La derechona no tiene
remedio. Y no hace falta matizar derechona española, porque no hay otra. Habrá otras derechas, civilizadas o incivilizadas, en cualesquiera otras partes del mundo, pero derechona sólo hay una. Es como es y no hay más cera que la que arde. Recuerdo que el egregio
Pizarro –no el conquistador, el otro-, afirmó en su momento, ante la posible
compra de Endesa por parte de la Caixa, que él no quería ser un empleado de la
Caixa. Como Aguirre –no el de la cólera de Dios, sino la otra- prefirió ser
alemana antes que catalana. Y Endesa quedó para los alemanes, claro. A eso se
le llama ser patriótico. Un patriotismo exclusivista y auténtico alter ego del
independentismo más montaraz.
Recuerdo que una vez, y sin
que mediara el menor incidente previo, un pelanas me espetó que preferiría ser
cojo y tuerto a catalán. Le respondí que estábamos de acuerdo: yo también le prefería
cojo y tuerto antes que catalán. No acabo de entender por qué, pero no le gustó
que coincidiera con él.
Pero lo más desternillante ha
sido lo de un tal Antonio Sanz, al parecer delegado del gobierno en Andalucía,
quien, presa sin duda de un visceral arrebato de españolidad, ha afirmado,
refiriéndose a C’s –Ciudadanos-, que no quiere que a Andalucía se la mande desde Cataluña de la mano de un partido llamado Chiutadans y por alguien que obedezca al nombre de Albert. O sea que el problema para estos cabestros no es que uno sea independentista o no, sino el simple hecho de ser catalán, como el pobre Albert Rivera. O sea, más claro, agua.
Pero lo bueno del caso no es que
la grosera alusión a tópicos tan manidos y ramplones fueran dirigidos ni más ni menos que a C’s y a
su máximo dirigente por sus orígenes catalanes, máxime cuando se da el caso, como es bien sabido, que C's es la bestia negra de los independentistas, sino el estrepitoso ridículo en que incurrió el tal Sanz cuando se le replicó
que el candidato a la presidencia de Andalucía de su propio partido, el
PP, Moreno Bonilla, compartía con Albert
lugar de nacimiento, Barcelona, y madre malagueña –eso sí, distinta, paisanos
que no hermanos-. Y luego van y lo único que se le ocurre a la acémila de Fátima Báñez fue
terciar en la polémica admitiendo que sí, vale, es cierto que Moreno Bonilla nació en
Barcelona, pero que en su caso se trata de una persona afable y sencilla; virtudes que sin
duda le diferencian del resto de nacidos en la ciudad condal y alrededores.
Y he de decir que, como en el caso anterior que citaba, hay acuerdo una vez más, al menos parcialmente. Como dijo Churchill de Atlee, hay que reconocer que Moreno Bonilla es una persona muy sencilla... y que le sobran razones para serlo.
En cualquier caso, de todo esto se infiere que, con
independencia del lugar de nacimiento, la patente de españolidad la da la derechona.
Siguen con la España y la anti-España, sin solución de continuidad. Pobrecillos, como les luce la caspa. En fin, sólo cabe esperar que la
derechona ocupe cuanto antes el lugar que le corresponde en el estercolero de
la historia. Ya urge. Tic-tac, tic-tac, tic-tac…
Me recuerda, Xavier, a esa memorable escena de "Un día en las carreras" en la que Groucho examina a Harpo en la consulta médica y diagnostica:"tiene casi un 15% de metabolismo, con una tiroides superactiva y más de un 3% de afectación glandular. Y un 1% de inteligencia. Es lo que solemos designar como tipo idioticus cronicus, resumiendo, el caso más claro que se me ha presentado de cabeza de adoquín"). Claro que en realidad, como le advertía Chico, se estaba examinando a sí mismo.
ResponElimina¡Exacto!
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