El
"erudito" Juancho Armas Marcelo especula sobre los orígenes catalanes
de los asesinos de Jesucristo en un artículo evacuado con carácter de apretón en
un rotativo cuyo nombre produce náuseas vomitivas solo con evocarlo. Pero ya se
sabe, igual que ha de haber carroña para que puedan comer las hienas,
algunos lectores precisan de bazofia impresa para devorarla ávidamente con el
mismo afán que un gourmet saborea unas
ostras de Arcade. Y a eso es a lo que se dedica este Armas: a lanzar carroña
para poder comerse luego él las ostras.
Llamarle
sicofante sería insultar a tan noble oficio de la antigüedad clásica. Porque
los sicofantes no se creían las calumnias que difundían. Eran unos
profesionales. Todo indica, en cambio, que él si se las cree. Y eso no dice
mucho en su favor. Entre otras cosas porque es difícil hacer gala de tanta
indocumentación en tan breve espacio. Veamos.
Arguye
el orate Armas que Poncio Pilatos y sus legiones eran catalanes porque estuvo de
gobernador de Tarraco. Afirma, sin el menor pudor, que
el
catalán desde los años de Pilatos
sabe que los símbolos son capitales para el triunfo. Cito a Pilatos porque era el
gobernador de Tarraco en tiempos de Cristo.
El hombre, contra su voluntad, fue destinado por el Imperio a Judea (o
Palestina, como ustedes quieran) y se llevó de Cataluña -también por orden del
Imperio romano- su guardia pretoriana (de catalanes) y un par de legiones de
leva obligatoria.
Al
recalar en Jerusalén, se encontró con aquel ser superior, Jesús, hijo de José, que decía ser
Hijo de Dios y
con el Sanedrín judío. Saquen conclusiones de quién o quiénes mató o mataron a
Cristo. Y quien dio la lanzada final al costado del Maestro. Al final se
jugaron la túnica de Jesús
a los dados, en aquella película protagonizada por Victor Mature titulada
exactamente La túnica sagrada. Más conclusiones: «La pela es la pela», aunque sea del Hijo
de Dios,
y el euro no iba a ser menos.
Confieso
haber pensado al principio que estábamos delante de una
mala fe manifiesta. Corrijo mi impresión inicial. No creo que haya animus iniuriandi, sino simplemente
ignorancia, estulticia y, eso sí, un exceso de vesania que sin duda debe tener
una causa somática. Un tema de humores, como diría Galeno, unos cien años
después de Poncio Pilatos. Esperemos que se cuide. Pero eso sí, que aprenda
algo de historia y de geografía.
1.-
Porque en el año 33 no había catalanes, sino, en todo caso, romanos tarraconenses,
que no sólo podían ser de la capital Tarraco (Tarragona), sino también de lo que
hoy Calatayud (Bilbilis), Alcalá de Henares (Compluto) o de tantos otros lugares de la antigua Hispania Citerior.
Sería como decir, a la inversa, que Armas es guanche dado su origen canario. Una estupidez ¿Verdad?
2.-
Tampoco es ningún extremo demostrado que Poncio Pilatos hubiera sido gobernador
de Tarraco, ni consta que fuera de allí. Y en cualquier caso, estaríamos hablando no de
Cataluña, sino de la provincia romana de la Hispania
tarraconense, en aquellos tiempos prácticamente las dos terceras partes de
la península ibérica. El nombre de catalanes, como el de castellanos,
aragoneses o navarros, no aparecerá hasta, más o menos, unos mil años después.
Casi nada, Armas.
3.-
La guardia pretoriana, en el siglo I, era un cuerpo de escolta reservado al
emperador. Poncio Pilatos no tenía guardia pretoriana; era gobernador, no
emperador.
4.-
Quien condenó a Jesucristo no fueron los romanos, ni tampoco Poncio Pilatos,
sino el Sanedrín judío. Eso basta con haber leído el Nuevo Testamento para
saberlo. Parece que la visión de Victor Mature en la película "La túnica sagrada" le ofuscó
a Armas la contextualización histórica de la película. Debería haber dedicado también su atención a otros aspectos de
la película. A Jean Simmons, por ejemplo.
Pero
claro, para Armas, aquí lo único que importa es lo que no acaba de decir,
quizás porque lo tenga pensado para la siguiente evacuación: que Longinos, el
centurión de la lanza, era catalán. Y la lanza se la vendió a unos relojeros
suizos que gracias a esto se hicieron famosos.
Ya se sabe, los catalanes nunca han respetado nada.
Anda, Armas, cómprate un euro de bosque y piérdete en él con Victor Mature.
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