diumenge, 23 de febrer del 2014

¡BIEN POR ALBERTO!





"Visionado" ya el vídeo del programa de debate "Para Todos", y, por supuesto, después de felicitar a Alberto por sus intervenciones y comentarios, en el debate y después de él, se me ocurren las siguientes observaciones. 

1) En este tipo de programas siempre la "incorrección" política está en minoría. Me refiero, claro está, a la "incorrección" decidida como tal por parte de la pedagocracia hegemónica. Dos contra uno quiere decir que, en el mejor de los casos, y contando con la neutralidad del presentador -lo que no siempre se da, aunque por esta vez, le podemos dar un "aprobadillo"- una opinión dispondrá del 33% del tiempo y la otra del 66%. Porque si traen a dos seres clónicos, la única razón es que una determinada opinión esté en mayoría.

2) Hay que reconocer que Alberto lo tuvo más difícil que yo en este mismo programa ahora hace un año, si bien supo salir sobradamente airoso. A mí me tocó lidiar con Fdez. Enguita (la otra era una mindundis). A Alberto, en cambio, la ha tocado con un vendedor de pociones mágicas y con la inefable Acaso. Es decir, un charlatán y una iluminada vocacional. Mi ventaja radicó en que, pese a todo, Fdez. Enguita es listo, y esto facilita el debate y su nivel. No es, desde luego, el caso de la Sra. Acaso; por lo que refiere al otro, el tal Barajas, estamos ante un empresario cuyo interés primordial es promocionar su negocio y que, en temas pedagógicos, tira de manuales ramplones ad usum con la misma displicencia con que tira el papel higiénico al inodoro, y cuyo crematístico objetivo es simplemente obrar -siguiendo con el latín que tan mal les debe caer- pro domo sua.

3) Es realmente exasperante ver como gente inteligente, culta y brillante -lo digo por Alberto y por tantos más- que intenta decir cosas interesantes, ha de perder el tiempo argumentando contra bobadas proferidas por botarates.

4) El atrevimiento proverbial de la ignorancia es de una contumacia a prueba de las diez plagas de Egipto. En el caso de la Acaso, la cosa va incluso mucho más allá; es delirium tremens. Porque por más estados de éxtasis por que simule o crea transitar, mejor que eso lo deje para Teresa de Cepeda...

5) ¿Qué clase de país puede ser aquel en que alguien como la Sra. Acaso está dando clases en la universidad?

dijous, 20 de febrer del 2014

GUERRA DE FICCIONES (II de II)



Como catalán y catalanoparlante como primera lengua, me disgusta profundamente la forma como se ha pretendido normalizar el catalán en Cataluña. Desde siempre entendí que dicha normalización debería haber pasado, de entrada y si era esto lo que verdaderamente se pretendía, como objetivo sine qua non, porque toda la población de Cataluña considere, entienda, sienta y conozca dicha lengua como propia de este territorio, la utilice habitualmente, esporádicamente o nunca -lo mismo diría respecto al castellano-, y porque si bien es cierto que así creo que lo ha entendido la mayoría de la población, no es precisamente debido a la Generalitat, sino a otras razones mucho más acordes con un cierto sentido de la civilidad que muchos, pienso que la mayoría, todavía compartimos.

Porque lo cierto es que la Generalitat, al pretender ocultar frívolamente su fracaso -el catalán no avanza hoy en Cataluña-, lejos de auspiciarlo, más bien han entorpecido dicho proceso. Un fracaso que, por cierto, se hallaba en la propia esencia de su planteamiento.

Que estén tranquilos los defensores del castellano. No peligra en Cataluña y basta darse una vuelta por estos pagos para constatarlo. Tan disparatada y/o malintencionada idea sólo puede provenir de un anti catalanismo cerril cuya intencionalidad sería, en todo caso, metalingüística o, mejor, metapolítica. Entiéndanse ambos términos en el contexto presente y en sentido peyorativo, no en su acepción académica.

Finalmente, no debemos olvidar, nadie debería olvidar que, en un centro de enseñanza, las lenguas son, a la vez que conocimiento, el vehículo por medio del cual éste se transmite; que las lenguas van y vienen o, mejor, vienen y se van; el conocimiento que atesoran, no. Y que esto ha sido así desde siempre. Desapareció el griego, desapareció el latín... y no pasó nada. Sí que hubiera pasado, en cambio, si se hubieran perdido la República de Platón, la Metafísica de Aristóteles, los Elementos de Euclides o la guerra de las Galias de César.

