divendres, 19 de juliol del 2013

¡MARCHANDO... OTRA DE RUEDAS DE MOLINO! (O JUGAMOS TODOS O ROMPEMOS LA BARAJA)



A comulgar con ruedas de molino ya estamos acostumbrados en este país. Pero para uno, que no es que sea excesivamente devoto, lo de comunión diaria ya se le empieza a atragantar. La última, la del presidente del Tribunal Constitucional . Resulta que en España tenemos una Constitución que, entre sus muchos artículos, el 127 prohíbe a jueces y magistrados militar en partidos políticos. Será una tontería, o al menos a mí me lo parece, pero es así: dura lex sed lex. Y así es para todos y en cada uno de sus artículos. Nos guste o no, es lo que hay. Y suerte que hay algo.

Pues nada, que el flamante presidente del TC resulta que ha estado cotizando como militante del PP siendo magistrado. Y lo gracioso de caso es que va el que ha de velar por la salud legal del país y, como si nada, afirma que él si puede, que su situación es legal.  Gracias por la aclaración, pero se olvidaron un párrafo enterito, el que está en punto 4, referente a estatuto personal de los miembros del TC. A ver, la verdad es que a veces ya no sabes si te toman por tonto o si te están tomando el pelo, que no es exactamente lo mismo.

En el primer caso, que te tomen por tonto, implica la consideración por la otra parte de que eres corto de entendederas y tragarás con lo que te diga la autoridad. Te lo creerás, vamos. ¿Certeza extrínseca? ¿Argumentum auctoritas? El ejemplo más claro sería el monopolio de la interpretación de la Biblia por parte de la Iglesia. Se dice que tal versículo significa esto y punto. Y el resto a tragar porque no saben leer y su eminencia es quien entiende sobre esto. O también aquel viejo chiste en el que se encuentran dos amigos y uno le dice al otro “¿pero como estás vivo? Me dijeron que te habías muerto”, a lo que responde el interpelado “Pues ya ves, estoy bien vivo”. “Pues no sé, no sé… el que me lo dijo es más de fiar que tú”. Pues eso, vaya ¿qué es más de fiar, lo que diga la Constitución o lo que dice el presidente del tribunal que ha de velar por su cumplimiento? Y no nos engañemos, para eso no hacen falta exegetas, si acaso sobra lo que queda quitándole el “ex”.

En el segundo supuesto, que te estén tomando el pelo, la cosa es más grave. Ambos lados saben que se estamos ante una mascarada. Uno me está colando una mentira, yo sé que es una mentira y el que me la cuela sabe perfectamente que yo sé que es una mentira. Pero me he de aguantar. Ajo y agua, así sin más.

Vamos a ver si nos aclaramos. Resulta que el diario “El País” publica hoy que el actual presidente del TC cotiza hasta el 2011 –que se sepa- como militante del PP, y que la Constitución española prohibe explícitamente a los jueces y magistrados militar en partidos políticos. Luego, resulta que el propio aludido afirma que sí que puede, y se basa el la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional, artículo 19, que sólo les impide tener cargos en partidos a los miembros del TC. Así que no dimite, que él es legal. Claro que se “olvida” de una coletilla que está en la misma ley y artículo a que alude “En lo demás, los miembros del Tribunal Constitucional tendrán las incompatibilidades propias del resto de miembros del poder judicial” Con lo cual retornamos al artículo 127 de la Constitución, quod erat demonstrandum.  Así que ¿a quién pretenden engañar?
Hay algo particularmente grave en todo este caso. Muy grave. Más allá incluso de la indignidad que traspúa, la vergüenza que vomita y la repugnancia que produce… y es la legitimidad de un TC que próximamente se puede ver en la tesitura de tener que adoptar decisiones de gran trascendencia para el futuro de España. ¿Tan inconscientes son que no lo ven? ¿O acaso les da igual? ¿Tontos, tunos o ambas cosas?
 
