dijous, 8 de gener del 2015

EL CHANTAJE DE LA CASTA


Una cosa es que la política sea el arte de lo posible, y otra muy distinta que lo real se dictamine como lo único posible. Menos aún si quien lo dictamina es juez y parte. Algo así ocurre hoy en día con la clase política, gestora de unos intereses, acaso algo abstractos, pero con nombres, siglas y acrónimos muy concretos. Con el tema de la crisis y su pésima gestión, por ejemplo, se nos ha estado diciendo durante todo este tiempo, y se nos sigue diciendo, que no hay más cera que la que arde, o lo que es lo mismo, que los de siempre, a tragar, que para eso estamos.

Y cuando la gente se harta de tragar y empieza a tomar en consideración otras opciones, entonces vienen las amenazas y los chantajes. Ellos, la casta, son la garantía de la democracia y de que la respeten sus valedores –los intereses a los que sirven-. Y sin ellos, el caos. Si Grecia no traga, por ejemplo, y Siritza gana las elecciones, la echarán del euro. No hará falta que se vayan, simplemente se la echará y aquí no ha pasado nada. Lo que hace dos años se antojaba un desastre, hoy se presenta incluso como una medida sanitaria. Lo ha dicho Frau Merkel, que de esto sabe mucho.

Es posible que Grecia haya estado sumida en una corrupción galopante, pero es la misma corrupción que les permitió a los banqueros alemanes hacer pingües negocios hasta que la cosa no dio más de sí. Y en esto no tuvo nada que ver Siritza. Pero Siritza es ahora el demonio y a los griegos se les advierte sin contemplaciones: si votáis a Siritza, os quedáis fuera; si votáis a los «nuestros», es decir, a los mismos que perpetraron el dislate, ya veremos… a lo mejor hasta os dejamos quedaros. A esto se le llama democracia…

En realidad, lo de Grecia no es sino una advertencia a fenómenos como PODEMOS en España, o a otros de variopinto signo que están proliferando en Europa, desde el Frente Nacional en Francia hasta Beppo Grillo y sus estrellas en Italia, cuyo factor común es el hartazgo con una clase política inoperante, sujeta a directrices que se ven como lejanas, tendenciosas y siempre a favor de los mismos, y unas políticas de lo «posible» que, desde la caída del muro en 1989, pasaron de ser el talismán del capitalismo de rostro humano a económicamente insostenibles, y llevan camino de cargarse lo que en su momento se llamó el estado del bienestar. Si no se lo han cargado ya.

Será una exageración, pero las alarmas que en su contra se están activando en España, desde la izquierda oficial domeñada, hasta los nacionalistas de uno u otro signo, son claramente indicativas de este miedo a perder la poltrona como casta. La poltrona desde la cual se gestionan los intereses a los que sirven. Luego, los que vinieren, acaso sirvieren también a estos intereses o no, eso ya se vería, pero no serían ya «ellos». Y esto les pone nerviosos. Son parte del establishment y quieren seguir en él, les va muy bien en él…

Ahora nos dicen que ellos son la garantía de la democracia, y que si vienen los otros, los bancos no darán créditos –como si ahora los estuvieran dando-, los empresarios despedirán a sus trabajadores –como si ahora no lo estuvieran haciendo cuando peligra el beneficio-, los ricos se llevarán del dinero a paraísos fiscales –como si ahora no lo hicieran también ellos mismos- y que, eso es lo importante, la democracia peligra –como si lo que tenemos ahora no fuera sino remedo de democracia. En definitiva, ellos, la casta, se presentan como garantes homologados de un orden que está saltando por los aires en gran parte por sus propias culpas. Y sin ellos, nos dicen, la demagogia y el caos. Mientras los alternativos sean unos pocos, vale, y si sólo se preocupan por el medio ambiente o el matrimonio gay, mejor que mejor. Pero si son demasiados ¡ay! esto ya es harina de otro costal. En definitiva, los pirómanos que  incendiaron el sistema se presentan como los únicos bomberos posibles.

A uno todo esto le recuerda una vieja película que pasaron por TVE hace muchos años. Lo protagonizaba el inefable Telly Savalas, también conocido por su epónimo "Kojac". Se corresponde a lo que en su época se le llamaba un "telefilme", palabro que, técnicamente, refería más a lo que no era que a sus contenidos propios. Filmación de metraje -en tiempo- de sala de cine, pero para la televisión. Aventuraría que el argumento se basaba en un relato de los "Completely Unexpected Tales”, de Roald Dahl, pero no me atrevería a asegurarlo. El tema era el que sigue.