Un día, inexorablemente, se perderán también el catalán y el castellano. Y seguirá sin pasar nada... a menos que en el camino se pierdan también el Quijote, el Cantar del mío Cid, La Regenta, Cien años de Soledad, Les Cròniques, el Tirant lo Blanc o El Quadern Gris. Entonces sí, entonces sí que no quedaría nada. Y al paso que vamos, mientras sigamos discutiendo si se imparten en catalán o en castellano unas matemáticas que no se aprenden, esto es precisamente lo que tiene más visos de ocurrir. Y eso sí que sería una tragedia.

dimarts, 18 de febrer del 2014

DE CAPITANES Y REYES







Mal lo tiene un político si necesita ganarse a los empresarios implorándoles que se sumen a su proyecto con símiles, tan arrebatados como pacatos, tales como los de Mas hace unos días ante quienes, en buena lógica, debieran de ser sus más firmes apoyos. Más aun, ante quienes deberían ser impulsores explícitos del proyecto que intenta venderles y del cual él sería un simple ejecutor. Y si a eso le añadimos las recientes declaraciones  de los presidentes de "Foment" -la patronal catalana- y de la CEOE -también catalán-, la cosa empieza a parecerse más a un vodevil de tres al cuarto que a la épica mosaica con ribetes ´redentoristas que se anunciaba. Ellos son los reyes y él, en todo caso, quien aspira a ser su capitán. Y esto es precisamente lo que le han recordado.

Porque si un sector ha sido históricamente impulsor de movimentos nacionalistas es precisamente aquél que, dados sus intereses económicos, ambiciona un estado propio en el cual poder implantar un modelo más acorde a sus intereses, que son siempre de naturaleza fundamentalmente económica. Y es en este sector donde las calabazas recolectadas, ora en forma de portazos, ora de desdenes o hasta con ocasionales exabruptos, auguran un monocultivo cucurbitáceo que nada bueno sugiere para el futuro de un proyecto ante el cual, quienes deberían impulsarlo, se muestran reluctantes, indiferentes y hasta abiertamente hostiles.

Al menos desde esta perspectiva, diríase que estamos ante una forma curiosa de la cámara obscura, símil de una secuencia del proceso en el cual se produce una inversión de la realidad cuyo resultado, siguiendo a Marx, es la alienación. Una inversión que no parece tener solución de continuidad y que no se traduce en adhesiones al proyecto. Una paradoja más de tantas: se le está diciendo a una clase que se sume a un proyecto que debería ser el suyo sin que el grupo en cuestión aparente mover ni un dedo hacia esa dirección. ¿Acaso la clase empresarial catalana no sabe cuales son sus intereses objetivos y se los ha de recordar la clase política de su propia derecha "nacional"?

Cambiando de registro. Es cierto que entre amplias capas de la población catalana el voluntarismo independentista ha medrado considerablemente. Pero parafraseando ahora la contraposición schilleriana entre lo ingenuo y lo sentimental, y sin menoscabo de ciertos elementos de ingenuidad palmaria -o de alienación-, como lo de ofrecerles capitanías a los reyes, lo cierto es que el independentismo catalán entraría de lleno en lo que podríamos llamar nacionalismo sentimental. Ello con el agravante que quien tiene la patente no parece compartirlo y sólo esta curiosa inversión propia de la caja obscura en que se mantiene la realidad catalana, permite que desde la clase política se les pretenda inocular un nacionalismo inducido que no pueden compartir, simplemente, por anacrónico y disfuncional. Que no va con sus intereses, vamos.   

Como clase social, los empresarios -la alta burguesía en terminología clásica- saben muy bien lo que quieren, por más que esta inversión anómala del instante "caja obscura" -anómala por la eternización de lo que es en sí sólo una secuencia- nos esté ofreciendo un escenario en el cual, los políticos aupados al poder después de treinta artificiosos años de pujolismo y de "construcción nacional" se estén atreviendo a decirles a sus amos lo que han de hacer. En esto radica lo ingenuo; lo sentimental, por su parte, está en el modelo y en el planteamiento de ese modelo... en el discurso, entendiento este término en su acepción clásica.

Desde los escoceses que vieron la oportunidad de hacer negocio a la sombra del imperio británico hasta los terratenientes norteamericanos que se sublevaron contra una metrópoli que perjudicaba sus intereses económicos, es la clase social dominante la que promueve y aupa a la clase política -y a la militar si procede- que deberá efectuar su proyecto. Porque lo otro, "lucha de clases" en un marco de redentorismo nacional, no es que sea una quimera, es simplemente una falacia. Cuando la izquierda abraza cualquier forma de identitarismo acaba inevitablemente vampirizada y el medio que debía servir para un fin acaba convirtiéndose él mismo en ese fin.

