"Visionado" ya el vídeo del
programa de debate "Para Todos", y, por supuesto, después de
felicitar a Alberto por sus intervenciones y comentarios, en el debate y después de él, se me ocurren las siguientes
observaciones.
1) En este tipo de programas
siempre la "incorrección" política está en minoría. Me refiero,
claro está, a la "incorrección" decidida como tal por parte de la
pedagocracia hegemónica. Dos contra uno quiere decir que, en el mejor de
los casos, y contando con la neutralidad del presentador -lo que no siempre se
da, aunque por esta vez, le podemos dar un "aprobadillo"- una opinión
dispondrá del 33% del tiempo y la otra del 66%. Porque si traen a dos seres
clónicos, la única razón es que una determinada opinión esté en mayoría.
2) Hay que reconocer que
Alberto lo tuvo más difícil que yo en este mismo programa ahora hace un año, si
bien supo salir sobradamente airoso. A mí me tocó lidiar con Fdez. Enguita (la
otra era una mindundis). A Alberto,
en cambio, la ha tocado con un vendedor de pociones mágicas y con la inefable
Acaso. Es decir, un charlatán y una iluminada vocacional. Mi ventaja radicó en que, pese a todo, Fdez. Enguita es listo, y esto
facilita el debate y su nivel. No es, desde luego, el caso de la Sra. Acaso;
por lo que refiere al otro, el tal Barajas, estamos ante un empresario cuyo interés primordial
es promocionar su negocio y que, en temas pedagógicos, tira de manuales
ramplones ad usum con la misma
displicencia con que tira el papel higiénico al inodoro, y cuyo crematístico
objetivo es simplemente obrar -siguiendo con el latín que tan mal les debe
caer- pro domo sua.
3) Es realmente exasperante
ver como gente inteligente, culta y brillante -lo digo por Alberto y por tantos más- que intenta decir cosas interesantes,
ha de perder el tiempo argumentando contra bobadas proferidas por botarates.
4) El atrevimiento
proverbial de la ignorancia es de una contumacia a prueba de las diez plagas de
Egipto. En el caso de la Acaso, la cosa va incluso mucho más allá; es delirium tremens. Porque por más estados de éxtasis por que simule o crea transitar, mejor que eso lo deje para Teresa de Cepeda...
5) ¿Qué clase de país puede
ser aquel en que alguien como la Sra. Acaso está dando clases en la
universidad?
Felicidades por el artículo, Xavier. Desde mi opinión de espectador (lo suficientemente alejado como para estar próximo a la objetividad) me permito decir que ambos estuvísteis sensacionales en vuestras respectivas actuaciones. Yo sigo creyendo que los pedogogos no lo tienen aún ni fácil ni claro, porque siguen insistiendo y machacando. Eso sólo puede indicar que no logran imponer sus ideas del todo, de lo contrario hace tiempo que se habrían callado. ¿Puedo aportar una respuesta a la pregunta número 5? Recuerdo el famoso chiste: España es un país con un nivel intelectual increíble, tanto que hasta el más tonto llega a ser presidente del gobierno. (Aquí se exige lo máximo para ser médico, piloto, ingeniero o arquitecto, pero cualquier electricista -con el máximo de los respetos- puede llegar a ministro del interior o cualquier ignorantillo de aldea a vicepresidente). Y apostillo, preguntando: ¿de verás crees que la sra. Acaso da clase? Yo lo dudo seriamente. Felicidades de nuevo y un saludo.
ResponElimina¡Hombre! Clases no creo yo tampoco que las dé precisamente... ¿No dice ella misma que va allí a comer?
EliminaPues no creas, cuando terminó el programa me invadió un "vivo sin vivir en mí"...
ResponEliminahttps://www.youtube.com/watch?v=onlzjMIgmWw (en la Facultad de Pedagogía ya sabemos que María come, pero esto otro se parece bastante a una clase magistral, ¿no?). Un abrazo, enhorabuena por las acertadísimas observaciones y gracias por tu (exagerada) valoración, Xavier.
ResponElimina