dissabte, 29 de juny del 2013

LA REVÁLIDA COMO NÉMESIS (I de III)



No es que uno se sienta especialmente entusiasmado por la LOMCE, pero tampoco puede compartir la mayoría de críticas ramplonas que se le han dirigido. Y si reparamos en el "pequeño" detalle de que sus más furibundos críticos son, en muchos casos, responsables directos de la catástrofe educativa en que estamos sumidos y que ha ya malogrado a unas cuantas cohortes generacionales, entonces es que la cosa es de juzgado de guardia.

Para empezar, la LOMCE es, en aquello que tiene de positiva, una ley timorata que se queda en soluciones a medias. En sus aspectos más negativos, huele a la vez a incienso y a tecnocratismo ramplón. Pero hay dos aspectos cuya oportunidad no se puede negar. El primero es el establecimiento de itinerarios académicos reglados a partir de 3º de la ESO o de los 15 años y la creación de una FP básica; el segundo, las pruebas externas de grado –conocidas también como “reválidas”- que se establecen como requisito para obtener el título de la ESO y de Bachillerato, respectivamente. Y de este segundo aspecto vamos a hablar hoy.

“Reválidas” de Bachillerato las hay prácticamente en toda Europa; como las hubo aquí hasta que el franquismo las suprimió –decir que la “Reválida” es franquista es toda una mostración del nivel discursivo de quien haga tal afirmación-. Así que no debe ser tan mala práctica esa de las pruebas externas si países mucho más avanzados que el nuestro –no sólo en aspectos educativos-, como Alemania, Francia o Italia las mantienen. En el caso de Italia, por ejemplo, con pruebas orales y escritas.

Ahora bien, no nos engañemos, una prueba de graduación externa no garantiza nada per se, ya que sólo es una constatación de la (mala) salud del sistema educativo. Y para saber que el sistema educativo está tràgicamente deteriorado, bastaría con echarles un vistazo a los resultados de las pruebas PISA o con preguntarle a cualquier docente que no haya estudiado bajo el yugo de la LOGSE y que no viva de ella. ¿Por qué, entonces, insisto en que se trata de una medida absolutamente necesaria? La respuesta se encuentra en los males congénitos y, sobre todo, en los adquiridos, del sistema educativo actual. En los espabiladillos y listillos que viven del sistema, vaya.
(Continuará)
 

dijous, 27 de juny del 2013

QUO VADIS, JUNQUERAS?




Cual digno émulo de Arquímedes de Siracusa -"dadme un punto de apoyo y levantaré el mundo, afirmó con motivo del descubrimiento de la palanca-, el ínclito Oriol Junqueras se descolgaba ayer con análoga petición: "dadme 68 diputados y proclamo la independencia". Pero lo de Arquímedes, hombre instruido donde los hubiera, era una metáfora; lo de Junqueras, no.

Porque vamos a ver, y dicho sea con absoluta independencia de la posición que uno pueda tener sobre este respecto, que por otra parte ya se ha manifestado aquí en otras ocasiones, lo cierto es que hemos de suponer que Junqueras se refiere a 68 diutados de ERC en el Parlamento catalán. Y afirmar que con ello declara la independencia se me antoja un ejercicio de irresponsabilidad política mayúsculo. Es más, impropio de alguien que, de disponer de dichos diputados y declarar la independencia, es de suponer que sería el primer mandatario de la nueva Cataluña independiente.

En el Parlamento catalán hay 135 diputados. 68 es exactamente la mitad más 1, y esto representa un 50,37% de la Cámara. A su vez, los restantes 67, cuya opinión no parece importarle a Junqueras, representan el 49.63%. Y la verdad, puede que 68 contra 67 sea una mayoría democrática suficiente para decidir sobre los temas que el Parlamento catalán tiene encomendados, pero para decisiones de tamaña trascendencia, se me antoja una mayoría muy exigua.

Pero es que además, el bueno de Junqueras parece soslayar también otro aspecto nada baladí, y es que con el sistema electoral actual, nada asegura que el porcentaje que estos 68 diputados representarían respecto al total de la cámara, se correspondiera con el de votos reales emitidos. Todo lo contrario. No sería la primera vez que el partido con más diputados en el Parlament no coincida con el que más votos obtuvo. Ocurrió en 1999, volvió a ocurrir en el 2003 y, sin ir más lejos, ocurre también en la actual legislatura: el propio Sr. Junqueras debería saber que su condiión de jefe de la oposición, el segundo partido con más diputados, no se corresponde con su posición en votos. El PSC le sacó 26583 votos. Ello no obstante, ERC obtuvo 21 diputados frente a los 20 del PSC.

Mucho cuidado pues con el farol de los 68 diputados, porque bien pudiera ser que, más aun si los restantes 67 correspondieran a distintas listas electorales, que esta exigua mayoría en el Parlament se correspondiera con una clara minoría en cuanto a votos. Ello no obstante, nada de esto parece ser óbice para que el Sr. Junqueras declarara la independenca de disponer de estos 68 diputados. Antes pedía un referéndum. Ahora le basta con 68 diputados... Y todo esto, la verdad, empieza a asustar. Porque cuando uno acaba creyéndose sus propios delirios, y todo indica que se los cree, tenemos un problema grave.

Vamos a dejar de lado los indudables escollos jurídicos que semejante declaración conllevaría, así como las reacciones que suscitaría -temas que, por cierto, tampoco parecen importarle al Sr. Junqueras- y centrémonos en el estricto tema de mayorías y minorías.

