diumenge, 1 de febrer del 2015

SIMPLEMENTE CHORIZOS



Lo explica muy bien Paul Krugman hoy en El País. El auténtico rescate, y su razón de ser, no ha sido el de Grecia, sino el de los bancos acreedores, actuando el gobierno griego como simple intermediario. Y este «reciclaje» es de una cantidad superior al total enviado a Grecia por este procedimiento. Así que de rescate de Grecia, nada de nada, llamemos a las cosas por su nombre. A mí, modestamente, se me ocurre lo siguiente.

Supongamos que monto un negocio con un amigo mío banquero, consistente en vender plantas tropicales en el Polo Norte, a los esquimales de Groenlandia. Para ello, mi compatriota banquero le concede un crédito muchimillonario al gobierno esquimal de turno, con cuyo importe podrá sufragar la compra de suficientes semillas, abonos e infraestructuras como para atestar Groenlandia de plantaciones de mango. Un buen día, ya con todo en marcha pero sin un miserable mango que llevarse a la boca, se constata la inviabilidad del proyecto mediante la correspondiente auditoría y se le da carpetazo. Yo ya he ido cobrando los envíos, así que me largo con los mangos a otra parte y aquí paz y allá gloria.

Pero los esquimales se quedan con el pufo cuyo pago el banco de mi amigo les reclama. Y para reforzar su reclamación recurre a su gobierno, que le dice al esquimal que madre sólo hay una y a ti te encontré en la calle. Entonces, el jefe esquimal con el cual se cerró la operación, y que ha trincado con el 5% del monto del crédito en concepto de comisión, mordida, o como se prefiera –depositado a la sazón en una cuenta del banco de mi amigo-, les dice a sus conciudadanos que tienen una deuda contraída y que hay que pagarla, así que a apechugar, que somos gente seria y la credibilidad exterior del pueblo esquimal es lo primero. Y que si no, nos crujen.

Con tales avales, el gobierno amigo de mi amigo banquero, le requiere el pago al gobierno esquimal, y como este no tiene un céntimo, aparece una corporación de tres entidades –una de las cuales es el propio banco de mi amigo- que se ofrece a aportar los fondos que le permitan afrontar los intereses del pufo, pero eso sí, con la condición de controlar el comercio de pieles de foca gracias al cual hasta entonces habían vivido la mayoría de ciudadanos esquimales. No por nada, «sólo» para evitar que se les vuelvan a ocurrir desatinos como plantar mangos en el círculo polar ártico, que no se os puede dejar solos…

Los esquimales, al principio, tragan… pero pronto se dan cuenta de que mientras el cacique se ha enriquecido, ellos se han arruinado con la milonga de las plantaciones de mango, y caen en la cuenta de que se han quedado con el pufo, sin mangos y sin focas. Y empiezan a mosquearse. Y van y eligen a un nuevo jefe cuya propuesta estrella es que el pufo lo pague Rita la cantaora, que bastante les han tomado ya el pelo y que hasta aquí hemos llegado.

Y mientras el escándalo de los esquimales llena la agendas, las bolsas y las tertulias de medio mundo –que si qué se han creído y que de qué van-, mi amigo banquero y yo, emprendemos un nuevo proyecto, innovador y con muchísimos estudios de viabilidad llevados a cabo por prestigiosas agencias privadas independientes propiedad del mismo banco, cuyos informes leerán los futuros demandantes de nuevos créditos que les permitirán llevar a cabo el proyecto y, de paso, enriquecerse con mordidas: granjas de pingüinos australes en las selvas tropicales… Y a volver a empezar, que lo importante es que el dinero circule.

Ahora en serio. Cierto que las culpas, como casi siempre, están compartidas. Si de un préstamo que no necesito y que pagarán los de siempre, me llevo un porcentaje millonario para acometer una obra que no habrá manera de amortizar, y que llevan a cabo empresas del mismo que me ha «prestado» el crédito, parece claro que lo fundamental no es aquí el teórico objeto de dicho préstamo, sino el «práctico»: el enriquecimiento individual a cualquier precio. Y con esto no tiene nada que ver el pueblo griego, sino los gobernantes que se enriquecieron mediante este procedimiento u otros similares.
A esto se le puede llamar, con toda legitimidad, deuda «ilegítima». Y a los que la han pergeñado, simplemente chorizos.