El gurú de una secta de tarados y sus adeptos, entre espiritualistas y terroristas a lo Charles Manson, se infiltran como turistas en un transatlántico de lujo. Una vez en alta mar, se hacen con el control del buque, matan a parte de la tripulación para demostrar que la cosa va en serio y exigen una serie de condiciones, básicamente dinerarias, para liberar a los rehenes que han tomado. Las autoridades acceden a sus peticiones. Llega entonces el momento de abandonar el barco y cubrir debidamente la retirada.

Pero el gurú no es tonto, sabe que si la banda de secuestradores se larga en los transportes que les han facilitado, irán a por ellos. Para evitarlo, cada miembro de la banda toma un rehén para la fuga entre los pasajeros del barco. Si eran treinta terroristas, pues treinta rehenes. Y huelga decir que al menor atisbo de persecución o represalias ni aun insinuadas, los rehenes cascan. El acuerdo es que cuando la banda llegue a su Arcadia particular, ya a salvo de represalias, liberarán a los rehenes. Pero hay trampa ¿Cuál?

El paranoico gurú -paranoico no es sinónimo de tonto- había urdido un ingenioso  plan. En realidad, no eran treinta los terroristas que habían subido a bordo, sino sesenta, y cada uno de los treinta elegía a un rehén que, en realidad, era también de la banda. Con ello se aseguraban la impunidad hasta que, como mínimo, se descubriera el pastel, si es que se descubría. Y para entonces estarían ya todos a salvo. A su vez, dejan en el trasatlántico una bomba que se lo llevará para siempre al fondo del mar. El ardid, ciertamente, y dicho sea de paso, acabó fracasando. El factor humano, ya se sabe…
A mí, lo que me evoca esta situación de falso secuestro y de ampararse en supuestos rehenes que son en realidad cómplices, es su analogía, acaso algo estrambótica, con la actitud de la casta política frente a PODEMOS. Dicen que sin ellos peligra la democracia, como si la tuvieran secuestrada, pero en realidad los supuestos rehenes son sus prebendas y privilegios, a la vez que han puesto también una «bomba» en la democracia: sus prácticas corruptas y la milonga de que sin ellos, el caos. Lo que nos están diciendo en realidad cuando nos advierten contra PODEMOS, es que los que de verdad mandan no aceptarán a otros  interlocutores que a ellos.  Ya veremos si les sale bien…

dimecres, 7 de gener del 2015

CHARLIE HEBDO


EDUCACIÓN: «CONTUMACEANDO» QUE SERÍA GERUNDIO



Acabé el año anterior con una entrega sobre educación; “Hipocresía educativa”, se titulaba. Y empezaré éste con el mismo tema. Eso sí, con las debidas dosis de pesimismo que inevitablemente infunde tanta majadería mezclada con la hipocresía a que aludía en el post anterior. Por un lado, tenemos al «amigo» Wert perseverando contumazmente erre que erre. Lo de este hombre, desde luego, no tiene remedio. Pero no es el único.

Porque que en este juego del disparate educativo en que parecen andar metidos todos los políticos, la competencia es de una intensidad tal entre los miembros del oligopolio educativo, que ríanse del ultraliberalismo económico. Y las iniciativas «emprendedoras» resultantes, también. Ahora resulta que la Generalitat, a través del inefable Departament de Ensenyament, se descuelga con la cuadratura del círculo educativo mediante una doble titulación única de ESO que permitirá evitar los ya de por sí timoratos itinerarios que propone la LOMCE, y que eran de lo poco mínimamente sensato de dicha ley. Porque, según se afirma textualmente, de lo que se trata es de “mirar de no perdre res del que ja tenim”.

Una afirmación muy temeraria esta de “no perder nada de lo que ya tenemos”, por lo que implica, verbigracia: que todo ya estaba bien. Porque si no hay que perder nada, es que nada estaba mal; y si nada está mal, entonces está todo bien. ¡Pues qué bien!
Realmente, y con la probable excepción de Gabilondo, en Educación en este país, ya sea estatal o autonómicamente, de derechas o de izquierdas, confesional o laico… todo ha consistido desde la LOGSE en una sucesión de canalladas y de despropósitos, a partes iguales, destinadas a cargarse el sistema educativo. Y seguimos en ello. Con tales dosis de contumacia, todo puede seguir empeorando. Por increíble que parezca.
 