¿Con qué legitimidad dirá este presidente del TC y los que le auparon que el presidente + de la Comunidad - va contra la Constitución o que esta u otra consulta convocada por aquél sobre lo que se quiera, también? ¿Con la de alguien que ha mentido o que se salta la ley a la torera?  No. Nos estamos jugando el Estado de Derecho, y en esto bromas, las justas. O dimite o aquí valdrá todo inevitablemente. No  porque lo diga yo, sino porque, contra lo que algunos infelices piensan, antes que la Constitución no hay nada, sólo la barbarie. Y la zorra no puede ser la encargada de vigilar el gallinero... ¿o ya estamos en la barbarie?

No creo que lo estemos todavía, así que a dimitir.

 

dimarts, 16 de juliol del 2013

LA FATWA CONTRA MANEL FUENTES (los tarados no cejan)


Hay un tarado que me ha escogido como destinatario de sus delirantes envíos colectivos a través del correo electrónico. Como tal tarado, aunque en realidad deberíamos empezar a decir "loco de camisa de fuerza retrasado mental", no me cabe la menor duda de su miseria biográfica, su escaso nivel intelectual y su propensión a sublimar la insignificancia de su existencia de la peor manera que la subliman los tarados y los locos: sintiéndose parte de una estructura superior a cuya causa se entregan con toda su alma. Da igual cual sea la causa; tarados los hay en todas partes, lamentablemente. En su caso, es el independentismo.
 
Desde que empecé a recibir sus delirantes correos, intenté zafarme de ellos por los medios ad usum en estos casos -ponerlo en spam etc.-, todo en vano. Funcionó durante un breve periodo de tiempo -aunque también puede que estuviera internado en un frenopático-, pero al cabo de unas semanas, volvió con fuerzas renovadas. Sólo me quedaba denunciarlo ante google, aunque no sabría si denunciarle por fanático o por imbécil. Me temo que no lo haré... Resulta que hasta un tarado puede ser útil, como mínimo a la hora de que nos hagamos una idea cabal de hasta dónde pueden llegar realmente un hatajo de tarados, si lo son en suficiente número.
 
Ya me había resignado a eliminar sus correos nada más ver el remitente cuando, anteayer, al ir a borrar mecánicamente la última de sus pestilentes evacuaciones, reparé en algo del título del mensaje que me llamó la atención. Era una fatwa en toda regla contra el que hasta hace unos días fue el presentador del programa "Els matins de Catalunya Ràdio": Manel Fuentes. Además, la fatwa no la emitía mi tarado particular, sino que provenía de un medio de comunciación al cual remitía el enlace que el energúmeno me enviaba. Y eso es mucho peor, porque ya son demasiados tarados.
 
¿Y cuál era el pecado merecedor de la fatwa? Pues no hay una, no, hay varias razones. La primera, declarar que una emisora pública no puede adoptar una posición política concreta, sino que ha de estar abierta a todos los sectores de la sociedad en que está inserta. Esto, para los talibanes es querer españolizar Catalunya-Ràdio y no estar con "el país" -óbviamente, no se refieren al rotativo de idéntico nombre-. Hay también otro pecado sin perdón alguno, el medio al que hizo sus declaraciones...
 
En unos u otros medios, las declaraciones de Manel Fuentes están muy claras. Y la verdad, a uno no se le ocurre como alguien en su sano juicio pudiera estar en contra de lo que dice. Hasta hace unos pocos años, los noticiarios más potables de toda España, en el sentido democrático del término, eran los de TV3, y lo mismo se puede decir de los de Catalunya-Ràdio. Medios que, sin ocultar su carácter catalán -lo cual me parece perfecto, dicho sea de paso- eran lo más parecido a la BBC que se podía encontrar por toda España. Esto empezó a torcerse -ironías de la vida- con el primer tripartito. Ahora ya no queda prácticamente nada de aquello. Uno de los programas que seguía todavía algo de esta antigua estela, era precisamente el de Manel Fuentes.
 
Y mi tarado no sólo está contento porque ya no esté, sino que tampoco le parece bien que declare que él es partidario de un modelo como el de la BBC. Desde luego, si alguna vez la radio y la televisión públicas catalanes se parecieron a la BBC, lo cierto es que hoy lo es más bien a la Radio Tirana de sus mejores tiempos... Mi tarado debe estar contento. Pero no, los tarados y fanáticos nunca lo están. Y él es ambas cosas. Por eso lo de la fatwa.
 

diumenge, 14 de juliol del 2013

¿QUÉ SERA DE CDC?



