instrucció possible.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">A Suècia
aquestes idees s’havien formalitzat ja el 1992 amb l’informe sobre el nou
currículum </span><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">Skola för bildning (SOU 1992:94).</span></i><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;"> Segons aquest
informe, allò fonamental en les activitats de l’estudiant era l’aprenentatge
per descobriment. La funció del docent era motivar, donar suport i guiar. Ni
una sola menció a l’estudiant que escolta i comprèn o al professor que parla,
que explica i que instrueix. Poc a poc, la identitat històrica i l’estatus de
la professió docent es van anar diluint. <o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Jo mateix
vaig col·laborar inconscientment en aquesta tasca d’erosió de la funció docent
amb aquesta mena de relats. Com estudiant de doctorat vaig intervenir en una
conferència a la <i>Kulturhuset </i>d’Estocolm.
Amb el títol “Experiència per al coneixement”, vaig recórrer a cites tòpiques
com ara que “havia après més anglès gràcies al meu interès per la música que a
l’escola”. A la meva presentació vaig introduir imatges de nens feliços jugant,
mentre sonava com a música de fons el clàssic de Pink Floyd “<i>We don’t need no education</i>”. Avui
m’avergonyeixo del missatge simplista i populista que estava difonent. La
veritat de tot això és que si no hagués tingut grans professors al Batxillerat,
amb tota probabilitat no hauria pogut prosseguir a la Universitat. Els
professors que explicaven, que ensenyaven i que raonaven van ser doncs, i paradoxalment,
el requisit per tal que després jo pogués desplegar el meu discurs antidocent.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Avui puc
constatar els resultats de la «Ilustració» pedagògica dels anys noranta. Informes
com PISA o TIMSS ens aporten evidències irrefutables del deteriorament del
sistema educatiu suec, sense parió als estudis internacionals. Els
investigadors Jan-Eric Gustafsson, Sverker Sörlin i Jonas Vlachos han deixat
molt clar a l’informe <i>Policy Ideas for
Swedish Schools </i>que “<i>hi ha raons per
pensar que els models educatius que s’han centrat en la pròpia iniciativa de
l’estudiant tenen pitjors resultats que aquells en què els professors tenen un
paper més actiu</i>”. John Hattie, el professor que hi ha darrera d’un dels
meta estudis més notoris sobre els resultats escolars en els darrers anys,
apunta que el mètode que deixa el professor com un mer orientador, amb una
mínima intervenció, està en relació inversa amb els mètodes educatius d’èxit.
No hi ha cap dubte que els mètodes pedagògics dels anys noranta no han portat
una escola millor. Tanmateix, o potser per causa d’això, gairebé no hi ha cap debat entre els experts educatius
que han estat destruint la professió docent. Potser ens hauríem d’examinar
nosaltres mateixos i el debat escolar que hem estat difonent durant els darrers
vint anys. Una revisió crítica de les idees dels anys noranta i del relat sobre
què es un bon professor podria coadjuvar en la recuperació de l’estatus dels
docents a Suècia. I podria ajudar a cicatritzar les ferides entre els
professors i els experts educatius. Així com a la rehabilitació dels docents
que van resistir davant les tendències pedagògiques que emfasitzaven el paper
dels docents com a mers orientadors. I tal vegada els professors podrien
recuperar el sentir històric de la seva professió i se sentirien orgullosos de
la seva identitat professional.<o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Lamento
profundament la presentació que vaig fer a la <i>Kulturhuset </i>i vull disculpar-me’n davant dels professors suecs.
Espero poder predicar amb l’exemple i resto a l’espera que els meus col·legues
assumeixin llurs responsabilitats pel clima pedagògic que van contribuir a
crear. Si comencessin per fer-ho els autors del </span><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif;">Skola för bildning SOU
1992:94, </span></i><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">serien benvinguts. <o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Avui em
sento avergonyit cada cop que penso en el missatge simplista i populista que
vaig contribuir a propagar. La veritat és que si no hagués tingut excel·lents
professors durant el meu Batxillerat, difícilment hauria pogut tenir èxit a la
Universitat. <o:p></o:p></span></p>
<p style="margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><span lang="CA" style="font-family: "Arial",sans-serif; mso-ansi-language: CA;">Jonas
Lideroth<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="line-height: 115%; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm; text-align: justify;"><i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">Professor
de Pedagogia de la Universitat de Gothenburg i professor retirat d’Art y
Ciències Socials. <o:p></o:p></span></i></p>
<i><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Autor de ‘<span style="background: white; color: #292929; letter-spacing: -.05pt; mso-bidi-font-style: italic;">Lärarens återkomst — Från förvirring till
upprättelse’ </span></span></i><span style="background: white; color: #292929; font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; letter-spacing: -.05pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-font-style: italic; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">(El
retorn del professor. De la confusió a la reconciliació)</span>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-22781113059397075932023-02-26T10:16:00.000+01:002023-02-26T10:16:27.901+01:00<p> <span style="color: #050505;"><span style="background-color: white; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">EL CASO ROALD DAHLO EL SÍNDROME DE MOGAMBO</span></span></p><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">‘Mogambo’ (John Ford, 1953) fue un típico producto cinematográfico made in Hollywood para consumo de masas, con director afamado y un reparto estelar, ni más ni menos que Clark Gable, Ava Gardner y Grace Kelly. No era para nada contemplable prohibir su exhibición en las salas de cine, ni siquiera en la España franquista de los años cincuenta del siglo XX, con la dictadura babeando para ganarse el puesto de paje menor de los EEUU.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Pero <span style="font-family: inherit;"><a style="color: #385898; cursor: pointer; font-family: inherit;" tabindex="-1"></a></span>en la película había un adulterio, concretamente, entre Clark Gable –liado a su vez con Ava Gardner- y Grace Kelly, esposa del pagano del safari, un joven zoólogo interesado en investigar a los gorilas. Tal vez para el nacional-sindicalismo falangista, más chusco y golfante, la cosa no fuera tan grave, pero para el nacional-catolicismo era una línea roja infranqueable. De modo que los censores tenían un problema. Porque tampoco servía de nada recurrir al manido corte de las escenas más explícitas: no las había, sólo insinuaciones. Y el affaire entre el talludito cazador de leones y la joven victoriana era el insoslayable núcleo de la trama argumental. ¿Qué hacer entonces?</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Acaso algo transidos y atribulados, los censores perpetraron una chapuza que ha pasado a la historia: alterar los diálogos en el doblaje al español, de tal modo que en lugar de marido cornudo y esposa adúltera, fueran hermano y hermana. Pero no cayeron en la cuenta de que, al suprimir el adulterio para salvar el romance, estaban introduciendo un incesto, que en la jerarquía pecaminosa sería mucho más grave, casi un acto contra natura. Las chanzas y el ridículo fueron monumentales. La mofa y la befa del personal. Además de censores, eran estúpidos.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Casos de prohibición censora los ha habido desde siempre, así como también plagios y distintas variantes de un mismo relato. Ya en la antigua Grecia, algunas versiones de la leyenda de Paris y Helena relataban que la pareja, tras huir de Esparta, recaló en Egipto, donde fueron felices y comieron perdices, y que Afrodita envió dos monigotes animados a Troya para que aqueos y teucros se mataran entre ellos; y para que Homero pudiera crear la Ilíada. O que a Ulises, nada más poner los pies en Ítaca, lo mató de un flechazo su hijo Telémaco al confundirlo con un pordiosero. En otra línea, hay quien ha sostenido que en la introducción del Santo Grial en la Materia de Bretaña hubo intervención de la Iglesia, preocupada por el éxito de la pecaminosa corte de Camelot, donde el cuerno de la abundancia no era precisamente el bíblico, y que los íntegros y moralmente irreprochables Galahad, Bors y Perceval funcionaron como la réplica a la anterior generación de frivolones como Lancelot, Gawain, Tristán y tuti quanti. Esta vez no quemaron nada, pero produjeron un modelo ético alternativo.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">También en el campo de los cuentos infantiles hay distintas versiones escritas del relato de Caperucita Roja desde antiguo. En la de Perrault (1698), el lobo se come a Caperucita y a su abuela; en la de los Hermanos Grimm (1812), en cambio, ambas se salvan in extremis. Incluso existe una versión cinematográfica del conde de Montecristo –Kevin Reynolds (2002)- en la cual recupera a su querida Mercedes, y hasta al hijo de ésta, habido de su matrimonio con el pérfido Fernando Mondego, que resulta ser hijo biológico del mismísimo Edmundo Dantés. De traca.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Hay también casos de plagio por apropiación o impostura, y simplemente de plagio puro y duro, con puntos y comas incluidos. Así el Quijote de Avellaneda, cuyo autor se apropió del universo cervantino para escribir su supuesta segunda parte. O la genial broma y brillante fabulación literaria de Jorge L. Borges en su ‘Pierre Menard, autor del Quijote’. Un autor imaginado, el tal Menard, que decide reescribir un Quijote para el público del siglo XX, copiando literalmente la obra cervantina hasta en sus más ínfimos detalles. En fin, que de seguir por esta senda, no acabaríamos nunca… Visto así, ¿tan grave es lo de Dahl? </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Pues sí. Sí lo es. La cuestión es en qué modelo de los que hemos visto encajarían los reescribidores de la obra de Roald Dahl. Sabemos que se ha decidido suprimir las evocaciones y la fascinación que algunos de sus personajes sienten, por ejemplo, por Conrad o por Kipling, reemplazándolos por otros más «cómodos». También que la protagonista de una de sus obras más conocidas no será a partir de ahora cajera de supermercado, sino científica de éxito. Quizás sea porque está feo ser pobre. Pero tampoco, porque palabros como «fea» o «gordo» también se han suprimido expeditivamente, por ofensivos hacia cualquiera que pudiere sentirse agraviado por tales desconsideraciones. Ya pasó lo mismo, por cierto, con Mark Twain o con ‘Lo que el viento se llevó’. Y con tantos más.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Todo muy woke, cómo no, para así garantizar el bienestar y la estabilidad emocional de todo el mundo y que nadie se sienta ofendido o peyorado, y pueda percibirse como un Adonis, una Venus o un Premio Nobel, según los anhelos de cada cual. </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Algunos apuntan a la idea de que esta «revisión» responde a criterios comerciales… En fin, puede que así sea, pero no acierto a ver el beneficio comercial de mandar la obra de un buen autor y superventas al estercolero. Sí, puede que con ello se dé pábulo a autores más woke e intelectualmente dóciles, pero el beneficio será el mismo, se trate de un escritor fallecido hace más de treinta años o de una joven promesa woke que no sepa redactar con subordinadas. A menos que se trate de quitar de en medio al primero, claro. Pero entonces sería otro tema.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Y es que es otro tema, aunque incluya al anterior en todas sus perversiones. Se trata de falsear la realidad y ocultar la historia, para construir la ficción de que determinadas cosas que ocurrieron o que, simplemente «fueron» o «son», y que seguirán «siendo», no hayan existido jamás, por el procedimiento de que no «estén» en las mentes hodiernas; que no tengan lugar en su marco categorial. Y cualquier clásico, antiguo o moderno, precisamente por serlo, es un serio inconveniente para para tal empeño. </div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Porque leyendo en Roald Dahl una evocación a Joseph Conrad o a Rudyard Kipling, existe el riesgo de que el lector se interese por tales autores. Y esto es precisamente lo que se trata de impedir. Así que, al infierno con todos, Dahl incluido. Intolerancia, fanatismo y ramplonería, ¿qué duda cabe? Pero sobre todo estupidez. El verdadero modelo de los censores de Roald Dahl no es otro que el de los estúpidos censores de Mogambo, pero de alcance mucho más global y peligroso. Desdeñar la estupidez es un terrible error, porque haberla, hayla, y en sobrebundancia.</div></div><div class="x11i5rnm xat24cr x1mh8g0r x1vvkbs xtlvy1s x126k92a" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;">Y volviendo al también cancelado ‘Lo que el viento se llevó’, mucho me temo que de haberse llevado algo, fue el poco talento que nos quedaba. Nos quieren estúpidos. O tempora o mores.</div></div>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-48866211359490283272022-02-13T11:55:00.001+01:002022-02-13T12:21:32.567+01:00OPINIÓN PÚBLICA, OPINIÓN PUBLICADA y TRINCA: HACIENDO AMIGOS<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgi4yppiL9BVwLUhTyDKsnebQNVj1kGpx_Npm4LpxuZ1O53sDtwjd3oYuLbLmwvgItRGz9PA4Hnai3b-ECriYE4K4Y8MyRL2fStc80yX5XNR4VJd7Nn9VlgMbbPlPUtn8V01G-x7g80l9QrHFjhb_jk_Pp7dah0qZloPHNrFa3KdnUqWzRN9t2aCDcypg=s692" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="227" data-original-width="692" height="153" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgi4yppiL9BVwLUhTyDKsnebQNVj1kGpx_Npm4LpxuZ1O53sDtwjd3oYuLbLmwvgItRGz9PA4Hnai3b-ECriYE4K4Y8MyRL2fStc80yX5XNR4VJd7Nn9VlgMbbPlPUtn8V01G-x7g80l9QrHFjhb_jk_Pp7dah0qZloPHNrFa3KdnUqWzRN9t2aCDcypg=w373-h153" width="373" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">A
la vista de cómo pintan las cosas, y poco interesado como estoy en tener ruidos
con el Santo Oficio, utilizaré términos elusivos para referirme a todo aquello
que pueda ser objeto de interés en los descendientes de aquellos señores que,
tras leer un libro, escribían en él aquello de «nihil obstat, imprimatur», solo
si les parecía bien; en caso contrario, lo retiraban o lo quemaban. Me voy a
referir, emulando a un ilustre exministro, al bichito, para mentar la cosa esta
que lleva dos años en el «candelabro». A buen entendedor pocas palabras bastan.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">La
verdad, no sé quién tiene razón en toda esta decretada como inexistente
controversia, porque mis conocimientos sobre el particular son a todas luces insuficientes,
pero cada vez estoy más convencido de que hay mucho interés en que nunca llegue
a saberlo. Y esto mosquea. Voy al caso.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Ayer
fui testigo de un caso flagrante de manipulación informativa, de la más cutre y
baja estofa, que a mi criterio es una triste demostración de la narcosis social
y la ramplonería socialmente reinantes. Fue en un programa que tengo la mala
costumbre de ver, todo sea dicho, más por interés antropológico que por otra
cosa. Y fue a propósito del bichito, con un presentador y una mesa de invitados,
la mayoría de ellos, por su titulación y profesión, en principio expertos en la
materia y sin que tenga la menor duda sobre ello ni sobre su solvencia
profesional.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Para
animar el debate, el presentador –un indocumentado cultural <i>ad usum</i>- sacó a colación la reciente polémica suscitada
por la intervención de otro experto esta misma semana en la sede de la
soberanía nacional, al cual desde entonces todos los medios se han dedicado
metódica y sistemáticamente a demonizar, poniéndolo literalmente a caer de un
burro. El motivo, las heterodoxas «opiniones» que evacuó en su intervención a
propósito del bichito. El caso es que el presentador inquirió a los expertos invitados,
metidos a tertulianos, que se posicionaran al respecto, con la evidente
intención de organizar un auto de fe con quema en efigie del interfecto en
cuestión.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Las
respuestas fueron variadas, siempre dentro de la prescriptiva uniformidad de la
ortodoxia, pero lo que más me interesa destacar son dos cosas. La primera, que
todos, en grado inversamente proporcional al de su arrogancia, se dedicaron a
templar gaitas. O sea, a asegurar que estaba equivocado, pero sin aportar ni un
solo dato para rebatir los que acusaban al interfecto de falsear, sino,
simplemente, calificando sus afirmaciones de falsas. Incluso, por cierto, con
una pintoresca alusión al diccionario de la RAE y entrando en cuestiones
semánticas sobre las cuales, por cierto, el invitado acreditó muy poco dominio.