Una declaración de independencia es una decisión que compromete a toda la sociedad, presente y futura, y es de una envergadura tal que requiere de una mayoría social más que holgada. Pongamos desde un 60% hasta los 2/3 para empezar a hablar. En cambio, desde los supuestos de Junqueras, hoy serían 68 diputados frente a 67. Supongamos ahora que en la siguiente legislatura -nada es descartable desde supuestos delirantes como los suyos- esta correlación de diputados se invierte en sentido contrario y se vota la (re)integración a España. Con tan escasos márgenes como con los que trabaja Junqueras sería, cuando menos, una posibilidad a tener en cuenta.

¿Y qué haríamos entonces? ¿Votar la reintegración a España? ¿Avalaría el Sr. Junqueras que el mismo procedimiento que sirvió para largarse de España lo fuera también para volver a ella? Y eso suponiendo, claro, que España nos aceptara, que a lo mejor ni eso. ¿Estaría el Parlament votando en cada legislatura si vuelve o no según el partido politico que estuviera en el poder?

No, Sr. Junqueras, no. Ya está bien de necedades. No se puede jugar con los números ni aparentar mayorías que no lo son. Lo que usted está haciendo es incurrir en una iresponsabilidad que le descalifica. Y me temo que también en un desconocimiento de causa pavoroso, como si no tuviera ni idea de lo que se está trayendo entre manos. Estamos apañados.

diumenge, 23 de juny del 2013

EL DÍA DE ERATÓSTENES



Para unos es la noche del fuego y de los petardos, de las verbenas y del jolgorio, ésta del solsticio de verano, la más corta del año, que la onomástica cristiana situó como el día de San Juan; una antigua fiesta pagana asimilada por el cristianismo. Para mí siempre será, por encima de todo, el día de Eratóstenes. En un día como mañana de hace más de veintidós siglos, este griego genial determinó por primera vez el perímetro de la Tierra con un error mínimo, de unos 70 km, sobre las estimaciones actuales.

Eratóstenes vivió entre el 276 y el 194 a.C. Fue durante muchos años el director de la biblioteca de Alejandría y debió ser alguien excepcional incluso para una época excepcional como la suya. Astrónomo, matemático, lógico, óptico, filósofo y poeta, fue además vencedor en su juventud de las cinco pruebas de los Juegos Olímpicos, por lo que se le conoció con el sobrenombre de Pentathlos. Según la tradición, al quedarse ciego con ochenta y dos años, decidió morir de inanición porque consideró que en semejante estado no le valía la pena vivir.

Entre sus muchos descubrimientos tenemos la criba de Eratóstenes, un algoritmo para detectar números primos; el establecimiento del ángulo y el arco de la eclíptica y el intervalo entre los trópicos; la esfera armilar; el calendario de 365 días anuales y uno de 366 cada cuatro, conocido como calendario juliano y «casi» como el nuestro actual, conocido como gregoriano; el primer reloj solar... También escribió tratados sobre la comedia ática, la obra homérica, de filosofía moral, de lógica, óptica... Pero lo que le hizo más famoso fue la determinación del tamaño y perímetro de la Tierra.

En la ciudad egipcia de Siene -hoy Asuán-, había un pozo en el fondo del cual el Sol se reflejaba perpendicularmente el día del solsticio de verano y los objetos verticales no proyectaban sombra alguna durante este día.  Esto significaba que la ciudad estaba situada sobre la línea del trópico y que su latitud era la misma que la de la eclíptica. Eratóstenes asumió que Siene se encontraba exactamente al sur de Alejandría, con lo cual si determinaba la distancia exacta entre ambas ciudades y medía el ángulo de inclinación del Sol en Alejandría el mismo día que este se proyectaba verticalmente en Siene, podría obtener la longitud del arco, su ángulo y, a partir de ahí, el perímetro de la Tierra.

Es cierto que cometió varias imprecisiones. Siene no estaba exactamente al sur de Alejandría ni tampoco justo en la eclíptica; la distancia medida o estimada entre ambas ciudades tampoco era exacta. Finalmente, consideró que la Tierra era una esfera perfecta y que, por lo tanto, cada grado de latitud se correspondía con un arco idéntico, lo cual tampoco es así. Curiosamente, sin embargo, todas estas imprecisiones se compensaron mutuamente entre ellas, anulándose en gran medida, y el resultado fue de una precisión sorprendente para los medios de la época.

Unos 150 años después, Posidonio hizo un nuevo cálculo tomando como referencia la posición de Canopus y el arco estimado desde Rodas y Alejandría, respectivamente. Como resultado obtuvo un perímetro de la circunferencia terrestre sensiblemente menor que el de Eratóstenes. Ptolomeo adoptó las estimaciones de Posidonio y en esta diferencia podría hallarse el motivo de la polémica entre Cristóbal Colón y los sabios de Salamanca, cuando el primero creía posible el viaje a las Indias por occidente, según las estimaciones de Ptolomeo, mientras los segundos lo juzgaban imposible, basándose en las de Eratóstenes.

