dimecres, 15 de febrer del 2017

¿Martirologio o bufonada?



La verdad es que uno ya no sabe si se las está habiendo con la más redomada de las astucias o con la más vergonzante de las vilezas. En cualquier caso, sí parece que el «procés» se está perdiendo una oportunidad de oro para internacionalizar y difundir la causa indepe en el mundo mundial, aprovechando los torpes errores del contrario. Porque la verdad es que con el proceso chirigota por el referéndum barbacoa, se las están poniendo como a Fernando VII. Y es entonces cuando le atenaza a uno la terrible sospecha de que acaso esta oportunidad de oro se esté malogrando por falta de entusiasmo martirológico en los tres próceres patrios implicados.

No sé a ustedes, pero a uno le cuesta imaginarse a Gandhi alegando ante el tribunal que no era una huelga de hambre, sino que aquel día no tuvo ni para comer; o a Fidel Castro alegando que estaba convencido de que el Fuerte Moncada llevaba años abandonado y que lo suyo fue una partida de caza con unos amigos; o a Nelson Mandela manifestando su profundo respeto por las leyes del apartheid y negando haber tenido la menor intención de transgredirlas, después de liar la que lió…

Y claro, lo lógico era pensar que ahora el «astuto» y sus «astutas» iban a aprovechar la situación para declarar la ilegitimidad de las leyes españolas y su desobediencia a éstas; que iban a dar la cara y que, alto y fuerte, iban a decir que sí, que montaron el referéndum ¿y qué?; que ahí queda eso y a ver si tienen redaños de meterlos en la cárcel; que iban a tener que entrar en la sala esposados y empujados por la benemérita y que estas imágenes se difundirían por todo el mundo como demostración de la opresión nacional que sufre Cataluña, ocupada desde hace tropecientos años por  la fuerzas invasoras españolas. Y que un valiente y dos "valientas" estaban dando la cara por todo un pueblo. Con un par.

Imaginaba asimismo que con esta actitud, el líder y las lideresas, la catalana trinidad «Mas & (Ortega & Rigau)» marcaría el camino hacia la desobediencia inminente que reclaman a los suyos, poniéndose como ejemplo a seguir. Y en definitiva, que iban a reafirmarse en las mismas declaraciones, arengas y bravatas que a diario proferían para enardecer a las masas y conminarlas a la obediente desobediencia debida contra la pérfida España…

Y va y resulta que no, que la catalana trinidad se resuelve en el trío lalalá y que de la tragedia pasamos a la comedia. Porque parece ahora que lo del referéndum fue un malentendido o algo que no iba con ellos, sin que alguno o alguna ni siquiera pasara por ahí. Resulta que el "astuto" alega que no le avisaron de las responsabilidades en que incurría de persistir en un referéndum/mojiganga cuyo mérito se atribuyó jactanciosamente en exclusiva. Al parecer, también ahora resulta que todo fue cosa del populacho y de los voluntarios, que por lo visto abrieron los institutos a martillazos, o quizás, habrá que suponer ante la falta de desperfectos, a la mágica voz del ¡Ábrete sésamo! del celebérrimo Alí-Babá, para improvisarlos como colegios electorales. Y pues eso, que son inocentes, pero no porque no acepten las leyes españolas y asuman orgullosamente haber hecho aquello de lo que se les acusa, sino que fundamentan su inocencia en la negación de haber hecho lo que proclamaron a los cuatro vientos estar haciendo. Lo primero podría ser un juicio político; lo segundo, llámenle ustedes como quieran.

Yo lo llamaría un insulto a la inteligencia, y a los infelices que creían estar obedeciendo el mandato de unos líderes indignos que ahora niegan toda responsabilidad y se la atribuyen a Fuenteovejuna. Y es que no estamos en Fuentovejuna, sino ante un buffo alcalde de Zalamea que niega después haberle dado garrote al capitán tunante, alegando que fue el verdugo quien lo hizo. Por cierto ¿qué hubiera hecho luego el rey con un alcalde de Zalamea tan zafio y cobarde? 

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