“Los niñatos de Pujol”, les llamaba Pepe Borrell cuando se dieron a conocer. “Els masovers”  era, por su parte, el calificativo que les dedicaba un otrora crítco Xavier Bru de Sala. Desde entonces, han pasado unos cuantos años y un par de cohortes generacionales convergentes. En realidad, su ascenso a la primera plana de la política va de la mano del retiro del Amado Lider y el consiguiente dedazo que ungió a Artur Mas como nuevo edecán. Cuando en el 2010, después de ocho años en la oposición, CIU accede de nuevo al poder, el estado mayor de Mas elabora una estrategia que hoy, tres años y medio después, puede estar a punto de relegar a CDC a la marginalidad y cambiar radicalmente el escenario político catalán. Y todo gracias al “talento” desplegado por este “equipazo”.

Confieso que soy de los que pensaba que CDC iba a hundirse sin remedio a la que perdiera unas elecciones y se la desalojara del poder. Y no fue así. Pero, contumaz que es uno, la situación se me antoja ahora harto más complicada y truculenta. Sobre todo si tenemos en cuenta la extraordinaria capacidad de estos caballeros para complicarse la vida.

En un primer momento, y con una propuesta soberanista más o menos encubierta según los tradicionales patrones de ambigüedad que CIU venía utilizando desde siempre, se quedó a cinco diputados de la mayoría absoluta. La crisis golpeó duro y la amenaza de la bancarrota empezó a cernirse sobre el gobierno catalán. Al día siguiente de conseguir por primera vez ganar en Cataluña unas elecciones generales, Mas empezó a aplicar la política de recortes, muy especialmente en sanidad y educación. A esto se le añadieron varios casos de corrupción, el buque insignia de los cuales fue el “Caso Palau” com Millet al frente. Aun sin haber llegado al ecuador de la legislatura, Mas se encontraba en una situación extremadamente precaria.

Con la legislatura políticamene agotada antes de llegar a su primera mitad, Mas relanzó entonces la propuesta del “Pacto Fiscal”, que iba a ser el talismán que nos haría salir de la crisis. Ante la negativa del gobierno español, la alternativa fue la convocatoria de elecciones con un programa ya abiertamente independentista y con referéndum incluido.

No lo puedo saber con certeza, pero tengo para mí que no sólo nunca contempló la posibilidad de entrar a negociar el pacto fiscal o una mejora del sistema de financiación, sino que tampoco lo hubiera deseado en caso de haberse prestado el otro. Porque bravuconadas de cara a la galería a parte, no parece una muy buena estrategia negociadora presentarse reclamando un modelo de pacto fiscal y estar diciendo a la vez, a cualquiera que quisiera escucharlo, que dicho pacto iba a ser un peldaño más en el camino hacia la plena soberanía.

Sea como fuere, el resultado de las elecciones fue un fiasco de dimensiones elefantiásicas. De pedir una mayoría excepcional pasó a perder 12 diputados y se quedó como rehén de ERC. No sólo hubo un importante trasvase de votos de CIU a ERC, sino que todas las encuestas indican que la fuga de votos sigue produciéndose y que, de haber elecciones ahora, ERC conseguiría incluso obtener más diputados que CIU, que sufriría una auténtica hecatombe.

Y aquí viene el gran problema, Cómo salir del embrollo en que se han metido y salvar a la vez los muebles. Por un lado, es evidente que CIU ha perdido fuelle y que quien está marcando el calendario independentista es ERC. Parece que si las propuestas de uno y otro confluyen, el electorado independentista prefiere el original a la copia. Por el otro, hacer ahora un amago, por ejemplo en el tema de la consulta, le reportaría al equipo dirigente de CIU un ridículo estrepitoso así como la inevitable y consiguiente pérdida de credibilidad política, con todol lo que ello conlleva.

