Ante tanta miseria moral como se extrae de la última noticia de hoy, prefiero de momento aguardar y callarme... Y compartir el dolor con los afectados. No fuera a irme de la bola...
Y por igual que hay seres miserables, también los hay grandes, inmensos en su silenciosa grandeza. A todos ellos dirijo hoy mi homenaje. Si la humanidad se puede salvar, es gracias a gente como él. Cuánto les debemos, y cómo los estamos olvidando:
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