"Contumaceando", diríamos, si tal verbo existiera.

dimarts, 30 de desembre del 2014

HIPOCRESIA EDUCATIVA



Leo no sin cierto estupor, incluso a estas alturas, que según la última evacuación wertiana en forma de Real Decreto sobre los nuevos Curricula de la ESO y del Bachillerato, los padres –y madres, hemos de suponer- de los alumnos podrán acceder de pleno derecho a los exámenes de sus hijos y a los documentos de evaluaciones oficiales, o sea, a «Todo». Examen por examen, trabajo por trabajo, documento por documento… Si lo que se pretende con ello es apuntillar definitivamente a la función docente, casi seguro que lo van a conseguir. Hay muchos otros despropósitos en este decreto, pero nos centraremos en éste por su perversidad intrínseca.
Para empezar, no es que uno pretenda negarles a los padres el derecho, menos aún el deber, a estar al corriente de la evolución académica de sus hijos; más bien todo lo contrario. Exactamente en la misma medida que no sólo tienen el derecho de conocer los informes médicos sobre el estado de salud de su progenie, sino también la obligación de velar por ella. Pero esto es una cosa, y otra muy distinta atribuir una supuesta patología al médico que la diagnostica o al laboratorio que realizó el análisis. Y lo que se está permitiendo con esta medida es ni más ni menos que matar al mensajero.

El artículo completo AQUÍ

dilluns, 29 de desembre del 2014

TODOS CONTRA PODEMOS



No le gustó a Mas esto de que Pablo no se iba a abrazar ni con él ni con Rato. Con tanta onfalocracia hasta se pensaban que la izquierda eran las CUP o el camarada Herrera. En realidad, los que sí se abrazarían a la que empezaran a ponerse las cosas serias, es decir, a peligrar ciertas prebendas y los pingües negocios que comportan,  serían precisamente Rato y Mas, como lo hicieron sus abuelos en el 36… y tantas otras veces. Y por cierto, para proponer lo que sugiere PODEMOS, no es que haga falta precisamente ser de izquierdas. Incluso siendo de lo más indulgentes, diríamos que puede que sea condición suficiente, pero no necesaria.

Por lo demás, es francamente interesante desde el punto de vista antropológico la reciente actitud de linchamiento a PODEMOS desde las filas nacional-independentistas. Y digo antropológicamente por no decir psiquiátricamente, que es lo que debería haber dicho. Porque más de uno está deseando que lo de PODEMOS acabe como aquel chiste malo, que va uno y le cuenta al amigo que ayer, volviendo a su casa, se encontró con unos matones que le estaban dando las del pulpo a un tipo que se revolvía en el suelo. ¿Y qué pasó? le pregunta el otro. ¡Vaya paliza que le dimos! responde...

Porque en realidad, lo que está diciendo PODEMOS es lo más sensato que se puede decir, al menos desde los mínimos requeridos de respeto a las reglas democráticas para que a alguien se le pueda llamar demócrata. ¿Dice usted que tiene al pueblo catalán detrás reclamando la independencia? Bueno, comprenderá que tendremos que cambiar la Constitución para que esto se pueda comprobar… Es decir, lo que PODEMOS está diciendo que se ha de hacer es lo que Rajoy hubiera tenido que hacer desde el primer momento que empezó todo este embrollo: si hay un problema en Cataluña y la Constitución no puede darle respuesta, se cambia la Constitución. Y tema desactivado, sin más.

Pero curiosamente, resulta que esto no lo quieren ni los unos ni los otros, ni Rajoy ni Mas, ni sus respectivos edecanes y correveidiles. Los (h)unos porque no cabe en la Constitución y con eso basta para acallar a las turbas; los (h)otros porque no la reconocen, ni a ésta ni a ninguna que no sea la «suya»: el Volksgeist está por encima de cualquier democracia.
Lo dije hace tiempo, lo que más nerviosos pone a los independentistas es precisamente lo razonable, en el sentido democrático del término... y lo inteligente. Pero claro, con lo bien que se lo estaban pasando entre enroques constitucionales, referéndums de barbacoa, y mientras tanto el personal entretenido, ha tenido que ser PODEMOS el que les ponga nerviosos a (h)unos y a (h)otros, diciendo lo elemental, lo sensato… Sobre todo por lo del desabrazo. Perdón, los desabrazos. Por esta vez ¡bien por PODEMOS!