Geográficamente tenían razón los helmáticos basados en Eratóstenes, pero lo que no sabían era que América estaba en medio de la ruta. Evidentemente, Colón nunca hubiera llegado a las Indias por occidente. Otra cosa es si su pretensión era llegar verdaderamente a la Indias o si sabía que había algo en medio. Hay indicios para pensar, tanto que sí como que no. Pero de esto ya hablaremos, en todo caso, otro día.
Baste por hoy con este humilde homenaje a Eratóstenes, en la vigilia del día en que, siglos atrás, llevó a cabo su admirable proeza. Para mí, el 24 de junio será siempre el día de Eratóstenes.

dijous, 20 de juny del 2013

LA CAMARGA "CONFIDENTIAL": QUOD ERAT DEMONSTRANDUM



Alicia Sánchez-Camacho ha retirado la demanda contra Método3 a cambio de una indemnización de ochenta mil euros (80.000€). Cierto que toda indignación tiene un precio y Alicia no iba a ser menos. Pero la verdad, con lo airada que se puso cuando se enteró que habían estado grabando su velada con la ex novia de Jordi Pujol Jr. y con todo el pifostio que organizó, uno no puede dejar de pensar que se ha vendido a precio de baratija. Y eso es, cuando menos, extraño.

Puede que esté pasando por apuros económicos. Una hipótesis, ésta, que no cabe descartar. Aunque con varios cargos en el partido de los sobretones y diputada en el Parlament de Catalunya, conceptos, todos ellos, por los cuales debe obtener unos ingresos nada despreciables, resulta difícil de creer.  De modo que, o bien concluimos que lleva un tren de vida por encima de sus posibilidades y necesita los ochenta mil del ala para pagar la luz, o aquí hay gato encerrado.

Una cosa es cierta, la retirada de la demanda implica que los ciudadanos nos quedaremos con las ganas de saber de qué se habló realmente en el restaurante "La Camarga" en su velada con Vicky y que de las grabaciones nunca más se sabrá. En resumen, aquí paz y allá gloria.
Lo dicho. Se trata precisamente de que no se sepa de qué más hablaron entre ellas. Una de las dos se fue de la lengua entre tanta confidencia, y todo indica que no fue Vicky con sus bolsas deportivas repletas de billetes de quinientos euros camino de Andorra con su querido Jordi, porque esto ya lo sabe todo el mundo. Aquí no hay gato encerrado, aquí lo que hay es secreto de estado encerrado. Sin más.

dimecres, 19 de juny del 2013

LA ESTÉTICA CLEPTO-PATRIÓTICA



Seguía uno todavía perplejo ante las deficiencias estéticas aducidas por Artur Mas en lo concerniente a la legalidad de los contratos del tema Palau y su presunta no esteticidad, cuando una nueva noticia me da la pista de, como mínimo, cuál podría ser el modelo ético subyacente a tan problemática estética. Aparece hoy en El País: el número dos de la sanidad catalana -un tal Josep Mª Padrosa- contrata con firmas que él mismo representa. De momento son 14 millones de euros.


Y aquí sí que ya de forma definitiva, creo que hemos dado con el modelo estético al que apuntaba Mas. Resulta que el número dos de la sanidad catalana, en su calidad de cargo público, contrata a empresas de las cuales él es el apoderado. Estéticamente es impecable. Le podríamos llamar el modelo Juan Palomo, yo me lo guiso yo me lo como. ¿Pero cuál es el modelo ético subyacente a tal estética?


Veamos. En cualquier país civilizado, algo así levantaría un escándalo descomunal y la inevitable cadena de dimisiones se habría producido de inmediato. Y muy posiblemente alguno daría con sus huesos en la cárcel. Que un cargo público se esté enriqueciendo adjudicándose a si mismo contratos, no sé si será ético para el señor Mas, pero desde luego que es una auténtica indecencia, de la cual, por cierto, él es el responable último. Pero en Cataluña no pasará nada. Al contrario. Y viniendo de donde viene la noticia, seguro que se dirá que forma parte de la ofensiva españolista destinada a dinamitar el proceso soberanista.


Pero volvamos a la pregunta anterior. ¿Cuál puede ser el modelo ético que subyace a la construcción y gestión de las estructuras de estado para el futuro país independiente? En principio, podríamos hablar, simple y llanamente, de una ética del choriceo. Pero me temo que se ha llegado ya a unos extremos de delirio que permiten suponer que no existe por parte de los chorizos metidos a patriotas catalanes la menor consciencia de culpabilidad. Estoy convencido de que se creen con derecho a hacerlo. Y por eso acaso diría Mas que es ético, pero quizás no estético.


El sentido patrimonialista con que estos tipejos abordan la indistinción entre lo público y lo privado en provecho propio ,no es una simple ética del choriceo, como sería, por ejemplo, el caso de Bárcenas o tantos otros; no, es algo mucho peor y mucho más arraigado, tanto en su ethos y como en su pathos; es algo mucho más profundo: es su forma de entender el futuro estado independiente catalán que dicen estar construyendo. Es, en definitiva, su forma de entender Cataluña.


Un modelo fundado en la más profunda convicción de que Cataluña es suya. Es un modelo preilustrado y clientelista con claras reminiscencias feudalizantes en el cual un grupo de chorizos patrióticos se atribuye el derecho ancestral a disponer para su provecho del país que se han inventado. No es simple choriceo, sino algo muy sofisticado. Es el cleptopatriotismo. ¡Hay que joderse!


dimarts, 18 de juny del 2013

MAS Y EL PROBLEMA DE LA ESTÉTICA



Realmente, he de confesar que este hombre cada día se me antoja más entrañable. Me refiero, claro, al ínclito Artur Mas. Ahora resulta que frente a la acusación de la Fiscalía General de haberse quedado su partido con 6.6 millones de euros en la trama Palau, va y se descuelga diciendo que todos los convenios con Ferrovial fueron legales, pero quizás no estéticos. Pero claro ¿qué querrá decir con eso de que "quizás no fueron estéticos"?

