Por más vueltas que des, el
culo siempre estará detrás. Una frase ciertamente autorreferencial que constata
una evidencia irrefutable sobre la propia perspectiva, pero no sobre la de los
demás. Según en qué fase de vuelta esté y la posición del observador respecto
al observado, éste estará de culo, de cara o de perfil. Lo mismo con respecto al observador desde la
perspectiva del observado.
Pero no parece que ocurra así
con la Luna; siempre nos muestra la misma cara dejando su otra (casi) mitad
oculta. Es decir, nunca le vemos el culo. Pero si gira también sobre su propio
eje –rotación-, además de orbitar
alrededor de la Tierra –traslación-, parece contradictorio que nunca la veamos
de “espaldas”. Una paradoja solo aparente, claro. Hace algunos años, cuando
todavía se explicaba Historia de la Filosofía en nuestros institutos, conseguí
que todos los alumnos lo entendieran sacando a una pareja a bailar.
El típico movimiento de baile
en el que ella gira alrededor de él, cara a cara, y él simplemente rota sobre
sí mismo. “¿Lo veis?”, les dije, “Esto mismo es lo que pasa con la Tierra y la
Luna”. “No, no”, objetó alguien, “Ella
solo está girando alrededor de él, no sobre sí misma”. Entonces les hice
reproducir el baile describiendo un círculo completo a cámara lenta. “¿Qué ves ahora más allá de tu pareja?”,
le pregunté a ella. “La puerta de la
clase”, respondió; “¿Y ahora?”, “La pizarra”, “Las ventanas”,
“las mesas, a mis compañeros y la pared del fondo de la clase”, “La puerta de
la clase… ¡de nuevo!”. Entonces todos entendieron que la chica había
descrito también un movimiento rotatorio sobre sí misma, porque de otra manera,
habría estado viendo siempre lo mismo. “Lo
que pasa es que ella tarda el mismo tiempo en dar una vuelta completa
alrededor de él que en darla sobre sí misma –son dos movimientos
sincronizados-, y esto es exactamente lo que ocurre con la Tierra y la Luna”.
¿Y en política? ¿Está siempre
el culo detrás por más vueltas que demos? ¿Las sociedades catalana y española
tienen siempre el culo detrás? Sin duda, desde la perspectiva del que considera
solo su propia posición como sistema de referencia, así sería, pero solo para
él. Y si, de acuerdo con esto, consideramos al otro solo desde nuestra propia
perspectiva, entonces podríamos pensar también que la Luna solo gira alrededor
nuestro, como la primera reacción de algunos alumnos en el ejemplo anterior. Tampoco es anecdótico
que a quienes más les costó comprender el tema fue a los propios bailarines. A
los observadores les resultó relativamente fácil percatarse de que habían
omitido algo que, ello no obstante, estaban viendo. Porque no solo veían a la
chica girar alrededor del chico, sino que también la veían a ella de cara, de
perfil o de espaldas según la posición respecto a ellos.
Pero si adoptamos, o
intentamos adoptar, la perspectiva del observador, su sistema de referencia, acaso
entonces entendamos y sepamos describir la naturaleza de los movimientos observados
mejor que sus propios protagonistas. Y alguien deberá decirle al chico que es
el único que no ve el culo de la chica, y a la chica que es la única que no ve
el culo del chico. Será una trivialidad que incluso a alguien puede que le
parezca grosera. Pero es lo que hay. Y si a cualquiera de los dos le da por
querer verle el culo a su pareja de baile, se acaba el baile.
Ignoro si es el caso solo de
la Luna o si se conocen otros de órbitas sincrónicas. Tengo entendido que es
algo excepcional, pero no puedo asegurarlo. No sé tampoco qué ocurriría si la
Luna dejara de repente de orbitar con sus dos movimientos sincronizados, pero
seguro que nada bueno, aunque entonces sí que le veríamos el culo. En el caso
político, está muy claro.
Y si alguien me pregunta
quién es Cataluña y quién España en esta metáfora orbital, le diré que cualquiera
puede ser una u otra, porque cuando solo cuenta el propio ombligo, tanto puede
decirse que orbita la Luna alrededor de la Tierra , como que la Tierra que lo hace alrededor
de la Luna. Quizás valdría la pena preguntárselo a los observadores, no sé, a
Júpiter o al Sol. Pero claro, es que los suyos son otros sistemas de
referencia, otras perspectivas. Se dirá que esto excluye las emociones, los sentimientos,
pero entonces ¡Ay, Ay, Carmela!
Xavier,
ResponEliminaHe ojeado el texto, lo he leído rápido, no le he podido prestar la atención que seguro merece. Pero YA me ha emocionado. Estoy seguro que emocionar no era lo que el autor buscaba. Pero he leído algo escrito con respeto al lector, no intentando venderle una moto, algo escrito mil veces más cuidadosamente que los artículos de opinión que a diario leo sobre el tema.
En estos días de mierda (y me sale mucha mierda de dentro, no toda viene de los otros), me has dado esperanza.
Muchas gracias, Bacon, por tus elogios. Sí, son días de mucha mierda, como en la famosa guerra del tomate que practican no recuerdo dónde, solo que aquí va de boñigas. La auténtica mierda se la guardan: Gürtel, púnica, pretoria, 3%... A algunos les va muy bien. Y ¡coño! precisamente a los instigadores por ambos lados. No te diré para qué finalidad utilizan ellos las banderas que enarbolan, pero te lo puedes imaginar muy fácilmente.
ResponEliminaCreo que fue Rosa Montero la que dijo, hace ya muchos años, cuando empezaron a salir los primeros escándalos de corrupción asociados a partidos políticos -no recuerdo si Filesa o Naseiro-, y frente a los rasgados de vestiduras de algunos plañideros, que la democracia era una máquina de bombear mierda. No podrá acabar con la corrupción, pero sí perseguirla y castigarla, a diferencia de las dictaduras, que la almacenan en fosas asépticas privadas. Mucho me temo que, entre todos, lo que quieren es dejarnos sin esa bomba, aunque sea substituyéndola por homónimas de finalidad distinta. Y eso sí, esperemos que quede la esperanza. Un saludo.
A ver si de todo esto al final sale que dentro de poco esté la cosa un poco más limpia
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