diumenge, 28 de desembre del 2014

HUMOR Y CORRECCIÓN POLÍTICA (En el día de los Santos Inocentes)



Uno todavía recuerda cuando tal día como hoy de no hace tantos años, aún se acostumbraban a gastar bromas y hasta los periódicos y las radios soltaban en sus noticiarios alguna «inocentada», es decir, alguna noticia estrafalaria, en ocasiones con visos de verosimilitud, que algún crédulo desprevenido se creía a pies juntillas. También, según parece, aunque esto lo vi mucho menos, algunos guasones se dedicaban a colgar en la espalda de los transeúntes las famosas «llufas», unos muñecos de papel recortado que los burlados paseaban sin saberlo convirtiéndose en objeto de mofa del personal.
Una curiosa manera de celebrar la efeméride de una masacre infantil bíblica de más que dudosa veracidad histórica, pero masacre al fin y al cabo. Y es que el humor, desde el chiste procaz hasta el más refinado, pero sobre todo el segundo, estaba sin duda mucho más presente en nuestra sociedad que en la actualidad. Hoy los periódicos ya no publican inocentadas, y si lo hicieran, seguro que habría alguna regulación legal que obligara a informar al pie del falso notición, con letras claras y de mayor tamaño que la noticia, de su condición de inocentada… no fuera a creérselo algún bobo y se quedara traumatizado por la tomadura de pelo. Y claro, algo así carecería absolutamente de objeto.

 
El artículo completo AQUÍ
 


dissabte, 20 de desembre del 2014

LA TENTACIÓN DETERMINISTA SUS VERSIONES BUFAS: un devaneo libre entre la Filosofía de la Historia y la payasada (IV de IV)


 
 
 
El umbral entre lo sublime y lo grotesco es sin duda muy tenue en ciertos ámbitos, como entre la lucidez y el delirio… Circulaba en su momento un chiste que viene bastante al caso. Alguien comentaba que cada vez que respiramos nacen cien chinos. Al oírlo, uno de los contertulios se pone a respirar rápida y repetidamente hasta el jadeo. Acaban de nacer cuatro mil, afirma convencido después de 40 resuellos meticulosamente contabilizados…

Y ahora sí que estamos ya de lleno en las versiones bufas de lo que, en principio, podía ser una aspiración legítima de conocimiento: el artículo que ha motivado estas entregas, que anuncié en su momento, y este otro, si cabe aún más chabacano en atención a su mayor tendenciosidad. Un supuesto «divulgador» de la matemática de la historia, por nombre Juli Gutiérrez Deulofeu, nos anuncia que su abuelo, cómo no, matemático de la historia, predijo en su momento que la independencia de Cataluña se alcanzaría en el año 2029. El nombre del profeta matemático y abuelo del entrevistado en el rotativo de más tirada en Cataluña es Alexandre Deulofeu.

De entrada, lo primero que a uno se le antoja ante tamaña estupidez es tomársela a chanza. Una majadería más de tantas como se están diciendo y, en este sentido, digna de incorporarse a los anales del inefable “Institut de la Nova Història”, egregia institución dedicada a rescatar verdades sobre la Historia de Cataluña que la avidez española por las glorias impostadas nos hurtó a los catalanes durante siglos. Como a algunos ya les constará, entre tales verdades destacan que el Quijote fue escrito por un catalán, Miquel Servent, al que luego la historiografía imperial castellana denominó "Cervantes"; lo mismo en el caso del Lazarillo -sólo que el autor era valenciano-; o que Erasmo de Rotterdam fue el seudónimo utilizado por Ferran Colom -hijo de Cristóbal Colón- para dar curso a sus veleidades literarias y filosófica. Para qué seguir…

Y siguiendo con el estilo propio de la antedicha institución, hasta podríamos seguir con la mofa y acusar a Isaac Asimov de habernos ocultado que se inspiró en Alexandre Deulofeu, abuelo del divulgador, para crear al personaje de Hari Seldon,  atribuyendo tal ocultación al anuncio del año de la independencia catalana. Algo que por fuerza había que escamotear a cualquier precio. Vamos, que ríanse ustedes de los misterios de Eleusis.

