Resulta
que Iberia va a despedir a cinco mil trabajadores. A la vez, la misma Iberia va
a comprar Vueling. Quizás la haya comprado ya. Y el Estado sin decir esa boca
es mía.
Telefónica,
por su parte, con unos beneficios declarados de 2075 millones de euros, sólo en
el primer semestre, y previsibles de 4000 millones en todo el año, parece no
tener suficiente y ha decidido también enviar al paro a unos cuantos miles de
sus trabajadores. Con medio PP de Ansar
ahí dentro ¿Habrá intentado Rajoy ejercer sus "buenos oficios"?
Me
entero que "Paradores Nacionales" va a cerrar unos cuantos ídem. Y
resulta que, de paso también me entero, estos paradores, cuya propiedad es del
Estado, están gestionados por una empresa privada. Pero quien aparece dando la
noticia del cierre y los despidos en televisión es una secretaria de estado (?).
¿A qué estamos jugando?
La
Sanidad pública, correteada por gobierno central y autonómicos, se está
privatizando a marchas forzadas. Por lo visto, todos querían la transferencia de la competencia para poder privatizar "mejor". Cataluña y Madrid son los casos más conocidos,
pero no los únicos. Un sector, el sanitario, que se privatiza bajo el
subterfugio de ser "deficitario". Pero entonces, si según dicen se
va a mantener el servicio ¿Cómo se explica que las empresas privadas le tengan
echado el ojo? ¿Les gusta perder dinero?
Cuatro
casos muy distintos -podríamos citar más- y una cosa en común. En todos ellos
estamos hablando de sectores que fueron antaño propiedad del Estado. Hoy
privatizados o en vías de ello y, una vez exprimidos, tirados a la basura.
Uno,
modestamente, se pregunta cómo puede moralmente alguien que dice que está perdiendo
dinero, cerrar líneas, despedir a cinco mil trabajadores y, a la vez, adquirir
una empresa de la competencia que está realizando algunas de las líneas que
ahora cierra la primera. Y cuando digo "moralmente" me estoy
refiriendo a cómo el Estado no regula esto e interviene de una vez ante tanta
falta de escrúpulos. ¿No estaba para eso?
Y
uno se pregunta también cómo una empresa que se privatizó y en la cual acto seguido
se colocaron en puestos de grandes soldadas los mismos ministros que la
privatizaron y sus amiguetes de turno, cómo, decía, declarando beneficios
puede estar haciendo un expediente de regulación de empleo que pone en la
calle a cerca de diez mil personas.
¿Y lo
de los "Paradores Nacionales de Turismo"? Si
es una empresa privada ¿Por qué da la noticia el ministerio? Y si sigue siendo
patrimonio nacional -me temo que como el del gran Berlanga- ¿Cómo no se toman cartas del asunto? ¿Es acaso eso mismo lo que quieren
hacer con la Enseñanza Pública? Porque al ministro Wert parece que lo único que
le preocupa es en qué lengua se dice, no qué se dice. Quizás para que no se
sepa que está copiando de Cataluña el modelo de gestión privatizadora de los centros públicos.
De
la Sanidad pública, mejor no hablar, ya lo hice a propósito de la adjudicación
de un Centro de Atención Primaria en L'Escala (Girona) a una empresa cuya
actividad principal son los servicios de limpieza. Así, tal cual.
En
fin, todo esto son apuntes apresurados que le vienen a uno después de haber
visto la película "El Capital", de Costa Gavras, y de ponerla en relación con la perplejidad que le produjo enterarse que Iberia despedía gente a la vez que compraba empresas, sin que "nadie" hiciera nada para evitarlo. No es, desde luego, ésta, la mejor película de Costa Gavras. La mejor, para mí, siempre será la mítica "Z" -un icono sentimental, también-. Pero
tampoco denuncia nada que no ocurra. Muy al contrario, es más realista de lo que muchos puedan llegar a creer. Eso sí, se le olvida
algo, aunque lo insinúa con la "broma" de las encuestas de autoevaluación entre el pesonal empleado: el imprescindible pábulo a la parroquia para que siga entretenida. El
"opio del pueblo" o el "Somma"
de los Epsilon en el Brave new world
del inolvidable Huxley. A Costa Gavras se le ha olvidado, pero a nuestro
gobierno no. Que para eso es el "Gobierno".
Y
si no, pasen y vean, señoras y señores, un espectáculo único en el mundo, más
sorprendente aún que el de aquel elefante que hacía media.... media hora que se
esperaba. Mientras la crisis nos ha mandado ya a "Segunda División" y
amenaza con aherrojarnos a la "Segunda B", la gran preocupación del
Estado, bien jaleado por la caverna mediática y los abrazafarolas y mangantes
de turno, es que los estudiantes catalanes no se examinen de catalán en las
"reválidas". ¡Ya era hora que
alguien se atreviera! ¡Ese Wert sí que los tiene bien puestos! Pues vaya,
ni ESO.
Yo me pregunto: ¿Tenemos
un Estado o una mierda?
La última palabra lo resume todo.
ResponEliminaExcelente artículo.