Iba a hablar de la
inteligencia emocional a raíz de un reportaje que hoy se ha emitido en los
informativos de TVE mediodía. Iba a
decir que, con toda honestidad, no creo que ningún tratado de inteligencia
emocional haya añadido más de cinco céntimos a lo que ya dijo Aristóteles –Ética a Nicómaco- sobre tal tema antes
de que mereciera tal nombre. Iba a decir que las escenas de vídeo-reportaje
hablan por sí mismas y que introducir una materia obligatoria y evaluable en
Primaria sobre empatía e inteligencia emocional me parece mucho peor que una
estupidez: un fraude mondo y lirondo. Pero hay algo que me parece más
importante, así que la cosa no irá de inteligencia emocional.
El vídeo empieza con un «experimento»
–desprovéase al término de cualquier contenido científico- educativo que se
está haciendo en Canarias con niños y niñas de Primaria, consistente en
impartir una materia de educación emocional y empatía. Obviamente, se destaca
la superioridad de este tipo de «aprendizajes» sobre la impartición
«tradicional» de contenidos como, por ejemplo, las tablas de multiplicar…
Faltaría más.
Las escenas hablan por sí
mismas… Una vez hemos visto cómo se enseña educación emocional en el aula y un
par de apariciones de las «expertas», la primera parte concluye con la voz en
off informando a la audiencia que el objetivo de todo el circo es ayudar a los
niños a caminar en el resto de áreas de su educación y de su vida. Estamos en
el minuto 1:29 (Dura sólo 2:30, que nadie se alarme).
A continuación, para evitar tal
vez que algún incauto no fuera a creer que todo es «emocional», sino que
también hay cosas «emocionantes» y sumamente útiles, se nos informa que en la
Complutense de Madrid hay una materia de «Física de las nubes», en la cual se
explica que lo que en realidad nos parece un montón de algodón son cristales de
hielo suspendidos en la atmósfera… Pues sí, oiga, muy interesante, pero qué mal
estamos si esto se ha de explicar en la Universidad; a mí me lo explicaron en
Primaria, claro que no tuve educación emocional... Pero me voy del tema,
prometí que no hablaría de educación emocional. Y lo prometido es deuda. Lo
bueno viene precisamente poco después.
Atención al minuto 1:52. “Si caminamos por el extranjero…” por Georgetown, se nos dice mientras
discurren las imágenes de peatones andando por tan idílico lugar, sabremos que en la Facultad de Psicología de
dicha localidad se imparte una materia denominada «Arte de caminar». Y aquí viene lo bueno. Estábamos en Georgetown
¿verdad?, o eso nos dijeron. Pues adivinen lo que aparece después de un brevísimo
recorrido de la cámara que filmaba a los caminantes norteamericanos: el
monumento al Cid Campeador en la ciudad de Burgos. Minuto 2:02.
Al principio no me lo creía.
No es posible, pensé. ¿Será que hay una réplica del monumento en Georgetown?
¿La regalaría Ansar? Bueno, al fin y
al cabo también en el Metropolitan de
Nueva York hay un duplicado del retrato ecuestre del Conde-duque de Olivares,
de Velázquez…
Pero al congelar la imagen y
escudriñarla detenidamente, se puede leer muy claramente en la fachada del
edificio de la plaza: “Teatro Principal”. Pues sí, ahora ya no hay duda, no
estábamos en Georgetown, sino en Burgos. Y de nuevo, resulta que dicha estatua
también me la enseñaron en Primaria. Al director del video-reportaje me temo que
no.
Aunque, bien mirado, no deja
de ser una feliz coincidencia que tan engañoso sea el mensaje del reportaje como
las imágenes que muestra.
El vídeo-reportaje AQUÍ
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