Pero no. La cosa no es para tomársela a chanza. Y no sólo por los alarmantes índices de credulidad que se están dando entre cierto sector de la población catalana en la actualidad, en la mejor línea de la fe del carbonero; ni porque detrás del aparente pintoresquismo de la noticia subyazga un seudodeterminismo ramplón, ideológicamente sesgado y adoctrinador muy a tono con el modelo de súbdito pensado para la nueva era; ni porque un rotativo que va de serio debería ser algo más cuidadoso en sus entrevistas… No, hay otra razón a mi parecer mucho más importante, y es que cada vez está tomando más cuerpo un discurso hegemónico cuya única posibilidad de serlo radica en la aculturización generalizada de la sociedad, que ha puesto manos a la obra en ello con toda desfachatez, a la vez que, entre medio en broma medio en serio, condena ya, todavía sólo formalmente por ahora, al ostracismo a cualquier que denuncie tales payasadas como lo que son: auténticas aberraciones conceptuales disueltas en un totum revolutum en el cual todo vale si, y sólo sí, sirve a la causa. Y esto me parece gravísimo.

Porque la majadería es dignificable en este tipo de contextos, por más irrelevante i pintoresca que sea la afirmación y la disciplina en que diga basarse. Hasta ahora el independentismo era voluntad política, metafísica y teológica. Todo muy bien, pero faltaba lo fundamental, la certeza científica. Ahora ya la tenemos, gracias a la actividad divulgadora del nieto de l’avi Deulofeu.

Y hay dos cosas que aún me parecen más aborrecibles. La primera, que por increíble que parezca, más de uno se lo tragará a pies juntillas. La segunda, que el abuelo no es del todo culpable del dislate que su nieto está cometiendo con él.

Desconozco la obra de Alexandre Deulofeu, hasta poco más allá de lo que pueda encontrase aquí. Pero lo cierto es que no se trataba de ningún imbécil. Sus relativas licencias proféticas son, en cierto modo, un eco de la época, y las influencias, sobre todo, de Spengler y su “decadencia de occidente”, parecen más que evidentes. Incluso en su nacionalismo catalán, Deulofeu fue sin duda un hombre de su época. Una vez más, una cosa es sacar constantes de la historia, más o menos discutibles y azarosas, y otra es creerse en disposición de poder anticipar el futuro. Considerar que los imperios tienen un ciclo de 550 años, tras el cual se desintegran; tomar el año 1479 como el de constitución del imperio español –por del real matrimonio- e inferir de ello que el año de la independencia de Cataluña será el 2029 puede ser, en el mejor de los casos, un divertimento. Pero si uno es de los que piensa que por respirar más rápido nacerán más chinos, entonces está incurriendo en una payasada; que de creerse, deviene «revelación» en la más pura línea de la irracionalidad rampante. Y eso es peligroso, muy peligroso.
El gran error de nuestra época es que estamos pasando de la cientificidad racional a un cientismo supersticioso donde, por el simple hecho de estar aplicando las matemáticas, ya estamos haciendo ciencia. No deberíamos olvidar que la astrología, los astrólogos, utilizaban las matemáticas, pero sin que esto convirtiera su disciplina en una ciencia, porque su objetivo era el propio de una superstición, por más que sus cálculos fueran correctos y por más elevados que fueran los conocimientos matemáticos requeridos para realizarlos. Porque al fin y al cabo, por más rápido que nos esforcemos en resollar, no nacerán más chinos. ¡Si sólo pudiéramos entender esto!

dijous, 18 de desembre del 2014

SOSTIENE JUNQUERAS



Cada día que pasa se estrecha más el cerco sobre Oriol Junqueras. Todo el aparato mediático, los paniaguados y hasta algunos de sus allegados, más o menos quintacolumnistas unos, descaradamente otros, están en ello. De momento sigue resistiéndose, pero está pagando un precio muy alto: pasar por el hombre que saboteó el proceso independentista. Dirigida sólo retóricamente a todos los políticos independentistas, la amenaza proferida ayer por la Marine Le Pen con barretina, empeñada en ejercer de Jeanne d’Arc, está muy clara: o se ponen de acuerdo los políticos, o “la gente les pasará por encima”. O te apuntas a la lista de Mas o eres un traidor, chaval. Aquí no hay matices, que la patria está por encima de TODO.