Después de haber enardecido a su propia parroquia, resulta que una parte significativa de ésta, la más nacionalista y convertida al independentismo, migra hacia ERC, el partido independentista de siempre. Y tampoco parece que por ahora vaya a entrar ERC en una de sus crisis cíclicas que, de darse, acaso CIU podría aprovechar para recuperar parte de sus votos tradicionales. Y ahí es donde corre CDC el riesgo real de desaparecer del mapa político, al menos desde la perspectiva de lo que ha venido siendo los últimos treinta años.

No parece que, en conjunto y a la vista de como van las cosas, haya valorado previamente el independentismo catalan sus propias fuerzas en un contexto de correlación. Pero tampoco parece que Mas y su gente consideraran la posibilidad de fuga masiva de votos hacia ERC, una fuga que parece lejos de concluir. Y también por otros frentes puede CIU, o más concretamente CDC, perder aún más clientela.

El nacionalismo de CDC y sus propias características, han propiciado un electorado más heterogéneo de lo que a simple vista podría parecer y con varias fronteras siempre susceptibles de moverse en varias direcciones. De una parte, estaría la frontera compartida con ERC, la del sector más recalcitrantemente independentista, una frontera que por ahroa parece estar haciendo aguas y que le puede representar a CDC, si por ejemplo acabara dando marcha atrás en el tema de la consulta, calculo que entre un 15 y un 35% de su electorado actual. Las diferencias entre CDC y ERC son hoy en día prácticamente inexistentes en lo político. Sí las hay todavía en lo social y en lo antropológico, pero con una ERC cada vez más derechizada, estas diferencias pueden tender a reducirse.

Por la otra parte, los sectores socioeconómicos más poderosos de CIU no parece que sean precisamente los más nacionalistas, así que de proseguir CDC su actual deriva independentista, pueden acabar abandonando el barco y recalar en otros con menos veleidades soberanistas, como la UDC de Durán o el propio PP. Calculo que la franja de CDC que estaría en esta frontera se situaría entre el 10 y el 20% de su electorado. Pero cuidado, ahí están precisamente algunos de los empresarios y poderes económicos faáticos catalanes. Perderlos podría tener para CDC consecuencias fatales e irreversibles.

Finalmente, aunque hoy por hoy sea un supuesto meramente testimonial dada la situación del PSC, tampoco se puede descartar a una franja que podría oscilar entre el 5 y el 10% del electorado. En cualquier caso, sí parece que, se mueva hacia donde se mueva, CDC quedará sensiblemente tocada. Y si a eso le añadimos su particular naturaleza constitutiva, no es descartable pensar que en un escenario que ERC acabara superándola, pudiera entrar definitiva e irreversiblemente en barrena. Dependerá mucho, supongo, de cómo se mueva UDC y Durán, cuyo protagonsimo irá inevitablemente al alza, siendo este otro nuevo problema con el que seguramente tampoco habían contado antes de iniciar una singladura que más bien parece llevar a la actual cúpula dirigente convergente hacia un callejón sin salida. Ya veremos, ya veremos…

dimecres, 10 de juliol del 2013

MÁS SOBRE CADALSO



En la carta XXVI de sus "Cartas Marruecas", describe Cadalso los distintos pueblos de España, no sin haber empezado la carta afirmando:

"Por la última tuya veo cuán extraña te ha parecido la diversidad de las provincias que componen esta monarquía. Después de haberlas visitado, hallo muy verdadero el informe que me había dado Nuño de esta diversidad".

Su enumeración de estos pueblos es la siguiente:

Cántabros (Dice textualmente: "entiendo por este nombre todos los que hablan el idioma vizcaíno (...) Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y el reino de Navarra.

Los de Asturias y las montañas.

Los gallegos.

Los castellanos.

Los extremeños.

Los andaluces.

Los murcianos.

Los valencianos.

Los catalanes.

Los aragoneses.

