diumenge, 20 de juliol del 2014

UCRANIA O LA TENTACIÓN DEL PRETEXTO

                                         EL ACORAZADO USS MAINE ENTRANDO EN EL PUERTO DE LA HABANA (25-01-1898)





Vamos a dar por bueno que sí, que han sido los rebeldes prorrusos de Ucrania los autores del lanzamiento del misil Buk que abatió el avión comercial de las líneas aéreas malasias y del consiguiente asesinato de más de 250 personas.

Vamos a darlo por bueno, ya digo, no porque la palabra de Obama asegurando que han sido los malos valga más que la de Bush y sus imaginadas armas de destrucción masiva iraquíes, ni tampoco porque confiemos en su buena fe y sepamos que si hubieran sido sus amiguetes se guardaría mucho de acusarles y seguiría diciendo lo mismo que dice, o sea, lo único que puede decir: que han sido los otros.

No, nada de eso. Vamos a dar por buena la versión de Obama, porque, a falta de otras  versiones, es la más verosímil y demuestra estar muy bien informado. Verbigracia: Obama ha asegurado que han sido los prorrusos porque han localizado la zona de lanzamiento de misil en los territorios controlados por éstos. Además, ha añadido Obama, ya se estaba al corriente de la alta capacidad antiaérea de los prorrusos, asesorados y apoyados por Putin, claro, y de los previos derribos de varios aviones y hellicópteros militares ucranianos. Todo esto lo sabía Obama, que, además, conoce a la perfección el número de lanzaderas de misiles Buk de que dispone el ejército ucraniano y le consta que no echan ninguna en falta. Además, no lo dice pero lo insinúa claramente, los ucranianos no harían algo así sin su permiso, y él nunca daría permiso para derribar un avión comercial.

Por todo esto, y otras cosas que sin duda se guarda para sí, Obama acusa a los rebeldes prorrusos del derribo del avión comercial y de los casi tres centenares de asesinados, y a Putin de estar detrás de ellos. Sin su asesoramiento, los cenutrios prorrusos confundirían la lanzadera con un lavavajillas.

Pero entonces, si damos por  buena la versión de Obama, la gran pregunta es cómo es posible que a nadie se le ocurriera, ni tan sólo recomendara, el cierre de los corredores aéreos que cruzan una zona de guerra en la cual, como mínimo uno de los contendientes tiene tales capacidades operativas antiaéreas. Chocante ¿No? Vamos, que o son unos incompetentes o unos cínicos.

Por temas mucho menores a lo que está ocurriendo ahora mismo en Ucrania, los gobiernos occidentales han desplegado toda su parafernalia propagandística recomendando a sus ciudadanos no viajar a determinados países, y se ha procedido a cerrar los corredores aéreos a la aviación comercial, incluso en casos en que la guerra era a machetazos. ¿Por qué ahora no se hizo así? Ellos mismos han reconocido que disponían de suficiente y aventajada información...

Otra cosa es también pensar en qué diría Occidente si hubieran sido los ucranianos. ¿Iban quizás los americanos a reconocer que se equivocaron fomentando la más abierta subversión para derrocar a un gobierno democráticamente elegido -e igual de corrupto que los anteriores y los posteriores- y entronizar luego a sus propias marionetas que ahora les hubieran salido ranas pensándose que se trataba de un avión ruso en lugar de malasio-neerlandés? Si hubiera sido el ejército ucraniano el autor del disparo y un avión comercial ruso el abatido ¿qué estarían evacuando ahora mismo la prensa y las televisiones occidentales?

La verdad, no es que uno se crea muy listo, más bien al revés, pero precisamente porque se la han dado ya tantas veces con queso, la desconfianza como método puede que sea ya como un tropismo. Y algo huele muy mal aquí. Tanto que uno ya empieza a ver ciertos fantasmas marca de la casa... blanca: el USS Maine, el Lusitania, la chatarra pírricamente hundida por los japoneses en Pearl Harbor... 

Y siempre la misma pregunta: CUI PRODEST.

5 comentaris:

  1. Lamento resultar pedante, pero la frase latina con la que se concluye el texto (QUI PODEST) no es una pregunta, sino una oración de relativo ("el cual puede"). Probablemente, pues, se ha deslizado un 'herratum' y lo que se pretendía escribir era CUI PRODEST ("¿A quién beneficia?").

