divendres, 15 de gener del 2016

ANGUITA Y LA EDUCACIÓN COMO INSTRUCCIÓN



Tratándose de un docente de profesión -maestro primero, profesor de instituto después- y quedando fuera de toda duda su ideología, no puede uno sino destacar algunos de los párrafos que Julio Anguita vierte sobre la LOGSE y la degradación del sistema educativo, aportando unas opiniones que a un servidor le valieron en su tiempo, y aún hoy, ser tachado de cavernícola troglodita y fascista reaccionario, por parte de ilustres colegas del mester de progresía, oficial y oficioso, homologado y freelancer. A destacar sus comentarios sobre la izquierda «logsera», es decir, casi toda. Se trata del libro sobre el que traté en mi anterior post: «Atraco a la memoria», un título que en determinados momento de su lectura, le evoca a uno aquel otro título, «El Asalto a la Razón», de G. Lukács. Vean, vean…


Juan Andrade: Tus años como maestro fueron años muy interesantes de renovación pedagógica.

Julio Anguita: Sí, en cierta forma, la renovación empezó en la época de José Luis Villar Palasí (…) Recuerdo que éramos maestros jóvenes y que después de clase nos juntábamos para ver qué nuevos métodos podíamos utilizar. Estábamos entusiasmados en eso. Creíamos, y sigo creyendo, que se notó. Hay un paréntesis ahí en el que la escuela mejoró. Pero después, es curioso, en la predemocracia, la democracia y la postdemocracia el nivel bajó. Y bajó porque hubo una parte de la izquierda que en nombre de la izquierda (…) arrambló con todo. Arrambló con el método de estudio, con el sentido del rigor, con el valor del esfuerzo, con la importancia de la memoria. Oiga usted, la memoria hay que cultivarla. Lo malo de la memoria es que se degrade en memorieta, en aprendizaje sin comprensión.

Juan Andrade: La LOGSE fue, en cierta medida, la objetivación legal de este pensamiento educativo blando.

Julio Anguita: Totalmente. Y además, todo planteado de manera muy bonita, por una parte, y por otra desde la justificación de que era lo que el mercado quería. Fue un crimen. Y claro, se ha notado. Se ha notado terriblemente, porque vemos ahora que los estudiantes se cansan (…) ¿Por qué? Porque el aprendizaje es un esfuerzo (…) Pero frente a eso plantear «no, no, es que el niño no tiene que experimentar ningún problema». Eso es simplemente educar a la gente fuera de la realidad. Pero claro, para insertarla luego en la realidad suya, que es mucho más dura. De modo que estos planteamientos generan gente dócil que si ya no puedo llevar de la mano de la dictadura la llevo ahora de la mano del consumismo.

El problema es que una parte de la izquierda no lo vea, porque desde la izquierda siempre se ha combatido con la inteligencia y con el saber, y los dirigentes obreros siempre han reclamado que hay que saber. Hasta que también esto afectó a una izquierda que decía «no, no, esto no es importante. ¿Tú sabes para qué están en política los picos de oro? Aquí lo que falta es ser trabajadores». Sí, trabajadores, pero ¿con qué proyecto? (…) Aquellos planteamientos fueron una vulgarización de los verdaderos proyectos de renovación pedagógica y fue, yo creo, que un sabotaje contra la izquierda, perpetrado además por parte de la sedicente izquierda.

Juan Andrade: (…) Porque la compleja problemática se redujo a la tramposa disyuntiva entre una cultura educativa supuestamente progresista, de pensamiento blando y muy funcional luego para la inserción de alumnos mal cualificados en un mercado de trabajo precario, por una parte, y, por otra, una cultura educativa conservadora y de derechas, rancia de contenidos y autoritaria en las formas (…)

Julio Anguita: (…) Pero había que haber previsto que llegaría un momento, otra situación en donde elementos que se suponía eran de la derecha eran aportaciones universales. Porque la derecha sí supo aprovecharlos. Te pongo un ejemplo. En Córdoba en el mundo del magisterio había una señora inspectora de la que decían muchos maestros que era la bondad personificada. Todo el mundo decía que era muy buena. Cuando llegaba a una escuela pública y alguna maestra le planteaba alguna dificultad, le decía a la maestra: «Ay niña, no hace falta que vengas a clase hoy. Que se encargue una alumna de la clase. Tú no te preocupes». Sin embargo, la inspectora, que pertenecía a un instituto religioso, era rígida e inflexible con las maestras de su orden. Tras la aparente bondad se ocultaba un desprecio por la enseñanza pública. La enseñanza pivota sobre dos basamentos: ciencia y valores.

Juan Andrade: Sí, pero a veces parece que algunos quieren que en la educción pública se aprendan sólo valores para formar a una cándida y descualificada mano de obra barata, y que mientras, en la privada, sólo unos pocos aprendan ciencia.

Julio Anguita: Y se pueden aprender las dos cosas, porque en los textos de los maestros de la República se aprendían las dos cosas: ciencia y valores. Sí señor. No es un dilema.
Pues eso, sólo como muestra. Que no toda la izquierda fue logsera, aunque sí casi toda: la izquierda orate y la pseudoizquierda, mayoría absoluta.

dijous, 14 de gener del 2016

UN RASTA EN EL PARLAMENTO



Mucha crítica sañuda he detectado en los medios convencionales de todo pelaje por la presencia de «rastas», «bebés», «bikers», «perroflautas» y demás fauna indeseable, en algo tan venerable como el Congreso de los Diputados, con motivo de la inauguración de la temporada legislativa. Que «si se han perdido las formas…», que si «vaya charanga» y demás lindezas. Pues bien, discrepo.

Y discrepo no porque piense que estuviera bien que alguna diputada de buen ver, si la hubiere, cosa que ignoro, se presentara en tan sacra cámara en negligée como única indumentaria; no, no por eso, sino por algo mucho más prosaico: el hábito no hace al monje. Porque de monjes tunos y monjas tunas con votos perpetuos, no por ello menos mutables, ya vamos asaz sobrados.

Además, resulta que un servidor ha pasado sus horas en dos parlamentos, concretamente el español y el catalán, y ha podido hacerse una cierta composición de sus actividades fundamentales, así como de su funcionalidad (entiéndase malinowskianamente). Vas allí por faena y te atienden, más o menos desganados, según el caso. Te advierten que en unos cinco o diez minutos, deberán ausentarse de la reunión para «ir a votar». La señal es el timbre que suena para convocar a los dilectos representantes del pueblo que están, los menos, atendiendo audiencias de latosos ciudadanos más o menos rebotados, los más, en el bar hablando de «sus» cosas. Suena la corneta y todos al hemiciclo… a votar (¿qué y en qué sentido?: lo que diga el jefe, ellos, ellas, ni idea). Podría contar más, pero no lo haré… para no extenderme.

Al poco tiempo (siempre te dejan conectado el televisor con la retransmisión de la sesión), regresan cada uno a sus quehaceres, unos al bar, otros a la reunión con la esperanza de que aquellos pesados se abran ya. Total, entonces, si sólo es para apretar un botoncito ¿Por qué no lo iban a hacer el rasta o el bebé? Igual de bien, sin duda alguna. Porque entre los de traje y las de vestido chaqueta, también se equivocan a veces; pero no porque no les hayan dicho qué tenían que votar o disientan, no… se equivocan de botón.
Si algún día el rasta yerra el sentido de su voto, se dirá que iba «fumao»; si lo hace el del traje, que se «confundió» traspuesto. Como aquella canción, creo que de Jarcha: «ese vino que al pobre emborracha y al señorito intoxica». Pero a ver, si total ¡sólo han de apretar un botón!. Así que, para lo que han de hacer ¿qué más da cómo vistan o a qué peluquero frecuenten? La verdad, nada. Porque si todo es pura fachada, al menos que cada cual vaya con la suya.

SOBRE EL «GINOGROMO» DE COLONIA



Un artículo muy interesante sobre el «ginogromo» de Colonia. Empieza citando a René Girard. Advertencia: está en francés. AQUÍ


dimecres, 13 de gener del 2016

ATRACO A LA MEMORIA: EL MEDIO Y EL MENSAJE



Que el medio sea el mensaje es algo que se debe a la afortunada frase de McLuhan, allá por los sesenta del siglo XX. Que sea cierto, que lo es en buena medida, tampoco debe ofuscarnos hasta el límite de prescindir de los contenidos concretos del medio/mensaje. Se trata de algo sin duda constitutivo, sistémico, pero también a la vez contextual en lo concreto. Y que nos lo debamos creer no es óbice como para que no vislumbremos críticamente el componente ideológico subyacente más allá de la afirmación, en sí neutra.  A uno, lo siento y dicho sea de paso, le evoca el ineludible concepto gramsciano de «hegemonía». En cualquier caso, lo cierto es que nos lo podemos creer a pies juntillas, lo podemos asumir y reconocer críticamente o, también, cómo no, lo podemos omitir, tanto transitiva como intransitivamente, y atenernos únicamente al contenido concreto. Esta última opción, un error a mi parecer, sería en mi opinión la de Julio Anguita, al menos a juzgar por sus memorias políticas, de reciente publicación, en forma de entrevista a cargo del historiador Juan Andrade.

No lo digo como reproche. Anguita es un personaje que siempre me ha caído bastante simpático, quizás precisamente por ser consecuente en su gravedad e incurrir en el citado error, conscientemente con toda seguridad, en la firme convicción de que la verdad acabará resplandeciendo y la razón imponiéndose (...)
EL ARTÍCULO COMPLETO, AQUÍ
 


diumenge, 10 de gener del 2016

¡QUÉ TRISTE ES SER DE IZQUIERDAS!

Sin Mas. Con él, acaso más confortable. Ya me lo contarán los irreductibles numantinos repletos de principios y consecuencia moral.

Si eso fuere la izquierda, me hiciere de derecha.

EL HARAKIRI, LA COTA DE MALLA Y LA HIDRA DE SIETE CABEZAS

«Sengakuji Ronin Graves» 
 
Vamos a dejar de lado la lapidaria frase pronunciada por Mas, que reza textualmente: “Hemos logrado lo que las urnas no nos dieron”. Y la dejaremos de lado por lo mucho de subliminal que, no ya insinúa, sino que manifiesta explícitamente. Se trata, en cualquier caso, de la construcción de una mayoría sobre la cual, parlamentariamente hablando, poco hay a objetar en cuanto a tal. Otra cosa es cómo se ha conseguido, cuál es el precio, a quiénes estafa, y la utilización de dicha mayoría con una significación plebiscitaria de la que carece, porque, como referéndum, éste se perdió por más vueltas que se le den. En Cataluña hay un parlamento con mayoría independentista surgida de unas elecciones presentadas como plebiscitarias, en las cuales este referéndum se perdió –se quedó en un 47,7%-. Y esto, pura aritmética, es así lo diga Agamenón o su porquero. Lo contrario es fraude, engaño. Punto.
También es una suerte que la presidencia de la Generalitat no sea una subasta de pescado, en tan célebres como desafortunadas palabras del «pseudocesante» President. De serlo, igual hubiera recaído la presidencia en el parlamentario cantautor de la gorrita, siempre dispuesto a sacrificarse pujando para ser utilizado por la causa. No, no ha sido una subasta, sino un «dedazo» que ha descubierto al «tapado» en el mejor estilo del PRI mexicano de sus grandes tiempos. Ha sido, en definitiva, un tamayazo revestido de patriotismo trilero, donde los burlados han sido las CUP y, sobre todo, sus votantes. Unas CUP cuya falta de inteligencia, política y la «otra», eso hay que reconocerlo, no ha decepcionado. Queda por ver la reacción de sus bases.
Al final, los aparatchik han forzado a Mas para que se eche momentáneamente a un lado y poder así mantener sus prebendas –que de eso va todo nacionalismo que en el mundo ha sido-, dándole a la CUP una cabeza que no se ha cortado, y exigiéndole, en contrapartida, un arrepentimiento público por sus veleidades en forma de autoinmolación como formación política. La solvencia ideológica y la catadura moral de quienes hayan podido suscribir un acuerdo así, y por qué, es algo que ya se irá viendo. Pero basta con echarle un vistazo al acuerdo para entender que las CUP han perpetrado su propio harakiri. Un harakiri que hay que entender desde el modelo «oibara» o «tsuifuku», que consistía en la práctica de seguir al amo en la muerte. Una muerte política que exigían los propios servidores como condición para serlo.  Sólo que, en este caso, el Tantō  del amo resbala sobre la cota de malla que casualmente llevaba puesta, y los rōnin de la CUP se dan cuenta del engaño cuando ya están sangrando desventrados; los muy pardillos, que lo último que alcanzan a ver es la cínica sonrisa del patrón mostrando sus colmillos afilados.
Que a estas alturas los anticapitalistas y antisistema supuestamente más genuinos no sepan que el sistema es una hidra de siete cabezas que crecen de nuevo cuando las cortas, hasta que no le aciertes al bicho de lleno con la lanza en el corazón, es algo que no debería llamarnos excesivamente la atención, aunque no deje de sorprender por la estulticia implícita que incorpora. Es el triunfo de las escuelas de gestión sobre la LOGSE del pueblo y para el pueblo, diseñada para que el ignorante lo siga siendo y se lleve a engaño con un timo elemental. Sin la segunda, no colarían las primeras. Son las víctimas propiciatorias de un sistema que los ceba para sacrificarlos cuando convenga; como el pavo inductivista de Russell, el pobrecillo; o los émulos de Esaú, el personaje bíblico que vendió su primogenitura por un plato de lentejas a su espabilado hermano Jacob… porque en aquel preciso momento tenía hambre.
Veamos sino. La CUP desaparece fácticamente como grupo parlamentario y asume el papel de Don Tancredo. Votarán a favor del gobierno en todo aquello que éste considere trascendente o decisivo –presupuestos incluidos-, a la vez que se compromete a no votar junto a los partidos contrarios al «Procés» -todos, menos los del gobierno y ellos mismos-. Y eso con los ocho diputados que le quedan, porque los dos restantes se integrarán en el grupo de «JxS», asegurando así el recurrente resultado de 64 a 63, más las ocho abstenciones de las «Doñas Tancredas» -por utilizar su propio registro femenino del plural genérico, tan de su gusto-. Y por si esto fuera poco, además hay expiación pública de sus excesos con «JxS» y Mas, en forma de disculpas y sambenitos de dimisiones de diputados cuperos que más se han ensañado con la derecha. Vamos, que ni una conversión paulina…
¿Quién puede ser tan retrasado mental como para doblegarse ante un acuerdo que sólo le obliga a él, a cambio de una cabeza de cartón? ¿Qué les han dado? ¿Qué van a hacer dos diputados de supuesta extrema izquierda en un grupo de derecha neoliberal, participando en sus reuniones y votando con él? ¿Una modalidad buffa de neoentrismo trostkista? Y es que, encima, Mas no se va. O, mejor, se va pero no se va. Los que sí que se van son ellos... al garete. Puede que estuvieran heridos de muerte ya antes del acuerdo, pero que encima te humillen de esta manera… Claro que puede también que algunos, conscientes de que tenían por delante un futuro más negro que la conciencia de un pirata, hayan pensado aquello de dame pan y dime tonto, total, “para lo que me queda en el convento…”  En fin… Patético.
Dijeron los jueces fascistas que encarcelaron a Gramsci, y tuvieron la desfachatez de proclamarlo así, que había que evitar a toda costa que aquel cerebro siguiera funcionando durante los siguientes treinta años. El sistema -la hidra de siete cabezas-, se lo aplicó y aprendió de ello. No parece que el sistema tenga hoy en día el menor problema con el funcionamiento cerebral de los líderes de la CUP.

divendres, 8 de gener del 2016

CRIPTOTAMAYAZO O TITANIC





Si al final no se tira de «tamayazo», será por el corto recorrido que la actual situación le augura, pero no por falta de ganas. Ni por parte del comprador, ni por falta de quienes admitirían de buena gana ser comprados. ¿Cómo entender de otra manera la resentida aflicción del innombrable aludiendo a la división en las CUP en uno de sus últimos discursos? Y no sólo en las CUP podría haber «tamayos»... Ni mucho menos; los hay en todas partes.

De haberlo planteado de otra manera, muy probablemente lo hubieran podido conseguir, y hasta ser aclamados en loor de multitudes. Incluso todavía pueden… todavía puede. El apego a la poltrona de este individuo, que ha convertido políticamente estas Navidades en una anticipación del Carnaval, es tan fuerte que debería figurar en los futuros manuales como paradigma del egotismo y la megalomanía. Es sabido que el fervor patriótico suele ser el aliño idóneo para este tipo de pulsiones. Y con dos «tamayos» era suficiente. Además, se venderían como casos de conciencia y se les jalearía por ser patriotas coherentes. Todavía no es descartable, y es en este sentido que hay que entender las fantasmagóricas reuniones que todavía se están celebrando, así como la falsamente complementaria y estrambótica propuesta de un gobierno en funciones de concentración para un par de meses, que se sacó de la manga, y que ERC parece haber declinado, inteligentemente por esta vez.
Todavía es posible, ya digo. No el «tamayazo» puro y duro, pero sí el «criptotamayazo» pretextado en aras a la más noble causa.  Pero está difícil. Al ya citado corto recorrido que previsiblemente iba a tener en la actual coyuntura, con los consiguientes escándalo y descrédito, se le añaden, en mi opinión, dos factores que se me antojan decisivos para que se desestime esta vía, o hasta que algunos la veten tajantemente.

Por un lado, la escasa capacidad de encaje demostrada, que ha desatado un alud de insultos, groserías y estupideces entre la caverna autóctona de sicofantes mediáticos del innombrable hacia las CUP, que van desde afirmar están infiltradas por el CNI, hasta calificarlas de españolistas, pasando por el insulto puro y duro, con elementos machistas incluidos a los que, en este último caso, se ha apuntado también entusiásticamente la otra caverna, la mesetaria. Difícil, incluso para el mismísimo Don Corleone, se pone la cosa para arreglar un apaño si se entra en este estado de crispación tan vesánico.

Y por el otro lado, un factor sin duda definitivo. Puede que no entre sus incondicionales, por mor de cuya mediocridad su fatum está indisolublemente ligado al de su líder, pero sí que entre, como mínimo, una buena parte de compañeros de viaje en esta singladura hacia el despropósito, ha cundido la certeza de que el innombrable está ya más que amortizado, y que en estos momentos no es sino un estorbo cada vez más lastrado. Así que mejor dejar que se hunda el barco con su comandante, a ver qué se puede salvar del naufragio, y en todo caso ya se reflotará cuando proceda.

Porque como en el Titanic, no hay botes ni chalecos salvavidas para todos. Con una diferencia, aquí, la mayor parte de la orquesta que ambientaba la fiesta, no solamente tocaba con el chaleco salvavidas puesto, sino que a las primeras de cambio se ha largado a buscar acomodo seguro en los botes salvavidas. Algunos hasta han evacuado en helicóptero –siempre habrá clases, aquí un ejemplo-. Sólo quedan en el salón los pasajeros de segunda y tercera clase –ahora sí, como en el Titanic-, que ante la espantada de la orquesta, han optado por seguir bailando y tararearse ellos mismos el acompañamiento.


dilluns, 4 de gener del 2016

CUP’s LESSER «NO»



El «NO» de las CUP no es un «no» rotundo, sino menor, matizado. En realidad es una apuesta por la neutralidad activa que no se limita a lavarse las manos, al estilo de Pilatos, sino que más bien apunta hacia un «ni quito ni pongo rey…», a lo Bertrand du Guesclin, demorando, eso sí, el subsiguiente «…pero ayudo a mi señor» y el empujoncito que entronizó a la dinastía a los Trastámara en la Castilla del siglo XIV.

Para empezar, no han dicho que votarán «no» a Mas, sino que sus diez diputados se abstendrán. Conviene recordar que si el resto de grupos hicieran lo mismo que las CUP, Mas acabaría investido presidente con la mayoría simple de sus 62 votos; el problema de Mas es que, con la excepción de las CUP, los demás grupos votarán no, y entonces es cuando el fatídico 63 a 62 se impone. Para desgracia de Mas.

En realidad, las CUP no están negando a nadie con su abstención, sino que se inhiben sin ponerle trabas al candidato de, hoy más evidente que nunca,  «Junts x Mas», facilitando tres posibles alternativas, una explícita y dos implícitas. La explícita es muy simple, que «Junts x Mas» presente otro candidato y ellos facilitarán su investidura. Las implícitas son de otro tenor. La primera es que la abstención permite a Mas sondear adhesiones en alguna otra formación para que le facilite los dos votos que necesita, por la vía de la negociación política; algo que, ciertamente, parece harto improbable. Pero queda una segunda vía como último recurso: recurrir al «tamayazo». Para ello le bastaría con comprar dos votos, mientras que de haber optado las CUP por el «no», hubiera necesitado la imposible y escandalosa cifra de once «tamayos». Precisando sólo de dos, no lo tiene tan difícil. Hay mucho despechado. Otra cosa sería, evidentemente, el a mi parecer escaso recorrido que, en las actuales circunstancias, fuera a tener una operación «Tamayo» en el truculento escenario político que es la Cataluña actual.  Pero, metodológicamente hablando, no hay que descartarlo de entrada.
De modo que, se mire como se mire, las CUP no se lo han puesto tan difícil a Mas con su abstención.(...)

El artículo entero, AQUÍ 

diumenge, 3 de gener del 2016

RUEDO IBÉRICO SUB SPECIE AETERNITATIS



Empieza el año sin síntoma alguno de cambio, porque no es cambio que todo cambie acelerada y sistémicamente. Cambian las apariencias, sí, pero sólo en apariencia.

En España se ha producido después de las elecciones un escenario similar al de Cataluña, pero sin una figura estelar como la de Mas. Es verdad que está Susana Díaz, que es a Felipe González lo que Mas es a Pujol; en ambos casos, un subproducto. Pero no da tanto juego, porque su frívolo histrionismo megalómano se proyecta todavía en la fase de la farsa, incapaz de llegar al esperpento que Mas ha sido capaz de crear. Y esto marca la diferencia. Además, no sé cómo lo verán ustedes, pero si al final hay elecciones generales anticipadas y consigue desplazar a Pedrito Sánchez, dudo mucho que alcance sus 90 diputados. Por más ayuditas que tenga. Puede que me equivoque, pero no la veo fuera del «régimen» andaluz. Al tiempo.

Lo del PSOE tiene ciertamente delito. No recuerdo tanta insidia y mezquindad desde los tiempos en que Borrell ganó, contra pronóstico, las primarias, y hubo que poner en marcha un dispositivo de urgencia para descabalgarlo al precio que fuera. ¿Recuerdan la causa por la cual, al final, decidió arrojar la toalla? Fue por un caso de corrupción… de un par de «amigos», sin que en ningún caso se presumiera en él ni complicidad ni conocimiento. ¿Y Felipe con Roldán? ¿O Aguirre con Granados? ¿O Pujol con Prenafeta y Macià Alavedra? ¿O Mariano con Bárcenas? ¿O la propia Susanita con Chaves?..

Puede que el PSOE esté afrontando su némesis. Convirtió la izquierda en una inmobiliaria y una agencia de colocación, en gran estilo peronista. Ahora el invento parece que ha caducado, y sólo sabe ofrecer más de lo mismo. ¿Cómo, si no, pueden quienes deben su poltrona al voto de Podemos, negárselo a su jefe y tratarlos de apestados? ¿O es que sólo ellos tienen la exclusiva de pactar con el diablo? Un ejercicio de cinismo que, sin duda de tan acostumbrados, no les producirá agujetas, pero que de tan insano puede llevar a la implosión.

En el PP de Mariano, en cambio, los cuchillos largos y los colmillos vampirescos parecen de momento más controlados, agazapados a la espera de mejor ocasión. Aun ganando, es el que más perdió. Pero si se anticipan las elecciones, el soufflé de Ciudadanos puede servirles de reconstituyente. Y esto Mariano lo sabe. Curioso, lo de Ciudadanos. De haber durado la campaña electoral una semana más, igual se quedaban en la mitad de lo que obtuvieron. Y eso es lo que puede ocurrir en las anticipadas, en provecho de Mariano. Es lo que tienen las marcas blancas.

Podemos, por su parte, también sabe que unas anticipadas le benefician en detrimento del PSOE. Que no lo sepa Susanita es dudoso, pero es un producto del aparato y, además, sarna con gusto no pica; los que sí deben saberlo seguro son los «barones» -no sé si con “b” o con “v”-, pero a ellos les da igual; tienen todavía cargo para tres años y medio, y eso, en política, es hoy en día una eternidad. Si hay anticipadas, será interesante el duelo entre Pablito y Susanita, sobre todo por las inagotables reservas demagógicas a disposición de la segunda. Pero, claro, también está donde está gracias a los votos de Podemos… En la derecha, el duelo entre Mariano y «Niño» Rivera carece de morbo: el resultado está cantado.

Queda el partido que -¡a buenas horas!- parece haberse decidido a crear el otro Alberto. Un caso para tesis doctoral, el de Garzón y su IU. Un recorrido hacia el basurero de la historia verdaderamente ejemplar; de manual.

Y como de sub specie aeternitatis va la cosa, o del eterno retorno de lo mismo, que también, vuelven los patriotismos de la más baja estofa y de execrable memoria. La metafísica unidad de España, fundamentada en el físico reparto del pastel exclusivista de siempre. El opio del nacionalismo espoleado a partes iguales, también por los de siempre. En este caso bajo el pretexto del referéndum catalán. Curiosa y simétrica discriminación conceptual la que establecen sendos bandos. Fíjense. Para el nacional/independentismo catalán, es españolista aquél que, bajo cualesquiera formas, no es partidario de la independencia y prefiere seguir en España, con o sin referéndum; aunque sea en otra España. Para el nacionalismo españolista, tan excluyente como su homólogo catalán, el simple hecho de proponer un referéndum equivale a romper España. Tanto llenarse la boca con el parlamentarismo británico en términos elogiosos y como ejemplo a imitar, y luego cuando alguien saca lo del referéndum de Escocia, el britanófilo se transmuta en salvapatrias carpetovetónico emboscado. Y es que aunque la mona se vista de seda…

Y para acabar, en fin. Parece que hoy las CUP –insisto con el plural- acabarán de deshojar la última margarita que les queda. Va siendo hora de decidirse, aunque sea tarde y mal. Otros a los que no auguro un gran futuro si hay elecciones anticipadas en Cataluña. Ya lo dijo Einstein durante su visita a Barcelona cuando sus interlocutores se manifestaron como nacionalistas y de izquierdas: Das past nicht zusammen! Y por raro que les pueda parecer a algunos, ni en las CUP. Tendrán que decidirse entre lo uno o lo otro. Es decir, y en atención  lo torpemente que han llevado el tema, entre Guatemala y Guatapeor, porque ellos, como Formación, siempre van a perder en la elección. Lo tienen peor que el asno de Buridán.

Pues eso, nada nuevo bajo el Sol. De momento, seguimos en el Ruedo Ibérico… por ahora.