Podría ser que lo que esté diciendo es que en todo este montaje, aun en la legalidad más estricta, no se supieron guardar las apariencias. ¿Apariencias? La sola mención de este término implica que hay algo más allá de él, algo que no se ve a primera vista. Porque si resultara ahora que el problema es que no se supo disimular, la pregunta siguiente sería ¿qué es lo que no se supo disimular?  

En otras palabras: si alguien que ha ganado unos cuantos millones legalmente se pasea en un Ferrari testarossa por la calle, será estético o no lo será, allá cada cual con su estética, pero ciertamente no hay ningún problema ético; de legalidad o ilegalidad. La naturaleza estética o no del acto se agota en sí misma. A menos que se trate de disimular algo. Y si hay algo que disimular, nunca es porque sí. Muy al contrario, es porque no se desea que algo se sepa o se vea. Ahora bien, si un pelanas empieza a mostrarse de la noche a la mañana en un Ferrari, el problema sigue sin ser estético: o le ha tocado una primitiva o es un jilipollas. Porque llamará la atención y alguien se interesará por el origen del dinero con que  pagó el Testarossa.

Vamos a ver, si las distintas adjudicaciones a Ferrovial eran legales, es decir, ajustadas a derecho, éticas en sentido hegeliano ¿Qué podría no ser estético? ¿Acaso que Ferrovial luego, conmovida por la objetividad con que se abrían todas las plicas de otros tantos concursos públicos de adjudicaciones de obra, decidiera pasarle unos milloncejos a Millet?

Mire usted, Sr. Mas, por simple estética no se denuncia a nadie. Ni a Millet, por más feo que sea. A alguien se le denuncia en todo caso por chorizo, por haber transgredido la legalidad y entonces lo que está en juego es determinar si, efectivamente,  es o no es un chorizo. Es decir, si su partido se embolsó los 6.6 millones o no.  Pero lo que no se puede decir es que, siendo todo ético, quizás no fuera estético. Por una razón muy simple: porque la frase no tiene sentido. Si no había nada que esconder ¿qué tendrá que ver la estética?

Si todo fue legal ¿qué es entonces lo que no ha sido estético?

LA NOBLEZA HEREDITARIA



Encuentro en las "Cartas Marruecas" de Cadalso un párrafo que no me resisto a transcribir, sobre la «nobleza hereditaria»:

"Nobleza hereditaria es la vanidad que yo fundo en que ochocientos años antes de mi nacimiento muriese uno que se llamó como yo me llamo, y que fue hombre de provecho, aunque yo sea inútil para todo".


dimarts, 11 de juny del 2013

EL RETORNO DE JOSEMARI (con perdón)



Volverá el oscuro Josemari,

de tu partido al liderazgo escalar,

y otra vez, con su verbo amenazante,

pontificando admonizará.

 

Pero aquéllos cuya ambición refrenaba,

su dedito y tu cargo al designar,

aquéllos que se acuerdan de tu nombre,

ésos... también volverán.

 

Volverán los tupidos conchaveos,

a tu cabeza de Esperanza marear,

y otra vez congresos, aun más hediondos,

con los sobres felones se abrirán.

 

Pero aquéllos cuajados tan de inquina,

que el dinero da que atemperar,

aquéllos de avidez incontenida,

ésos... también volverán.

 

Volverán del poder en tus oídos,

las ardientes invectivas sonar,

y tu cetro de soberano impulso,

por tumbar Josemari porfiará.

 

Pero hirsuto, huraño y a hurtadillas,

como habla Josemari al pergeñar,

como Él te ha odiado... desengáñate,
 
¡así no te odiarán!
 


diumenge, 9 de juny del 2013

LOMCE, WERT Y EL PLURILUNGÜISMO PAPANATAS (VI de VI)


El segundo problema es, claro, el problema del receptor. En tanto que discente, el alumno es el destinatario de los contenidos transmitidos por el emisor, es decir, el docente. Vamos a dejar ahora de lado el problema anterior del emisor, y supongamos que, efectivamente, no hay ningún problema de pérdida de contenidos en que un profesor de filosofía imparta sus clases sobre Platón en inglés. Muy bien. Pero ¿y el receptor? ¿Qué pasa con los alumnos?

Una vez más, hemos de resaltar el pequeño detalle de que ninguna de las lenguas que se hablan por las Españas, ni siquiera el LAPAO, es el inglés ni se le asemeja remotamente, más allá de su pertenencia a la común matriz indoeuropea, con la excepción del euskera y, acaso -lo ignoro- el supracitado LAPAO. Vamos a imaginar incluso que tuviéramos el sistema educativo casi perfecto del supuesto sobre el que bromeábamos en la tercera entrega. Es decir, un supuesto hipotético en el cual, excepto en el caso del inglés, el sistema educativo funciona y nuestros alumnos son, en todo el resto de materias, los primeros de los informes PISA con tres cuerpos de ventaja sobre los segundos. En inglés estarían, por alguna rareza acaso genética, al mismo nivel que están actualmente, es decir, deplorable.

