Reconozco ser audiente esporádico de algunas de estas tertulias montaraces con que se solaza la
derechona más vesánica del país. No se alarme nadie: los contenidos evacuados
desde estas «tribunas» no tienen para mí el menor interés en la mayoría de
ocasiones; son, además, recurrentes hasta el hastío, dada la naturaleza
contumaz de los tertulianos y su inveterada reciedumbre energumenesca. No, lo que a mí me
interesa de esto no es el mensaje, sino el medio. Bueno, no exactamente el medio.
Y ello no porque el medio
sea en sí el mensaje, como ya dejó claro Mcluhan en su momento, sino porque a
uno, más antropólogo que comunicólogo, lo que le pierde, como el
canto de las sirenas perdía a los antiguos griegos, son los tipos humanos que deambulan
erráticamente por estos saraos a la desesperada búsqueda de un lugar en el Sol.
En resumen, la mirada antropológica.
Con ello, lo que de otro modo no es sino la más sublime
expresión estética de la cutrez, deviene a través de
la mirada antropológica un espectáculo fascinante y, a la vez, sobrecogedor.
Siempre desde la perspectiva
de la mirada antropológica, entre tan selecto elenco de tertulianos y
tertulianas puede uno dar con los más variados sociotipos, porque haberlos, lo
cierto es que los hay de toda laya y jaez: el «caricato», el «histrión», el
«furibundo», el «enterao», el de
«serie B», «el vesánico», el «tristón», el «frivolón», el «meapilas», el
«ducho», el «jeremíaco»... Créanme, un verdadero espectáculo antropológico.
Pues bien, previa justificación de mi adicción a tan nefando hábito,
y aun asumiendo plenamente aquello de «excusatio
non petita, accusatio manifesta», pasaré a comentar la experiencia por que
transité anteayer en una de estas tertulias cuyo nombre, por razones de decoro,
no citaré.
En alguna ocasión ya comenté
por aquí el tema de la prueba de conocimientos generales en las oposiciones a maestro de primaria en la Comunidad de Madrid, así como la estupenda exposición argumental que de este mismo tema había publicado Alberto en su blog. Como sin
duda ya sabrán, en dichas oposiciones se incluyó una prueba,
con carácter eliminatorio, de conocimientos generales. Es decir, de lo que
conocemos como «cultura general». Los tristes resultados y sus secuelas pueden
consultarse en los links citados más arriba.
Pues resulta que el otro día
di con un grupo de sesudos tertulianos pontificando
sobre lo inadmisible de la incultura de los maestros a la vista de tales resultados y profiriendo
descalificaciones de todo tipo contra el gremio docente en general. Personas la mayoría de ellas en edad más bien
provecta o que, en cualquier caso, no estudiaron bajo el sistema educativo de
la LOGSE.
En el zenit del clímax vesánico a que la coreografía del programa tiende irremisiblemente como un marrano al charco, el presentador
interrumpió el debate y se dirigió a la secretaria del programa indicándole que les
hiciera, a cada uno de los tertulianos, alguna de las muchas preguntas,
contenidas en el cuestionario de la susodicha prueba, que la mayoría de los aspirantes a maestro no habían sabido responder correctamente. Fue una auténtica fiesta.
Nadie debería habérsela perdido.
Al ser preguntada por la
capital de Dinamarca, una tertuliana contestó que Estocolmo; otro sesudo
tribuno no supo identificar que MCMLXIV se corresponde en números romanos al
guarismo 1964 en arábigos; un tercero no supo, a la inversa, expresar MMXIII
como equivalente al 2013, año en curso; uno de los que más vehementemente se
había expresado ante la intolerable ignorancia de los maestros, lívido y
absolutamente cariacontecido, rechazó categóricamente que a «él» le examinara nadie; creo
recordar que otro no sabía que la raíz cuadrada de 16 no era sólo 4, si no 4 y -4;
sólo uno salvó la papeleta con dignidad.
Pero la auténtica fiesta no
fue la visión de tan apasionante escena, sino lo que vino después. Rápidamente
se pasó a otro tema. ¿Cree alguien que después de semejante ridículo quedó
alguno siquiera medianamente afectado? En absoluto, siguieron vociferando y
profiriendo vesánicos juicios «Ex Cathedra» sobre cualesquiera otros
temas de actualidad que se pusieran sobre la mesa. Sin el menor rubor.
Lo dicho, una auténtica
y genuina orgía antropológica.
Estupendo artículo. Felicidades.
ResponEliminaHablamos mucho de la casta política pero la de los tertulianos aglomera casi tanta cantidad de caspa (o más).