Porque lo que aquí se está ventilando es la hegemonía en el campo independentista. Otra cosa es que la disputa sea personal o ideológica. Ignoro si Junqueras cree posible la diferencia ideológica que postula dentro del campo independentista entre CDC y ERC. La verdad es que hasta ahora no la ha explicitado más allá de meras declaraciones de intenciones, pero vamos a concederle el beneficio de la duda y supongamos que sí. Asumamos pues que Junqueras tiene un proyecto progresista para la nueva Cataluña independiente y que, en la tesitura de doblegarse ante la cleptocracia convergente y a la lista PP (Partir del «President»…Mas cómo no), prefiere guardar sus cartas para jugarlas en otro momento; en las elecciones municipales, en las generales… y también en las catalanas anticipadas, pero con su propia lista, para que quede claro a quién el sector independentista catalán designa para liderar el «procés».

Ante esto, Mas se enroca y anuncia que, o hay lista única, encabezada por él, o sigue con los dos años que le quedan de legislatura y cuántos pueda, pero cargando en la conciencia del pobre Junqueras haber abortado la gran oportunidad, por culpa de sus egoístas intereses partidistas y personales. Ahí es nada. Que la patria no entiende de ideologías, sólo de Patria.

Porque... ¿qué más da, dice Mas, el liderazgo del proceso? ¿A qué viene ahora cuestionarlo? ¿No ha sido él el ungido? ¿No es él el presidente de la Generalitat? ¿Y quién está subvencionando las plataformas ciudadanas que arropan al «procés»? ¿Quién, sino él, es el «procés»? ¡Vamos hombre! Y a esas alturas…

Lo curioso del caso es que, en cierto modo, parece estarse reproduciendo dentro del campo independentista un escenario parecido al que Mas ha generado a nivel español con su propuesta de referéndum, pero con los papeles invertidos. Porque mientras que Mas reclama una consulta que Rajoy le niega, aquí es Junqueras el que la reclama y Mas el que la rechaza. Curioso sentido democrático el de algunos... siempre según les vaya en el baile.

Porque si asumimos provisionalmente como hipótesis de trabajo que hay, como mínimo, dos proyectos distintos de futuro estado catalán ¿Qué habría de malo en que se decidiera democráticamente cuál ha de ser el hegemónico? ¿No es más o menos lo mismo que Mas argumenta para defender su consulta frente al gobierno español?

ERC, o mejor, Junqueras, piensa que puede ser la fuerza mayoritaria en unas elecciones anticipadas. La legislatura se agotó el 9-N y la lista "PPresident" más bien parece un ardid destinado a seguir manteniendo el control de un proceso por parte de aquellos que no tienen nada claro que lo fueran a revalidar democráticamente en solitario.

El nacionalismo es igual en todas partes. Y las apelaciones a grandes listas cesaristas no son sino una forma de perpetuar el control y el dominio social por parte de unos grupos frente a otros; de unas clases frente a otras. Los ingenuo es más bien pensar que pueda haber matices ideológicos dentro del nacionalismo. Porque es ignorar lo que es el nacionalismo en esencia, cualquiera de ellos. Pensar que un movimiento de liberación nacional puede ser a la vez una revolución social –como piensan las CUP- es acaso el gran error de Junqueras si de verdad se lo cree. La adhesión a la patria ha de ser incondicional, así está escrito.

Aquí pasa lo mismo -¿se acuerdan?- que con aquello de «antes una España roja que rota», que simplemente es mentira y que no se lo creen ni quienes lo proclaman; una divisa para consumo de parroquianos, y un mecanismo de reforzamiento del control social y económico de unos grupos sobre otros. Y si eso peligra, se rompe lo que sea para salvar lo que se pueda. Así es como funciona, al revés de como se anuncia. Así es como están funcionando Mas y su corte áulica: o nosotros o nadie. O lista única o no hay elecciones. ¿Qué os habíais pensado?
Claro que a lo mejor no se trata de proyectos políticos en disputa, sino personales. Ignoro, por mi parte, si la actitud de Junqueras obedece a lo uno o a lo otro. Pero parece evidente que por ahora no quiere hacer el papel de conserje que le han adjudicado cuando sabe que puede ganar las elecciones. Pero en el caso de que se lo crea de verdad, está listo. Se lo comerán con patatas por traidor y por ambicioso. O eso o a pasar por el tubo. El cerco sigue estrechándose.

LA TENTACIÓN DETERMINISTA SUS VERSIONES BUFAS: un devaneo libre entre la Filosofía de la Historia y la payasada (III de IV)


 
Tampoco, más allá del indudable interés de sus respectivas obras, Spengler o Toynbee aportarán nada substancialmente nuevo al modelo hegeliano de la Historia, aunque sus respectivos sistemas estén desprovistos, tanto del optimismo metafísico, como del carácter productivo de la negatividad propio de la dialéctica hegeliana que es, a su vez, condición de la posibilidad de un progreso que incitaba precisamente a tal optimismo. Frente al filósofo de la historia, la historia filosófica. Sin duda hay que conocer ahora la historia para poder entenderla. Al carácter deductivo y a priori del primero, se le opone lo inductivo y a posteriori de los segundos. Pero sigue habiendo al final en ambos caso una lógica «fatal» que rige el devenir histórico.

Cambio de tercio. Muy probablemente, la más genial pretensión de matematización de la Historia nos la ofrezca el género literario de la ciencia ficción de la mano del genial Isaac Assimov en su saga de las Fundaciones, que entronca al final con la de los robots amigos del policía Elijah Baley. La idea es muy simple, a la vez que fascinante...

En un universo donde toda la galaxia ha sido ocupada por la raza humana, organizada bajo la égida de un impero galáctico cuya capital es Trántor, un científico algo atrabiliario, Hari Seldon, funda una nueva ciencia, la Psicohistoria. Se trata de una síntesis entre Psicología, Sociología, Historia y Matemáticas. Los fundamentos axiomáticos son, en principio, y como ha de ser, muy simples: el comportamiento humano, visto individualmente, es impredecible, pero tal incertidumbre va reduciéndose a medida que tratemos con grupos cada vez mayores de individuos. Y con millones de planetas colonizados por una población humana de trillones de individuos, Hari Seldon llega a la conclusión de que ya se da la masa crítica necesaria para poder predecir la futura evolución de los acontecimientos históricos con precisión matemática y mediante el uso de la misma.

Y funda la Psicohistoria, cuyo primer y único diagnóstico es demoledor. Aun aparentemente en pleno esplendor, el imperio galáctico está entrando en decadencia, y con él, la civilización. Una decadencia que llevará a un periodo de caos que durará unos diez mil años, hasta que surja un nuevo poder que rescate a la humanidad de la barbarie que se anuncia. Su objetivo, el del bueno de Hari Seldon, en la mejor de las aspiraciones fáusticas, es conseguir que este periodo de diez mil años de anarquía se reduzca a tres mil. Para ello, bajo la cobertura de un centro de estudios destinado al mantenimiento del saber y la ciencia, creará una Fundación en un planeta situado en los arrabales de la galaxia; y otra en el otro extremo, la Segunda Fundación...

Cómo se desarrollará todo esto lo dejo para los que ya lo saben, no sin recomendar encarecidamente su lectura a los que no lo hayan hecho todavía, ni sin avanzar que, en la más pura línea de los clásicos, al final de la saga sabremos que el propio Hari Seldon no fue más que un instrumento de designios mucho más «altos», sólo que en esta ocasión no se tratará de moiras ni dioses, sino de… un talentoso robot llamado Daneel Olivaw.
En lo que aquí nos ocupa, lo importante es la posibilidad real, puesta sobre un escenario de ciencia ficción, pero de evidentes analogías con la decadencia del Imperio Romano, reconocida por al mismo Asimov, de la posibilidad no sólo de predecir el futuro, sino también de incidir en él y modificarlo. Y es aquí donde, después de tan excesivo y seguramente abstruso exordio, llegamos a nuestro tema: las versiones «bufas» de las aspiraciones deterministas.
(CONTINUARÁ)

dimarts, 16 de desembre del 2014

PRIM EN TVE... EN FIN


 
 
 
Ayer TVE emitió el telefilm de producción propia, dirigido por Miguel Bardem, “Prim, el asesinato de la calle del Turco”. Una serie de capítulo único, una hora y cuarenta y cinco minutos, más o menos. Y éste, es a mi parecer, su primer y mayor problema. El segundo… bueno, quizás más subjetivo, la cobertura que da en finales abiertos de los tres días que van del crepúsculo del 27 de diciembre de 1870, en que se produjo el atentado, hasta la noche del 30, fecha oficial de la muerte de Prim. Lo mediático se impone, supongo.

Que conste que la película me pareció más que aceptable, pero se quedó corta, muy corta, sobre todo de tiempo. Puede que también de presupuesto.  Es más cómodo hablar de “Isabel” o, cómo no, de Roger de Lauria, del Gran Capitán -que tampoco- o de Viriato, que de Prim o de Espartero, o de Riego o de Torrijos, del espadón de Loja, un tal Narváez, o de la simplemente “puta tonta”. País con historia amnésica somos todos. Y así nos va… A todos nos sigue doliendo el ridículo de no saber cual era el bando de nuestros bisabuelos, o de nuestros dieciséis tatarebuelos... mierda de país.

Hubieran tenido que ser cuatro o cinco episodios de duración parecida al capítulo único de ayer. Entonces puede que, nunca lo sabremos, sí que hubiéramos podido estar hablando de una obra maestra de TVE. Porque tanto los mimbres como los membrillos apuntaban buena calidad. Pero tanto membrillo no cabe en un cesto tan pequeño. Por lo demás, una buena ejecución. Pero, lo siento, si no hubiera tenido ni la menor idea del “mogollón” –como dicen nuestros alumnos- he de reconocer sinceramente que me hubiera quedado en Bavia.

Es verdad que, hablando de cine y para quien no haya leído la novela, la espléndida “Guerra y Paz” de la BBC que TVE emitió en los setenta, de veinte episodios de unos 45 minutos cada uno-, le parecerá más completa que la película de King Vidor, de tres horas y media –en su versión no comercial-. Pero también que en cualquiera de los casos, estamos en versiones limitadas por la duración, que no por el tiempo de exposición. En definitiva, y maldiciendo la trivialización, tengo la impresión de que quien no supiera demasiado sobre la trama Prim, se quedó como estaba antes. Un país de demasiadas asignaturas pendientes, de las cuales ésta es, simplemente, una más.

Luego, eso sí, la inverosímil escenificación para dar pábulo al sensacionalismo recientemente sobrevenido, con dosis de verdades ocultas bien sabidas por los «duchos», que no son los que saben del tema, como el estrangulamiento, a cargo de Pastor, cuyo nombre no sale ni una sola vez en el filme, sólo que es «policía». Al final será como aquel infeliz chorizo al que interrogándolo inteligentemente la Benemérita, acabó confesando ser el autor del tiro que mató a Kennedy y el toro que mató a Manolete. Humanamente imposible. Y somos humanos al capdavall.

Insisto. Paúl y Angulo no tuvo nada que ver con el atentado. Y quien quiera saber por qué, que se lea el libro de José Fontana; el mejor, a mi criterio, de los que se han escrito sobre el tema. Y para qué seguir hablando…

Por lo demás, mis felicitaciones a los directores, actores y otros menesteres del séptimo arte. Quien paga, manda. Ahora resulta que lo estrangularon a lazo y eso es una versión más de tantas… Pues bien. A lo mejor no fue un tema de presupuesto; más bien al contrario, contra menos tiempo, más se confundirá el personal entre moderados, unionistas, progresistas, carlistas, republicanos, orleanistas y, simplemente, los que mandan hoy: reaccionarios de uno y otro cuño. Susanita tenía un ratón y Mariano una chochona, con sus sicofantes respectivos. No ha cambiado tanto la cosa.

Puede que los pueblos que olviden su historia estén condenados a repetirla una y otra vez. En España algo sabemos de esto. O deberíamos saberlo. Los que la trivializan, van a la catástrofe directa.

Fue un hispanista británico el que dijo que el día que mataron a Prim cambió la historia de España. Yo más bien pienso que lo que pasó el día que mataron a Prim es que no cambió… de acuerdo con los designios británicos, entre otras cosas.

Porque si hubo una Corte empecinada en neutralizar cualquier resurgimiento español en el XIX, y antes, no fue Francia, sino la Gran… Bretaña. Así lo entendiere quien lo estudiare y leyere. Por lo demás, aquí concluyo mis observaciones sobre el tema General Prim. Punto final.
Lo siento. A mí lo que me va es  darles caña a los historiógrafos subvencionados, de uno u otro costado. El tema Prim, por lo que he leído e investigado por mi parte, lo tengo ya tan claro que no vale la pena seguir abundando en ello. Y mientras nuestros historiógrafos respectivos sigan buscando grandezas inventadas, nunca nos encontraremos. Maldita historia que nos separa...