 Y concluye:

"Por causa de los muchos siglos que todos estos pueblos estuvieron divididos, guerrearon unos contra otros, hablaron distintas lenguas, se gobernaron por diferentes leyes, llevaron distintos trajes y, en fin, fueron naciones separadas, se mantuvo entre ellos cierto odio que, sin duda, ha aminorado y aun llegado a aniquilarse; pero aún se mantiene cierto despego entre los de provincias lejanas; y si esto puede dañar en tiempo de paz, porque es obstáculo considerable para la perfecta unión, puede ser ventajoso en tiempo de guerra por la mutua emulación de unos con otros. Un regimiento todo aragonés no mirará con frialdad la gloria adquirida por una tropa castellana, y un navío todo tripulado de vizcaínos no se rendirá al enemigo mientras se defienda uno lleno de catalanes."
Lo dicho, otro día lo comentaremos.

dimarts, 9 de juliol del 2013

CADALSO SOBRE LOS CATALANES




Dice Cadalso en sus "Cartas Marruecas" (Carta XXVI):

"Los catalanes son los pueblos más industriosos de España. Manufacturas, pesca, navegación, comercio y asientos, son cosas apenas conocidas de los demás pueblos de la península, respecto los de Cataluña. No sólo son útiles en la paz, sino del mayor uso en la guerra. Fundición de cañones, fábricas de armas, vestuario y montura para ejército, conducción de artillería, municiones y víveres, formación de tropas ligeras de excelente calidad, todo esto sale de Cataluña. Los campos se cultivan, su población se aumenta, los caudales crecen y, en suma, parece esta una nación a mil leguas de la gallega, andaluza y castellana. Pero sus genios son poco tratables, únicamente dedicados a su propia ganancia e interés. Algunos los llaman los holandeses de España. Mi amigo Nuño me dice que esta provincia florecerá mientras no se introduzca en ella el lujo personal y la manía de ennoblecerse los artesanos: dos vicios que se oponen al genio que hasta ahora los ha enriquecido."
Otro día lo comentaremos.

dissabte, 6 de juliol del 2013

LA PRESENCIA DE LOS AUSENTES (Sobre el concierto del Camp Nou)



A una semana del «concierto patriótico» del Camp Nou en pro de la independencia, sorprenden, de entrada, dos cosas. La primera es la envergadura de ciertas ausencias; la segunda el silencio oficial sobre ellas.

Si lo que se pretendía era demostrar la unidad sin fisuras de todos los músicos catalanes en torno al movimiento que nos ha de llevar a la independencia, lo cierto es que más bien lo que se manifestó fueron significativas ausencias que deberían dar que pensar. Porque más allá de los paniaguados de siempre y del eterno retorno del retirado de la gorrita, faltaban precisamente los «grandes». Serrat, Raimon, Sau, Pau Riba, el grupo Manel, otros grupos presentes sólo parcialmente... y hasta Loquillo -que cante en castellano no debería ser excusa si acuden Paco Ibáñez o Ramoncín. ¿No cabía aquí todo el mundo? Escasas alforjas, se me antoja, para tan importante viaje.

Pero lo más sorprendente es el silencio que se ha decretado sobre estas ausencias. Inasequibles al desaliento e impasible el ademán, los think tank del independentismo parece que han adoptado el principio según el cual «el que no está, no sale en la foto», donde no salir implica no existir, y siguen pugnando por imponer su ficción sobre una realidad cada día más resquebrajada.

Convencidos de su absoluto control sobre los medios, las noticias sobre sus «éxitos» cada día se parecen más a aquellos partes de guerra triunfalistas que el gobierno del Káiser difundía a finales de la Primera Guerra Mundial, convirtiendo en brillantes victorias las más estrepitosas derrotas y ocultando cínicamente  la inevitabilidad del desastre que se avecinaba. Luego, claro, nadie entendió el Armisticio ni el tratado de Versalles.
¿Cómo lo explicarán aquí y cómo reaccionaran sus enfervorizadas y crédulas huestes cuando ya no se pueda ocultar lo evidente?

divendres, 5 de juliol del 2013

BABERO DE ORO (JULIO 2013)



III PREMIO BABERO DE ORO
 
 
NARCÍS CLÉ (Director General de Tráfico de Girona, hasta ayer)
 