Vamos, que apelando, acaso sin saberlo, a la posverdad. La segunda, nadie se atrevió
a cuestionar abiertamente el brillante currículum regional, nacional e
internacional del interfecto en materia científica. A lo sumo, deploraron que
alguien con tales credenciales profiriera tales afirmaciones, denostándolo por
ellas. Lo cual, dicho sea de paso, no es un argumento, sino una variación de la
falacia <i>ad hominem</i>. Lo dicho,
templando gaitas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Lo
bueno vino cuando el presentador, al cual tal vez la reacción de algunos tertulianos
debió parecer demasiado tibia, y aun siendo un indocumentado en la materia que
a lo máximo que debe aspirar es a hacer preguntas mínimamente inteligentes,
decidió tomar partido por su cuenta y empezó a cargar contra el interfecto,
forzando a los tertulianos galenos a pronunciarse más contundentemente.
Concretamente, lo calificó de contrario a las jeringuillas contra el bichito,
aderezando su filípica con peyorativos improperios hacia el interfecto
condenado <i>in absentia</i>. Alguno de los
galenos objetó que lo de contrario a las jeringuillas, pues no, porque había
afirmado precisamente y con toda claridad lo contrario, pero el presentador
erre que erre. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Es
decir, como el famoso cantante chalado, pero en el lado contrario, el de la
verdad oficial. Había que demonizar al interfecto como fuera y sin matices. Incluso
llegó a calificar de vergüenza que hubiera comparecido ante la sede de la
soberanía nacional y que nadie se hubiera preocupado por conocer antes su
historial. Obviando con ello que si se le llamó, fue precisamente por su
historial; y lo peor, que por más acreditado que esté por su currículum, y el interfecto
lo estaba, antes debería haberse sabido qué iba a decir, porque lo que dijo no
se podía tolerar. Indignante, sí pero no solo por la fanática intolerancia del
presentador, sino también, y sobre todo, porque no se trataba de mofarse de un
pobre desquiciado intelectual, sino que el chivo expiatorio era tan hipocrático
como los que debían condenarle,<i> </i>siguiendo
las indicaciones de un ignorante en la materia. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">La
verdad, no sé cuántos indicios hacen falta para convertirse en prueba, pero sí
parece que, en efecto, haya un muy sospechoso interés en situar el debate en
términos de orates, por un lado, contra doctos eruditos con la verdad previamente
de su lado, por el otro. Y no es esto, por más que se empeñen en ello, y por
más que los orates abunden en ambos bandos en liza. Es más bien como un cisma
teológico, entre la iglesia oficial y algunas herejías. Pero no lo olvidemos, y
discúlpenme la hipérbole: no es entre creyentes y ateos, sino entre creyentes
en el mismo dogma. Solo que en este caso el contencioso no versa sobre teología
–o puede que sí, nunca se sabe- sino sobre ciencia. Y aunque se quiera presentar
de forma distinta, entre científicos. Y la desinformación, la desacreditación
per se y el silenciamiento del contrincante, no forman parte de lo que debería
ser el debate científico.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Puede
que los herejes sean minoritarios, sí, pero esto en ciencia tampoco es un
criterio de demarcación de verdad. Y si no que se lo pregunten a Galileo; o a
Pasteur, cuando los médicos se negaban a lavarse las manos y a ponerse guantes
para curar heridas, aduciendo que no eran enfermeras. Y tampoco el interfecto
está solo. Hace unos días falleció un descendiente de Astérix, el galo, que
entre otros méritos tenía el de haber obtenido el mayor galardón mundial hipocrático,
y ser el descubridor de otro bicho muy conocido y maligno, una autoridad
mundial, cuyas opiniones sobre el bichito se han silenciado tanto como la causa
de su propia muerte. Sí, estaba muy mayor, pero apenas un par de semanas antes
había comparecido ante otra sede de soberanía nacional, más pequeña pero más
adinerada, exponiendo criterios similares a los del interfecto de acá. Y ni una
sola información sobre la causa de su muerte, nada… <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">¿Ni
esto debemos saber? Otro galeno, probable comedor de polenta en este caso, que
combatía al bichito con otros medios, al parecer exitosamente, se suicidó
misteriosamente –sin carta al sr. juez ni nada de nada, colgado como aquel
famoso banquero-, mientras esperaba la decisión del concilio que lo iba a
condenar o a canonizar… Tampoco se ha sabido nada. Finalmente, un descendiente
de los pioneros del May Flower, hipocrático pionero también de un sistema de
mensajería con erres y enes muy ácidas, ha sido condenado en vida al ostracismo
por ciertas heterodoxas opiniones que, al parecer, no gustaron a quien tiene el
poder de silenciarlas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Insisto,
no se trata de indocumentados, sino de gente experta y prestigiosa en la
materia objeto de debate. Me hizo mucha gracia la entrevista de un payaso a un
orate de la farándula, retándole a debatir online sobre el bichito con un
acreditado galeno que le esperaba al otro lado de la pantalla. ¿Por qué no se
le ha ofrecido esta misma oportunidad a alguien más académicamente solvente?
Este es el debate de verdad que a muchos nos gustaría ver. Para repetir
mantras, ya están los políticos y sus sicofantes. Un científico debería ser
otra cosa.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">No
puedo decir quién tiene razón en este trágico embrollo, porque no lo sé. Carezco
de conocimientos para formarme un criterio propio. Una cosa es la información y
otra muy distinta la formación; y de esta carezco, la mía es otra. Pero no me
gusta que a unos con la misma formación que otros, se les impida exponer
públicamente sus criterios. Y tampoco me gusta que se empeñen en meterme una
verdad con calzador y me oculten otras. Mejor sería que no se preocuparan tanto
por mi bien y por mi seguridad sin contar conmigo. Si me informaran bien, a lo
mejor me lo podría procurar yo mismo. No soy científico, y menos en el ámbito
del bichito que aquí nos ocupa. Pero sí puedo detectar un celo inquisitorial
que, con los fines que sea, consiste claramente en una manipulación tendenciosa
y grosera de la información. A lo mejor les preocupa que perdamos la fe, porque
entonces ellos perderían el negocio. Es inevitable contemplar esta posibilidad.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Se
cuenta que, allá por el siglo XIV, se presentó en la Sorbona un campesino que
pidió al conserje que le permitiera entrar en las aulas como oyente. Quería
asistir a los debates entre los eruditos doctores –trinca, se le llamaba-. El subalterno
intentó disuadirle, burlonamente condescendiente y aguantándose la risa, con
esta respuesta: <o:p></o:p></span></p><p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: Arial;">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span face=""Arial",sans-serif">Pero, buen hombre ¿no sabe que los sabios
discuten entre ellos en latín?, no iba usted a entender nada.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoListParagraphCxSpLast" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span face=""Arial",sans-serif" style="mso-fareast-font-family: Arial;">-<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><!--[endif]--><span face=""Arial",sans-serif">No se preocupe por esto –le replicó el
campesino-, yo si veo las caras que ponen y los gestos que hacen, ya sabré cuál
de ellos está ganando el debate.<o:p></o:p></span></p><p>
<span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 11pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">A lo mejor, a algunos
nos gustaría también poder asistir al debate, aunque estemos como el pobre
campesino. Pero, siguiendo con su lógica, intuitivamente nada descabellada, por
cierto, y si resulta que no hay debate porque a unos se les prohíbe exponer
públicamente sus criterios y argumentos, entonces ¿qué pensar de quién tiene
razón?</span></p><p><span style="font-size: 14.6667px;">La verdad, pienso que nos va mucho en ello, y que no vamos bien.</span></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-25857211973599153872022-01-25T21:22:00.002+01:002022-01-26T07:20:24.525+01:00¿UCRANIA O UCRONIA?<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjpaVO9DqGd7DMPLgKN1y9ZmJgAPqYtuQmNcfOYyf3d0Bww0hvazDxz0UIg0ABB4aj33XsrTVdiiaCY-8_X8wjgUNOpetEWvbs4GrB_FvHsdzoKNjDRG_4V-aXv914IjCjw4Zg23iSv2iw0VIe59WYjJeFKrei6FZ-qj4_rGbL0qmGu0R9wAop4Lkxvdg=s1300" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="838" data-original-width="1300" height="206" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEjpaVO9DqGd7DMPLgKN1y9ZmJgAPqYtuQmNcfOYyf3d0Bww0hvazDxz0UIg0ABB4aj33XsrTVdiiaCY-8_X8wjgUNOpetEWvbs4GrB_FvHsdzoKNjDRG_4V-aXv914IjCjw4Zg23iSv2iw0VIe59WYjJeFKrei6FZ-qj4_rGbL0qmGu0R9wAop4Lkxvdg=s320" width="320" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Hace
como una semana escuché –o leí, no lo recuerdo- a un afamado experto en
geopolítica afirmar que, entre las hipótesis de trabajo del Pentágono sobre la
crisis de Ucrania, se contempla la posibilidad que Rusia organice alguna
operación con bandera falsa para precipitar el estallido de la guerra. No me
pareció nada extraño. Después de todo, es lógico que los estadounidenses
alberguen esta sospecha; ellos mismos son reputados maestros en este tipo de
ardides. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Así
se hicieron con Florida (1821), invadida por el general Jackson –estaba
haciendo méritos para llegar a presidente unos años después- en una guerra no
declarada en represalia por supuestas incursiones en Georgia de partidas de indios
seminolas con armas españolas. Y con medio México (1846-1848), con un
destacamento militar sin uniformes, disfrazados de comancheros, que se lio a
tiros con una patrulla fronteriza mexicana. Se quedaron con la friolera de dos millones
de kilómetros cuadrados. Y lo volvieron a hacer con la voladura del Maine en el
puerto de La Habana (1898) y la correspondiente guerra con España, esta vez sí
declarada –todo un detalle-, por cierto que con otro futuro presidente haciendo
méritos, Teddy Roosevelt en este caso. Tampoco está nada claro lo de Pearl
Harbor (1941); o sí. Curiosamente, los portaviones se habían ido unos días
antes del ataque nipón y lo que quedaba en el puerto era chatarra. Todo indica
que los servicios de inteligencia estaban al corriente, y la propia embajada
americana en Tokio había advertido del ataque. Los únicos que no lo sabían, al
parecer, eran los infelices a los que les cayeron encima las bombas.<i><o:p></o:p></i></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Tampoco
hay ningún indicio de que tales proclividades hayan remitido, de modo que, como
mínimo, los argumentos yankees son tan poco de fiar como los de los rusos. Blanquear las
propias vilezas con grandes principios será muy efectivo, pero no demasiado honesto; a menos, claro, que seas el elegido, lo cual es precisamente el caso; entonces sí está todo permitido. Este
calvinismo puritano al que Bob Dylan describió <i>with guns on their hands, and God on their side… </i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Pero
bueno, son cosas del pasado y a lo hecho, pecho. Hay que saber olvidar y
perdonar. Y frente a la crisis que se avecina con los pérfidos rusos, no es
cosa de sacar ahora trapillos sucios. De acuerdo ¿Pero qué está ocurriendo
exactamente en Ucrania? Ya, el expansionismo ruso, como el de los zares o el de
Stalin. Suerte que tenemos a los americanos. La verdad es que deberíamos
estarles agradecidos por sus desvelos. Y es que, desde luego, lo de Putin no
tiene perdón; mira que pillar este berrinche porque Ucrania vaya a entrar en la
OTAN y el bueno del Tío Sam les instale allí unos cuantos misiles nucleares…
nada, a setecientos kilómetros de Moscú. No es para tanto ¿verdad que no?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Esto
es precisamente lo que dice el Tío Sam, que no es para tanto. Además, Ucrania
es un país soberano, democrático donde los haya, respetuoso con los derechos
humanos –sobre todo con sus ciudadanos de origen ruso-, con una clase política
modélica; un auténtico ejemplo moral para el mundo civilizado. Y los
norteamericanos siempre han sido muy respetuosos con estas cosas, muy comprensivos. Lo que quiere Ucrania es estar en el bando de los
buenos, y al malvado Putin esto le saca de quicio. Ahí radica el porqué de todo
este entuerto. Y allá va, gallarda, la fragata Blas de Lezo. Cuando llegue a su
destino seguro que entonces sí, el abuelo cebolleta Biden llamará a su Sanchidad
para consultarle la estrategia a seguir. Cómo no, seguro que sí, como al otro
caricato, como a <i>Ansar in the Azores.</i><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Pero
hay cosas que no cuadran. A ver. Si tanto respeto sienten los EEUU por las
libertades de los pueblos y este es uno de sus principios fundacionales ¿cómo puede ser que cuando once de sus estados
decidieron separarse, liaron una guerra de cuatro años y más de medio millón de
muertos para impedírselo? Sí, lo de la esclavitud. Ya. Pero es que el tema no
salió a colación hasta finales de 1863, cuando la gente empezaba a estar harta