Aun así ¿Cómo se puede pretender que  aprehendan los mismos contenidos en una lengua que no les es en absoluto familiar y en la cual, en cualquier caso, nunca se podrán expresar ni entender como en la(s) suya(s) propia(s)? ¿Pretendemos acaso que aprendan la misma biología o la misma filosofía, y en el mismo tiempo, si se les imparten las clases en inglés? Si alguien sostiene esta pretensión, siento decirlo así, es que no ha entendido nada... o que no le importa qué aprendan y cuánto.

Alguien podría argumentar que no se trata de empezar a soltarles las clases de física en inglés de buenas a primeras. Que el proceso ha de ser gradual y que, debidamente llevado a cabo, el alumno de Torrelodones puede plantarse con 10 o 12 años teniendo sin problemas el inglés como segunda lengua. Vana e ilusa pretensión. Porque esto puede sin duda ser así... si estuvieran viviendo en Inglaterra, pero no si viven en Torrelodones. Esta pretensión es tan absurda como la de ciertos métodos de enseñanza de idiomas extranjeros que pretenden que adultos o niños aprendan esta lengua de forma «natural», sin previos conocimientos de gramática o muy rudimentarios, como la aprenderían si estuvieran viviendo en Chelsea. Una vez más, el problema es que no están viviendo en Chelsea; si lo hicieren, puede que entonces que no necesitaren ir a una academia de inglés. Al menos según tan vanguardistas métodos.

Hay gente que necesita un baño de realidad urgente, a ver si se sacan de encima el hedor pedagógico y las estupideces que le son propias. ¿Alguien puede imaginarse de verdad una clase de filosofía en inglés a alumnos de nuestro primero de bachillerato, o de historia a los de tercero de ESO? ¿Es que realmente no se han enterado del deplorable estado de nuestro sistema educativo?
Cada vez que oigo a algún político cantar las bondades de implantar el inglés como una lengua vehicular más del sistema educativo, no puedo evitar que surja la duda: ¿Es un imbécil o es un cínico?

divendres, 7 de juny del 2013

LOMCE, WERT Y EL PLURILINGÜISMO PAPANATAS (V de VI)


El problema del emisor radica en el pequeño detalle que la inmensa mayoría de docentes en este país no son de habla inglesa. Detalle nada baladí, por cierto, y que da pie a la LOMCE de Wert para plantear la contratación de profesores, acaso nativos de habla inglesa(?), que puedan resolver tan escabroso problema. Así que, una vez más, la culpa de todo la tienen los profesores...

Pero no frivolicemos, porque el tema es serio. Y que así se plantee desde el propio Ministerio delata que, o nos las estamos habiendo con una pandilla de indocumentados, o con una cuadrilla de cantamañanas irredentos. Porque, a menos que el Ministerio y sus entusiastas autonomías -en eso coinciden- no se plantee el despido de toda la plantilla docente y su substitución por angloparlantes nativos contratados masivamente para substituirles, el problema no tiene solución. Porque nadie como un angloparlante biólogo para explicar biología en inglés.

Esto es así. Por más conocimientos de inglés que pueda tener, y por más buen biólogo que pueda ser, nadie de Torrelodones, Picamoixons o Arrigorriaga se explicará jamás en inglés como lo pueda hacer en su(s) lengua(s) propia(s). Por lo tanto, en tanto que docente-emisor de los contenidos de conocimiento que le corresponda impartir, su transmisión en una lengua extrajera siempre comportará algún tipo de pérdida en la emisión el mensaje. Estoy hablando genéricamente, por supuesto. No niego que alguien que haya estado residiendo en Inglaterra o que, además de biólogo sea licenciado en filología inglesa, pueda hacerlo con la misma propiedad que un biólogo inglés. Pero esto son excepciones.

Lo cierto es que, incluso en alguien con unos conocimientos avanzados de lengua inglesa, la transmisión de contenidos de cualquier materia implica pérdidas en el mensaje. Su riqueza de léxico y su fluidez lingüística nunca será como en su lengua propia. Por lo tanto, si hay pérdida en el mensaje, hay pérdida en los contenidos de conocimiento transmitidos. En otras palabras, los alumnos aprenderán menos biología porque los contenidos que se les transmitirán serán de menor calidad. ¿No nos importa eso?
(To be continued)

dimecres, 5 de juny del 2013

LOMCE, WERT Y EL PLURILINGÜISMO PAPANATAS (IV de VI)


Si el problema se ha focalizado en las carencias que los alumnos presentan en lengua inglesa, la solución parece ciertamente fácil: que se impartan otras materias en inglés; una pocas, unas cuantas o todas ellas, da igual, pero en inglés. Pero un proyecto de tal envergadura presenta toda una serie de problemas de aplicación que la Administración, con su proverbial capacidad y rapidez de reflejos, sin duda sabe ya como superar. Y el detalle que la LOMCE cite sólo de paso alguna dificultad es perfectamente irrelevante... Críticas de academicistas resentidos que no están à la page de la modernidad pedagógica.

En cualquier caso, yendo ya en serio, a uno modestamente se le ocurren, a bote pronto y como mínimo, dos dificultades técnicamente insuperables y una de conceptualmente valorativa.

Empezando por la conceptualmente valorativa, la primera cuestión que asoma es qué sentido tiene impartir en inglés clases de otras materias en un país que, entre cuyas muchas lenguas, incluyendo el recientemente descubierto LAPAO, no figura precisamente el inglés. Sí, claro, la respuesta inmediata ya la sabemos: se trata de que, precisamente al introducir en otros saberes a los alumnos utilizando el inglés, aprenderán mejor dicha lengua. Ése es el objetivo. Ahora bien, más allá del objetivo confesado ¿En qué se sustenta, una afirmación tal como que "así se aprendería mejor el inglés"?