divendres, 30 de gener del 2015

CATALUÑA Y PODEMOS



Uno de los fenómenos más sorprendentes de todo el «procés» iniciado hace ahora dos o tres años, es sin duda la asunción acrítica, y consiguiente subordinación, por parte de la izquierda, del discurso maniqueo promovido por la derecha nacionalista en relación a la posición de la sociedad catalana con respecto a la independencia o a la permanencia en España. Una asunción que, como autorrefencia en contexto, equivale a la autodescolocación sin más. Y así le va. Un modelo falseado y dicotómico que sin duda se aviene con los intereses nacionalistas de una u otra bandera, y que la izquierda, entre acomplejada y descolocada, parece asumir sin más. Queda, eso sí, por ver cómo lo enfocará PODEMOS, pero no me cabe la menor duda de que si saben sacudirse este discurso, su éxito en Cataluña está garantizado.

Cómo se ha llegado hasta este punto requiere sin duda una explicación muy compleja, pero sospecho que ha influido en ello el mito mesetario según el cual la política catalana destaca por un fair play del que carece la española. Y esto se lo han creído por igual en la Cataluña ensimismada como en buena parte de la España más genéticamente anticatalana. Para autocomplacencia de unos y escarnio de otros. Un mito que, en realidad, consiste en una apariencia de finezza bajo la cual se esconde una praxis de férreo control social y clientelar, cuya cobertura es una concepción política provinciana y patrimonialista. Nunca hubo tampoco un oasis catalán, sino una poza hedionda con niveles de corrupción perfectamente homologables a los del resto de España, o incluso más. Porque si desde la propia Cataluña, los árboles no dejan ver el bosque, el bosque que se divisa desde España, impide a su vez ver algunos «arbolitos» más que significativos. Cierto que escándalos como los casos Palau o Pujol han agrietado seriamente este tópico, pero en gran medida la inercia se mantiene.
Publicado en CATALUNYAVANGUARDISTA. El artículo completo AQUÍ

 

dimecres, 28 de gener del 2015

PROCESANDO EL «PROCÉS» (IV de IV)



Junqueras exigía elecciones antes de marzo. Serán en septiembre. Algunos apuntan a que teme que el efecto PODEMOS entibie la pasión nacionalista de algunos sobrevenidos que manifestaban su descontento general adhiriéndose al independentismo como válvula de escape. Es posible que se piense en neutralizar a PODEMOS o incluso metabolizarlo como se ha hecho con ICV –algo de esto parece estar intentándose ya con PODEMOS en Cataluña-, o en que simplemente se deshinche. Pero hay algo que sí me parece incuestionable a día de hoy. La pasión independentista se ha entibiado, y se auguran posibles escenarios donde el independentismo lo va a tener más difícil, como mínimo, para avanzar.

El efecto PODEMOS, de mantener sus expectativas, podría atraer mucho voto impostado por el independentismo pretendidamente de izquierdas, a la vez que sacar a ciertos sectores de su secular abstencionismo ante el hartazgo de las parodias de izquierda que se han dado por Cataluña. Aunque sólo fuera como voto de castigo, este fenómeno podría darse. Y eso va contra el independentismo.

En el otro lado, la aventura española de CIUDADANOS puede saldarse con la paradoja de que un partido de origen catalán ea clave en España. Y ello, para bien o para mal, les obligaría a empezar a hablar de lo que siempre han dicho que se ha de hablar, pero que nunca han hablado. Y a lo mejor hasta se sabría cuál es el proyecto de CIUDADANOS, no sólo para España, sino también para Cataluña. Algo que el PP catalán está incapacitado para hacer. Hasta ahora, CIUDADANOS ha sido un partido simplemente antinacionalista catalán. Si tienen éxito en España, la cantinela antinacionalsta ya no les servirá, y el españolismo rancio que rezuman algunos de sus sectores, tampoco. De modo que algún modelo tendrán que proponer. Y esto tampoco es bueno para los designios independentistas.

En cualquier caso, tengo para mí que el escenario que se puede dar en Cataluña el próximo septiembre será menos favorable al independentismo de lo que hubiera podido serlo hace sólo unos meses. Es cierto que las voces contra el independentismo son básicamente españolistas en el sentido de anti-independentistas, y no unionistas en el sentido de no-independentistas. Y que estos últimos, aunque mayoritarios, carecen de voz articulada hoy por hoy.