 
 
 
Pillado in fraganti a 160 km/h cuando regresaba de una reunión sobre seguridad vial en la cual pontificó sobre las bondades del límite de velocidad a 120 km/h. Sobran ulteriores comentarios. La noticia aquí.

dimecres, 3 de juliol del 2013

LA REVÁLIDA COMO NÉMESIS (III de III)



La clave radica en que los contenidos de los exámenes los establecerá el propio Estado, al menos en porcentajes suficientemente significativos. De modo que si resulta que un instituto, para que el director reciba una medalla de manos del concejal del barrio, se ha estado dedicando a aprobar masivamente a través de adulteraciones u omisiones del programa, cambiando las asignaturas, amenazando a los profesores o estableciendo en su proyecto de dirección las acostumbradas bobadas destinadas a ocupar a los docentes con trabajos absurdos que les alejan de la impartición de conocimientos, pues puede que lo tenga crudo…

Porque si luego llega la reválida y se cargan al 95% ¿De quién será la culpa entonces? ¿Cómo explicará el director a los indignados padres que, aunque en el programa oficial de bachillerato se contemplaban las derivadas en matemáticas, no se explicaron porque el proyecto educativo del centro consideraba más oportuno que esas horas se dedicaran a que unos botarates vinieran a explicarles a los alumnos como se coloca un condón? ¿O cómo se explicará el consejero o consejera de turno? ¿Dirá que en Madrid las derivadas son distintas que en Cataluña o que en Murcia?

Pensemos, por ejemplo, en el caso de Cataluña, con un decreto de plantillas que liquida la condición especialista del profesor de secundaria y estatuye la “polivalencia curricular” -pensada para que se adjudiquen a dedo plazas de funcionario- ¿cómo se explicará que el profesor de matemáticas era en realidad de la especialidad de música y que no sabía derivadas, pero que impartía también matemáticas porque así lo consideró oportuno el director que le puso a dedo porque era su amiguete aprovechando esta aberración académica que es la polivalencia curricular? O en el caso de Andalucía, cuya “Ley del soborno” ofrecía pagos extra a los profesores que aprobaran más… ¿Qué dirían? Por cierto que en la misma Cataluña se llevó también a cabo algo parecido, pero en lugar de cobrar el profesor, cobraba el centro... es decir, el director.

En realidad, más allá de las absurdas y ridículas críticas que se están dirigiendo contra la LOMCE, lo que subyace es el sarpulido que produce que haya pruebas externas de graduación cuyos contenidos los determina el Estado. Eso es algo no pueden tolerar… porque entonces, quienes todos sabemos se verán obligados a cortar de cuajo toda una serie de prácticas académicas aberrantes de las cuales habían hecho bandera y que, para mayor insolencia, habían estado presentadas como innovadoras a la vez que les han salido muy rentables a las carreras de los paniaguados que las llevaron a cabo jodiendo al personal. O eso, es decir, o lo cortan o, claro, a envolverse en la bandera tocan, que es lo que por ahora están haciendo.
Pero no nos engañemos, el problema es que sus fechorías académicas saldrían inevitablemente a la luz, y entonces tendrían que dar explicaciones sobre la estafa social que han estado pergeñando a lo largo de los últimos veinte años. De modo que, aunque sólo fuera por eso –por la manta de la que iba a tirar... ¡de la que ha de tirar!-, bienvenidas sean las “Reválidas” de la LOMCE.

dimarts, 2 de juliol del 2013

EL HAGIOGRAMA NACIONALISTA Y LA MIRADA A LA CORRUPCIÓN



Sorprende constatar como los casos de corrupción entre miembros de las élites nacionalistas catalanas no suscitan, entre sus acólitos, la indignación ni la vergüenza que, supone uno, sería de menester en estos trances. Muy al contrario, desde los Cullell, Roma, Millet, Montull, Macià Alavedra y Prenafeta, por citar algunos casos ya lejanos, y sin olvidar el tema «Banca Catalana», hasta los más recientes, cuyos nombres es innecesario citar dada su actualidad, la reacción que tales escándalos suscita entre los acólitos más bien parece ser la de considerar a los interfectos como víctimas de arteras maniobras urdidas desde lóbregos despachos estatales, sin que, al menos aparentemente, proceda valorar la veracidad o no de las acusaciones. Y, la verdad, esto da que pensar.