También nos podríamos preguntar si la transmisión de conocimientos en inglés tiene algún tipo de peculiaridad que haga más asequibles estos conocimientos. Una pregunta nada baladí, si tenemos en cuenta que Inglaterra no es que destaque precisamente por las virtudes de su sistema educativo, centros de élite aparte, claro. Ni los EEUU... Pero aún así, reaparece la pregunta ¿qué sentido tiene que un país enseñe en una lengua que no es la suya, o ninguna de las suyas, según el caso?

Precedentes no hay, salvo casos aislados que en absoluto se corresponden con nada de lo que aquí se está tratando. Y si resulta que el sentido de todo esto es que los alumnos aprendan mejor el inglés ¿por qué no, y aprovechando ya lo extendemos al resto de materias, se plantea un modelo de enseñanza exigente, donde no se pueda promocionar automáticamente con tropecientas materias suspendidas, incluido el inglés? ¿Por qué no se proyecta una reforma del sistema educativo en la cual quede claro que su función primordial es la transmisión de conocimientos -incluidas las lenguas extranjeras- y con unos criterios académicos que liquiden de una vez toda la jerga lúdico-logsera que ha convertido los antaño institutos de enseñanza media en poco más que simples parques temáticos? Y finalmente, con un sistema educativo garantista y permisivo como el que tenemos, donde lo académico ha sido arrinconado, ninguneado y despreciado, donde la memoria ha sido desterrada y el esfuerzo penalizado; donde los procedimientos han suplantado a los conocimientos... ¿Cómo es posible que alguien se sorprenda que los alumnos no aprendan inglés o cualquier otra materia? ¿Cómo es eso posible? ¿Tan imbéciles son?

Vamos a suponer, que es mucho suponer, que asumimos las bondades de la impartición de otras materias en inglés. Así seremos ciudadanos cosmopolitas, abiertos y emprendedores. Y desde luego, una cosa buena sí tendría, facilitaría enormemente las expectativas de emigración; cosa buena donde las hubiere, porque esto, la verdad, tal como están las cosas, no hay quien lo aguante. Así lo tendrán más fácil para poner los pies en polvorosa.

Pues asumiendo lo anterior, tenemos a primera vista dos problemas técnicos de muy difícil, si no imposible, resolución. Partimos de la base que el esquema docente sigue articulado, aunque muy adulterado, sobre el modelo de la academia, cuya estructura básica es el binomio docente-discente; donde el primero emite y el segundo recibe. Desde esta perspectiva, tenemos en primer lugar el problema del emisor; y en segundo, el problema del receptor. Veamos.

(To be continued)

dilluns, 3 de juny del 2013

HERMANN TERTSCH, NAZIS Y COMUNISTAS


 
Se sorprende Hermann Tertsch de la distinta consideración social que merecen los términos "nazi" y "comunista". Así, mientras que tildar a alguien de "nazi" se percibe como un insulto intolerable, no ocurre lo mismo con el de "comunista". Pero en realidad, afirma, se trata en ambos casos de ideologías criminales. Esta asimetría se manifiesta también, para su perplejidad, en los respectivos antónimos. Mientras que el término anticomunista resulta «absurdamente despectivo», el de «antinazi» o, más ad usum «antifascista», siempre tiene connotaciones positivas. De contradictoria y paradójica califica esta actitud, según él, tan generalizada, cuya única explicación parece encontrarse en la «prosaica realidad» (SIC) de que el comunismo ganó la guerra, mientras que el nazismo la perdió.

Eso sí, Tertsch añade que, si bien el comunismo asesinó mucha más gente que el nazismo, el primero fue de una criminalidad primitiva, mientras que la modernidad nazi con su industrialización de la muerte, le incorporó un «valor añadido» mucho más peyorativo, invistiendo al nazismo con un halo más diabólico y siniestro. Pero para el que muere, prosigue Tertsch, aunque le maten de forma diferente, le matan igual. Se trataría, concluye, de dos ideologías igualmente criminales.

A uno lo que le sume en la perplejidad es que un «fino analista» como el Sr. Tertsch, defensor a ultranza del individualismo, pueda incurrir en una ligereza teórica tal como la de hablar de «ideologías criminales» sin discriminación conceptual alguna; porque al hacerlo, soslaya sin más algo que un teórico neoliberal como él no debería desconocer: quienes matan son las personas, no las ideologías; por más que lo hagan en su nombre.

Para hablar de «ideologías criminales», antes hemos de haber determinado si dicha naturaleza criminal es, aristotélicamente hablando, substancial, inherente a ella, o por el contrario, accidental; ya sea en este último caso como consecuencia, nunca justificable, de la propia naturaleza humana o por cualquier otra razón extrínseca, en principio, a la ideología en cuestión. En román paladino, si la ideología incluye en sus mismos genes este carácter criminal.

Porque siguiendo con la lógica del Sr. Tertsch, cabría igualmente atribuir a Jesucristo la responsabilidad de las hogueras de la inquisición o los pogromos;  a Marx los crímenes de Stalin y los gulags; o a Nietzsche y a la música de Wagner, las atrocidades de los nazis. Y no creo que sea sostenible en ninguno de estos casos. Es decir, si los crímenes cometidos en nombre de una ideología la convierten en criminal, tan responsable sería, entonces, el ejecutor como el inspirador de dicha ideología, fuera cual fuere. Claro que también entonces el liberalismo podría ser la «ideología criminal» responsable de la carnicería de la Primera guerra mundial.