Pero también podría ser que el independentismo haya tenido su oportunidad y la haya dejado pasar. Si el 10-N Mas convoca elecciones anticipadas para enero o febrero, la tensión se hubiera podido mantener y hasta intensificar. La presión para una lista única hubiera sido mucho mayor y, es una suposición, ante la perspectiva de una secesión a la vista, ERC hubiera podido tragar y plegarse a Mas. El desconcierto de los sectores no independentistas, creo con franqueza que hubiera sido más o menos total. No creo que lo tengan igual de bien el próximo septiembre.

Claro que la tesis de Jorge sigue ahí, cual maldición hölderliniana. Porque es posible que el independentismo haya llegado a la conclusión de que no puede llegar al umbral de la mayoría social necesaria para menesteres tales como los que se propone. Y porque sea consciente de que un referéndum lo perdería, mientras que en unas elecciones pueden conseguir mayoría parlamentaria sin que eso suponga mayoría electoral. Claro que, bien mirado, esta mayoría ya la tiene actualmente en el Parlament  ¿A qué, entonces, seguir mareando la perdiz y jugársela en unas elecciones que se darían en condiciones menos favorables que hoy?
La verdad, no tengo respuesta para esto. Pero si me parece clara una cosa. Aun sin poder asegurar que el «procés» esté en reflujo, sí que está en cualquier caso estancado, empantanado. Puede reagruparse y rehacerse, claro que sí. Pero no puedo dejar de tener la impresión de que ha dejado pasar su oportunidad. O al menos, la tuviera o no realmente, que su punto álgido ya pasó. Lo cierto es que seguiremos con el recurrente mareo de la perdiz. Pero también que la casta nacionalista ha perdido credibilidad entre su propia feligresía. Y esto siempre daña a un movimiento. A lo mejor, como dijo Churchill en el invierno 42/43, esto no es el final, ni siquiera el principio del fin, pero sí el final de principio.

dilluns, 26 de gener del 2015

¿GRECIA FRENTE EUROPA?




Dijo Clemenceau que la guerra era una cosa demasiado seria como para dejarla en manos de los militares, pero nadie se atreve a decir que la economía lo sea también como para dejarla en manos de los banqueros... quizás hasta ahora, con las elecciones griegas y la victoria de Siritza.

Porque el gran problema de la UE va mucho más allá de la crisis, es la falta de una Razón política que ejerza de referente regulativo. Cierto que puede haber, y la historia anda sobrada de casos que lo demuestran, razones políticas que sean un auténtico desafuero, pero sin razón política lo único que hay es mercado sin más leyes que las suyas propias, y esto es también un desafuero... provechoso para algunos, qué duda cabe, pero desafuero al fin y al cabo, por los efectos catastróficos que tiene entre la población de las sociedades afectadas.

Al menos desde esta perspectiva, la victoria de Siritza en Grecia se me antoja altamente significativa. Ello en la medida que puede representar un punto de inflexión en la tendencia, hasta ahora imparable, hacia la dictadura economicista que estamos padeciendo y a la cual ha estado sometida cualquier razón política convencional, y cuyas alternativas no habían ido hasta ahora más allá de la marginalidad. Habrá que ver hacia donde deriva la cosa, pero me parece evidente que el triunfo de Siritza marca un antes y un después en el marco político europeo.

Desde la caída del muro de Berlín en 1989, al capitalismo de rostro humano se le empezó a correr la mascarilla del maquillaje y su auténtico rostro apareció en toda su crudeza. Las políticas económicas neoliberales fueron yendo a más y marcaron, bajo la pretensión del pensamiento único y de su supuesta pragmaticidad como única política posible, una tendencia hacia la supresión del estado del bienestar, calificado de  insostenible casi desde el día siguiente a la caída del muro. La crisis, por su parte, aceleró aún más este proceso de recorte de servicios y llegó a tener efectos devastadores en los países más pobres de la zona euro, como Grecia. Las torpes respuestas de los gobiernos europeos, sometidos al dictado del pensamiento único, no hicieron sino agravar aún más la situación. Hasta los Estados Unidos de mismísimo George Bush Jr. fueron más intervencionistas cuando se empezaron a percatar del calado de la crisis. 