Que todos los nacionalismos beben de fuentes teológicas es algo sabido, incluso en aquellos casos, como el francés, donde el tránsito del Ancien Régime a la "Nación" fue violento. No hemos de olvidar que fue la "Nación" quien condenó a muerte a Luis Capeto -Luis XVI antes de ser destituido de su condición real-. En otros casos -Hegel y sus "afinidades electivas"- lo que se produjo fue una progresiva síntesis entre el nacionalismo y la teología cristiana de la historia, convirtiéndose la monarquía en la fuente de legitimidad que da carta de naturaleza histórica al Volksgeist como predicado de la Nación. El salto cualitativo será, con variantes según el caso, el paso de la noción de súbdito a la de ciudadano. Y el estado de derecho, claro.

En realidad, nada más alejado del nacionalismo que la monarquía de origen divino. Los zaristas no eran nacionalistas, sino sus más acérrimos enemigos. Y lo mismo podríamos decir de los absolutistas partidarios de Fernando VII y los carlistas, o de la Vendée durante la revolución francesa. Pero más allá de como cada país metabolizó su tránsito del antiguo régimen a la modernidad, una cosa es cierta, el cambio supuso también un cambio moral. Que se levó por delante la moral religiosa, como correlato del un modelo que era la fundamentación y legitimación del orden de cosas propio antiguo régimen. Una moral que, por entonces, era incompatible con el estado de derecho que pugnaba por abrirse paso.

Viene esto a propósito de la carencia que a uno le parece detectar en la moral propia del nacionalismo catalán, que no parece haber transcurrido por este tránsito al que más arriba aludía, el del antiguo régimen al del estado de derecho, acaso debido a que nunca constituyó un estado propio. Me refiero a la mirada hagiológica que proyecta hacia sus prohombres; a la necesidad de tener la certeza de estar dirigidos por líderes carismáticos. Más aun: proféticos y en trance de apoteosis, por más mediocres que puedan ser. Incluso hacia aquellos miembros de la curia nacionalista cuyas sombras morales son mucho más que indiciarias.

Es evidente que desde una perspectiva partidista, y más teniendo en cuenta como está de revuelto el gallinero político en estos tiempos, frente a cualquier acusación de corrupción a alguien de propio partido o grupo, aquí la respuesta inmediata acostumbra a ser aquello tan famoso del "tú, más". Y es bien cierto que no sé encontrar a nadie que se escape de este tropismo tan gregario como hipócrita. Pero en el caso del nacionalismo catalán hay, pienso yo, algo más, una diferencia cualitativa que remite al corrupto, sin que sea ello tampoco exactamente una disculpa, a la condición de víctima de algún tipo de contubernio tramado y orquestado necesariamente por el enemigo: el estado español y el nacionalismo español. Y cito a ambos habida cuenta de la incapacidad del nacionalismo catalán para distinguir, siquiera analíticamente, lo uno de lo otro.

Tengo para mí que el concepto de fondo que la curia nacionalista ha sabido imponer como hegemónico es que tiene encomendada una misión histórica providencial, con todo lo que esto conlleva. Por ello, el tratamiento que los feligreses dan a sus prelados corruptos va más allá de la simple solidaridad grupal frente a grupos o facciones rivales. Da igual que la denuncia provenga de algún rotativo caracterizado por su animosidad hacia el nacionalismo, de un juez o de una desertora que se vendió a la líder de un partido político enemigo en una conversación de restaurante. La sospecha siempre recae sobre el mensajero, nunca sobre el mensaje, cuya credibilidad no ha lugar ni tan sólo a ponderar o sopesar.

