A uno le pasó siempre con
Chávez aquello de salir de Guatemala para ir a Guatapeor. ¿Qué duda cabe que se
trataba de un régimen populista, caudillista y, en muchos aspectos, con una
propensión enfermiza hacia la demagogia más ramplona? Pero, y lo digo desde la
distancia aun con el cierto conocimiento de causa que me da conocer zonas
próximas geográfica, antropológica y sociológicamente... La verdad, a la vista
de la catadura moral exhibida por la oposición, no basta ni aquello de "más vale malo conocido que bueno por
conocer", sino que habría que transmutar esta máxima en "más vale malo conocido que peor
igualmente reconocido".
Es decir, que aun con sus
astracanadas, uno muy probablemente se hubiera quedado con Chávez. Alguien
podría decir que esta sería por mi parte una apuesta ideológica. Y la verdad,
creo que no. Apuesta ideológica lo fue, en todo caso, cuando los congéneres
cubanos de los opositores venezolanos organizaron en el año 2000 aquella famosa
campaña con el tema del niño "Elian". ¿Alguien se acuerda?
Como dice Jorge en su blog,
hay ciertamente sombras. Caracas sigue siendo una de las ciudades del mundo
donde se cometen más crímenes por día. Y esto Chávez no lo solucionó. No parece
tampoco que los ingentes recursos del petróleo Se hayan destinado a construir
una estructura productiva sólida en Venezuela, y más bien da la impresión que
se apostó por un cultura de la subvención clientelista. Todo esto parece
indiscutible...
Pero Chávez ganó elecciones,
una tras otra. Y los que le han acusado de dictador -no tengo ninguna duda
sobre sus tics autoritarios- son los mismos que le intentaron derrocar con un golpe de estado y apelaron a subterfugios
moralmente repugnantes para pasar por encima de los crímenes de los Pinochets,
Videlas, Bordaberrys y tantos otros siniestros personajes que dejaron
Latinoamérica convertida en un cementerio. Tampoco nadie parece recordar hoy
como, en la vecina Colombia, no hace tanto tiempo que los líderes de la
izquierda parlamentaria fueron impunemente asesinados, exterminados uno tras otro, hasta
forzar el paso de la izquierda a lo que hoy es la narcoguerrila agonizante.
¿Dónde están los estadios de
fútbol venezolanos convertidos en campos de concentración y asesinato? ¿Dónde
están las academias militares venezolanas convertidas en centros de tortura
metódicamente organizados para no dejar rastro físico de los
"desaparecidos"? ¿O dónde están los cadáveres de los venezolanos
asesinados a tiros por orden de Chávez, mientras asaltaban supermercados en
busca de comida porque se estaban muriendo literalmente de hambre, como ocurrió
con los muertos por orden del corrupto socialdemócrata Carlos Andrés Pérez
cuando el "caracazo"?
Hablando de lo que hablamos,
y conociendo el paño, no dejan de ser éstos aspectos que hay que tener en
cuenta, sobre todo antes de apuntarnos a las acusaciones de
"dictador" proferidas por los que, en su momento, y a parte de
intentar derrocarle mediante el clásico sistema del golpe de estado, fueron
cómplices, silenciosos o ruidosos, cuando no culpables directos, de unas
atrocidades que repugna sólo pensar en ellas.
Simplemente, creo que
hay que tenerlo en cuenta. Y que había que decirlo.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada