Ahora
que parece finalmente que el famoso impuesto sobre las operaciones
bancarias lo van a tener las Autonomías -o las autonosuyas, claro-,
ya no está tan claro que con este impuesto, la Generalitat de
Cataluña, evite robar una paga extra a los funcionarios. Es decir,
primero resulta que Cataluña era la única autonomía que para el
2014 iba a confiscar una paga extra entera a los funcionarios. Y eso,
cómo no, era culpa de Madrid porque no les dejaba gestionar este
impuesto taumatúrgico. Se llenaron la boca asegurando que si les
cedían el impuesto, no robarían la paga extra a los funcionarios.
Ahora que les dan el impuesto, sin embargo, y por lo tanto deberían
cumplir lo prometido, ya no está tan claro.
Pero
lo más interesante es lo que se ha publicado recientemente sobre los sueldos de los políticos de la Generalitat y de sus altos cargos. Resulta
que la autonomía más endeudada y la que más se ha cebado con los
recortes, es la que mejor paga a sus políticos y altos cargos. Una
auténtica obscenidad. En realidad, ellos son la obscenidad. Austeros
recortadores de los sueldos de los otros, pero los suyos, ahí ya es
harina de otro costal: a lo grande y sin recortes siquiera
simbólicos. Cada día estoy más convencido que una Cataluña
independiente sería una cleptocracia compulsiva.
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