ya de la guerra, y empezaban a estallar disturbios en ciudades como Nueva York,
que se reprimieron a sangre y fuego. Y pensar a estas alturas que la guerra
civil americana fue por la esclavitud, es de una ingenuidad realmente
enternecedora. Y desde luego que lo de Cuba y Filipinas no fue para darles la
libertad a estos pueblos, sino para anexionárselos como colonias. En Filipinas,
concretamente, masacraron a más de un millón y medio de la población –un diez por
ciento- en la guerra de exterminio que siguió a la de España. Era por su bien, no lo dudo, pero da que pensar...<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Además,
aun coincidiendo con los americanos que el berrinche de Putin no es para tanto,
lo que no se entiende entonces es que sí lo sea, y para más, cuando los papeles
se invierten. Cuando en Cuba iban a instalarse misiles soviéticos, los americanos
pusieron al mundo al borde de una tercera guerra mundial. ¿En qué habíamos quedado?… O puede que la soberanía de
Ucrania no sea la misma que la de Cuba. Está claro que en lo de Cuba, que al
parecer sí era para tanto, los americanos tenían sus razones. A nadie le gusta
que el enemigo te tenga a tiro y estaban en su derecho a oponerse; admitámoslo
¿Pero no asiste este mismo derecho a Rusia? ¿Y si México decidiera reclamar la devolución
de Texas, Arizona, Nuevo México y California, amenazando de lo contrario con
instalar misiles rusos o chinos en su territorio apuntando a los EEUU? ¿Cómo
reaccionarían las autoridades norteamericanas? ¿Sería para tanto?<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">No
sé… creo detectar una cierta asimetría axiológica en todo esto, según de quién
estemos hablando. Sí, vale, estamos en Occidente y los rusos son los malos,
pero esto no significa que los americanos sean los buenos. Y a juzgar por lo
que estoy detectando, parece que muchos tienen la imperiosa necesidad de que
los «nuestros» sean también los «buenos». Con una curiosa particularidad, todo
lo que se haga queda disculpado por su condición de «nuestro-bueno». Deberíamos
aprender de ellos, pero no para tragarnos todas las milongas que nos cuenten,
sino para pillarlas. Como cuando Franklin Delano Roosevelt dijo a propósito del
dictador nicaragüense Somoza, cuando le advirtieron que estaba escabechinando a
su pueblo: “Sí, es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”. Y se quedó
tan tranquilo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Pues
eso, estamos en la OTAN y toca ir para allá, bien. Y si no fuéramos, a ver
cuánto se tardaba en que hubiera incidentes en Ceuta o Melilla, está claro. Pero
como mínimo no nos hagamos falsas y pacatas composiciones de lugar, no sea que
nos las acabemos creyendo. Todo indica que la cosa va de posverdad, y que el relato que nos están encasquetando no va de Ucrania, sino de Ucronia. Solo que al revés de cómo imaginó el pajarraco de Baudrillard, cuando afirmó -y hasta escribió un libro sobre el tema- que la guerra del Golfo no existió. Porque mucho me temo que lo que no existe es la Ucrania que nos están describiendo; pero la Ucronia que nos están vendiendo, menos aún.</span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif">Antes de los tiempos posverdaderos, a esto se le decía dar gato por liebre. Ucrania por Ucronia.</span></p><br />Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-41143879054613164642021-10-19T12:04:00.001+02:002021-10-19T12:04:45.458+02:00¿ORATE O GENIO? A PROPÓSITO DEL PROFESOR "10"<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg0k69PPPgIWtzOZcOJ4Mm6NvsxbdCkl7ZhjiLSLsCF7ftJuARoocwEMSDcIBjpEEfzfBEp9LUDvcqKyXLaKoBd5SEkovhu740Y8stFV3nz_iVvXaJu9aNvUqrWuezxu9cyg2GfOYTI26c/s612/10.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="437" data-original-width="612" height="187" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg0k69PPPgIWtzOZcOJ4Mm6NvsxbdCkl7ZhjiLSLsCF7ftJuARoocwEMSDcIBjpEEfzfBEp9LUDvcqKyXLaKoBd5SEkovhu740Y8stFV3nz_iVvXaJu9aNvUqrWuezxu9cyg2GfOYTI26c/w263-h187/10.jpg" width="263" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Lo que voy a decir me temo que
no gustará a muchos, incluso es posible que ni siquiera me guste a mí. Pero
pienso que igualmente hay que decirlo. Así que vamos allá y que sea lo que Dios
quiera…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Un profesor de instituto ha
sido expedientado y separado de su puesto de trabajo en Asturias por poner sistemáticamente
un «10» de nota a todos sus alumnos en la materia de su especialidad, lengua
francesa. Uno, la verdad, ha visto hacerlo con seises y sietes, con finalidades
siempre tan concretas como inconfesables. Pero lo del 10 es otra cosa. Porque
está claro que no se trata de pasar de puntillas, sino de entrar como el
elefante en la cacharrería. En una cacharrería que está para el desguace.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Al parecer, el expediente
instruido por la diligente inspección educativa consta de 1.500 folios -3.000
páginas, si es a dos caras -. Ardua empresa, el objeto central de cuyas
pesquisas cabe suponer que habrá consistido en una pormenorizada investigación,
alumno por alumno, para comprobar si, efectivamente, los conocimientos de la
materia acreditados se corresponden en cada caso con la meritoria nota
obtenida. Es decir, si el dominio que acreditan en francés, insisto, cada «uno»
de estos alumnos, uno por uno, son los reflejados en el acto administrativo
correspondiente al boletín de notas. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Hay en todo esto algo que me
llena de curiosidad, a la vez que me inquieta: qué procedimientos se han
utilizado para evaluar por segunda vez a los alumnos en esta suerte de
«contrarrecuperación», y si, en tan ímprobo cometido, la inspección educativa se
habrá acaso visto obligada a tirar para tal fin de recursos pedagógicamente
poco ortodoxos y menos innovadores. Porque acometer dicha tarea sin vulnerar la
normativa y sin saltarse los protocolos que rigen en los criterios de
evaluación legalmente vigentes se antoja muy difícil, incluso para la
inspección educativa. En otras palabras: si hay indicios de irregularidades en
la evaluación, los mecanismos de detección de la presunta irregularidad no
pueden ser tampoco irregulares. Vamos, que no pueden ser los de la escuela
tradicional, tan proscritos como ella misma. No sirve, pues, proceder a evaluar
conjunta y memorísticamente a todos los alumnos en un examen único para valorar
luego cuantitativamente sus conocimientos de francés según los parámetros de
un, como bien sabemos, artificioso currículo. Eso no vale.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Ni tampoco que el inspector se
haga pasar por un turista galo que intenta entablar conversación con los
alumnos en la puerta del instituto para comprobar qué tal se desenvuelven en la
lengua de Molière. Porque si un alumno llegó sin saber nada de francés y ahora
sabe ya decir «oui» y qué significa, la mejora es notoria y desde la
perspectiva de sus propios procesos, intachable. No hay pues, con la ley en la
mano, ninguna razón para no considerar que su aprovechamiento ha sido óptimo. Y
si la evaluación ha de ser cualitativa, pero la nota es cuantitativa, ¿por qué
no un 10 si el docente entiende que el aprendizaje del alumno ha sido
inmejorable dentro de sus posibilidades y su actitud de lo más positiva? Llevan
años sermoneándonos con esta cantinela, y reconviniéndonos por no aplicarla. Y
para uno que lo entiende, asume y aplica, resulta que lo expedientan.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Este es precisamente el
argumento de fondo que aduce el profesor «10» en su defensa, además de poner
sobre el tapete la dolosa actitud de la administración en su obligación de
velar por la auténtica igualdad de oportunidades. O sea, que la administración
actúa hipócritamente imponiendo una normativa que solo se ha de cumplir a
medias, hasta allí donde no amenace con hacer saltar el sistema por los aires
con todas sus inconsecuencias y sus perogrulladas. Digámoslo claro: manteniendo
la cosa en sus controlados niveles de farsa, pero sin adeptos al esperpento,
porque entonces son otro tipo de concurrencias las que se ven amenazadas, precisamente
las que medraban con la farsa, y luego pasa lo que pasa: que se descubre el
pastel; y de esto, ni hablar… <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Por mi parte, estoy convencido
de que este profesor se ha circunscrito estrictamente, en espíritu y letra, a
la normativa y al modelo pedagógico vigente, que ha aplicado con todas sus
consecuencias. Otra cosa es que la normativa sea un desatino. Pero esto no es
un problema del profesor. Si la ministra Alegría profesa verdaderamente lo que
proclama, ya está tardando en acudir en defensa de este docente que no hace
sino seguir sus directrices a pies juntillas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Con respecto al profesor «10»,
no está claro si nos las estamos teniendo con un orate –es una posibilidad-, o con
un genio que ha calculado muy racionalmente los efectos de su acción para poner
al sistema educativo contra las cuerdas de sus propios sarcasmos. No se puede
inferir lo uno o lo otro de lo que arguye en su defensa, en principio bien
articulada y retóricamente coherente, porque vale para ambos casos. No les será
fácil a los inquisidores, perdón, a la inspección instructora, encontrar alguna
herejía, perdón, fisura pedagógica, en sus argumentaciones, porque son precisamente
las del discurso educativo oficial. Y no se puede inferir porque tanto un orate
como un genio provocador pueden, si no son imbéciles, defenderse y contratacar
con idéntico rigor argumentativo. No será por ahí que le vayan a pillar, porque
el hombre se mantiene íntegro y en sus trece. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">La diferencia entre el orate y
el genio no se dirime pues en el ámbito de lo descriptivo, sino en la
intencionalidad última de la acción. Si se trata de un orate, entonces es que
de verdad se cree las majaderías que está diciendo. Porque de majaderías se
trata, aunque no porque sean enunciados mal construidos, sino porque emanan de
un discurso educativo ontológicamente «majadero» en el cual se amparan, que al
llevar el orate hasta sus últimas consecuencias, deja atrás el sarcasmo de la
farsa para instalarse hasta las trancas en el esperpento. Y esto es lo que
incomoda a los farsantes, porque los pone en evidencia. El orate resulta ser
entonces un Alonso Quijano que, en lugar de haberse atiborrado la cabeza con
libros de caballerías, lo hubiera hecho con tratados pedagógicos al uso,
construyendo su imagen de docente ejemplar a semejanza de estos mismos tratados.
Materia de la astucia de la razón, que diría Hegel.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Si, en cambio, se trata de un genio
provocador, entonces es evidente que no puede creérselo, y que ha buscado allí
donde más le duele al sistema para mostrarnos cómo lo podemos poner patas
arriba. Y aun valiéndose de los mismos medios que el orate, acredita una ironía
que impide al farsante seguir mofándose del bueno de Don Quijote por su
enternecedora ingenuidad, porque revela las cartas marcadas de un juego
tramposo. Y se convierte en un peligro. Porque estaríamos entonces ante un
Sócrates redivivo que se vale de un uso inteligente de la ironía para
demostrarnos, por reducción al absurdo, que no es posible tomarse en serio un
sistema educativo como este. La clave está en si hay o no ironía inherente a la
acción. El orate carece de ella; Sócrates va en cambio sobrado.
Descriptivamente los hechos son los mismos, pero las intencionalidad que los
anima, no.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Y este es sin duda el dilema
en torno al que se mueve ahora mismo la sagaz inspección educativa de los mil
quinientos folios. ¿Es un orate o un genio? Porque no entrañan el mismo peligro
uno que otro. Si es un orate y lo consideran inofensivo, se le ponen unos
molinos para que piense que son gigantes y que se pegue el guarrazo. Adaptado a
nuestros tiempos, la administración anda sobrada de recursos para conjurarlo o
ridiculizarlo. Incluso pueden sancionarlo con la obligación de asistir a unos
cuantos cursillos de formación pedagógica para, luego, previa autocrítica
pública por sus revisionismos pedagógicos, redimirlo con alguno de estos
premios docentes, patrocinados por rumbosas entidades, con apartamento en
Torrevieja incluido. O colocarlo en alguna comisión oficial. Carpetazo y aquí
paz y allá gloria. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El problema lo tenemos si no
lo consideran inofensivo, si perciben en él un peligro. Porque entonces estamos
ante un Sócrates, con su ironía capaz de agitar conciencias, amenazando con que
cunda el ejemplo y el chiringuito tenga que cerrar por desfalco y sus dueños
dando con sus huesos en la cárcel; o fuera de la cucaña, que es su equivalente.
Y de Sócrates ya sabemos también cómo acabó y por qué... <o:p></o:p></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Y para concluir, una
confesión: hace años estuvimos considerando en el sindicato organizar una
campaña para promover precisamente esto: «Ponte un 10», se iba a llamar.
