Claro
que hay también otro escenario a considerar dentro de este supuesto de crisis
real. A la hora de considerar la caída del bloque soviético, no deja de
sorprender como casi nadie se ha detenido a considerar un detalle a mi parecer
importante y, desde luego, decisivo: la Unión Soviética no murió matando. Un
detalle, éste, que dado el carácter intrínsecamente maligno que se le atribuía
a la URSS desde el bloque occidental, no deja de sorprender. Casi una anomalía
histórica. ¿O anomalía moral? ¿Hubieran permitido Reagan o Tatcher la liquidación del capitalismo sin dar antes su último zarpazo, es decir, sin ir a la guerra?
Soy
perfectamente consciente de que con lo que diré ahora traspaso el terreno de la
ucronía para saltar de lleno al de la especulación propia de la historia
ficción. Pero tengo mis dudas sobre si en este último supuesto de una crisis
agónica del capitalismo en un escenario de guerra fría, el bando occidental, el
espíritu del capitalismo, vamos, se hubiera plegado resignadamente ante la
inexorabilidad del imperio de los hechos y hubiera muerto sin matar. Tengo para
mí que el capitalismo hubiera muerto matando, como lo tengo también que si
algún día muere, será matando. Quizás entonces los mercados ya no se pongan
nerviosos.
En cualquier caso, sea
esta crisis fingida o real, subterfugio o
inapelable, lo cierto es que con la URSS por delante, a los mercados no
se les dejaba ponerse nerviosos, no hasta los límites actuales. Y si a pesar de
todo se ponían nerviosos, se les arrestaba por alterar el orden público. Porque
eso sí, se decía alto y claro que la economía tenía que estar al servicio de la
sociedad, y no la sociedad al servicio de la economía... o de los mercados. Lo
último que podía detenerlos, que acaso todavía podría detenerlos, es el Estado.
Por eso van a por él. Con unos cuantos infelices aplaudiendo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada