dimecres, 23 de desembre del 2015

SPAGHETTI WARS: EL DESPERTAR DE LA FUERZA... BRUTA

 

Teorizar sobre Star Wars quizás pueda parecer excesivo. Sin embargo, y como dice acertadamente Jorge en su blog, aunque la gravedad y la «metafísica» de la saga sean de baratija de mercadillo, no es menos cierto que nada es ajeno a su tiempo. Tampoco Star Wars, de la que, sin rubor alguno, me considero un entusiasta seguidor de las seis primeras entregas. La séptima, y última por ahora, «El despertar de la Fuerza», ya es otra cosa…
Han transcurrido casi cuarenta años desde la primera entrega, y aunque sólo fuera por esto, puede considerarse una suerte de género; no como el «Western», ciertamente, ni como «Tarzán», pero situada en algún borroso punto medio entre ambos. Como el Western, Star Wars es deudora de sus momentos. Baste recordar para ello el distinto tratamiento que merecen, en el caso del Western, la figura del general Custer y su correlato, los indios de las praderas, a lo largo del recorrido del género: de héroes a villanos, o de villanos a héroes, según el caso. Cada presente se proyecta sobre el pasado en función de sus propios intereses e inquietudes. De las analogías con Tarzán diré, simplemente. que hemos pasado de John Weissmüller a musculosos hormonados con tanga de piel de leopardo. Es suficiente.
Star Wars no se proyecta sobre ningún escenario histórico adulterado, a diferencia del Western, pero igualmente (...)
 
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