Renunciamos a ella porque llegamos a la conclusión que estábamos como los
protagonistas de Buñuel en ‘El Ángel Exterminador’, frente al invisible umbral
infranqueable. En definitiva, que no había en el colectivo redaños para traspasarlo,
que nos íbamos a quedar aún más solos que Sócrates y con jueces si cabe peores
que los que le condenaron. Porque tenía que ser algo colectivo y organizado. Pero
sigo convencido de que era, y es, la mejor manera de reventar el sistema por
dentro, poniendo de manifiesto sus contradicciones y sus mentiras. A lo mejor
«10» nos está señalando el camino... Orate o genio, temerario o valiente, ha
puesto el dedo en la llaga. ¡Bien por él! ¡Bien por el profesor «10»!<o:p></o:p></span></p><p><br /></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-83441201017967726982021-10-04T13:56:00.002+02:002021-10-05T01:55:35.977+02:00EL BACHILLERATO «PETER PAN»<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtnf0hpVw9EnWq7aYcCc7199GOsZXfN4k28ApQSDWbDGqkdWoCHAd00u_NLN2VbxspIf1WqUQX1bxpLSrH3riXeCZsLmE9mbBI6zrZH3BXxQo59T85VenfHtJ35rXUA6odeNkXkizBBP9Q/s799/Peter-Pan_1.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="533" data-original-width="799" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgtnf0hpVw9EnWq7aYcCc7199GOsZXfN4k28ApQSDWbDGqkdWoCHAd00u_NLN2VbxspIf1WqUQX1bxpLSrH3riXeCZsLmE9mbBI6zrZH3BXxQo59T85VenfHtJ35rXUA6odeNkXkizBBP9Q/s320/Peter-Pan_1.jpg" width="320" /></a></div><br /><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: center;"><span face="Arial, sans-serif">Traducción al castellano del artículo publicado en catalán en la <a href="https://fundacioepisteme.cat/2021/10/04/el-batxillerat-peter-pan/">Fundación Episteme</a></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Una de las precategorías subyacentes
al discurso educativo hegemónico es la creencia en la idea rousseauniana según
la cual el ser humano nace bueno, porque lo es por naturaleza, y la sociedad lo
corrompe a medida que se va socializando según crece. Una «verdad» que dista
mucho de haber sido contrastada, que carece de base científica y que los resultados
de los experimentos llevados a cabo parecen más bien haber desmentido con
rotundidad. Pero que sirve a su vez como pretexto a ciertas ingenierías
sociales que, con finalidades muy distintas, se sirven de ella para perpetrar sus
propios objetivos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En línea coherente con esta
idea de la bondad innata, nuestro sistema educativo se caracteriza por el
énfasis en un subjetivismo a ultranza propio del psicologismo educativo –que no
necesariamente Psicología de la Educación-, de acuerdo con el cual, si aislamos
a los niños –y a los adolescentes- de cualquier influencia social perniciosa, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su propio psiquismo alumbrará y desarrollará «espontáneamente»,
con las correspondientes tutela y ayuda psicopedagógica, las virtudes naturales
que, de otro modo, se malogran al truncar el proceso de desarrollo «natural» en
el ser humano. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">De esto se colige una consideración
estática, fijista, del psiquismo propio de las edades que constituyen las
primeras etapas de la vida, aún no del todo contaminadas por la interacción
social, y el consiguiente imperativo moral de salvaguardarlas en su prístino
estado originario, convirtiéndolas en generacionalmente estancas. La infancia y,
por extensión, la adolescencia, se ve entonces como una etapa consistente en sí
y por sí misma. Así las cosas, si conseguimos aislarla de las contaminaciones propias
de la sociedad adulta, se evitará el consabido proceso de degeneración y
amaneramiento –de hipocresía y de egoísmo, en definitiva- que el ilustre
ginebrino atribuía dicotómicamente a las edades adultas; por cierto que
predicando él mismo con el ejemplo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Según esto, la infancia y la
adolescencia atienden a su propia lógica y sentido, y no deben entenderse desde
la perspectiva tradicional de subordinación al psiquismo de la etapa adulta; es
decir, no como las fases de un proceso destinadas a consumarse en la solución
de continuidad por mor de la cual adquirirían sentido. Aunque no se trate de
entenderlo así, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">ad pedem litterae, </i>sino
como la interrupción de un proceso artificiosamente inducido, que abra la
puerta a la continuidad natural de la evolución del niño. En otras palabras, si
no fuera por las intoxicaciones del mundo adulto, los niños madurarían desde la
infancia de forma distinta y más mental y moralmente saludable. Y dadas las
circunstancias, no queda más remedio que intervenir externamente para vehicular
y potenciar este proceso de maduración natural.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Huelga decir que el papel que
en todo esto juega el sistema educativo es fundamental. Al psicologismo
educativo fundamentado en la subjetividad, de pretendida base científica, se le
añade el imperativo moral de preservar la naturaleza originariamente bondadosa
del ser humano, con su curiosidad innata y su espontaneidad, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con el objetivo de conseguir una sociedad
mejor. La escuela tradicional habría sido la institución por excelencia
dedicada sistemáticamente a yugular o a domeñar lo naturalmente humano. De modo
que si en su momento sirvió para el roto, ahora, desde la nueva perspectiva,
servirá para el descosido. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Una perspectiva dicotómica
desde la cual, o se entienden la infancia y la adolescencia como las etapas de
un proceso que desemboca en la edad adulta, desde los parámetros bajo los
cuales se entiende culturalmente tal condición, o se los entiende como niños o
jóvenes que, convenientemente educados, desembocarán en un nuevo modelo humano
adulto, cuyos atributos están en cualquier caso por determinar… O no tanto,
porque la cosa tiene sus ramificaciones: el «descubrimiento» de la adolescencia
como un sector de consumidores activos, o de la infancia como pasivos, sería
una de ellas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Con lo dicho, no estamos precisamente
descubriendo América. Como mínimo desde el siglo XIX, pero también con
anterioridad, hay abundante literatura al respecto, tanto en uno como en otro
sentido. Lo que sí empieza a ser «nuevo», y preocupante, es la extraordinaria
penetración social del relato que se desprende de este discurso, hasta el punto
que ha conseguido imponer su propia narrativa como preceptiva en todos los
ámbitos, no solo en el más estrictamente educativo. Así como las prioridades
que de tales posiciones se desprenden.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La ministra de Educación,
Pilar Alegría, afirmó hace poco que los niños han de ir a la escuela a pasarlo
bien<a href="file:///C:/Users/Xavier/Desktop/ARTICLES%20PENDENTS/El%20BachilleratoPeterPan.docx#_ftn1" name="_ftnref1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. Un buen ejemplo de cómo
dicha narratividad se impone es que cualquier objeción a tal aserto, por mínima
que sea, sitúa a su emisor directamente en una inicial posición de desventaja,
cuando no en la mera negatividad o en la más contumaz de las reciedumbres
reaccionarias. Porque presupone negar la mayor en un juego con las cartas
marcadas: quien no esté de acuerdo será porque sí piensa que hay que ir a
sufrir a la escuela, y, casi con toda seguridad, que la letra sólo con sangre
entra. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El problema es que se trata de
una afirmación que adolece de vicio de forma: la escuela no es un lugar ni para
sufrir ni para disfrutar, sino para aprender. Y también dependerá de qué consideremos
en cada caso sufrir o disfrutar. Podemos centrarnos exclusivamente en el
«sufrimiento» que padece durante sus entrenamientos el atleta que se está
preparando para la próxima competición, o el del alumno que tira de «codos»
renunciando a ver la televisión, a chatear en las redes o a irse con los amigos,
porque tiene al día siguiente un examen que quiere aprobar con nota para
obtener una media que le permita acceder a la facultad de su elección. En ambos
casos podemos denominarlo sin duda «sufrimiento», pero también «sacrificio» y
fuerza de voluntad; un sacrificio, una renuncia, que se asume voluntaria o
forzadamente, pero responsablemente y en aras a la obtención de un beneficio
futuro mayor. ¿Es sacrificio necesariamente sufrimiento?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pero la cuestión no se plantea
en estos términos, sino, consecuentemente con el planteamiento «alumnocéntrico»,
desde la presupuesta subjetividad derivada de la anteriormente mencionada
concepción «fijista» de las etapas de la vida humana; es decir, remitida al <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hic et nunc</i>, al aquí y ahora propio de
la más grosera inmediatez. Porque si se fuerza su voluntad, le estamos
arrebatando la espontaneidad y el proceso natural de emergencia de sus mejores
virtudes se truncará, dejando las correspondientes secuelas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Alcanzados con creces tales
objetivos en la educación Primaria y en la ESO, ahora se trata de remacharlos
en el Bachillerato. Un Bachillerato que, como la Primaria o la ESO, no estará
pensado para el futuro del niño o del adolescente, sino por y para su presente
como tal niño o tal adolescente, aquí y ahora, y a poder ser, prolongarlo hasta
el Nunca Jamás de la novela de Peter Pan, o el «<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Forever Young» </i>que ha servido de título a distintas canciones de
diferentes autores e intérpretes<a href="file:///C:/Users/Xavier/Desktop/ARTICLES%20PENDENTS/El%20BachilleratoPeterPan.docx#_ftn2" name="_ftnref2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>. No biológicamente, claro,
por inviable –aunque también se intente y se aspire a ello «sufriendo», por
cierto, lo que haga falta; en vano, por lo general- pero sí mentalmente: una
prueba de ello la tenemos en tantos políticos y políticas, adultos y adultas,
talluditos y talluditas, hablando como adolescentes y pensando como tales; aunque
mejor no dar nombres…<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El nuevo Bachillerato que se
nos anuncia es la continuidad lógica de todo esto. Y para muestra un botón: la
propia ministra Alegría lo ha proclamado recientemente en otra de sus
apariciones públicas<a href="file:///C:/Users/Xavier/Desktop/ARTICLES%20PENDENTS/El%20BachilleratoPeterPan.docx#_ftn3" name="_ftnref3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a>: la nueva modalidad de
Bachillerato «general» está pensada para aquellos alumnos que no sepan qué
hacer y que, precisamente por ello, no sea necesario que hagan nada, salvo,
añadió la ministra, Turismo o Psicología. Una maravillosa astracanada de la
cual se infieren muchas cosas sobre las concepciones de la señora Alegría y de los
alcances del universo conceptual en qué se mueve.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pero por más chocante que se
nos pueda antojar, debemos decir, acudiendo en auxilio de la ministra, que la «astracanada»
lo es sólo desde la perspectiva adulta tradicional, la que considera que un
sistema educativo es un todo procesual y progresivo, y el Bachillerato –o la
Primaria, o la ESO, o la Formación Profesional- una preparación para la futura
vida adulta que espera a los que hoy son niños o adolescentes. No lo es, en
cambio, en el mundo del «Neverland» peterpaniano en el que aparenta estar
instalada nuestra ministra, al igual que los gurúes educativos que la asesoran.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Y si remarcamos lo de
«aparentar», insinuando una posible doblez en su relato, es porque no parece
que ella misma haya sido demasiado fiel a lo que ahora nos está predicando: su
hijo estudió en un prestigioso colegio privado de élite de Zaragoza, extranjero
para más señas. ¿No se estaba tan bien en Neverland? ¿O acaso resultará ser al
final la Isla de los Juegos del cuento de Pinocho? <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Tal vez lo de Neverland
estaría muy bien si no se pudiera salir de allí, si fuera eterno y
materialmente existente. Pero de su análoga, a la vez que más prosaica y mundana
Isla de los Juegos del cuento de Pinocho, se salía después del correspondiente
engorde, y no precisamente para seguir divirtiéndose, sino para servir de
pitanza. Toda una metafórica denuncia del modelo social y económico hacia el
que parece que no encaminamos, que el sistema educativo coadyuva activamente a pergeñar.
Y digamos de paso, ya que estamos, que tampoco el «Neverland» peterpaniano de
la novela de James Barrie es el maravilloso paraíso perdido de la infancia;
otra cosa son, ciertamente, las edulcoradas y pacatas versiones
cinematográficas <i style="mso-bidi-font-style: normal;">made in Hollywood</i> que,
no en vano, tanto han proliferado.<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Decía Hegel que «del estado de
naturaleza, hay que salir». Parafraseándole, diremos que de la infancia y de la
adolescencia, se sale inapelablemente. Y lo único que se consigue si
pretendemos eternizarla mentalmente, es no preparar debidamente para la nueva
etapa en que se entra al salir de la anterior; acaso para producir individuos
más fácilmente manipulables y sin autonomía. A su vez, Kant nos exhortaba al «Sapere
aude», atrévete a saber, porque solo así se podrá ser crítico y autónomo,
porque solo se puede serlo si antes se está en posesión de un mínimo rigor
conceptual. Lamentablemente, nuestro acomodaticio y facilista sistema educativo
va en dirección contraria… <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Y del Bachillerato «Peter Pan»,
se sale también inevitablemente, como de cualquier otra etapa. La pregunta es
entonces con qué bagaje se entrará en la siguiente, y, no siendo posible tanta
ingenuidad, preguntarnos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cui prodest</i>,
¿a quién beneficia todo este negocio? A los alumnos, en tanto que futuros
adultos, y por más patrañas alumnocéntricas con que se aderece el relato, desde
luego que no. <o:p></o:p></span></p>
<span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">La respuesta la tenemos,
como tantas otras veces, en un clásico, ‘Medea’, que las nuevas generaciones ya
no conocerán porque se les habrá hurtado: «cui prodest scellus, is fecit»; o lo
que es lo mismo: a quien aprovecha el crimen, es quien lo ha cometido. Habrá
que comenzar a buscar según tan juicioso criterio; no es tan difícil…</span>
<div style="mso-element: footnote-list;"><!--[if !supportFootnotes]--><br clear="all" />
<hr align="left" size="1" width="33%" />
<!--[endif]-->
<div id="ftn1" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/Xavier/Desktop/ARTICLES%20PENDENTS/El%20BachilleratoPeterPan.docx#_ftnref1" name="_ftn1" style="mso-footnote-id: ftn1;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri",sans-serif" style="font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[1]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span class="MsoHyperlink"><a href="https://www.elmundo.es/espana/2021/09/15/6141fba5e4d4d839198b4585.html?fbclid=IwAR3DFIt1SpBsl5APNmOjrX4TvyP5HW7fSJkYcTS00b2AQM53tSU8Jj2tvus">https://www.elmundo.es/espana/2021/09/15/6141fba5e4d4d839198b4585.html?fbclid=IwAR3DFIt1SpBsl5APNmOjrX4TvyP5HW7fSJkYcTS00b2AQM53tSU8Jj2tvus</a></span>
<o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn2" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/Xavier/Desktop/ARTICLES%20PENDENTS/El%20BachilleratoPeterPan.docx#_ftnref2" name="_ftn2" style="mso-footnote-id: ftn2;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri",sans-serif" style="font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[2]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> Bob
Dylan (1974), Alphaville (1984), Rod Steward (1988) <o:p></o:p></p>
</div>
<div id="ftn3" style="mso-element: footnote;">
<p class="MsoFootnoteText"><a href="file:///C:/Users/Xavier/Desktop/ARTICLES%20PENDENTS/El%20BachilleratoPeterPan.docx#_ftnref3" name="_ftn3" style="mso-footnote-id: ftn3;" title=""><span class="MsoFootnoteReference"><span style="mso-special-character: footnote;"><!--[if !supportFootnotes]--><span class="MsoFootnoteReference"><span face=""Calibri",sans-serif" style="font-size: 10pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-bidi-font-family: "Times New Roman"; mso-bidi-language: AR-SA; mso-bidi-theme-font: minor-bidi; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin; mso-hansi-theme-font: minor-latin;">[3]</span></span><!--[endif]--></span></span></a> <span class="MsoHyperlink"><a href="https://www.rtve.es/play/videos/la-noche-en-24-horas/pilar-alegria-ministra-educacion-flexibilizar-bachillerato/6114061/">«La
Noche 24h», Canal 24horas de TVE, lunes 27 de septiembre de 2021.</a></span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></p>
</div>
