Empieza el año sin síntoma
alguno de cambio, porque no es cambio que todo cambie acelerada y
sistémicamente. Cambian las apariencias, sí, pero sólo en apariencia.
En España se ha producido
después de las elecciones un escenario similar al de Cataluña, pero sin una
figura estelar como la de Mas. Es verdad que está Susana Díaz, que es a Felipe González
lo que Mas es a Pujol; en ambos casos, un subproducto. Pero no da tanto juego,
porque su frívolo histrionismo megalómano se proyecta todavía en la fase de la
farsa, incapaz de llegar al esperpento que Mas ha sido capaz de crear. Y esto marca la diferencia. Además,
no sé cómo lo verán ustedes, pero si al final hay elecciones generales
anticipadas y consigue desplazar a Pedrito Sánchez, dudo mucho que alcance sus
90 diputados. Por más ayuditas que tenga. Puede que me equivoque, pero no la
veo fuera del «régimen» andaluz. Al tiempo.
Lo del PSOE tiene ciertamente
delito. No recuerdo tanta insidia y mezquindad desde los tiempos en que Borrell
ganó, contra pronóstico, las primarias, y hubo que poner en marcha un
dispositivo de urgencia para descabalgarlo al precio que fuera. ¿Recuerdan la
causa por la cual, al final, decidió arrojar la toalla? Fue por un caso de
corrupción… de un par de «amigos», sin que en ningún caso se presumiera en él ni complicidad ni conocimiento. ¿Y Felipe con Roldán? ¿O Aguirre con
Granados? ¿O Pujol con Prenafeta y Macià Alavedra? ¿O Mariano con Bárcenas? ¿O
la propia Susanita con Chaves?..
Puede que el PSOE esté
afrontando su némesis. Convirtió la izquierda en una inmobiliaria y una agencia
de colocación, en gran estilo peronista. Ahora el invento parece que ha
caducado, y sólo sabe ofrecer más de lo mismo. ¿Cómo, si no, pueden quienes deben
su poltrona al voto de Podemos, negárselo a su jefe y tratarlos de apestados? ¿O
es que sólo ellos tienen la exclusiva de pactar con el diablo? Un ejercicio de
cinismo que, sin duda de tan acostumbrados, no les producirá agujetas, pero que
de tan insano puede llevar a la implosión.
En el PP de Mariano, en
cambio, los cuchillos largos y los colmillos vampirescos parecen de momento más
controlados, agazapados a la espera de mejor ocasión. Aun ganando, es el que más perdió.
Pero si se anticipan las elecciones, el soufflé de Ciudadanos puede servirles
de reconstituyente. Y esto Mariano lo sabe. Curioso, lo de Ciudadanos. De haber
durado la campaña electoral una semana más, igual se quedaban en la mitad de lo
que obtuvieron. Y eso es lo que puede ocurrir en las anticipadas, en provecho
de Mariano. Es lo que tienen las marcas blancas.
Podemos, por su parte, también
sabe que unas anticipadas le benefician en detrimento del PSOE. Que no lo sepa
Susanita es dudoso, pero es un producto del aparato y, además, sarna con gusto
no pica; los que sí deben saberlo seguro son los «barones» -no sé si con “b” o
con “v”-, pero a ellos les da igual; tienen todavía cargo para tres años y
medio, y eso, en política, es hoy en día una eternidad. Si hay anticipadas, será
interesante el duelo entre Pablito y Susanita, sobre todo por las inagotables
reservas demagógicas a disposición de la segunda. Pero, claro, también está
donde está gracias a los votos de Podemos… En la derecha, el duelo entre
Mariano y «Niño» Rivera carece de morbo: el resultado está cantado.
Queda el partido que -¡a buenas
horas!- parece haberse decidido a crear el otro Alberto. Un caso para tesis
doctoral, el de Garzón y su IU. Un recorrido hacia el basurero de la historia
verdaderamente ejemplar; de manual.
Y como de sub specie aeternitatis va la cosa, o del eterno retorno de lo
mismo, que también, vuelven los patriotismos de la más baja estofa y de execrable
memoria. La metafísica unidad de España, fundamentada en el físico reparto del
pastel exclusivista de siempre. El opio del nacionalismo espoleado a partes
iguales, también por los de siempre. En este caso bajo el pretexto del
referéndum catalán. Curiosa y simétrica discriminación conceptual la que
establecen sendos bandos. Fíjense. Para el nacional/independentismo catalán, es
españolista aquél que, bajo cualesquiera formas, no es partidario de la
independencia y prefiere seguir en España, con o sin referéndum; aunque sea en
otra España. Para el nacionalismo españolista, tan excluyente como su homólogo
catalán, el simple hecho de proponer un referéndum equivale a romper España.
Tanto llenarse la boca con el parlamentarismo británico en términos elogiosos y
como ejemplo a imitar, y luego cuando alguien saca lo del referéndum de Escocia,
el britanófilo se transmuta en salvapatrias carpetovetónico emboscado. Y es que aunque la mona se
vista de seda…
Y para acabar, en fin. Parece
que hoy las CUP –insisto con el plural- acabarán de deshojar la última
margarita que les queda. Va siendo hora de decidirse, aunque sea tarde y mal.
Otros a los que no auguro un gran futuro si hay elecciones anticipadas en
Cataluña. Ya lo dijo Einstein durante su visita a Barcelona cuando sus
interlocutores se manifestaron como nacionalistas y de izquierdas: Das past nicht zusammen! Y por raro que les
pueda parecer a algunos, ni en las CUP. Tendrán que decidirse entre lo uno o lo
otro. Es decir, y en atención lo
torpemente que han llevado el tema, entre Guatemala y Guatapeor, porque ellos,
como Formación, siempre van a perder en la elección. Lo tienen peor que el asno
de Buridán.
Pues eso, nada nuevo bajo el
Sol. De momento, seguimos en el Ruedo Ibérico… por ahora.
Bueno. Parece que "Astut" Mas ha devenido en "Estult". Me pregunto si no se habrá cerrado un nuevo círculo histórico y nos encontramos otra vez en el "visca Maciá, morí Cambó". Aquello acabó como acabó.
ResponEliminaUn saludo desde Galicia de un descendiente de emigrantes catalanes. Y, a pesar de todo, que tenga usted un buen año.
Enrique Alvarez
También yo me lo pregunto. Igualmente, un saludo y buen año.
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