EL CASO DEL C.S.S. HUNLEY
Y esto es así exactamente de la misma manera
que no por simpatizar con la Confederación, o con Stonewall Jackson, en lugar de con Sherman o Lincoln, se le
considera a nadie más o menos "americano" o "antiamericano". Texas, por ejemplo, fue una
república independiente durante trece años, desde su independencia de México hasta su
incorporación a los EEUU. Luego, estuvo en el bando perdedor de la guerra
civil. Pero quien quiera ver en estas afirmaciones identitarias la menor
intención independentista no está sino proyectando sus propios fantasmas. Unos son los que desde hace tiempo han impuesto
su concepto de España en su propio provecho y sólo saben ver secesionismos
antiespañoles en aquellos a los que están dispuestos a obligarles a serlo a su manera y por
la fuerza; otros, porque se han creído la milonga de los primeros o por que van
a la suya propia.
A propósito de todo esto, me
parece significativamente interesante el caso el CSS Hunley; el primer submarino de guerra, aunque remotamente digno de
tal nombre, utilizado en un conflicto bélico. En realidad, una caldera
herrumbrosa propulsada a pedales, que hacía las veces de lo que diez lustros después se llamará
submarino, diseñado para aproximarse a los buques enemigos inyectándoles en el casco
una carga de dinamita por medio de un espolón casi a la manera de las antiguas
trirremes griegas. Vamos, para echarse a temblar. Un tema, el del CSS Hunley, sobre el que me permitiré un
breve excurso porque desde siempre me ha fascinado.
A principios de 1864,
la situación de la Confederación era tan desesperada que cualquier idea que
aportara la menor esperanza, por extravagante que fuera, era digna de ser tenida en cuenta. Militarmente,
la guerra estaba perdida, y el bloqueo naval de los puertos sudistas que
llevaba a cabo implacablemente la flota unionista del almirante Farragut -por cierto,
de ascendencia catalana- asfixiaba a la Confederación aislándola del exterior y
acelerando su agonía. En este contexto aparece el CSS Hunley, un buque sumergido que debería contribuir a romper el
bloqueo naval del puerto de Charleston.
El primer ensayo realizado en
puerto se saldó con la muerte de todos sus tripulantes por
asfixia. Aun así se reflotó y, con una nueva tripulación de 8 voluntarios, la
noche del 17 de febrero de 1864 zarpó de Charleston y consiguió hundir un buque
de la Unión. Poco después, anunció por medio de señales luminosas que regresaba
a puerto. Nunca llegó... hasta 138 años después. Después de haber sido localizado tras numerosas prospecciones, el 8 de agosto del año 2000 fue
izado y traído a la superficie, por medio de unos sofisticados sistemas de
elevación, con los cadáveres de sus ocho tripulantes dentro. Y ahora mismo volvemos al
hilo argumental que nos ocupaba.
El CSS Hunley pertenecía al bando perdedor de la guerra civil americana.
Sus combatientes habían sido declarados en rebeldía y fuera de la ley por los
vencedores. Pero casi un siglo y medio después, se consideró una gloria
"nacional" americana, no estatal de Carolina del Sur, y los cadáveres de sus tripulantes fueron
enterrados con honores militares a cargo de un batallón de la Guardia Nacional
engalanado al caso con el uniforme de los ejércitos de la Confederación durante
la guerra civil. A nadie, absolutamente a nadie, se le ocurrió pensar que dicho
acto era fomentar el guerracivilismo
entre los norteamericanos. Al contrario ¡qué ingeniosos y qué valientes somos
todos los americanos! Lo dicho, una gloria nacional.
Imaginemos ahora qué hubiera pasado por aquí de haber
habido algún artilugio similar utilizado por los austracistas catalanes durante
la guerra de sucesión.
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