</div><br /><p></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-23450476778273675932021-09-25T21:45:00.001+02:002021-09-25T21:49:55.326+02:00El Gigabotellón de Barcelona: ¿Por qué "vándalos" y no más bien "cafres"?<p><span style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></span></p><p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaFLw03hT1dz5lhkGn2WjvgYc-DGugdPBgjjo9NQQbrO9tWzTe8jbgXe4w_3nwuAAzp1jQbX8b1syChlQBRGBM8Ds8UDZJI4i4vxrk5YtPMgotoGqIimaMIVmY0x0D8LFtdFr1L_acqNyg/s1200/BCNbotell%25C3%25B3n.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="798" data-original-width="1200" height="174" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjaFLw03hT1dz5lhkGn2WjvgYc-DGugdPBgjjo9NQQbrO9tWzTe8jbgXe4w_3nwuAAzp1jQbX8b1syChlQBRGBM8Ds8UDZJI4i4vxrk5YtPMgotoGqIimaMIVmY0x0D8LFtdFr1L_acqNyg/w261-h174/BCNbotell%25C3%25B3n.jpg" width="261" /></a></div><br /><span style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></span><p></p><p><span style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">Con motivo de los 40.000 del «gigabotellón» de ayer en Barcelona, con ingentes daños materiales y humanos todavía por detallar, la burgomaestra Colau, ese referente intelectual y moral de la sedicente izquierda, ha manifestado indignada que es algo mucho peor que incivismo: es vandalismo. Nada que objetar...</span></p><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"> ...Pero lo que me preocupa es por qué ha calificado de «vándalos» a esta caterva de descerebrados, en lugar de, o también, no sé… cafres, salvajes o «épsilon» -esto último en el supuesto que haya leído a Aldous Huxley-. Y mucho me temo que, pese al aparente arrebato transitorio –mañana los volverá a jalear-, se ha mantenido en su línea de lo políticamente correcto. Y esto supone una ofensa y una discriminación en toda regla al noble y extinto pueblo de los vándalos.</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"> Si de la caterva botellonera alguien dice que son unos cafres, rápidamente se le tachará de fascista, racista y etnocéntrico. Los cafres eran un subgrupo de los bantúes que habitaba en el sur de África, en la «Cafrería» -regiones del Cabo y Natal-. Cierto que durante un tiempo no gozaron de muy buena fama en lo tocante a sus modales y costumbres, pero como hoy en día sabemos, eso fue cosa del imperialismo occidental para desacreditarlos… aunque el nombre se lo pusieron los árabes –que los capturaban para convertirlos en esclavos- y al parecer ya tenía las mismas connotaciones peyorativas que antes de occidentalizarse. </div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"> ¿Y «salvajes»? Peor aún. Otro término eurocéntrico que ignora la realidad cegado por su arrogancia. No hay «salvajes», como ya demostró fehacientemente Lévi-Strauss. De modo que si para definir a la patulea de botelloneros que saquearon ayer la ciudad, me refiero a ellos como «cafres», estaré ofendiendo a los auténticos cafres. Y si digo que son unos «salvajes», entonces los ofendidos en su identidad serán todos los falsamente llamados salvajes que en el mundo son y han sido. Y si no ellos, no faltarán celosos censores que se arrogarán su representación ofendiéndose por ellos. Y si no digo otros palabros hasta hace poco muy en uso y perfectamente inteligibles –también apellidos-, es para evitar ruidos con el (Nuevo) Santo Oficio. Que las paredes oyen, y los muros (de las redes) también...</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"> Vándalos, en cambio, no presenta problemas de ningún tipo para alguien como Ada Colau. Para empezar, nadie se acuerda de ellos, ni siquiera se obligó a memorizar los nombres de sus reyes. Y si ya nadie sabe quiénes fueron los godos ¿cómo iba a saber alguien algo de los vándalos? </div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">Veamos, en defensa de la dignidad «vándala» hay que decir que fueron un pueblo germánico de los que arrambló con el Imperio romano: primos hermanos, pues, pues, de los godos, los francos, los burgundios, los hérulos, los alanos, los longobardos, los alamanes o los suevos. Cierto que no eran hermanitas de la caridad, y que no era muy aconsejable cruzarse en su camino. Pero lo mismo podríamos decir del resto de la parentela germánica, sin excepciones. No arrasaron más ciudades, ni violaron, ni mataron más los vándalos que cualquier otra tribu germánica. ¿A qué viene tan mala fama? ¿Por qué «vándalo» tiene connotaciones tan peyorativas en tantas lenguas? ¿Y por qué no sale ninguna oenegé o grupo de presión en su defensa?</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"> Veamos. Los vándalos, y las vándalas, estuvieron haciendo de las suyas en Hispania durante el primer tercio del siglo V, a la que llegaron después de saquear la Galia Narborense, mientras los godos se dedicaban a devastar la península itálica. Los godos se integraron en el Imperio romano, como pueblo federado, y fundaron un efímero reino con capital en Tolosa, que abarcó nominalmente desde el Loira hasta el Ebro. Los vándalos estarían, en buena lógica, al sur del Ebro. Hay quien dice que el nombre de Andalucía proviene de Vandalusía, la tierra de los vándalos, donde acaso se instalarían en competencia con los suevos –Galicia, Portugal y Extremadura- y los alanos -por la meseta-. Todo más o menos… </div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">No parece que una vez instalados, los vándalos fueran peores que sus pares germánicos; hasta puede que mejores: aprendieron artes náuticas, una actividad para la cual el resto de germanos –francos o godos- eran auténticos negados. Pero tuvieron un problema. El reino visigodo de Tolosa se fue encogiendo en la Galia ante la presión de unos recién llegados, los francos. Del Loira al Garona, y del Garona hasta los Pirineos –con la excepción de la franja de la Septimania, que siguió siendo visigoda-. Así que si los francos les estaban dando las del pulpo a los visigodos, éstos decidieron dárselas a su vez a los vándalos, alanos y suevos en Hispania.</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"> </div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"> Entraron con la excusa de recuperar la Hispania de allende el Ebro para Roma, y allí se quedaron estableciendo su nueva capital en Toledo –antes habían sido brevemente Tolosa y Barcelona-. Los vándalos, inferiores a los visigodos, tuvieron que largarse. Dirigidos por su rey Genserico, se calcula que unos 80.000 vándalos cruzaron el Estrecho de Gibraltar el año 429. Se dirigieron hacia la rica Cartago, la tomaron y fundaron un reino en el norte de África que duró más de un siglo. Durante este periodo construyeron varias flotas, tomaron Sicilia y saquearon Roma. En el año 534 fueron derrotados y liquidados por los bizantinos del conde Belisario. Lo dicho, no fueron hermanitas de la caridad, pero nadie lo era, ni siquiera los cafres…</div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"><br /></div><div dir="auto" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;"> Así que queda muy feo comparar a un pueblo histórico y hoy olvidado como los vándalos, con los indeseables que ayer saquearon Barcelona. Además, hasta puede que más de uno, incluso la propia Colau o cualquiera de los botelloneros, lleven algo de sangre vándala en sus venas. De modo que si no se les puede llamar cafres, ni salvajes ni «épsilon»… tampoco vándalos. No ofendamos a pueblos que no pueden defenderse porque se fueron de la historia, ni aunque todo indique que están regresando.</div>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-14711235759711699462021-08-10T10:31:00.001+02:002021-08-10T10:38:56.814+02:00El sexo de los números<p style="text-align: center;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigpdVsOD0hfqEPmDC-cnTKFtjHSOI-ifEm0pNsce3xzREk2Q7pXAB9GVPwmC5m9cmAhfE6AniaPZrVTOMNyL12VeBS5TtuRCFGCZ5ekTYPM4LCTT3z8TRtXw21cdCG8YB1WEX7v0V5TaiO/s791/233723526_10225614113288563_6600010581469661177_n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="432" data-original-width="791" height="261" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigpdVsOD0hfqEPmDC-cnTKFtjHSOI-ifEm0pNsce3xzREk2Q7pXAB9GVPwmC5m9cmAhfE6AniaPZrVTOMNyL12VeBS5TtuRCFGCZ5ekTYPM4LCTT3z8TRtXw21cdCG8YB1WEX7v0V5TaiO/w500-h261/233723526_10225614113288563_6600010581469661177_n.jpg" width="500" /></a></div><br /> <p></p><p style="text-align: center;"><span style="background-color: white; color: #050505; font-family: inherit; font-size: 15px; white-space: pre-wrap;">(A propósito del nuevo currículo de Matemáticas de Primaria)</span></p><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"> Alan Sokal, físico de partículas y profesor de la Universidad de Nueva York, publicó en 1996 en la prestigiosa revista cultural norteamericana, de tendencia posmoderna, 'Social Text' -auténtico think tank de ese oxímoron denominado oficialmente «izquierda norteamericana»- un artículo «científico» titulado ‘Trangreding Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity’ –Transgrediendo fronteras: hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad cuántica-. </div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"> El artículo denunciaba los prejuicios ideológicos, sexistas, racistas y clasistas de la comunidad científica y de la ciencia, sosteniendo que la propia noción de gravedad cuántica es un constructo social, ideológico, trufado de prejuicios, a la vez que proponía una actualización, una nueva revolución científica, de acuerdo con los postulados propios de la línea editorial de la revista. Tuvo una muy buena acogida y gran repercusión entre la audiencia «progresista» norteamericana, y obtuvo encendidos elogios entre distinguidos «popes» intelectuales afines a dicho sector. Por fin, se dijo, un científico ha entendido las cosas; ya era hora…</div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"> Poco después, el mismo Alan Sokal publicó en otra revista, ‘Lingua Franca’, su propio desmentido al artículo anterior, que al parecer 'Social Text' había rechado publicar. Afirmó que el artículo era un engaño hecho a modo de broma, un sinsentido, un pastiche escrito tirando de la jerga posmodernista de moda, con reseñas aduladoras y citas grandilocuentes intencionadamente fuera de contexto. Que no había nada de científico en todo aquello y que lo único que probaba el éxito que había obtenido era, en todo caso, la ignorancia científica de sus lectores y su extrema propensión a la sectaria credulidad de todo relato que abunde en su propia jerga y tópicos, apoyándose, como lo había hecho, en las citas más estúpidas que había podido encontrar sobre Matemáticas y Física, evacuadas por notorios universitarios posmodernos de «Humanidades».</div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"> Como era de esperar, Sokal pasó en un santiamén de héroe a villano, siendo demonizado, entre otros, por la propia Universidad de Duke, editora de la revista Social Text, que lo acusó de haber traicionado su confianza. El héroe se revelaba felón...</div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"> En 1997, apenas un año después, Sokal publicó conjuntamente con Jean Bricmont –profesor de la Universidad de Lovaina- el libro ‘Imposturas Intelectuales’. Un esclarecedor amasijo de textos seleccionados sobre el inadecuado y tóxico uso y abuso que ciertos intelectuales acostumbran a hacer recurriendo a citas, alusiones, símiles, metáforas e hipérboles que refieren a la supuesta base o correspondencia científica de sus teorías, para darles lustre, de la cual carecen por completo. Siempre queda en el aire si, en lo que refiere a los aludidos, se trata de simple indocumentación, de charlatanería embaucadora, o de ambas cosas.</div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"> A la vista del currículum de Matemáticas que propone el Ministerio de Educación para la enseñanza primaria -aunque la jerga es la misma en secundaria y, cada vez más, en universitaria-, salta a la vista que nadie les ha dicho que cosas como la “Contribución de los números a los distintos ámbitos del conocimiento humano desde una perspectiva de género” (SIC) son, en el mejor de los casos, y siendo muy benévolos, una broma; que la propia pedagogía en que todo esto se inspira es ella misma una payasada, una farsa y una broma, pesada y tóxica, que ya ha llegado demasiado lejos.</div></div><div class="o9v6fnle cxmmr5t8 oygrvhab hcukyx3x c1et5uql ii04i59q" style="background-color: white; color: #050505; font-family: "Segoe UI Historic", "Segoe UI", Helvetica, Arial, sans-serif; font-size: 15px; margin: 0.5em 0px 0px; overflow-wrap: break-word; white-space: pre-wrap;"><div dir="auto" style="font-family: inherit;"> A ver si se lo dice alguien de una vez.</div></div>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-42279764429521557632021-07-24T11:07:00.001+02:002021-07-24T11:07:27.162+02:00Entrevista en "EL MUNDO"<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvlX65SPVENmV4_FzabZcKJc88jIp9BEQFCWmv9zAUJsswg2xDFDcew8BspZY4y-fACJJv-QH_azmILoNOUOVPvqqTet-PIPWyDKwjJ0Ca36mB_gzXDVddLGccUMdugH7m8W-jQhdsbBoh/s2048/20210724_100352.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2048" data-original-width="1152" height="697" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvlX65SPVENmV4_FzabZcKJc88jIp9BEQFCWmv9zAUJsswg2xDFDcew8BspZY4y-fACJJv-QH_azmILoNOUOVPvqqTet-PIPWyDKwjJ0Ca36mB_gzXDVddLGccUMdugH7m8W-jQhdsbBoh/w432-h697/20210724_100352.jpg" width="432" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: center;">Enlace con la edición digital <a href="https://www.elmundo.es/espana/2021/07/23/60f29cbdfdddff83068b459c.html">AQUÍ</a></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-83489700267876823182021-06-29T18:29:00.005+02:002021-06-29T19:05:39.098+02:00Cuarentenas de antaño, cuarentenas de hogaño...<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmwsnl1hlu0Fzpmw8BwAK9AiWr9CqygTru5u4r3L39aNSCJaKGAIMEfYnrlfY8URveGaE0pdGl3FFOtNLlvvJCDPjGFvU0d_hM6vFYrIDTl9K6a8NoLsz1u935c0CDI078S4VUMvYn6s-Y/s308/images.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="164" data-original-width="308" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmwsnl1hlu0Fzpmw8BwAK9AiWr9CqygTru5u4r3L39aNSCJaKGAIMEfYnrlfY8URveGaE0pdGl3FFOtNLlvvJCDPjGFvU0d_hM6vFYrIDTl9K6a8NoLsz1u935c0CDI078S4VUMvYn6s-Y/s0/images.jpg" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Observo con asombro algo que
no debería asombrarme a estas alturas: las reacciones que está suscitando el
confinamiento de los grupos del «macrobrote», que se encontraban a la sazón en
Mallorca de instructivo viaje de estudios, entre macrobotellones y macroconciertos
macroconcentrados. Todo muy educativo en tiempos de pandemia. Especialmente
interesantes me resultan tanto la actitud de las familias, aunque no por sorprendente, hay lo que hay, como la de los alumnos afectados, mucho más escalofriante, porque que anuncia que lo que llega ya está aquí. A juzgar por sus declaraciones, no hay ningún indicio de que se hayan enterado todavía del porqué de la cuarentena.
Incluso oí exclamarse a una que por qué ella, si no había ido al botellón, pretendiendo circular libremente mientras los demás permanecen confinados en el mismo hotel. O
sea, que no ha entendido nada. Todo ello sin olvidar a los medios sensacionalistas
que les dan pábulo. El Walter Matthau de ‘Primera Plana’ es un santo varón a su
lado…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Hace años, en un viaje también
de fin de curso, pero a Italia, con unos 80 alumnos, tuve una alumna con un
caso de meningitis y estuvimos confinados en un hotel de Roma durante casi una
semana. Ocurrió en un sábado, y hasta que el lunes el consulado español y la
sanidad italiana nos contactaron, los
tres profesores –dos profesoras y un servidor- que íbamos de acompañantes, tuvimos
que gestionarlo todo durante algo más de 48 horas. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Para empezar, nos tocó
cuestionar el diagnóstico del médico del seguro de la agencia de viajes que
vino al hotel para atenderla. Tras una tan fugaz como poco sagaz inspección, diagnosticó “fatiga”
–stanchezza- y recetó unas pastillitas para que se rehidratara. Si le llegamos
a hacer caso al dottore, la alumna no lo hubiera contado, tal cual.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Como no nos fiamos, la llevamos
en taxi a urgencias del hospital Umberto I, donde se la atendió a la perfección,
la internaron y ya nos dijeron de entrada que tenía todos los números para ser
meningitis. Luego vino un maravilloso tour en taxi por Roma en domingo de
madrugada, a la búsqueda de farmacias de turno donde hacerme con las sulfamidas
necesarias que nos recetaron como prevención, para administrar a toda la
expedición, pero que en el hospital no nos pudieron suministrar. Y controlar
luego los estados de pánico y a aquellos que, una vez se les explicó el carácter
contagioso de la meningitis –habíamos estado todos en el mismo autocar varias
horas-, la dimensión del problema y sus síntomas, empezaron a sentirlos
intensamente, confundiéndolos con los de la resaca que llevaban encima… Salieron
tres o cuatro ambulancias con sendos presuntos contagiados que, afortunadamente, resultaron
padecer solo de un agudo canguelo, sin más consecuencias que las propias de tal síndrome. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El lunes ya intervinieron la
Sanidad pública italiana y el consulado español en Roma. Se nos proporcionaron
las dosis de medicamentos profilácticos necesarias y se nos puso en cuarentena.