Si lo analizamos desde este prisma, la diferencia entre los igualmente múltiples casos de corrupción que se han dado en el PP o en el PSOE y el tratamiento que a la postre han recibido de sus propios camaradas cuando su culpabilidad era ya incontestable, frente a como desde el nacionalismo se ha tratado a los suyos puestos en idéntica tesitura, tal vez radique en esta consideración de pertenencia a una curia investida de la autoridad moral que le confiere estar llevando a cabo una misión providencial. El problema no es la acusación, sino el desacato que supone acusar a un dignatario de cuyos designios depende el destino de una nación.

En este sentido, se parece bastante a la idea católica sobre los sacerdotes de conducta y prácticas moralmente reprobables. Hasta el más ingenuo y simplón de los creyentes católicos de todas las épocas ha sabido que no todos los curas y prelados son, digámoslo así, «buenas personas», y que contra más arriba jerárquicamente hablando, más corrupción. Ni la más estricta de la fe del carbonero se escapa a esta certeza. Cierto que hay curas «malos», pero están investidos por la Iglesia y la Iglesia es «buena». Es la institución lo que cuenta, en tanto que depositaria de un mensaje y una misión. Además, si un sacerdote ha sido debidamente ordenado, tiene capacidad para consagrar, ya sea o no buena persona. Porque es un sacerdote y un sacerdote es un representante de Dios. Y si alguien ha de tomar medidas, sólo la propia Iglesia puede hacerlo, si lo considera oportuno. Nunca el brazo secular.
Esta es, en mi opinión, la mirada hagiológica que las masas nacionalistas proyectan sobre sus élites dirigentes. Que esta mirada haya sido inducida por las propias élites es, en lo que aquí nos atañe, irrelevante, porque forma parte del propio mensaje. Es implícito al discurso. Un discurso icónicamente e intelectualmente más afín al modelo providencialista que al imperio de la ley propio del estado de derecho. En definitiva, y por más aderezos con que se pretenda sazonar, un discurso preilustrado. No puedo verlo de otra manera.

dilluns, 1 de juliol del 2013

LA REVÁLIDA COMO NÉMESIS (II de III)



Todos sabemos como a final de curso cualquier docente empieza a recibir las debidas presiones para que “apruebe”. Y dichas presiones, contra lo que en principio podría parecer, no proceden necesariamente de los directamente afectados, es decir, de los alumnos o de sus señores padres y/o señoras madres… No, la mayoría de presiones y exigencias, frecuentemente bajo la forma de amenazas, veladas o explícitas, proceden de estos neoautócratas educativos que son las direcciones de los institutos,  debidamente avalados por la inspección educativa, y de la propia Administración. En el segundo caso porque hay que guardar las apariencias –algo muy ad usum entre la clase política y los burócratas-; en el primero porque, investidos hoy en día de un poder quasi omnímodo en su instituto –muy especialmente en Cataluña, desde donde escribo-, consideran que si hay muchos suspensos, el centro perdería "prestigio" en su barrio y la gente se iría a otro instituto donde se aprobara más fácilmente. No les falta razón, por cierto, porque esto ha ocurrido ya en demasiados casos.

Si a esto le añadimos que estos gañanes están imbuidos de un culto servil al poder pedagógico en que han sustentado sus mediocres carreras –la mayoría no tienen el menor mérito académico, sólo afán de medrar y capacidad para la adulación- resulta entonces que, a falta de cualquier control externo, entre la pedabobería, la burocracia y los trepas, se han llegado a causar auténticos estragos: adaptaciones curriculares, flexibilizaciones igualmente curriculares, supresión de determinados contenidos del programa, aprobados por la “cara”, presiones y desautorizaciones a los profesores que no tragan… y un largo etcétera que, quien sea docente, no podrá por menos que reconocer como algo desgraciadamente habitual desde los desdichados tiempos en que nos cayeron encima la LOGSE, los pedagogos y, ahora, los directores investidos como capataces el instituto-cortijo. Y si luego resulta que el alumno no ha aprendido –aunque no se haya presentado por clase en todo el curso-, la culpa es del profesor, claro... porque no supo motivar. Pues bien, contra todo este cúmulo de prácticas nefandas, sí puede ser efectiva la implantación de exámenes de grado externos, de reválidas. Puede incluso que sean su némesis.
(Continuará)