Por cierto, necesito saber qué programa era o no pegaré ojo (lo digo porque podrían ser unos cuantos...) Sé valiente. Desembucha.
Un abrazo
Está bien. No quisiera sentirme culpable de que no pegues ojo, y como además es cierto que podrían ser muchos, desembucharé. Eso sí, poniendo a buen recaudo el decoro. Se trata de una cadena cuyo logotipo es un mamífero artiodáctilo de la familia de los bóvidos, famoso por su cornucopia. Por lo que refiere al programa, su título, como también su logotipo, alude a un pequeño felino, por lo general doméstico, aunque también se encuentra en estado salvaje, y a la acción de remojarlo en el líquido elemento -incoloro, inodoro e insípido-según una conocida locución castellana.
ResponEliminaCreo que con esta información queda todo debidamente aclarado.
Sospecho que es usted esporádico en más temas que en ver “EL Gato al Agua” de los periodistas y tertulianos de Intereconomía. También lo parece en consultar estadísticas antropológicas . Y me refiero al amplio porcentaje de audiencia que se da en Cataluña respecto a los profesionales y los medios de comunicación no afines a la obediente progresía mediática, que tal vez no tenga usted reparo en admitir que consulta con frecuencia. Nadie, Sr. Massó, en Cataluña tiene el valor de admitir que forma parte de la audiencia asidua de Intereconomía, de la COPE , de El Mundo y si mucho me apura, de Antena3 y de Radio Estel, pero la realidad es otra.
ResponEliminaLe diré que esos a quienes usted tilda de: el «caricato», el «histrión», el «furibundo», el «enterao», el de «serie B», «el vesánico», el «tristón», el «frivolón», el «meapilas», el «ducho», el «jeremíaco»... pertenecen a esa exigua minoría (entre ellos hay catalanes) de opinadores/tertulianos que sin el menor rubor profesional nos ofrecen otra mirada, “otro punto de vista” de la sociedad actual y sus políticos. Y me consta que son tan seguidos como perseguidos en tierras catalanas. Como sospecho que será usted un progresista en su sentido más amplio del término le animo a escribir el nombre del programa y su cadena en vez de ser tan progresivamente críptico para describir lo que parece una evidencia a todas luces: no se pierde usted detalle de “El Gato al Agua”. ¡Bien por ellos!
Mi querido/a Unknown.
EliminaYa veo que tiene Vd. toda "La Razón" de "El Mundo", muy especialmente cuando afirma -una gran verdad, difícil de expresar más nítidamente- que esos opinadores/tertulianos actúan "sin el menor rubor profesional". De no ser así, se les hubiera caído la cara de vergüenza tras ser pillados en tamaño renuncio.
Eso sí, un 10 para el presentador por la ocurrencia; lo cortés no quita lo valiente, un auténtico "crack". A lo mejor es que estaba hasta los güelfos de tanta perotata petulante de vuelo gallináceo.
Por lo demás, no olvide que si es Vd. asiduo, que no esporádico, a esas emisoras -llega a citar hasta cinco-, cuenta en las estadísticas como cinco personas distintas.
Y para acabar, permítame animarle a que otra vez ponga su nombre, aunque sea un alias. Como Vd. bien insinúa, hay que dar la cara. Así que nada, bienvendido, a cuidarse y un saludo.
Compruebo con deleite que ha sido usted capaz de teclear dos medios conservadores sin necesidad de críptica. Le felicito por su arrojo. Sepa que Javier Algarra, "el crack" es catalán y cada noche enfunda un periodismo libre del síndrome de Estocolmo que impera en Cataluña sin despeinarse; con o sin razón convendrá que en estos momentos de delirio es un acto de valor. Yo también le animo a que se integre a la audiencia asidua y así dispondrá de más elementos de juicio para su mirada antropológica.
EliminaMientras unos cascabelean otros cabalgamos.
Mis más sinceros ánimos y gracias por su bienvenida. Seguiré atenta a su blog.
Carmina.
Para quienes se animen ahí va el link de un valiente debate político actual:
http://www.intereconomia.com/programa/gato-al-agua
Aclarado. Por cierto, que también me reconozco pecador (o sea, que también he visto alguna de esas sesiones de pilates lingual- ya ves, todos tenemos un lado oscuro-). Ah, mi preferido es un tertuliano (paisano tuyo, me temo) cuyo apellido, traducido, viene a referirse a la "parte superior de una construcción que la cubre y cierra", pero en plural (por seguir guardando el decoro...)
ResponElimina¿De verdad le gusta alguien tan tibio?
ResponElimina