¿Hasta cuándo este simulacro consistente en la eternización de una inversión que sólo es un recurso teórico entendido como una secuencia necesaria para la aprehensión de la realidad (alienada)? ¿Hasta cuándo este simulacro? ¿Hasta cuándo esta ficción? 


diumenge, 16 de febrer del 2014

GUERRA DE FICCIONES (I de II)


El reciente auto del TSJC -Tribunal Superior de Justícia de Catalunya- sobre el tema de la inmersión lingüística en el sistema educativo catalán está dando renovado pábulo a lo que siempre ha sido una guerra política basada en ficciones sobre el concepto de la realidad que, uno y otro bando, dan tramposamente por "real".

Dicho auto conmina a la Generalitat para que, en el caso de que algún alumno así lo exija, deberán impartirse un 25% de las materias del currículum en castellano. Además, como novedad, apunta directamente al director de un instituto público catalán como responsable de la aplicación de esta medida, con todo lo que ello conlleva. Los otros cuatro centros afectados, de la privada concertada, que con su pan se lo coman; siempre comieron aparte y el mejor plato.

Las reacciones no se han hecho esperar, y blandiendo sus respectivas ficciones como armas arrojadizas, uno y otro bando se aprestan a movilizar las filas de sus respectivas y enfervorizadas parroquias ante lo que, para unos, es un ataque sin precedentes contra el sistema educativo catalán y contra Cataluña en la más pura línea franquista, y, para otros, los «otros», un taimado proyecto de erradicación del castellano de la faz de las tierras catalanas. 

Lo más grotesco del caso es que ambos parecen más pendientes del argumentario antagonista que de las propias ficciones en base a las cuales ellos mismos han urdido sus propios constructos. La resultante de todo esto son dos discursos antagónicos cuyas actitudes van de lo hipócrita a lo canallesco... y un falso debate donde quien sale perdiendo, como siempre, es la verdad... en este caso, el secuestro culpable de la realidad. Lo dicho, dos ficciones en guerra; hipócrita una, canallesca otra.

Porque el propio Departament de Ensenyament que tanto se rasga ahora la vestiduras y llama a cerrar patrióticamente filas en torno suyo a un profesorado que debería estar corriéndole a gorrazos, sabe perfectamente que es este mismo TSJC quien, hace apenas un año, desestimó las impugnaciones interpuestas contra sus decretos de dirección y de autonomía de centro, avalando así judicialmente la investidura del director como amo y señor del centro educativo. Así que menos lloriqueos. A veces mandar no consiste sólo en llevar la gorra.

Y porque los que tanto dicen temer la erradicación del castellano parecen más preocupados por la lengua en que se les va a impartir matemáticas a sus hijos que en el aprendizaje que de dicha disciplina adquieran en un sistema educativo que, en toda España, está haciendo aguas, y no por culpa del catalán o del castellano, sino por la ineptitud de unos políticos zafios que han delegado la gestión del sistema en unas castas pedagocráticas ignorantes y socialmente nocivas. Y porque saben perfectamente que se están agarrando a una realidad cuya única verdad se encuentra en los delirios declarativos de la Generalitat y sus voceros, pero no en una realidad tan distinta de su discurso que, en su contumacia, no hacen sino reafirmarse en una actitud que, en ambos casos, acaba dándole la razón al contrario en lo que refiere a sus intenciones. Pura ficción.

Mientras tanto, sin ir más lejos, resulta que la «realidad» es que en el  instituto objeto del auto, se vienen impartiendo desde siempre «algo» más que el simple 25% de clases en castellano impuesto por el TSJC. Dato, por cierto, nada baladí. Sólo que, claro, la «realidad» dictada por la Generalitat es que todo se imparte en catalán, escamoteando así formalmente el fracaso material -uno más de tantos- de su proyecto. Es decir, escaparate, escaparate y más escaparate. Hipocresía. 