He de decir que los alumnos aguantaron admirablemente, con algunas lógicas
excepciones que tuvimos que atajar por lo sano y que se aplacaron rápidamente.
Todo el mundo entendió que estábamos pasando por una situación excepcional, que
las medidas estaban sobradamente justificadas y que esto es lo que había. Y si
alguno no lo entendió, tuvo que actuar como si lo entendiera. Su compañera
internada estaba en aquellos momentos en estado crítico y en coma. Y el riesgo
de contagio existía.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En la villa de origen estaban
mucho más histéricos, y me consta que se contaron auténticas sandeces sobre lo
que nos estaba ocurriendo, sobre la comida y sobre cómo nos la daban; incluso
se dijo que el hotel estaba rodeado de tanquetas del ejército para impedirnos
salir, en fin… Afortunadamente, no había en aquellos tiempos teléfonos móviles
ni internet, así que cada cual a lo suyo y a bregar para salir del trance. Huelga decir que nunca hubo tanques del ejército rodeando el hotel, ni siquiera
carabinieri. Pero el caso es que el ejército italiano sí tuvo algo que ver en
todo esto, aunque no en el sentido que algunos familiares de los alumnos
imaginaron en sus delirios de lejanía.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La revisión y la inspección médica
la llevó a cabo la sanidad militar, y vino un equipo de médicos militares al
hotel para realizar el oportuno chequeo. Al mando estaba un muy educado y
simpático coronel médico. Al final de la revisión, que duró unas cuantas horas,
me aseguró que no había ningún caso y que nos podía dar el alta para que
volviéramos a España. Me preguntó entonces si antes de los cuatro días que ya
llevábamos de cuarentena, los “<i>ragazzi” </i>habían
podido visitar Roma. Le respondí que no, que había sido llegar y besar el santo,
pero no el de la Basílica de San Pedro precisamente. Entonces me sugirió que
podía alargarnos la cuarentena, impidiéndonos salir del país un par de días
más, pero autorizándonos por escrito a salir del hotel. En otras palabras:
confinados en Roma. Así, me dijo, podrán conocer esta bella ciudad y se resarcirán
del encierro. Le dije que muchas gracias por su comprensión y así lo hizo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Los alumnos nunca supieron que
si disfrutaron de estos dos días de propina en Roma fue gracias a este amable y
comprensivo coronel. Querían quedarse, pero en sus casas los querían de vuelta
ya, y alguno se hubiera ido inevitablemente de la lengua al regresar. Así que
tampoco era cuestión de proclamarlo a los cuatro vientos, no fuere yo a tener
problemas luego. En realidad, ni siquiera recuerdo si se lo comenté a las dos
profesoras que venían en el viaje. Creo que no. Eran más proclives a regresar
inmediatamente. La versión oficial fue que el coronel se había mantenido
inflexible en lo de la cuarentena, pero que había conseguido que accediera a
dejarnos salir por Roma. Para el caso era lo mismo…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">A mí me pareció que los
chavales se lo merecían, por como se habían comportado y por la que les había
caído, así que actué en consecuencia. Estuvimos enseñándoles Roma los dos días
siguientes y al tercero tomamos el avión de vuelta hacia Barcelona. La chica
contagiada estuvo dos semanas internada, hasta que le dieron el alta y regresó
completamente restablecida. Vaya también por delante mi agradecimiento al
Hospital Umberto I, a la dirección y personal del hotel donde estuvimos, al
consulado español y a la sanidad militar italiana que nos atendió, a todos ellos
por el exquisito trato que en todo momento nos dispensaron. Eso sí, al dottore
del seguro, un homenaje a su ojo clínico… Así concluyó el tema, y aquí paz y
allá gloria…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En el caso del actual macrobrote
y la cuarentena en un Hotel de Mallorca, se quejan en cambio sin que parezca
que hayan entendido todavía por qué están ahí, como si lo que llevamos año y
medio aguantando no fuera con ellos. Tampoco para sus padres y madres, al menos
los que salen en los medios, despotricando y exigiendo vesánicamente a la
Administración que se los devuelva como si los tuviera secuestrados. Aunque
tampoco parece que lo estén pasando tan mal, según cuentan, al menos algunos,
pues también corre por ahí que el hotel se ha convertido en algo así como en una recreación de la novela ‘El señor de las moscas’. Eso dicen al
menos, y la verdad es que no me extraña, visto lo visto.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Ignoro la actuación de la
Administración, pero no me parece de recibo que todo el mundo se queje de que
se les mantenga en cuarentena como si se tratara de un secuestro con violencia. Lo
irresponsable sería lo contrario. Y, eso sí, creo que lo que más les convendría a estos chavales son un par o tres de días en Mallorca cuando les den el alta, para conocerla
sin conciertos ni botellones, que también vale la pena, aunque no sea Roma, y
como mínimo podrían sacar alguna serena lección de la experiencia, o al menos reflexionar conjuntamente sobre ella. Pero no
caerá esa breva. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Lo más probable es que no les
interese para nada. Además, seguro que ya están los aeropuertos llenos de emboscados
para levantar acta de los lacrimógenos aterrizajes y los almibarados
reencuentros con que nos saturarán en los noticiarios, contándonos lo mal que
les ha ido y lo peor que los han tratado, aunque no lo pésimo de su propio
comportamiento, tanto padres como hijos. Al menos, ya digo, los que aparecen en
los medios perorando como energúmenos.<o:p></o:p></span></p><p>
<span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">En fin, o tempora o
mores. Claro que mis alumnos eran de 3º de BUP y de 5º de FP, es decir, unos
privilegiados de la pública. Ahora no, ahora todos somos iguales. </span></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-46359085180788968842021-06-15T10:21:00.001+02:002021-06-15T10:22:26.837+02:00Cui prodest scelus, is fecit<p> </p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Con las leyes educativas viene
ocurriendo (aparentemente) lo contrario que con la mal llamada «ley» d’Hondt. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En educación se dice que
tenemos una buena ley, porque si asegura la escolarización obligatoria y
gratuita hasta los 16 años –o hasta los 18- y promete la erradicación del
fracaso escolar, con tan altos principios no puede ser mala. Lo que ocurre es
que su aplicación choca con imponderables como la falta de presupuestos, la
poca formación pedagógica de los docentes, las inercias memorísticas… que la
próxima innovación superará definitivamente. Es decir, la culpa no es de la
ley, sino de los hechos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Con la «ley» d’Hondt, en
cambio, el recorrido es (aparentemente) inverso. Se salva a los hechos –los
supuestos datos objetivos- y se la acusa de ser la culpable de los desajustes
en la adjudicación proporcional de representantes según los votos obtenidos por
cada formación concurrente en unos comicios.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Así, según la opinión publicada
que conforma la opinión pública, tenemos en un caso una buena ley (educativa) y
unos hechos rebeldes que hay que atajar; en el otro, una mala ley (electoral)
que adultera unos hechos, unos datos cuantitativamente inobjetables, y vulnera
el principio de proporcionalidad en la representación, según el cual todos los
votos valen lo mismo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pues va a ser que no, ni lo
uno, ni lo otro. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Empecemos con la «ley» d’Hondt.
No es una ley, sino un sistema, un método bastante simple, en el cual la
operación más complicada es la división, que fija proporcionalmente la
representación según los votos obtenidos por cada formación, siendo estos votos
unos datos agrupados de acuerdo con un criterio previo al cual el método d’Hondt
es completamente ajeno. Porque si Madrid tiene 37 escaños y Soria 2 –lo cual
arroja 18,5 veces más representantes-, pero 76,5 veces más población, este
desajuste no se debe al señor D’Hondt, sino a una ley electoral –ahora sí, ley-
que ha establecido circunscripciones electorales uniprovinciales y les ha
adjudicado arbitrariamente una representación arbitrariamente desigual.
Añadamos a esto que con 2, 3 o 4 escaños por unidad electoral, la
proporcionalidad resultante es inevitablemente deficiente. Lo que falla es el
criterio con que la ley establece el escenario, pero no el método d’Hondt, que
se limita a tratar unos datos previamente agrupados y nunca neutros. Las
matemáticas no hacen milagros, eso queda para la pedagogía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Y en educación, lo mismo. La
falacia consiste en los criterios que regulan la disposición del escenario en
que los principios educativos deberían llevarse a cabo, por medio de unos
modelos pedagógicos erróneos que dicen subsumirlos, cuya aplicación genera toda
una serie de disfunciones que deterioran y vician de forma la praxis educativa,
degradando la realidad; porque se ha construido una ficción sobre ella que, por
falta de «<i>adequatio</i>», no puede ir más
allá de su fase teórica, por decirlo benévolamente. Tampoco aquí la realidad es
neutra, lo que ocurre es precisamente que se resiste a amoldarse a los
criterios que se le imponen <i>contra natura,
</i>por aberrantes. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pero seguimos con los mantras
de siempre. La culpable del mal reparto de escaños es la «ley» d’Hondt; y la
del desastre educativo, una realidad que no se adecua al escenario impuesto por
una ley educativa que, animada como está por tan altos principios, su sola mención
exime de cualquier culpa y exige acatamiento incondicional.<o:p></o:p></span></p>
<span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Y mientras tanto, ni la
menor mención a los inconfesables intereses que, en uno y otro caso, propician
esta desviación de culpas. O sea, aquello del
<i>cui prodest</i> <i>scelus, is fecit</i>. Y así nos va…</span>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-38618253530674640882021-06-10T07:57:00.001+02:002021-06-10T08:00:04.173+02:00Entrevista en "Ràdio Estel" sobre educación y 'El fin de la educación'<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbiaYL32IXEod4n29xb3q2Ps-72RFVKbr945cfYPzRS8b_2H1joslcl9kFFGB13L9jvtjVpHZ4miasHDEYuAbh24-AVWtqRad0X6DMHnQxCyJxgRcJVjNVz4h3wqIRc31GFThlbGuuMMRF/s789/193479496_3904285289693847_168130367486834022_n.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="789" data-original-width="526" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbiaYL32IXEod4n29xb3q2Ps-72RFVKbr945cfYPzRS8b_2H1joslcl9kFFGB13L9jvtjVpHZ4miasHDEYuAbh24-AVWtqRad0X6DMHnQxCyJxgRcJVjNVz4h3wqIRc31GFThlbGuuMMRF/s320/193479496_3904285289693847_168130367486834022_n.jpg" /></a></div><br /><p></p><p style="text-align: center;">Enllaç amb l'entrevista <a href="https://www.estelfitxers.com/audio/20210609-20_00HORADELPATI.MP3">AQUÍ</a></p><p style="text-align: center;"><br /></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-27185881417308781802021-06-02T12:39:00.000+02:002021-06-02T12:39:43.698+02:00Sobre 'Prohibido aprender' (Andreu Navarra, Anagrama 2021)<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh51I269pSp3VEV25eE1lW2382sdN2sSo7kJA6cThyphenhyphenGT1h3_mlN7Q8DKDB139F5Tu1ZQe5JOStiYFwvLudrPDyc3w0QKB_uEZzFEhHuHiLbSMiIJMkyN4FMXOKWhIDCqznjwSv1ZlBQrdfw/s1378/Scan+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1378" data-original-width="820" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh51I269pSp3VEV25eE1lW2382sdN2sSo7kJA6cThyphenhyphenGT1h3_mlN7Q8DKDB139F5Tu1ZQe5JOStiYFwvLudrPDyc3w0QKB_uEZzFEhHuHiLbSMiIJMkyN4FMXOKWhIDCqznjwSv1ZlBQrdfw/s320/Scan+%25282%2529.jpg" /></a></div><br /><p></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Siempre se puede discutir
sobre el alcance real del impacto que las leyes educativas tienen en el ámbito
sobre el cual legislan, es decir, en la escuela, entendida en su sentido más
genérico. Los hay que entienden dicho impacto como tenue, incluso prácticamente irrelevante;
porque lo que cuenta de verdad es la dinámica educativa, su propia lógica y las
bases sobre las cuales se asienta; otros las consideran en cambio decisivas y
determinantes por su influjo sobre el sistema educativo. Puede que en última
instancia dependa de las leyes en cuestión. Es posible que en otros pagos la
legislación se atenga al mero acompañamiento de la realidad educativa y a la facilitación
del sentido común. No es este el caso de España, como lo demuestra
fehacientemente Andreu Navarra en su estupendo y, por ahora, último libro, con
el impactante, pero certero título de ‘Prohibido aprender’ (Anagrama, 2021).<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Ciertamente, desde la
promulgación de la LOGSE hace ya treinta y un años, las leyes educativas que se
han ido sucediendo han sido intrusivas, intervencionistas y socialmente
agresivas. Y su impacto sobre la realidad del sistema educativo, brutal. Esto
es ni más ni menos lo que se infiere del documentado repaso que Navarra hace de
estas leyes y de sus negativos efectos, muy especialmente sobre la práctica
docente cotidiana, en el día a día del aula, siempre tan alejada de los
suntuosos despachos donde los expertos educativos pergeñan sus leyes y
normativas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Para entendernos, si pensamos
en una ley sanitaria, más o menos todo el mundo puede comprender que, en lo que
incumbe a la administración, se trata de dotar al país de hospitales y
equipamientos para que los médicos puedan hacer en las mejores condiciones
posibles su trabajo, a saber, curar a sus pacientes, que es lo que les compete.
Y digo “compete” porque quienes son «competentes» en esta materia son los
médicos. Es decir, los profesionales que saben «qué» hay que hacer y «cómo»
hacerlo. Esto es, en un sentido pleno del término «competencia» -pericia, como
nos recuerda Navarra-, que poco o nada tiene que ver con la acepción de uso más
sesgado usual en la idioléctica jerga psicopedagógica; exactamente en la misma
medida que, en su momento, el desplazamiento de las nociones de «instrucción» o
«enseñanza» por la más genérica de «educación», consistió simplemente en
convertir esta última en el <i>totum revolutum</i> de
la noche en que todos los gatos son pardos, por amputación de uno de sus campos
de significado, el que correspondía precisamente al dominio de la escuela:
enseñar, instruir.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">A nadie se le pasaría por la
cabeza, o de pasársele lo consideraría un desatino si está en sus cabales, que una
ley de sanidad prohibiera a los médicos realizar transfusiones de sangre,
porque una determinada creencia religiosa, elevada a la categoría de dogma
oficial por la propia ley, considere tales prácticas una violación de las leyes
divinas o naturales. O imaginemos, otro dislate, que dicha ley impusiera como
única praxis médica posible aquella basada en las teorías homeopáticas.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Pues esto, o su equivalente en
el ámbito de desatinos educativos, es lo que ocurre en educación, y lo que han
estado impulsando las leyes que repasa Navarra en su libro. Es decir, cómo las
leyes educativas han perpetrado auténticos despropósitos, cuyo resultado ha
sido la proliferación de guetos escolares expresados brillantemente en un
título que refleja la paupérrima realidad educativa actual: prohibido aprender.
