Ayer, en TV3, espectáculo mediático en torno a la crisis del PSC, un tema en el que tan irresponsable
como sañudamente, le gusta cebarse al nacional-pesebrismo independentista. En el
plató, los paniaguados de siempre, dispuestos a proceder a la ejecución de un
Iceta que, al final, declinó tal honor y prefirió grabar la entrevista antes de
que los leones saltaran a la arena.
Los tópicos de siempre, cada
vez más manidos, más tópicos, si cabe. Intelectualmente negligible y políticamente sesgado, con una
sola nota exótica, acaso una graciosa concesión al pluralismo por parte de sus
altezas mediáticas, la de Xavier Sardà. Lo único que valió la pena del programa
fue precisamente cuando afirmó, cabreado y criticando las etiquetaciones, que lo
que ocurre hoy en día es que, si no eres independentista, entonces eres un
facha.
Tranquilo Xavier que no estás sólo en este desierto. En las muchas discusiones que mantengo con los independentistas me pasa lo mismo. Intento explicarles que desde la época de Franco me decante, además de no pertenecer a ningún régimen fascista, a militar en la izquierda hasta el fin de mis días. Y claro, como buen izquierdista, no puedo a estas alturas reivindicar la creación de un nuevo estado cuando lo lógico seria luchar por la desaparición de todos y unirnos para que no nos desmantelen lo poco bueno del estado del bienestar que queda. A continuación les recomiendo , aunque sé que sin éxito, la lectura de Kant “La paz perpetua”, por no remitirlos a ninguno de los autores de izquierdas, que se leían en nuestra época, y que al pertenecer a un tipo de ideología pudiera asustarles.
ResponEliminaEs más, en mi última charla con una ferviente defensora del independentismo, que se declara de izquierdas, me comentaba que ya era hora que los que venimos de una izquierda con cierta antigüedad fuésemos evolucionando, como había hecho la juventud de izquierdas independentista, y nos apuntáramos al carro de la independencia. A esto como te puedes imaginar le respondí que sí que a mi edad iba a ir evolucionando hacia la defensa de conceptos de derechas, como el de Estado-nación. Como te puedes imaginar esto la ofendió en lo más profundo de su ser. Y es que es curioso como la gente no sabe ni lo que reivindica. A mí, aunque esto venga de los sentimientos y supongo que por mi educación franquista, me es imposible no pensar como hacen ellos si lo que tengo son sentimientos de derechas o de izquierdas. Si lo hicieran se darían cuenta, como yo, que hay un paso, para la clase trabajadora kilómetros, para meter la mano en la caja y salir pitando para Suiza. Por eso no me dejo manipular y no los voto cuando me recortan mis derechos envueltos en la bandera. Por que eso sí prohíben las corridas de toros ahora que ellos se han hecho maestros del arte taurino. Y nos empiezan a dar un pase: visca Catalunya (con escuela privada) ¡ole! Y otro: Visca Catalunya (con la sanidad privada) ¡ole! Visca Catalunya (viaje a paraísos fiscales) ¡oleeeee! Eso sí no se puede negar que el capote de la bandera, sea catalana o española, es precioso.