Es falso que el modelo europeo no haya funcionado porque los estados se negaron a ceder poder. Lo cedieron y precisamente en uno de sus aspectos más significativos y determinantes: la emisión de moneda. Pero nadie recogió políticamente el guante, porque así estaba previsto que fuera en el escenario que a este efecto se había diseñado para Europa: un puro y simple dictado económico. Así, nos quedamos en que los estados renuncian a una de sus prerrogativas ancestrales, la emisión de moneda de curso legal y, con ella, a la posibilidad de tener política monetaria, pero dicha facultad no se le cedió a ningún suprapoder político europeo, sino a instituciones puramente económicas. Mientras tanto, el parlamento europeo legislando sobre el consumo del tabaco y el lenguaje políticamente correcto... el sueño neoliberal hecho realidad: un poder económico sin cortapisas. Ni Tatcher había llegado tan lejos.

Ante todo esto, la actitud de las izquierdas europeas tradicionales fue de acomodamiento adaptativo -caso de las socialdemocracias-, o de enroque puramente testimonial y camino de la marginalidad -la mayoría de partidos comunistas tradicionales-. Siritza no proviene de unos ni de otros, al menos directamente, y este es precisamente su gran activo. A los socialdemócratas se les podría aplicar aquello de "Roma no paga a traidores", y a los comunistas... en fin, mejor dejarlo correr.

Es verdad que Grecia ha sido un país con índices de corrupción altísimos y homologables a los españoles o puede incluso que más, pero también lo es que éste fue el caldo de cultivo que permitió los pingües negocios que los alemanes llevaron a cabo. Y que llegada la crisis, la política europea -alemana, mejor- que se les aplicó a los griegos fue inmisericorde y tuvo efectos devastadores para la población. Una inflexibilidad muy unilateral, por cierto, si tenemos en cuenta que a Alemania se le ha perdonado la deuda en dos ocasiones, y que la salvaje invasión de Grecia por parte teutona en la II Guerra Mundial no ha sido  objeto de ninguna indemnización de guerra por parte alemana. A Alemania, cuya culpabilidad en el siglo pasado va mucho más allá de la corrupción, se la trató con mucha más benevolencia de la que la propia Alemania ha tratado a Grecia.

Y ante el sometimiento servil que Francia, Italia y España han observado frente a los dictados alemanes para la UE, les ha tocado a los griegos encabezar o, como mínimo, iniciar la reacción. La victoria de Siritza es la victoria de los descontentos y de los humillados por una políticas económicas dictadas sin el menor sentido de la razón política. Y es quizás la primera respuesta articulada. Tendrá que haber una negociación de la deuda, y los criterios meramente economicistas o de imposición del Trágala tendrán también que reajustarse... a algún tipo de razón política. O esto o el caos.

PROCESANDO EL «PROCÉS» (III de IV)


Y cuando CIU se pegó el batacazo electoral, ERC, aportó las muletas que el renqueante Mas necesitaba para seguir en el poder. La verdad es que su sumisión a CIU estos dos últimos años ha sido antológica y digna de, como mínimo, dos récord Guiness, en torpeza y en ingenuidad políticas. Para empezar, propició un escenario inédito en la historia del parlamentarismo occidental: el principal partido de la oposición era el que daba apoyo al gobierno y le permitía gobernar en minoría. Esto podía suponer de entrada una nada desdeñable capacidad de control y hasta chantaje.

Pero no hizo nada de esto. A cambio del compromiso de convocatoria del referéndum por parte de Mas, ERC tragó con la corrupción endémica en CIU y con las privatizaciones, con los recortes y el desmantelamiento de la estructura pública catalana, con el caso Pujol… Como oposición, o como partido que da apoyo al gobierno, su papel ha sido el de un dontancredismo servil, sórdido y cómplice… todo a cambio de la promesa del referéndum.

El cálculo de ERC, de haber algún cálculo, era que mientras CIU se desgastaba con medidas impopulares, escándalos de corrupción y desgobierno, cayendo en picado en las encuestas, el partido de Junqueras subía incesantemente y alcanzaba el sorpasso que le iba a poner en bandeja la hegemonía dentro del movimiento secesionista y que le colocaba como primer partido catalán. Si además, Más acababa arrugándose con el referéndum, la apoteosis de Junqueras y su ERC estaba servida.

Pero aunque Mas no pasará a la historia como un genio político ni como el estadista que cree ser, tampoco es un tontolaba integral. Y mientras Junqueras se regodeaba con las encuestas, convencido de la idoneidad de la política que estaba siguiendo, Mas empezó a mover sus piezas a la espera que llegara su oportunidad y Junqueras cayera en la celada que le estaba tendiendo. Mintiéndole insultantemente, por cierto, cada vez que ello se ajustaba a su fin primordial: mantenerse en el poder y recuperar la iniciativa. Sin duda Mas se comportó muy astutamente, pero el objeto de su astucia no era Rajoy –nadie es tan tonto como para confesar su astucia frente a su antagonista en plena refriega-, sino el bueno de Junqueras.

Tras un sinfín de dimes y diretes, dilaciones, evasivas, payasadas sobre los términos de las preguntas y los consiguientes sollozos y montadas en cólera de Junqueras, finalmente Mas convocó el referéndum. Un referéndum que se iba a celebrar sí o sí, según sus propias palabras. Pero va el TC y, a instancias del gobierno español, lo prohíbe.

Aparentemente, Mas se echa para atrás ante la interdicción, para escarnio de Junqueras, que amenaza con abrir la caja de los truenos. Pero al poco, convoca la parodia de consulta/barbacoa. Aparentemente, Mas está acabado; le están lloviendo chuzos de punta y hasta un miembro de la comisión nombrada el día antes, dimite alegando que aquello ni en Guinea. Pero la astucia de Mas se basaba en la ingenuidad de ERC y en un inapreciable regalo que le llegó de Madrid: la prohibición de la barbacoa. Y Junqueras mordió el anzuelo.

El resto es de sobras conocido. Mas chupando cámara todo el día durante el 9-N y Junqueras de interventor vigilando la barbacoa y cuidando que no se queme la carne. Poco después, Mas saca pecho y se autoinculpa como responsable del referéndum. La proverbial torpeza española le brinda otro regalo: la fiscalía, escándalo incluido, decide procesarle. A partir de este punto, la estrella de Junqueras empezará a menguar sin solución de continuidad. Había caído en la trampa. La propuesta de lista única independentista en unas elecciones anticipadas es el aldabonazo que acaba por descolocarle definitivamente. Porque con todos los medios, aparato y los quintacolumnistas a su favor, el inconsecuente parece ser Junqueras, que pasará ahora a ser el megalómano dispuesto a sacrificar el sagrado objetivo de la independencia de Cataluña en el altar de sus ambiciones personales.
Hasta que ha acabado cediendo en todo, menos en la lista. Mas ha convocado unas elecciones para cuando le ha parecido más acorde a sus fines, y con plazo suficiente para seguir ganando tiempo. Incluirá en su lista a las heroínas prefabricadas y no necesitará ni prohibirle a Junqueras que no incluya independientes en la suya. Mientras tanto, Junqueras le aprueba los presupuestos y sigue bloqueando la investigación sobre el caso Pujol y otros muchos que afectan hasta al propio Mas. ¿Se puede pedir más?

dissabte, 24 de gener del 2015

PROCESANDO EL «PROCÉS» (II de IV)



Porque si el contexto sigue siendo adverso ¿es que entonces confían los líderes independentistas en su capacidad de subvertirlo mediante una política de hechos consumados que dejarían sin capacidad de reacción al Estado y paralizados, o en el mejor los casos indiferentes, a los países de nuestro entorno?

¿O por el contrario, y aun conscientes de la irresolubilidad del problema contextual, como mínimo a corto y medio plazo, siguen adelante porque no pueden hacer otra cosa, atrapados en una corriente tan poderosa que impide cualquier cambio de rumbo, aunque sepan que lleva directamente al maelstrom?

No figura entre las limitadas capacidades de uno la de la profecía, ni la de leer en las mentes ajenas. De  modo que a lo único que nos podemos atener es a los hechos y tratar de entenderlos. De modo que, o los dirigentes secesionistas son conscientes del contexto adverso y están tratando de aplacar a las masas que ellos mismos enfervorizaron prometiéndoles el cielo independiente para el Sant Jordi del 2015, o, por el contrario, minimizan la dimensión real de tal contexto y piensan que una política de hechos consumados, como la del recorrido que describe Jorge, bien puede llevar a la Arcadia independiente hacia la cual manifiestan explícitamente y sin tapujos que están determinados a dirigirse a cualquier precio.

Porque, de otro modo ¿Cómo entender el anuncio de la creación de estructuras de estado en un escenario donde tales estructuras serían manifiestamente ilegales y, de una u otra forma, forzarían la intervención directa del Estado? ¿Cálculo o desesperación?

Una antinomia desde luego difícil de dilucidar ahora mismo y a la vista de los hechos. Cierto, de puertas afuera se actúa como si nada ocurriera, y sigue adelante el proceso de hagiografización de Mas frente a un Junqueras debilitado, que tal vez haya perdido ya su oportunidad. Pero se trataría en definitiva de la disputa de un voto que funciona a la manera de vasos comunicantes entre CIU y ERC, y no tiene tampoco porque debilitar necesariamente el «procés», sino, en todo caso, definir quién va a liderarlo. Podría ser, y desde luego que no digo que no, pero también cree uno advertir ciertos síntomas de agotamiento y de reflujo que, acaso sean sólo apariencia, pero acaso no. Veamos.

Partiendo de la base que el secesionismo explícito comienza con el viraje de la CDC de Mas el 11 de septiembre de 2012, lo cierto es que desde entonces no parece que el independentismo haya incorporado demasiado componente ciudadano no nacionalista. Sí se produjo un recalentamiento interno del nacionalismo catalán que le llevó a explicitarse como independentista. Y puede que este fuera el error de Mas al anticipar elecciones y perder una docena de diputados que fueron a parar a ERC. Desde entonces, ERC dio su absoluto apoyo al gobierno de Mas, transigió con sus corruptelas y avaló sus desmanes a cambio de una progresiva radicalización independentista que intensificara un «procés» cuyo punto álgido se dio entre el 11 de septiembre de 2014 y el 9 de noviembre, en que tuvo lugar el referéndum barbacoa de Mas. En clave interna nacionalista, el resultado de la payasada fue el relanzamiento de la figura de Mas –gracias a los favores del Estado- y el inicio del declive de ERC, cuyo máximo momento fue el 11 de septiembre. Hasta entonces, todos los sondeos anunciaban el ascenso imparable de ERC y el naufragio de CIU. El día después de la seudoconsulta, esta tendencia empezó a invertirse.

Es innegable que Mas supo recuperar la iniciativa y que, en mi opinión al menos, ERC se vio superada por los acontecimientos y no supo reaccionar. Discrepo en esto de Jorge: no creo que el problema de ERC sea sólo de falta de cuadros, sino que también carece de políticos de talla mínimamente aceptable. Es cierto que Mas tuvo a su favor todo el aparato mediático y a los quintacolumnistas, y que a ERC se le presentó un escenario para el cual no estaba preparada, por más previsible que fuera. Y quizás la razón de su incapacidad se encuentre en su torpe política de sumisión a los dictados de Mas durante los dos últimos años cuando, creyendo que el viento soplaba a su favor, cuando en realidad  Mas sólo esperaba su oportunidad. Y cuando la tuvo, la aprovechó… para asombro de Junqueras.          
Parto de la base que, personalizando en sus líderes, a Mas le interesa sobre todo el poder, mientras que para Junqueras –sollozos incluidos-, el objetivo primordial es la independencia. CDC es un partido de poder y dispone de una red clientelar poderosísima en Cataluña, tejida a los largo de más de treinta años, que abarca todas y cada una de las distintas esferas y órdenes de la sociedad. El papel de ERC en todo este montaje, y para el cual se la diseñó desde el pujolismo, fue el de avanzadilla de combate para aquellos frentes en los a CIU no le convenía estratégicamente intervenir, presentándose como se presentaba por entonces como un partido de gobierno y de orden. En el pesebre nacionalista, CIU era el seny y ERC la rauxa Iniciativa y, las CUP, a su vez, los bufones-. Y a cada cual lo suyo: unos a gobernar y a ganar dinero; los otros a pringar y a comerse los restos del banquete. La subordinación de ERC a CIU es de orden más psicológico que político. Por eso nunca ha sabido ni podido aprovechar sus oportunidades, si de arrebatarle la hegemonía a CIU se trataba.

divendres, 23 de gener del 2015

PROCESANDO EL «PROCÉS» (I de IV)



¿Se consuma el souflée? ¿Pausa para tomar carrerilla con redoblada intensidad? ¿Desencanto y desmovilización? ¿Un paso adelante, dos pasos hacia atrás? ¿Administración racional del resuello?...

Se ha oído prácticamente de todo desde que empezó el linchamiento mediático de Oriol Junqueras, llevado a cabo por los medios afines al President, es decir, todos los de Cataluña, sin distinción de públicos o privados. Unos piensan que el procés  ha entrado en reflujo, otros que sigue su hoja de ruta y que, en todo caso, está haciendo acopio de fuerzas, pero que muy pronto pasará de nuevo a la ofensiva.

De entre las páginas seguidas desde Vora la platja, me permito destacar las interesantes observaciones de Jorge cuando hace especial hincapié en, por decirlo así, el irredentismo como característica constitutiva del nacionalismo y su condición de inasequibilidad al desaliento. El movimiento secesionista, nos dice,

“(…) ha repostado y ha recibido suficiente combustible para proseguir su marcha. Cierto es que no es una gasolina de primera calidad, sin impurezas, pero puede seguir adelante. Muchos secesionistas han recibido el acuerdo entre CiU y ERC con poco entusiasmo, frialdad e incluso con desconfianza como anotaba,preocupado, mi Jiménez Losantos particular. Pero de ahí a que el movimiento haya descarrilado o que las luchas intestinas auguren su final va mucho. Es más, ERC, que demuestra que aunque le falten cuadros para dirigir eficazmente un estado tiene políticos de mayor categoría que CiU, aunque igualmente ignorantes de la coyuntura internacional y de la capacidad del Estado español, se ha apercibido - tras el simulacro del 9N - de que los independentistas podrían perder un referéndum y que, de hecho, el apoyo a la ruptura con España está empezando a rechinar y a haber un cierto riesgo de que una buena parte de los secesionistas de aluvión decidan dar marcha atrás si las puertas del cielo prometido no se abren ya. Por ello considera que con las elecciones del 27S hay suficiente y que es preferible, como sostenían los sondeos, concurrir en listas separadas: con el sistema electoral catalán vigente y la atomización del voto unionista y españolista, la mayoría absoluta de los secesionistas en escaños es casi segura. Da igual que no lo sea en votos: se toman como un plebiscito, confundiendo planos de representación, y se empieza a redactar una Constitución que, con el terreno abonado, difícilmente recibirá un "no". Y en el caso de que lo obtuviera, se podría interpretar como un rechazo de "una" Constitución catalana que no de la independencia de Catalunya, con lo cual a redactar otra. Mientras, a seguir "ejerciendo" la independencia (…).”

Un análisis ciertamente interesante, y muy en la línea del lúcido pesimista que es, Jorge apunta hacia las tripas del «procés», o hacia la cocina desde donde se está reconduciendo, acaso con unas dosis de pragmatismo y de cálculo que, de ser cierto, comporta una inteligente administración de las pasiones bajo los dictados del cálculo político que, hasta ahora, no se les presumían a los dirigentes independentistas. De ser así, nos estaríamos dirigiendo hacia escenarios mucho más inquietantes que los de hasta ahora, muy particularmente si desde las filas unionistas y españolistas, se está oficiando un funeral sin difunto. Eso sí, la reticente ignorancia sobre la coyuntura internacional y la capacidad de reacción del Estado sigue ahí, sobre el tapete, como formando parte del ADN nacionalista sin posible solución de continuidad.
Claro que, si esto es así, y si a la vez presumimos una cierta inteligencia política en el diseño de una hoja de ruta que ahora tantos anuncian como descarrilada, el supuesto talón de Aquiles de la ignorancia contextual y autorreferencial del independentismo pasa a ser entonces no su punto débil, sino incluso la mismísima condición de la posibilidad de que el «procés» siga adelante. ¿Pero hacia dónde y hasta cuándo?

dimecres, 21 de gener del 2015

LAS «PRIMARIAS» COMO PARODIA DE LA DEMOCRACIA



Sí. Con tanta ligereza como la que se da hoy en día con el tema de la democracia mediática y su «fiesta mayor», que viene a ser el día que toca votar, resulta que el partido que no celebra primarias para elegir a su candidato es un partido poco democrático, cerrado e impermeable a la sociedad. A uno, que no milita, la verdad es las primarias siempre le han parecido una cursilada, o una parodia de lo que se dice pretender con ellas. Vamos, una frivolidad. Porque si a alguien no le gusta la falta de democracia interna en su partido o quien manda en él, lo tiene fácil: largarse y no votarlo. Y acaso montar otro.