<o:p></o:p></span></p><p>
<span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">En definitiva, un
interesantísimo e imprescindible abordaje sin concesiones al «espíritu» de unas
leyes que nos han llevado al erial educativo que estamos padeciendo, sin que,
por ahora al menos, se atisbe solución de continuidad. </span></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-90784853941396707172021-05-12T21:09:00.001+02:002021-05-14T15:32:17.414+02:00Sobre 'El informe Ohlendorf', de Jorge Sánchez<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJegU90utBTL7mfrT6qsWUDiIjURQpBzIfcgxNYB0Hfs0Yhb8FS6sVsd3ZBGITjwDjwOd0BRqUBm3zX03ljH2wNroWADH9VZMYMfdTFjvmkM10frVh7haZ_ZmQZjTx8J8fgbv5jDboMKR5/s320/image.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="320" data-original-width="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiJegU90utBTL7mfrT6qsWUDiIjURQpBzIfcgxNYB0Hfs0Yhb8FS6sVsd3ZBGITjwDjwOd0BRqUBm3zX03ljH2wNroWADH9VZMYMfdTFjvmkM10frVh7haZ_ZmQZjTx8J8fgbv5jDboMKR5/s0/image.png" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Pocos días antes de partir
hacia Alemania para pasar las Navidades con su familia, Daniela Meckler, una
profesora de literatura que trabaja en la universidad norteamericana de Boise
(Idaho), recibe de un editor arruinado unos manuscritos con la transcripción de
los interrogatorios que un oficial de la inteligencia norteamericana mantuvo
con Otto Ohlendorf, un criminal de guerra nazi procesado en los juicios de
Nüremberg y posteriormente condenado a morir en la horca. Daniela, que colabora
también con una pequeña editorial alemana como asesora literaria, deberá valorar
su eventual publicación. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">La protagonista empezará a
leer el manuscrito durante el vuelo y lo completará en los ratos libres de su
estancia navideña en Alemania. La coincidencia sincrónica entre la lectura del
texto y su «regreso» a Alemania, se superponen, proyectándose el pasado sobre
un presente acomodado que ha corrido el tupido velo del olvido: el nazismo, la
guerra, el holocausto... <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">‘El informe Ohlendorf’ transcurre
sobre estas dos líneas argumentales, la pretérita, descrita en los manuscritos
que Daniela va leyendo, y la presente, con unas en principio rutinarias
vacaciones navideñas que acabarán orbitando alrededor de estos manuscritos. En
el pasado, un exjefe de Einsatzgruppen, responsable directo de la muerte de
como mínimo 90.000 personas, que se defiende
y autovindica moralmente desde la asunción de unos crímenes que, aun
reconociéndolos como tales, considera justificados. <span style="color: red;"><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En el presente, tres
generaciones de alemanes, la de los abuelos, la de los padres y la de los hijos,
y sus relaciones con este pasado. La de los abuelos, que hicieron o vivieron la
guerra, que no recuerda; la de los padres, los hijos de la guerra y la
posguerra, que no sabe –tampoco es una metáfora que sea la generación presencialmente
ausente de la narración, solo indirectamente presente en ella-; y la de los
nietos, que no se hace preguntas más allá de los lugares comunes tácitamente
asumidos, sin cuestionarlos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Porque en realidad, ni Daniela
ni ninguno de sus coetáneos generacionales, todos ellos entre los treinta y
muchos y los cincuenta y tantos, se plantea seriamente qué ocurrió, cómo fue
posible llegar al horror y por qué se corrió luego este tupido velo. Esto lo
hace magistralmente el autor, no solo a partir de las argumentaciones de
Ohlendorf u otros nazis históricos que van apareciendo, sino también a partir
de los personajes literarios, convirtiendo la novela también en un ensayo. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Algunos de los personajes
coetáneos de Daniela evocan raíces claramente sesentayochistas, con los
sedimentos nostálgicos propios de la juventud dejada atrás. Pero desde su más
que probable militancia ecologista o de izquierdismo teórico de manual, desde el tópico en que viven, ignoran u obvian las
raíces nazis perfectamente rastreables, por ejemplo, en el movimiento de los
«Verdes», o que uno de sus fundadores, Gerd Bastian, era un ex general de la
RFA con sospechosas veleidades nazis. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">No es solo una anécdota, sino
más bien una categoría. Un retrato sociológico de la Alemania actual en
relación con su pasado aún reciente. El propio Jorge Sánchez recordó en la
presentación del libro cómo un conocido suyo alemán, de irreprochable
trayectoria izquierdista, trivializaba en última instancia el holocausto
incardinándolo en la famosa expresión que sirve igual para un roto que para un
descosido: <i>“al fin y al cabo, no
deberíamos olvidar que era una guerra…”</i>. Si, cierto, era una guerra y no unos
juegos florales. Pero también parece claro que integrando el holocausto en el
todo de la guerra, se elude afrontarlo como en la noche que todos los gatos son
pardos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">El informe Ohlendorf es en
cierto modo la otra cara de la «banalidad del mal» que detectó Hanna Arendt en
su ‘Eichmann en Jerusalén’. Tampoco Daniela se enfrenta a Ohlendorf como Hanna
Arendt se enfrentó a Eichmann, ni lo pretende. Aquí la banalidad, de caer en
algún lado, sería precisamente en el de Daniela, para quien la mayor
preocupación es si el manuscrito es publicable. Como banal y tópica es su
reacción frente a las posibles concomitancias de su abuela y una amiga de esta
con el régimen nazi; tal vez no ideológicamente, pero sí al menos
sociológicamente. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Ohlendorf, por su parte, no es
en modo alguno un personaje banal; tampoco se limita, a diferencia de Eichmann,
a exculparse en el cumplimiento de las órdenes que reconocía haber recibido y
que ejecutó consciente y «responsablemente». Se trata de un oficial de las SS que
se construyó un personaje que pugnaba por asociarse en cierto modo a esta
estética tan germánica del superhombre nietzscheano, acaso paradigmáticamente
ejemplificada por Ernst Jünger; eso sí, con substanciales diferencias. Entre
ellas, la de cruzar la línea que le convierte a uno en criminal de guerra, que
Jünger nunca cruzó. Aunque sí compartían otra característica: ninguno sucumbió
al «carisma» de Hitler. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">Si Hitler era para Jünger
«Kniébolo» y los nazis los «lémures», Himmler, Heydrich o el propio Hitler eran
para Ohlendorf unos gañanes que habían prostituido el auténtico ideal
nacional-socialista de primera hora al cual seguía adscrito. Lo más probable es
que a Jünger la figura de Ohlendorf le resultara profundamente aborrecible.
Porque el superhombre no se legitima en ninguna religión. Frente a la banalidad
del mal encarnada por Eichmann, o al displicente desprecio por él de Jünger,
Ohlendorf representa su subordinación instrumental a un ideal superior, el
nacional-socialismo como nueva moral de la era postcristiana.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">En este sentido, Ohlendorf se
presenta a sí mismo, conscientemente o no, como la réplica nazi del Abraham
bíblico. Si este estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo Isaac porque así se lo
había ordenado Dios; Ohlendorf hizo lo propio con los judíos, solo que en su
caso no era una prueba, sino una ordalía que exigía su efectivo cumplimiento.
Heteronomía moral en cualquier caso, llevada hasta sus últimos extremos, mucho
más allá de lo humano, ya sea en la esfera de la semidivinidad en la que creía
situarse, o, más bien, en la de la bestialidad. <o:p></o:p></span></p><p>
<span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">Un libro, en resumen,
altamente recomendable que nos pone no solo frente a un execrable criminal
nazi, sino también frente a nosotros mismos.</span></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-72866428909809542052021-05-06T10:21:00.003+02:002021-05-06T16:40:56.782+02:00Pongamos que hablo de Madrid<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0UdHeKt4h9aZ1Al5igaL9uD_0BgXYi4sqACGAHOdYL6vWPyYiHw_OlNRyOTeKJg8JjaXpl-r_8Xt4iTtL5kromaS0gFSTngnat_XwOAJO7tHav4jjqAC_EYf2Q5E8h2r-oJH2VUnVSVn-/" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="1094" data-original-width="1960" height="179" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0UdHeKt4h9aZ1Al5igaL9uD_0BgXYi4sqACGAHOdYL6vWPyYiHw_OlNRyOTeKJg8JjaXpl-r_8Xt4iTtL5kromaS0gFSTngnat_XwOAJO7tHav4jjqAC_EYf2Q5E8h2r-oJH2VUnVSVn-/" width="320" /></a></div><br /> <p></p><p><span face="Arial, sans-serif" style="font-size: 12pt; text-align: justify;">No pretendo sentar cátedra ni
nada por el estilo, solo aportar unas breves reflexiones sobre el descalabro de
la izquierda en la reciente «batalla de Madrid», que me parece muy
significativo, no tanto porque pueda marcar tendencia, que también, sino por
la ramplona y meramente epidérmica «autocrítica» que ha suscitado en sus
protagonistas. No es solo un problema de Madrid, sino de mucho más alcance.
Parece que la «izquierda» oficial y realmente existente no entiende el porqué de un
batacazo que, por otro lado, estaba más que anunciado. Y no lo entiende porque carece de categorías para entenderlo.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpFirst" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: Arial;">1)<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">1.- Hace mucho tiempo que la izquierda ha
abandonado lo social por lo cultural, o lo que es lo mismo, ha pasado del
socialismo al culturalismo, en un pobre remedo de Gramsci. Algunos deberían releerlo
urgentemente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="text-align: justify;"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: Arial;">2)<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">2.- La derecha puede desprenderse de sus ropajes
ilustrados, o de los que más le molesten, y seguir siendo derecha; basta para
ello que se remita a lo estrictamente económico. La izquierda, en cambio, sin
la Ilustración es como el emperador desnudo, víctima de sus propias quimeras. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: Arial;">3)<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">3.- No se puede reaccionar airadamente ni reprochar
a la ciudadanía que esté alienada o que no haya entendido su relato porque es
«tonta». Al contrario, lo más probable es que la población haya entendido
perfectamente lo que se estaba ventilando.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpMiddle" style="mso-list: l0 level1 lfo1; text-align: justify; text-indent: -18pt;"><!--[if !supportLists]--><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-fareast-font-family: Arial;">4)<span style="font-family: "Times New Roman"; font-size: 7pt; font-stretch: normal; font-variant-east-asian: normal; font-variant-numeric: normal; line-height: normal;"> </span></span><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;">4.- La cuestión no es el resultado de estas recientes
elecciones, sino cómo se ha llegado a ellas desde una arraigada deriva de la
izquierda hacia la negatividad meramente nihilista, que no hegeliana ni
marxiana. El problema es una(s) izquierda(s) cuyo(s) relato(s) carece(n) de
discurso.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoListParagraphCxSpLast"><span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%;"> </span></p>
<span face=""Arial",sans-serif" style="font-size: 12pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">5.- El problema no es
tampoco la mayor o menor radicalidad del relato –postureo en definitiva-, sino
la solvencia del discurso. Sin discurso no hay relato, sino «relatos» dispersos
que no remiten sino a sí mismos; precisamente todo lo contrario de lo que
debería representar la izquierda. Y desde hace demasiado tiempo, en la
izquierda no hay discurso, solo relatos.</span>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-62084599631996399472021-04-30T08:15:00.000+02:002021-04-30T08:15:04.702+02:00Vídeo de presentación de 'El informe Ohlendorf', de Jorge Sánchez<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/Jqa20VAD5EY" width="320" youtube-src-id="Jqa20VAD5EY"></iframe></div><br /><p></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-12980011533322100262021-04-27T17:24:00.001+02:002021-04-27T17:24:36.814+02:00Roma traditoribus non praemiat, o a la búsqueda de la causa perdida<p> </p><p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">Observo con cierto azoramiento las
distintas tentativas de vindicación de los movimientos de renovación pedagógica
–en adelante mrp’s- que se están produciendo últimamente, como colados de
refilón pero en vagón de primera, emitidos desde antenas directa o indirectamente
vinculadas a estos mismos movimientos. ¿Camaleonismo? ¿Transfuguismo? ¿A la
caza de nuevos comederos? ¿Paulina caída del caballo camino del Damasco
educativo?...<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">De todo habrá, sin duda alguna, y allá
cada cual con su conciencia. Pero resulta muy zafio recurrir al funambulístico
argumento de la supuesta impostura perpetrada por instituciones educativas -o
paraeducativas- patrocinadas por las «multinacionales», así, con un par, que
aprovechándose arteramente del no menos supuesto prestigio social de los mrp’s,
habrían fagocitado su ideario para revestirse con los ropajes de sus infelices
presas, ocultando así, como el lobo de Caperucita, su auténtica naturaleza
predadora. Una audaz impostura que exoneraría a estos mrp's de cualquier
responsabilidad en los desmanes educativos de los últimos años, y de los que se
anuncian para los venideros. Queda con ello a salvo no solo su «prestigio»,
sino también su ideario. Y aquí paz y allá gloria…<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">Vaya por delante que por algo será que
se fijaran en ellos como víctimas propiciatorias, y que eso del prestigio
social de los mrp’s es algo que me resulta completamente ajeno y que no
comparto en modo alguno. Pero el recurso a la impostura sigue sin servir en
ningún caso como vindicación. Porque entonces, una vez eximidos de cualquier
responsabilidad, se los está categorizando como tontos útiles; como
involuntarios palmeros de sus propias propuestas, caídos en la cuenta de que
han resultado ser no solo suyas, sino incluso acaso de prestado y con el
derecho de corso periclitando. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">Y la realidad es muy otra: han sido, y
son, cómplices entusiastas que han ejercido de tropa de choque, con una
abnegación digna de mejor causa, en la imposición de las reformas educativas
que ahora aparentemente denuestan. Unas «innovaciones» y un ideario pedagógico
que, por aquello de las «afinidades electivas» -o infeliz serendipia, qué más
da-, sintoniza por igual con las antenas educativas de las multinacionales que
con los repetidores de las emisiones de la Sra. Celaá o tantos consejeros de