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  2. Xavier,
    Tienes toda la razón, pero el otro lado no tiene una historia mucho más honesta:
    -¿Donde está Nin? En Salamanca o en Berlín, decían.
    -Según la versión soviética, la masacre de Katyn había sido obra alemana (aparte del hecho principal de que al poco de que Alemania invadiese media Polonia, la respuesta de la URSS fue invadir la otra media)
    -A Putin se le mueren los opositores, alguno envenenado por polonio, será que no se cuidan.

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    1. Cierto, aquí el que esté libre de culpa que tire la primera piedra. Que Putin no es ningún ser angelical es una evidencia incontestable. Es muy posible que sea el responable último del derribo del avión, o como mínimo, es perfectamente capaz. Pero es que los otros también. Y el problema es que se le está demonizando para en contraste hagiografiar a los dirigentes ucranianos, que son ni más ni menos que como él. Y eso tampoco es de recibo.
      Un saludo.

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    2. Xavier, iba a decir que la prensa que leo está más escorada a la ¿...? (iba a decir izquierda, pero creo que eso no tiene nada que ver), digamos que está más dominada por lo que convencionalmente solemos llamar progresismo, que la que lees tú. Pero acabo de darme cuenta de que no, lo que me ocurre es que leo la prensa (la prensa libre en el sentido de free, o sea, gratis) en internet, y me leo los comentarios de los lectores, y ahí sí que el lado progre domina y por goleada. Por cierto, a esos progres que hablan tan mal de Obama les preguntaría yo por aquello de la conjunción galáctica que había anunciado la ministra Pajín (qué se hicieron? ¿do se fueron?).
      Bueno, pues en esos cubiles de la prensa en internet, los malos, en cualquier película, antes de saber ni el argumento, son los americanos, los cuales, por supuesto, nunca llegaron a la luna. Y yo lo que digo es que cuanto más poder tenga Putin y más barbaridades haga, y más autoritario sea, más se va a ir pareciendo esto a la guerra fría. Y en la guerra fría los americanos hicieron barbaridades, y en este lado nos inundaron con su propaganda. Pero lo que ahora nadie puede negar es que las cosas en el otro lado eran incomparablemente peor.
      Y que la gran mayoría de la intelectualidad occidental apoyaba sin reservas el "socialismo real", y sometía al ostracismo, el insulto y la amenaza a cualquiera que les llevase la contraria, fuese con argumentos o contando su propia historia. Y que si hubiese que elegir lado, no habría muchas dudas. Solsenitsin se vino, Sartre y Russell vivían muy cómodamente en este lado, nunca tuvieron necesidad de irse.
      Saludos

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    3. Yo más bien pienso, mi querido Bacon, que de seguir la cosa por los derroteros que ahora mismo apuntan, esto más bien se parecerá a la paz armada anterior a la Gran Guerra, no a la guerra fría. La carga ideológica que connotó la guerra fría nos ha dejado una resaca de la cual nos resulta difícil zafarnos a veces. Es cierto que muchos ven en Putin a un nuevo Stalin que aspira a reconstruir la Unión Soviética porque fue agente del KGB; y no es menos cierto que, por idénticas razones, otros simpatizan con él. En ambos casos me parece un error.

      Yo más bien diría que lo que hay son intereses geopolíticos objetivos, y cada cual busca el mejor acomodo posible, como siempre ha sido. Verlo como un conflicto ideológico me parece, de verdad, un resabio de la guerra fría. No hay nada de ideológico en el FMI alternativo que están pergeñando Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica, ni en el contrato de suministro de gas que Rusia ha firmado con China para los próximos treinta años. Lo que hay son más bien bloques que se están configurando, pero no tanto por una ideología que les una, sino por otras razones. Al fin y al cabo, no deberíamos olvidar que el sueño imperial de los zares fue ni más ni menos que Stalin quien lo llevó a cabo. De Gaulle, por su parte, siempre se negó a utilizar el término Unión Soviética, siguió diciendo "Rusia" toda su vida. Creo que hoy podemos entender mucho mejor por qué.

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