dimarts, 10 d’agost del 2021

El sexo de los números


  

(A propósito del nuevo currículo de Matemáticas de Primaria)

Alan Sokal, físico de partículas y profesor de la Universidad de Nueva York, publicó en 1996 en la prestigiosa revista cultural norteamericana, de tendencia posmoderna, 'Social Text' -auténtico think tank de ese oxímoron denominado oficialmente «izquierda norteamericana»- un artículo «científico» titulado ‘Trangreding Boundaries: Towards a Transformative Hermeneutics of Quantum Gravity’ –Transgrediendo fronteras: hacia una hermenéutica transformativa de la gravedad cuántica-.
El artículo denunciaba los prejuicios ideológicos, sexistas, racistas y clasistas de la comunidad científica y de la ciencia, sosteniendo que la propia noción de gravedad cuántica es un constructo social, ideológico, trufado de prejuicios, a la vez que proponía una actualización, una nueva revolución científica, de acuerdo con los postulados propios de la línea editorial de la revista. Tuvo una muy buena acogida y gran repercusión entre la audiencia «progresista» norteamericana, y obtuvo encendidos elogios entre distinguidos «popes» intelectuales afines a dicho sector. Por fin, se dijo, un científico ha entendido las cosas; ya era hora…
Poco después, el mismo Alan Sokal publicó en otra revista, ‘Lingua Franca’, su propio desmentido al artículo anterior, que al parecer 'Social Text' había rechado publicar. Afirmó que el artículo era un engaño hecho a modo de broma, un sinsentido, un pastiche escrito tirando de la jerga posmodernista de moda, con reseñas aduladoras y citas grandilocuentes intencionadamente fuera de contexto. Que no había nada de científico en todo aquello y que lo único que probaba el éxito que había obtenido era, en todo caso, la ignorancia científica de sus lectores y su extrema propensión a la sectaria credulidad de todo relato que abunde en su propia jerga y tópicos, apoyándose, como lo había hecho, en las citas más estúpidas que había podido encontrar sobre Matemáticas y Física, evacuadas por notorios universitarios posmodernos de «Humanidades».
Como era de esperar, Sokal pasó en un santiamén de héroe a villano, siendo demonizado, entre otros, por la propia Universidad de Duke, editora de la revista Social Text, que lo acusó de haber traicionado su confianza. El héroe se revelaba felón...
En 1997, apenas un año después, Sokal publicó conjuntamente con Jean Bricmont –profesor de la Universidad de Lovaina- el libro ‘Imposturas Intelectuales’. Un esclarecedor amasijo de textos seleccionados sobre el inadecuado y tóxico uso y abuso que ciertos intelectuales acostumbran a hacer recurriendo a citas, alusiones, símiles, metáforas e hipérboles que refieren a la supuesta base o correspondencia científica de sus teorías, para darles lustre, de la cual carecen por completo. Siempre queda en el aire si, en lo que refiere a los aludidos, se trata de simple indocumentación, de charlatanería embaucadora, o de ambas cosas.
A la vista del currículum de Matemáticas que propone el Ministerio de Educación para la enseñanza primaria -aunque la jerga es la misma en secundaria y, cada vez más, en universitaria-, salta a la vista que nadie les ha dicho que cosas como la “Contribución de los números a los distintos ámbitos del conocimiento humano desde una perspectiva de género” (SIC) son, en el mejor de los casos, y siendo muy benévolos, una broma; que la propia pedagogía en que todo esto se inspira es ella misma una payasada, una farsa y una broma, pesada y tóxica, que ya ha llegado demasiado lejos.
A ver si se lo dice alguien de una vez.

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