educación, entre cuyos equipos asesores, por cierto, brillan con luz propia
conspicuos miembros de los mentados mrp’s y organizaciones afines. ¿En qué
quedamos entonces?<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">Seamos claros. En el organigrama del
proyecto de destrucción de la enseñanza pública, los mrp’s son a las reformas
educativas lo que los camisas pardas de las secciones de asalto fueron al
partido nazi. Y si no han conseguido afectar con tanto ímpetu a la privada, es
porque no se lo han permitido. Si ahora resulta que han tapiado las puertas
giratorias, pues será porque ya no se precisa de sus servicios. ¿Que algunos se
han quedado en el mismo borde del dintel? Roma traditoribus non praemiat, o
solo a algunos… ¡Haber aprendido latín!<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">Por esto también me hastía cada vez más
el arreciar de las despechadas peroratas contra las multinacionales y sus
antenas educativas, ya sea el FMI, PISA, Bolonia, la OCDE, la Caixa o el
sursuncorda. Simplemente porque no me parece honesto, ni juicioso, atribuirles
en exclusiva la culpa de la destrucción de la enseñanza pública, para
escamotear la propia. Si a estas alturas todavía no nos hemos enterado de la
película, mejor hacérnoslo mirar. Y es que además es lógico que propugnen lo
que propugnan, va con su naturaleza, han entendido perfectamente lo que hay, y
al menos son coherentes. Lo que ya no es tan lógico ni coherente es que el
desatino educativo que estamos viviendo se haya propiciado, impuesto, desde el
estado y sus administraciones públicas -centrales o autonómicas, que de grado o
a su pesar, ambas son «estado», no está de más recordarlo-. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">Seguro que a las «multinacionales» les
va muy bien con todo esto y que muy probablemente se refocilen con ello. Pero
yo no elijo con mi voto a los miembros de sus consejos de administración, sino
a los representantes de los poderes públicos, que son quienes establecen las
políticas educativas. Y es a ellos que culpo del estropicio, por haber abdicado
de sus responsabilidades y por haber perpetrado una auténtica estafa social. Y
a sus sicofantes, entre los cuales incluyo a los mrp’s, cuyo papel en todo este
despropósito se me antoja tóxico sin más. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">En definitiva, y parafraseando la vieja
canción, tan sucias están las manos que promueven la liquidación de la
instrucción pública, como las de quienes la aplauden o la han llevado
materialmente a cabo. Y no me parece de recibo cargar contra unos a la vez que
se redime a otros; máxime cuando son estos mismos «otros» quienes se
autoexoneran en su proteica mismidad, aduciendo una inverosímil impostura que
no es tal, sino complicidad culpable.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">¿Lo del Bachillerato competencial? Una
vuelta de tuerca más en la siguiente fase de la campaña de cerco y
aniquilamiento de la instrucción pública. Queda una larga marcha por recorrer…
y no parece muy aconsejable cargar con el sobrepeso de equipaje aportado por un
caballo de Troya que no solo lastrará el camino, sino que pretende marcar la
ruta…<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="background: white; line-height: normal; margin-bottom: .0001pt; margin-bottom: 0cm;"><span style="color: #050505; font-size: 11.5pt;"><span style="font-family: arial;">Bueno, pues esto es lo que pienso de los
movimientos de renovación pedagógica y me ha parecido oportuno decirlo.</span><o:p></o:p></span></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-44973478208529382912021-04-20T20:23:00.005+02:002021-04-20T20:42:42.751+02:00PRÓXIMA PRESENTACIÓN DE 'EL INFORME OHLENDORF', DE JORGE SÁNCHEZ<p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibdVXeQtdS6SGqAXzjOR2YQTd3ao8QTT_z4kMeY_BG-nNe59WdT9l6S8XRo5-NjjewighSVh0-tvYodWKHXyMkNxvizCM6a7e41OeHqsnFprmqV1rTskeCzcgz6ao9FUM47NML4gmxL1_g/s598/image.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="598" data-original-width="411" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibdVXeQtdS6SGqAXzjOR2YQTd3ao8QTT_z4kMeY_BG-nNe59WdT9l6S8XRo5-NjjewighSVh0-tvYodWKHXyMkNxvizCM6a7e41OeHqsnFprmqV1rTskeCzcgz6ao9FUM47NML4gmxL1_g/s320/image.png" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><br /></div><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El próximo 28 de abril tendré el honor de participar en la presentación de 'El informe Ohlendorf', una obra sobre la cual solo diré, por ahora, que me cuesta no empezar ahora mismo a relatar. Lo haré en compañía del autor, con Eva y con Robert. Allí os esperamos.</span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">El enlace <a href="https://www.catalunyavanguardista.com/el-informe-ohlendorf-de-j-jorge-sanchez/">AQUÍ</a></span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;">Y la entrevista en Catalunyavanguardista <a href="https://www.catalunyavanguardista.com/%e2%80%b2el-informe-ohlendorf/">ACÁ</a></span></p><p style="text-align: justify;"><br /></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: arial;"><br /></span></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-20163519198316886452021-04-20T12:21:00.001+02:002021-04-20T12:21:25.491+02:00PANEM ET CIRCENSES, O EL PODER DEL DINERO<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5gYxC1z2-_z3orOb8bKgdE7A_X_0HAsMgR3_0OIJZtsbPoVft4b2i59VeAbZzzkZxiURs5RFZwQCogQlugdXoG19eIaprmq82MvkAn5jYYPp0mLFksHrBYYbMx497MqZLh1xToqUtc5R2/s299/descarga.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="168" data-original-width="299" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5gYxC1z2-_z3orOb8bKgdE7A_X_0HAsMgR3_0OIJZtsbPoVft4b2i59VeAbZzzkZxiURs5RFZwQCogQlugdXoG19eIaprmq82MvkAn5jYYPp0mLFksHrBYYbMx497MqZLh1xToqUtc5R2/s0/descarga.jpg" /></a></div><br /><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">No sigo el fútbol ni me
interesa -solo como fenómeno social-, pero tampoco sigo ni me interesa Miguel Bosé -ni siquiera como fenómeno social- y no por ello consigo
evitar enterarme de sus opiniones sobre la pandemia. Es todo un síntoma que las
evacuaciones de un orate merezcan más pábulo mediático que las de cualquier científico
que esté investigando sobre els SARS-CoV2. Pero, claro ¿hubiera tenido la misma
audiencia la entrevista a un eminente científico que la que tuvo el histrión en
la del último fin de semana? Audiencia, le llaman, y esto es negocio, dinero.
Al científico que le den.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Así que por una vez hablaré de fútbol y de este proyecto de Super-liga europea que promete ser el culebrón que ocupará
los titulares de todos los medios durante las próximas semanas. Ya no hay
pandemia, ya no hay crisis económica ni pésima gestión sanitaria; ahora lo que
cuenta es si van a echar al Madrid y al Barça de la UEFA y de la FEF, o si el
proyecto seguirá adelante. <i>Panem et circenses
</i>de toda la vida. Por eso nos quieren quitar la memoria, para que no nos
demos cuenta que se repiten más que el ajo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">En apenas algo más de
veinticuatro horas la noticia ha corrido como reguero de pólvora. Doce clubes
de fútbol europeos, que serán quince que al final se han de convertir en
veinte, han decidido constituir su propia competición al margen de instituciones
tan nobles como esa <i>Cosa Nostra</i> que son la FIFA, la UEFA o la FEF y cualquiera
de sus antenas federadas. Estas, a su vez, plenamente conscientes de que les va
en ello el condumio, han reaccionado como impulsadas por un resorte, amenazando
con suspender a estos equipos y a los jugadores que participen en esta nueva
competición. La polémica está servida, y la bronca también. No es que se estén
jugando el pan, no nos engañemos, se están jugando el caviar. Y con las cosas de comer no se juega… Hasta el <i>premier</i> británico, el «helenista» Boris
Johnson, se ha permitido manifestar su consternación por el proyecto, que no
parece casar muy bien con su <i>Brexit</i>. Y
es de suponer que si la reina de Albión no ha dicho nada, es porque está guardando luto oficial.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">La mayoría de programas de
debate político empezaron ayer con la Super-liga como plato fuerte, algo
que, por otra parte, atendiendo a que una buena porción de estos tertulianos
profesionales -ahora se les llama analistas- provienen de las filas del periodismo deportivo, les brindó la
oportunidad de volver por sus fueros… A nosotros nos permitió constatar que son
unos indocumentados que se mueven entre el tópico y la demagogia, tanto en un
ámbito como en el otro…<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Vayamos al grano. Resulta que
estos doce clubes de fútbol -seis ingleses, tres italianos y tres españoles-
han decidido constituir una NBA europea. Que sea el fútbol en lugar del
baloncesto no es relevante; o sí lo es, pero no por su actividad, sino por su
repercusión y los dividendos que comporta. Y como no podía ser de otra manera,
se trata de los equipos más potentes en todos los sentidos. El «alma» del
proyecto parece ser, según cuentan, el ínclito Florentino Pérez, a la sazón
presidente del Real Madrid y consumado "hombre de negocios". Los otros dos equipos españoles implicados son el
Barça y el Atlético de Madrid. Si el proyecto sigue adelante, constituirán su
propia liga. Resulta obvio que lo que hay tras la oferta de espectáculo global
tiene un nombre muy concreto: dinero. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Lo más gracioso de todo son
los infantiles argumentos «morales» aducidos, tanto por presuntas «personalidades»
como por los sicofantes que se han posicionado en contra, probablemente con la
habitual y desacomplejada simultaneidad con que estarán ya negociando la
exclusiva en las futuribles retransmisiones. Se apela a la
afición de los equipos modestos, que se verán humillados y descendidos fácticamente de
categoría sin haberse movido, a sus sentimientos; a la mercantilización del
fútbol base que esto comportará, a la meritocracia que ha permitido a equipos
modestos ganarles ligas a los grandes, a la devaluación de las competiciones
nacionales y, por último, la más estridentemente hilarante, a la adulteración
del fútbol como deporte y su peyorativa conversión en espectáculo y en negocio...
¡Como si no lo hubiera sido hasta ahora!<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Argumentos lacrimógenos y
almibarados todos ellos. Hace muchos años que el fútbol profesional de
competición es un espectáculo y un negocio plenamente incardinado en la lógica
del mercado. No cuela, pues, que nadie se haya enterado ahora. Y lo único que
están haciendo estos clubes poderosos es llevar esta lógica de mercado hasta
sus últimas consecuencias. Institucionalmente hablando, el fútbol profesional
ha estado regido mayoritariamente por advenedizos, por rufianes y por mafiosos –de
medio pelo o de larga cabellera, según el caso-. Seguirlo llamando deporte es sencillamente
grotesco, por más pasiones –más bien bajas con frecuencia- que mueva. No sé de
qué se escandalizan estas almas de cántaro, es la siguiente fase del proceso, inherente
a su propia dinámica, que ellos mismos han propiciado. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Si se está en el mercado se
está a todas, no porque uno así lo quiera, sino porque va con estar en él. Y si se está en contra, también es a todas, no solo cuando no me va bien. Curiosa doble moral esta. No, aquí no valen argumentos pasionales ni apelaciones al honor
deportivo; aquí lo que vale es el dinero. Y dada la catadura de los actores, para
entender lo que está ocurriendo en el mundo del fútbol hay que recurrir al
Padrino de Puzo-Coppola: no es nada personal, solo son negocios. Lo que se ha
producido es una ruptura en la <i>Famiglia</i>,
y todos sabemos lo que pasa cuando esto ocurre. Lo dicho, solo son negocios, nada personal...<o:p></o:p></span></p><p style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES; mso-bidi-language: AR-SA; mso-fareast-font-family: Calibri; mso-fareast-language: EN-US; mso-fareast-theme-font: minor-latin;">A mí, personalmente, me
la trae al pairo. Pero que no nos engañen tan burlescamente. Y si lo que preocupa
es que con la europeización del fútbol decline su papel como factor de cohesión identitario, si es esto y es verdad que fuere a menguar, entonces, decididamente,
adelante con la Super-liga europea. Como dijo Baroja, el carlismo se cura viajando.</span></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-52861950139240029212021-04-16T13:50:00.001+02:002021-04-16T13:50:52.262+02:00Vídeo de presentación de 'El fin de la educación' de Editorial AKAL.<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/hp413EaBdGI" width="320" youtube-src-id="hp413EaBdGI"></iframe></div><br /> <p></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-29474735972408981812021-04-15T12:11:00.001+02:002021-04-15T12:15:38.095+02:00VÍDEO DE LA PRESENTACIÓN DE 'EL FIN DE LA EDUCACIÓN'<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/53-YwfPxgJc" width="320" youtube-src-id="53-YwfPxgJc"></iframe></div><br /><p></p><p><br /></p><p><span style="font-family: arial;">Fue un placer compartir con Olga, Eva, Enrique, Alberto y Jorge las dos horas de esta primera presentación, que se me hicieron francamente cortas. </span></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2881637111218122348.post-24947987375344291562021-04-13T08:28:00.001+02:002021-04-13T08:28:18.228+02:00PRESENTACIÓN DEL FIN DE LA EDUCACIÓN<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAUhBY9oVeqNdWP7JQXkRWFDUWuRP8AfJUu560cT_tehQYPVDxznxBwY2KrKJE-Jql6Sz-1TYG02sAhWiCL8xJN0YsQguJ-hjSYvkOAVwCZC7Ol07yJdxfbKPsEI3sVzFO6UPZpqZBYZQI/s704/el-fin-de-la-educacion-txalaparta-eus.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="704" data-original-width="463" height="466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAUhBY9oVeqNdWP7JQXkRWFDUWuRP8AfJUu560cT_tehQYPVDxznxBwY2KrKJE-Jql6Sz-1TYG02sAhWiCL8xJN0YsQguJ-hjSYvkOAVwCZC7Ol07yJdxfbKPsEI3sVzFO6UPZpqZBYZQI/w306-h466/el-fin-de-la-educacion-txalaparta-eus.jpg" width="306" /></a></div><br /><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p><p>Mañana, 14 de abril, tendrá lugar el webinar de presentación de 'El fin de la educación'. Trataremos sobre la educación y la problemática que el libro aborda con Enrique Galindo y Olga García -ambos prologuistas del libro junto a Carlos Fernández Liria-, y con Alberto Royo, Jorge Sánchez y Eva Serra, que presentará el acto. A todos ellos mi más sincero agradecimiento por su predisposición a participar en esta primera presentación, organizada por la Fundación Episteme, así como a Editorial AKAL por su colaboración. Seréis todos bienvenidos.</p><p>Para inscribirse, <a href="https://www.catalunyavanguardista.com/webinar-el-fin-de-la-educacion/">AQUÍ</a></p>Xavier Massó Aguadéhttp://www.blogger.com/profile/17262693706833379658noreply@blogger.com0