EL CÓMITRE DE LA DISCORDIA
Esta vez fue en una reunión
intersindical de preparación de alguna huelga contra la LEC de Tete Maragall. Había
un sindicato, de clase pero sin clase, que estaba haciendo un doble juego entre
lo que decía y lo que luego pactaba con la Administración. Como consecuencia de
ello, su representante tenía que ausentarse momentáneamente de la reunión
con cierta frecuencia para evacuar consultas telefónicas con sus superiores. El
representante de otro sindicato y yo, nos lo tomábamos a chanza diciendo que “cuidado con el cómitre”.
Aquel día había habido
bastantes alusiones al “cómitre”, todas ellas debidas a las respectivas llamadas y
dudas del sindicalista en cuestión respecto a qué podía decir que sí y a qué
que no. Al final, viendo la chirigota que generaba el tema, uno de los presentes en la reunión saltó con la siguiente
pregunta:
“¿Pero
se puede saber de qué comité estáis hablando?”
Seguro que, como se habían pasado toda la vida luchando contra la opresión y el fascismo, no pudieron aprender más de 400 palabras, pobrecicos.
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