Alberto incide hoy en su blog en el que
tal vez sea el segundo mayor problema que tiene el sistema educativo de este
país: la formación de los maestros de primaria. Y digo el segundo sólo porque
cronológicamente es así. El primero sería el "ideario", por decirlo
de alguna manera, que diseñó un sistema educativo en el cual la formación
prevista para dicha etapa fuera la que es. Y ello tanto en lo referente a los
docentes como a los discentes. Porque no es casualidad, no... Aquí de
casualidades ninguna.
He de confesar que estas revelaciones me han sumido en un estado
rayano lo catatónico, del cual sólo me libró la carcajada que surgió espontáneamente
al leer las "justificaciones" aportadas por algunos sindicatos
docentes...
Todos hemos visto y oído auténticos
desatinos... Desde el famoso "tululo
III" en lugar de Toulouse Lautrec hasta considerar a Parménides de Elea como el "inventor" de la
"odontología",
pasando por todo lo que ustedes quieran imaginar. Pero ahora estamos hablando
de docentes, porque esto es lo que son, o lo que aspiraban a ser el 86% de los
opositores a plazas de maestro de primaria que suspendieron la prueba general
de conocimientos con respuestas tales
como que Duero, Ebro y Guadalquivir
pasan por Madrid, que "disertación"
es dividir una cosa en partes más pequeñas o que "extasiar" significa "agobiar a alguien". Claro que
en este último caso tal vez hubiera habido que preguntar también qué entienden
los interfectos por "agobiar".
Es mucho más que anecdótico,
son ejemplos de un examen que sólo superó una exigua minoría de entre un
colectivo en que todos eran diplomados universitarios o graduados con máster.
Pero que luego algunos sindicatos pretendan alegar que esto ocurrió porque el
temario se había fijado "sólo" cinco meses antes es como para
plantearse de una vez qué hacer con tal recua de acémilas...
Como ya comenté en alguna
ocasión, a mí me espetó un payaso investido como alto cargo, que en su departamento aplicaban a
la educación el método científico: "ensayo-error".
También una vez un compañero de ciencias creyó reírse de mí cuando me explicó
su proyecto de subir a los alumnos a la terraza del instituto para que pudieran
comprobar in situ como, contra lo que
sugiere el "sentido común"
(SIC), una bola de hierro de dos kilos y una tira de papel higiénico
caerían exactamente a la misma velocidad (SIC) y, si se sueltan en el mismo
momento, llegaría al suelo en el mismo instante. Y todo porque la aceleración
es la misma. Por mi parte, intenté disuadirle de que realizara tal experimento
con los alumnos delante, no fuera a llevarse una sorpresa...
Ignoro si acabó llevándolo a
cabo, pero sí he de decir, en honor a la
verdad, que dicho docente no era licenciado en físicas ni nada por el estilo:
procedía de otro cuerpo docente desde el cual había "promocionado"
por escalafón con motivo de la LOGSE. Y allí estaba él, promoviendo feliz y
contento sus "experimentos" prácticos porque "tanta teoría los alumnos no la podían entender; las cosas se
entienden mejor si se comprueban directamente"... ¡Hay que joderse!
Así que, después de todo,
tal vez no hubiera debido asombrarme tanto. Esos lodos vienen, al fin y al
cabo, de aquellos polvos. Y los polvos se llaman LOGSE.
Por lo demás, sólo decir
que subscribo plenamente los comentarios y valoraciones que Alberto realiza
sobre la noticia.
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