No, la realidad es mucho más compleja. Si hablamos de ideologías, o sobre ideologías, estamos en un plano teórico, y lo cierto es que para calificar a una ideología de criminal, no basta con que en su nombre se hayan cometido crímenes, por repugnantes y execrables que sean, sino que este carácter criminal ha de poder encontrarse en sus contenidos esenciales. Y ahí, la equiparación entre comunismo y nazismo, amparada en el factum de los crímenes cometidos por comunistas o por nazis, es falaz sin más. Y tendenciosa.

Que en nombre del comunismo se han cometido crímenes abominables es indiscutible. Y que la catadura moral de muchos de sus líderes, como Stalin o tantos otros, corra pareja a la de los líderes nazis, también. En ambos casos estamos tratando con psicópatas megalómanos que consiguieron hacerse con el poder. Y de unas circunstancias desafortunadas que les facilitaron el acceso a dicho poder. Pero si pensamos que el comunismo o los escritos de Marx llevan inevitablemente al gulag ¿Por qué entonces no podríamos pensar igualmente que los Evangelios llevan a las hogueras de Torquemada o de Calvino? ¿O el liberalismo económico inevitablemente a la guerra?

En el caso del nazismo, su naturaleza criminal es inherente a sus propios fundamentos ideológicos, a partir de postulados tales como los que proclaman la superioridad de una determinada raza sobre otras de naturaleza, ojo, dato importante, no sólo inferior, sino también maligna en algunos casos. De ahí a la exterminación de las razas perversas -léase judíos y gitanos- y a la relegación de las inferiores a la mera condición servil respecto de sus señores superiores arios, va sólo un paso: la ejecución del ideario. Eso no es sólo la realidad, está contenido en los escritos fundantes de la ideología nazi. Y así lo viere quien lo leyere.

No. Que de facto muchas ideologías o religiones hayan instaurado regímenes de terror es una cosa; abyecta, repugnante y execrable, que no merece la menor benevolencia en el juicio, sino la más contundente de las condenas. Pero afirmar sin más que de iure son ideologías criminales es, simplemente, falta de sutileza en el juicio u ofuscación.

A lo mejor es por eso, para sorpresa del señor Tertsch, que a pesar de los crímenes cometidos en sus respectivos nombres, se sigue distinguiendo a los comunistas de los nazis. Quizás en el primer caso se entiende que era una bella utopía cuya realización topó con el insoslayable escollo de la naturaleza humana -con sus grandezas y sus miserias-, mientras que en el segundo, el del nazismo, se trataba de una ideología intrínsecamente criminal.
Que de facto acabaran igual, no implica que de iure lo fueran. Una cosa es cierta, como dice Tertsch: al que matan, lo han matado y está muerto. Pero entonces sería equiparable morir en un accidente de aviación a estrellarse contra las torres gemelas. Y no es así. Puede que para el muerto sí, una vez muerto; pero para los que quedan vivos, no.

LOMCE, WERT I EL PLURILINGÜISMO PAPANATAS (III de VI)


Si hay algo claro es que las carencias en lengua inglesa de nuestro alumnado no son ningún caso singular. Ojalá lo fuera; la solución sería entonces relativamente fácil. Se podría, por ejemplo, culpar a los profesores de inglés de la catástrofe. Cierto que es un argumento muy manido, sobre todo por parte de los políticos y amplios sectores de eso que se le llama «comunidad educativa", el de cargar contra el gremio docente, pero, sobre todo si se carga también contra los sindicatos, todavía podría funcionar. Un posible modelo de actuación sería el siguiente.

Un grupo de expertos de alguna empresa de evaluación privada, contratados por el Ministerio y las CCAA, emite un informe donde se detecta que las carencias en inglés del alumnado provienen del escaso rigor, la falta de preparación y ausencia de interés de los profesores de inglés en actualizar sus conocimientos. No sin añadir, por supuesto, que esto es debido a su condición de funcionarios públicos decimonónicos y anacrónicos. A continuación, y ante la magnitud del desastre, la Administración toma medidas de urgencia.

Se contrata a un grupo de pedagogos para que «reciclen a los filólogos docentes. Recurrir a los pedagogos siempre es una ventaja, un auténtico comodín en la manga; porque no necesitan saber inglés para proceder en su actuación profesional sobre los profesores de inglés, exactamente como no necesitan saber matemáticas para pontificar sobre cómo los matemáticos deben enseñar su materia a los alumnos. Cosas de esa «ciencia» que es la pedagogía. Y luego, ya todo va de soi...

Los políticos anuncian públicamente ante la sociedad que se están gastando un pastón en poner remedio al problema; un pastón que ingresan las empresas privadas contratadas a tal efecto, mientras sus pedagogos descubren con horror que los profesores -de inglés, en este caso-, con el sambenito bien colgado para escarnio, no saben enseñar. En realidad, nada se iba a resolver, por supuesto que no, pero los políticos se habrían sacudido las pulgas, debidamente transferidas a los profesores; la ciudadanía respiraría aliviada por la categórica exculpación de su progenie, y tendría, además, un chivo expiatorio. Finalmente, last but not least, algunos se habrían embolsado sus dineros. Quedarían, claro, los profesores de inglés, pero ya se sabe, al fin y al cabo son funcionarios que incurrieron en la osadía de aprobar unas oposiciones públicas, y esto es un pecado original que bien está que lo purguen. Carnaza para los leones en el anfiteatro y que el pueblo se divierta.