Estoy pensando, claro, en el PSOE y en su maqueta catalana, el PSC. ¿Cómo se puede entender que después de unas elecciones internas en las que votan todos los militantes que quieren, luego haya que celebrar unas primarias para decidir quién es el candidato?… o candidata, que por ahí les apunta el tema. Pero en fin, que cada palo aguante su vela. Almunia convocó unas para legitimar el dedazo felipiano, y así le fue al pobre. Pero eran otros tiempos…

No. En el fondo el problema no es éste, por más carnavalesco que sea, que lo es. El problema es cuando uno acaba por creerse su propia parodia y, para no parecer «cerrado» y cavernícola, convoca primarias «abiertas», es decir, que cualquiera puede votar al candidato de un partido al que nunca votaría en las elecciones. Por ejemplo, si, como parece, y como ya hizo el PSC, Pedrito convoca estas primarias tan trenddy, cualquiera que desee el hundimiento definitivo del PSOE podrá colaborar en tal empeño no sólo votando al PP o a PODEMOS en los próximos comicios, sino también, mucho antes, en dichas «primarias», a Susana Díaz.

Y es que determinadas cosas, para ejercerlas, o han de estar muy consolidadas y formar parte del paisaje, y entonces no importa que nadie se las crea o no, como los americanos y sus «caucuses», o mejor no meterse en camisas de once varas. Ojo, y que lo de los americanos tampoco está nada claro, y sólo se puede entender desde la perspectiva según la cual, en rigor, no hay partidos políticos, sino franquicias y las consiguientes subastas para hacerse con ellas. Que tampoco allí todo el monte es orégano y los votantes republicanos se quedan quietos en las primarias demócratas, ni viceversa. La interesante película de George Clooney “Idus de marzo” (acaso un título demasiado ampuloso), ya nos advierte sobre tan supuesta pureza democrática.

La verdad es que se merecen que todos votáramos a Susana Díaz en las primarias. Por cretinos.


dissabte, 17 de gener del 2015

APOSTILLA A «MOROS Y CRISTIANOS»



Sólo como apostilla a las entregas sobre “Moros y Cristianos”. Y en referencia a alguna objeción que se me ha planteado. El problema fundamental del musulmán no es de fe, a diferencia del cristiano (de hoy). Y ello no implica que por ello ambos, cristianismo y mahometismo, dejen de ser metafísicamente mellizos. Problema de fe lo es, en todo caso, el que tiene el cristiano de hoy en día, en una sociedad secularizada, donde fe es la sublimación de la duda, que no su negación.

Pero no es un problema para el musulmán, como tampoco lo era para el cristiano del siglo XI que se iba a las Cruzadas a cambio de indulgencias. Porque cuando la religión lo permea todo, el problema no es creer, sino obedecer. Lo que puede ser o requerir  «fe» para un cristiano del siglo XXI, era costumbre y ley en el XI, o sea, «ethos» o «mos» -en sus sentidos originarios no tematizados, en griego o en latín, respectivamente-, y «nomos». La fe como problema o duda es casi intelectualmente implanteable en una teocracia como las del siglo XI, o en todo caso algo subsidiario e irrelevante, ya sea en el islam o en la cristiandad. Y a diferencia del cristiano, sigue sin serlo para el musulmán del siglo XI.
Es sin duda un planteamiento muy sociologista, pero la fe no sólo es abordable desde el psicologismo, y menos si estamos hablando de un modelo teocrático. En este sentido, el yihadista no se convierte a una fe, sino que se adscribe a una norma, a un nomos.

divendres, 16 de gener del 2015

¡POR QUÉ NO TE CALLAS?

El Papa sostiene que “la libertad de expresión tiene límites”

 El Pontífice argentino dice que no se puede "ofender" la religión: "Si insulta a mi madre puede llevarse un puñetazo"

 

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