Y esto, que los «otros» saben perfectamente porque es la realidad en que se mueven cada día, se escamotea también a su vez aduciendo como «realidad» el farol delirante de un antagonista que, como ellos, está mucho más predispuesto a la autosatisfacción que se regodea en las propias ficciones que en afrontar una realidad que desagrada, eso sí, por igual a tirios que a troyanos. A saber, que el único conflicto lingüístico que se da en Cataluña y al que fingen combatir es el que anida en sus propias y delirantes mentes, autoinducidas por inconfesables motivaciones que confunden, o pretenden confundir, sus oníricas urdimbres con la realidad a la que pretenden imponérselas. Canallesco sin más.

Entre hipócritas y canallas anda el juego. Porque si los hipócritas reconocieran la realidad, los canallas se quedarían sin argumentos. Lo demás, el resto, «soma» para los «epsilon». Otro problema es, claro, que con el sistema educativo actual cada vez vayan a medrar más los «epsilon», huxleyanamente hablando. Que se dé tal conflicto ya es una prueba de que están medrando.


dijous, 6 de febrer del 2014

UNA ANTIGUA CONFERENCIA



Hace muchos años -en segundo de carrera- nos llevaron a la conferencia de un factotum  de la Facultad de Filosofía, por entonces recién jubilado y maestro de mis profesores de entonces. Lo relevante no es que nadie entendiera nada, sino los comentarios posteriores de nuestro profesor, uno de los mejores que he tenido, sobre su ex maestro.

Habiéndose percatado de que nuestra comprensión de la magna conferencia se habia quedado, en el mejor de los casos, en aspectos extrínsecos a ella, como por ejemplo la acentuada vesania del ponente, nos hizo la siguiente reflexión.

"Tened en cuenta que «K» es un católico de los de antes de la guerra... no, mejor, de los de durante la guerra, que vive convencido de que un día de estos los rojos vendrán a su casa para «pasearlo»"...

Y prosiguió "cierto que se trata de un pobre jubilado y eso lo hace inocuo, pero imaginad por un instante que, por cualquier azar, se viera convertido en ministro del interior ¿Sería igualmente inofensivo?"
Cuando oigo ciertos discursos de víctimas del terrorismo transmutados en proyecto político, no puedo dejar de pensar en la reflexión de este antiguo profesor sobre su propio maestro.

dimecres, 5 de febrer del 2014

¿ACASO, MARÍA, HABLAN LAS LECHUZAS?





Un señor acude a una pajarería para comprar un loro que hable. El dependiente, que no dispone de loros en aquel momento, le enchufa una lechuza asegurándole que si la instruye debidamente, aprenderá a hablar. Al cabo de unas semanas, el comprador viene a por comida para el pájaro y el dependiente le pregunta, algo socarrón: "¿Qué? ¿Ya aprendió a hablar el pájaro?" "Todavía no" le responde el comprador "pero no tardará, porque siempre que me pongo a enseñarle, se fija tanto, se le ve tanto interés... vamos, ¡que con los ojazos de atención que pone es imposible que no aprenda!"

Lo de la Sra. Acaso y su rEDUvolution me temo que va por ahí. Como la lechuza -la del chiste, que no la de Minerva, que no la de Minerva...-, María Acaso ha fijado su atención en algo, pero como el dueño de la lechuza, no ha entendido nada. Fíjense si no en su proyecto tal como lo describe wikipedia, tal vez por inspirada por ella misma:

"Su proyecto intelectual consiste en hibridar la pedagogía y la educación artística con otras áreas de conocimiento mezclando la semiótica, la filosofía, el arte emergente y el nuevo feminismo para llegar a metodologías que, una vez desarrolladas en la realidad, conecten la práctica educativa con la sociedad posmoderna que nos rodea."

Pues eso. No sé por qué esta jerga me evoca la obra "Imposturas Intelectuales" , ¿Por qué será? ¿O tal vez el palabro se le subió a la cabeza un buen día, en alguna de esas reuniones con los amigos a que ella misma alude -rEDUvolution, obsérvese el toque de modernidad y buen gusto, de ser algo sería un término en lengua inglesa- y pensó que tenía que dotarlo de contenidos? Es decir, autor en busca de significado para su palabro. Y con lo eufónico, guay y trenddy que suena rEDUvolution, sería una lástima no hacer un libro sobre ello...  Si fue una reunión de amigos ¿Qué tomarían?¿No habría niños?

Como en "Sopa de Ganso", cuando al quejarse el "premier" Rufus T. Firefly de lo abstruso de un informe y asegurarle el ministro que aquello "lo entiende un niño de teta", el inefable Groucho replica ¡"pues que me traigan un niño de teta"!.

Que no, que no, que por más interés que le ponga, una lechuza no aprenderá a hablar. Pero eso sí, se fija mucho.