Así que todos contentos y a otra cosa. Casi perfecto, sí, pero es que el problema no es sólo el inglés, sino también todas y cada una del resto de asignaturas. De modo que, por más que les duela, no sirve. Así que habrá que pensar otra cosa. Y sobre todo plantearla con cierta delicadeza, porque lo que no se puede hacer es reconocer que el sistema educativo en su totalidad es, hablando claro, una mierda pergeñada por políticos inútiles y pedagogos ignorantes. De modo que hay que seguir centrados en la idea de que el gran problema es que nuestros alumnos no aprenden inglés. ¿Solución? que se impartan las matemáticas en inglés. ¡Genial! ¿Quién dijo que los políticos no tenían ideas?

(To be continued)

dissabte, 1 de juny del 2013

EL PROBLEMA DE SPINOZA (LECTURA RECOMENDABLE)


Acabo de leer la traducción catalana de la novela "El problema de Spinoza", de Irvin D. Yalom. Una obra a la vez excelente, rabiosamente actual y, precisamente por ello, de lectura urgente para fanáticos y tarados como los que tanto proliferan por estos pagos en número cada vez más crecientemente alarmante. Lástima que no iban a entender nada.
 
Dos narraciones transcurren paralelamente a lo largo de la novela. En la primera, el ideólogo del nazismo y "filósofo" aficionado, Alfred Rosemberg, un tarado psíquico, acomplejado por tener una posible abuela judía y por estar en una escuela técnica en lugar de en un Gymnasium, cuyo autor de cabecera es Houston Stewart Chamberlain -yerno de Wagner, indocumentado intelectual, cinico, vividor y antisemita- vive una experiencia semanas antes de graduarse, que le perseguirá toda su vida. Después de haber proferido ante sus compañeros de curso un discurso furibundametne antijudío, es llamado al orden por el director del centro y sancionado con resaltar en la autobiografía de Goethe -puro y admirado ario- todas las citas y referencias que hagan alusión a Spinoza, un filósofo de origen judío.
 
Con el tiempo, Rosemberg hará carrera en el partido nazi y sus ERR (Eisatzstab Reichleiter Rosemberg) se dedicarán a saquear bibliotecas y museos de toda Europa, destruyendo todo lo que fuera producción judía. Pero no destruyó la biblioteca de Spinoza. Rosemberg no podía entender como un  judío podía haber inspirado a sus admirados arios Goethe, Hegel... Jamás, pese a su empeño, conseguirá comprenderlo, ni frente a la horca en Nüremberg.
 
A su vez, la segunda historia es también una crónica de la intolerancia y del fanatismo. El de la comunidad sefardita de Amsterdam que condena a Spinoza a una cherem perpetua, forzándole de por vida al ostracismo y a ser proscrito entre los suyos.
 
No hay una gran distinción entre el fanatizado Rosemberg y los no menos fanáticos rabinos que condenan a Spinoza. Siempre, de por medio, la utilización sin escrúpulos de algún elemento identitario -un tema actual donde los haya- como factor de poder de una minoria cuyos objetivos no son otros que la conservación de este poder mediante el control social y la exaltación de esta identidad y sus características diferenciales, ya sea la estricta observancia de La Torá, o la autoproclamada superioridad de la raza aria y la necesidad de purgarla de contaminaciones semitas. Y siempre, la pasividad y la sumisión de la mayoría frente a una minoría cuyo único objetivo es la preservación de un estado de cosas que le garantice el poder.
 
Y la víctima, Spinoza. Un espiritu libre que se ganó la vida como modesto pulidor de lentes, cuya aspiración es alcanzar la verdad, debiendo trazar antes los medios para llegar a ella. Perseguido por unos, incomprendido por otros, siempre recordándonos que las pasiones nunca deben sobreponerse a la razón, ni tampoco convertir la primacía de la razón en una pasión. Porque de lo contrario, no hay limites a la barbarie. 
 
En tiempos tan de exaltación de la identidad como los que estamos viviendo, donde se busca la diferencia hasta a partir de la más simple de las naderias, a la vez que se nos instruye, alecciona y conmina por parte de los nuevos rabinos o los potenciales nazis, sobre cómo hemos de ser -ya sea para ser buenos judíos, buenos alemanes, buenos catalanes, buenos españoles o buenos lo que sea-, cómo nos hemos de comportar y, sobre todo, a quién hemos de obedecer ciegamente, la obra de Spinoza tiene el vigor de los mejores antídotos contra la ignorancia, contra el fanatismo y contra la intolerancia... para todo aquél que aún conserve unos mínimos de espíritu crítico, honestidad intelectual y disposición a la verdad.
 
No son tiempos propicios a ello, tampoco en esta Cataluña liderada hoy por unos locos sin escrúpulos dispuestos a sacrificar a todo un pueblo en aras a sublimar sus complejos y sus frustraciones, que tanto recuerdan a los rabinos que condenaron a Spinoza, como, cada vez más, a los otros.
 
Para su desgracia, nunca podrán manipular la obra de Spinoza como manipulan la historia o la realidad cotidiana -en la más pura de las líneas goebblesianas-. La obra de Spinoza siemrpe estará ahí, apuntando contra ellos, contra los integristas religiosos, contra las dictaduras, contra los nacionalismos...